lunes, 24 de febrero de 2014

El Ejército de la Democracia. Por Kelder Toti.



El Gran Acuerdo.

                     Por Kelder Toti

   Tras la negativa del Estado Mayor Argentino, después de la derrota en las Malvinas (1982),  frente a los ingleses, los argentinos retiraron a sus asesores de El Salvador, Honduras y Guatemala, dado esto por el apoyo americano en la guerra de las Malvinas, van a ser sustituidos por los asesores del DIM y de la DISIP , a cargo del Capitán  Rául I. Baduel, quien va a asesorar y enseñar tácticas de contrainsurgencia a la Policía Territorial de San Salvador y de Guatemala, con las tristes masacres en el Salvador de seis monjas americanas en una calle sucia de Mazatlán.  
    
   La represión que asesora el gobierno de Napoleón Duarte se financió con petróleo barato dado por el Pacto de San José; más sutil, aunque no menos despiadado, éste no sólo consistió en soluciones tácticas sino también en dinero a través de triangulaciones dadas por el Tratado, el cual financió a los escuadrones de la muerte de la Policía de San Salvador y el adiestramiento del Batallón Atlacal.

   La llamada “Hipótesis de Caraballeda” durante los gobiernos de Luis Herrera Campíns y Julio César Turbay Ayala se considera el esquema más equitativo para una salida al diferendo. La dirigencia política le ofreció un tácito apoyo pero se produjo el activo rechazo de grupos ultranacionalistas que contaminó la opinión pública.  El 28 de octubre de 1980 en una asamblea de más de dos mil oficiales de alta graduación en Fuerte Tiuna,  se leyó el acuerdo previo. El rechazo fue fulminante pero incluso fue más allá: se criticó el hecho mismo de “negociar con Colombia”. 

   Así que nadie  extrañó en Washington, que el Teniente Coronel Oliver Norht, asesor del Departamento de Estado, se trasladara  a Caracas a buscar apoyo financiero durante la presidencia de Luís Herrera Campins y de Jaime Lusinchi para la Resistencia Nicaragüense, conocida como la Contra, quienes luchaban en contra de los Sandinistas. El gobierno venezolano le respondió hipócritamente, que era neutral en el conflicto, entre las partes en pugna.

   Pasados los años los enemigos por carambolas del destino se vuelven amigos, todo ello facilitó posteriormente al gobierno nicaragüense, de Violeta de Chamorro, pedir ayuda al  gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1990, que enviara a un grupo de comandos entrenados en Israel conocido por el grupo Zeta de la Policía Metropolitana, el cual se encargaría de su seguridad personal, comandado por Freddy Bernal,  saldría a la luz por el caso de los 250.000.000 Bs. 

   Este grupo se encargaría de la seguridad de la presidenta de Nicaragua: Violeta Chamorro, y la coordinación y entrenamiento de los grupos locales que no eran afines a los Sandinistas, conocidos por sus acciones de apaleamiento, y asesinato con tubos de acero en las calles de Managua.

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