sábado, 1 de febrero de 2014

Vladimiro Montesinos Por Kelder Toti



La Primera Víctima: Montesinos.

                        Por Kelder Toti

Vladimiro Ilich Lenín Montesinos Torres, nació en Arequipa en 1945, hijo de Francisco Montesinos, uno de los fanáticos miembros del Partido Comunista Peruano, levantaba a sus hijos cantando la Internacional Comunista. En 1965 se recibió Montesinos como Cadete en la Escuela de las América en Panamá y en 1966 se graduó en la Escuela Militar de Chorrillo, ascendió rápidamente al grado de capitán. Luego en 1976, se descubrió, que informaba sobre los secretos del armamento vendido por los soviéticos a la embajada americana, la CIA no tardaría en informar a los chilenos y ecuatorianos sobre las potencialidades del armamento de las Fuerzas Armadas del Perú, haciendo los contacto en la CIA, que posteriormente le serían de utilidad, fue luego indultado al año por su comandante en Jefe, que temía que Montesinoslo traicionara.

Montesinos era un joven oficial del ejército, que utilizaba la adulación y el chantaje para hacer carrera, así se inició su interés por el manejo de información estratégica y reservada, le sacaría muchísimo provecho. Es un hombre calculador, intrigante y un ventajista, es famosa la anécdota que para aprobar un curso en la Academia Militar: Análisis Matemático I, le compraba los exámenes al obrero de la impresora, y usaba a sus compañeros de clase para resolverlos. Aprendió, paso a paso, que un dato preciso, o un  buen contacto, puede ser muy importante, tanto como la utilización de cualquier mentirita oportuna o  un ardid bien tramado. Supo también que si su jefe, no se oponía en su empeño, muy pronto lo haría trabajar para él. Esta habilidad se convirtió en fuente de sus fortuna, convirtiéndose en el hombre de confianza de Agustín Campos, el último ministro del Interior de Alan García, allí se elaboraría la estrategia para derrotar a Sendero Luminoso, que él se encargaría en aplicar.

Llegó a ser el asesor de Alberto Fujimori, considerado el Richelie Andino,  manejaba un vasto servicio de inteligencia, que vigilaba hasta la calle más sucia de Lima. Disminuyó el poder de Sendero Luminoso, y desapareció del escenario político peruano al Movimiento Tupac Amarú. Montesinos era partidario de las ideas económicas liberales, con mezcla del autoritarismo de Pacha Cutí. Montesinos se alió con la elite militar de las Fuerzas Armadas del Perú en contra de Sendero Luminoso y el Movimiento Tupac Amarú, y facilitaría su aniquilamiento al darle manos libres a los escuadrones de la muerte del SIN (Servicio de Inteligencia de Nacional), al grupo Colina y a los batallones contrainsurgente de la Sierra, quienes combatían a Sendero Luminoso en Ayacucho, y perpetrarían las masacres del Barrio Alto y La Cantuta, entre otras.

Montesinos tenía una obsesión por los videos, grababa todo: sus conversaciones con los ministros, la entrega de dólares con que sobornaba a algunos dueños de canales de televisión, las manías del hijo menor del presidente, la intimidad de sus citas sexuales, etc. A esa colección de videocasetes se les dio el nombre de “vladivideos”, estos eran sacados de manera furtiva con una cámara escondida de 8 mm. Eso muestra un poco la naturaleza maquiavélica de Montesinos. Él sostenía la situación de conflictividad comprando la conciencia de la oposición en el parlamento o en las alcaldías, por cantidades que variaban entre los 25.000 a 200.000 US.$.

Extorsionaba posteriormente con los “vladivideos”, los cuales mostraba las “conversaciones” que sostenían con estos. A través de sus entrevistas exploraba las posibilidades de qué dirigentes de la oposición podía comprar. Reunió aproximadamente unas 44 maletas de videos de 8 mm en VHS, grabadas en forma secreta, acumuladas durante casi seis años de chantaje, que eran utilizadas en la extorsión, y que fuesen sus esclavos en vida, que obstruyan y delaten a sus demás compañeros disidentes.

A su victoria sobre Sendero Luminoso y el Movimiento Tupac Amarú, se suma el control de la inflación. Así Montesino pasó la podadora a la burocracia aprista en los ministerios, departamentos y alcaldías; él inició el auge exportador del Perú: estabilizó el Sol.

Facilitó las inversiones en la minería, petróleo, gas, telecomunicaciones y turismo: de los americanos, españoles y brasileños. Aumentó el empleo y la riqueza, su país fue olvidando la miseria cotidiana, pero volvieron las epidemias del pasado, la  pesadilla diaria: el cólera, tifus o la disentería, sazonado por los atentados terroristas de Sendero Luminoso, en las ciudades de Lima, Arequipa y Ayacucho.

La decisión de Abimael Guzmán de pasar a la lucha urbana sin conocimiento del combate urbano sería un grave error, esto después traería su captura, juicio y encarcelamiento, en una cárcel secreta, y el descabezamiento de la cúpula dirigente de Sendero Luminoso.  La ayuda militar de los americanos, israelíes y brasileños contrarrestaría las deficiencias logística de las Fuerzas Armadas del Perú, que veían la amenaza de implantarse “la dictadura del campesinado” de la Sierra sobre la Costa.

Esto obligó a los americanos a aliarse con Alberto Fujimori en contra de Sendero Luminoso y sus aliados narcotraficantes, que financiaban a Sendero Luminoso, quien cuidaba los cultivos de amapolas, y los laboratorios de cocaína.  Los americanos suministraron radares, pertrechos, entrenamientos, y ayuda económica, la cual sería desviada a la lucha contrainsurgente.

Montesinos se alió con los narcotraficantes, cobrándole 50.000 U.S.$ mensuales, para que pudieran embarcar los narcóticos de  coca a Colombia; controló el tráfico marítimo en los ríos, además facilitó el contrabando. Ayudó a los dirigentes militaristas de Venezuela, dándole asilo político, después del levantamiento del 27 de Noviembre de 1992, a pesar de la presión de la CIA y las protestas del gobierno venezolano. Penetró a la guerrilla colombiana vendiéndole armas, debilitando así al gobierno de Bogotá, principal aliado de Ecuador, y también comenzó a preparar los contactos con el Estado Mayor Boliviano, creando una alianza que no pasaría desapercibida para la embajada americana.

Sus últimos días fueron de angustia, se luchaba la guerra del Cenepa (1995), donde serían derrotados los peruanos por los ecuatorianos, con mejor entrenamiento, tácticas y estrategia israelíes, escondió la derrota al sobornar a todo el Congreso Ecuatoriano, esto aligeró la desgracia, pero aumentó el desprecio de la oficialidad media por el régimen, lo cual sería canalizado por el “sastre” en contra de Montesinos. Al darse la derrota perdió el apoyo de la oficialidad media, y respaldaron su retirada del poder. Dándose el ultimátum de los capitanes y mayores de retirarse del escenario.

Montesinos huyó desesperadamente a Panamá, la CIA lo ubicaría a los días, como un perro en un burdel de Colón. La traición de los Kalasnikov vendidos a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia por 10.000.000 U.S.$), sería la gota que derramó el vaso, ganándose el odio de los americanos por su influencia en la gallera colombiana, al entorpecer el plan Colombia, y dar asilo a los pilotos y oficiales de la Fuerza Aérea Venezolana, en Noviembre de 1992.

Montesinos  regresaría al Perú, con el rabo entre las piernas, complotando con Ollanta Humala una revuelta militar en  Arequipa contra Fujimori, Montesinos aprovechó la ocasión para huir a Venezuela, donde fue recibido por los hombres de Chávez, quienes le entregaron la cédula y papeles de identificación.

Ante esto la CIA reaccionó a través de un agente especial, de nombre Norman Calister, éste le cesó el pago mensual al director de la DISIP,  de 5.000 US. $, y le entregó a cambio una bala de M-40 en un sobre blanco. Comprendiendo que la paciencia de la Agencia se estaba acabando, obliga a Chávez a escoger un grupo de búsqueda.

Todo esto bajo la atenta mirada de Patricia Poleo, quien tenía un informante en el grupo de búsqueda, lo cual le permitió presionar para su captura, por la traición de sus custodios los Guevara, quienes se vieron presionado por la DISIP y se lo entregaron. Montesinos es advertido por uno de los seguidores de Francisco Visconti, se reúne con un exfuncionario de la DISIP, uno de los hermanos Guevara,  lo protegieron y  cuidaron, hasta que éste los envió a Orlando a retirar su dinero confiscado por el F.B.I., en el banco The Pacific Industrial Bank. Allí amenazó a los gerentes del banco de dar a conocer evidencias de haber lavado dinero del narcotráfico, lo que permitió su arresto bajo el cargo de extorsión, quedó bajo arresto. Al pasar las horas Montesinos se le  fuga de la custodia a Otoniel Guevara,  quien lo delatarán a la DISIP al sospechar una traición, y Montesino es detenido por la DISIP en Catia, siendo deportando inmediatamente a Lima. José Vicente Rangel intenta cobrar el dinero confiscado en dólares en los bancos americanos, ese era la recompensa, pero es ignorado por Vicente Paniagua, el presidente encargado del Perú, Montesino fue juzgado y condenado de por vida a la Prisión de Manta.

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