Polemología de la Guerra
Por Kelder Toti
Es
muy difícil definir de una manera sencilla cuáles son las causas de las
guerras, mucho se ha divagado desde la antigüedad del porqué existen las
guerras, para unos el hombre es agresivo por naturaleza, para otros es algo
intrínseco y consustancial con el ser humano, ya que es malo por naturaleza, lo
cierto es que el fenómeno bélico se ha dado en todos los pueblos y en todas la
culturas, y nada nos indica que no vaya a ser así en el futuro. Al hablar de
causas podemos indicar un aspecto: no existe nunca una sola causa para explicar
una guerra, siempre hay varias y unas están subordinadas a otras.
En este apartado
haremos una doble clasificación. Para empezar estudiamos las causas según un
criterio cronológico, es decir, si son causas inmediatas, a corto o a largo
plazo, o dicho de otra forma, inmediatas, lejanas o remotas. La segunda
clasificación es más reveladora, hablaremos de los motivos de las guerras desde
un punto de vista temático, así analizaremos las causas económicas,
ideológicas, sociales, políticas o religiosas.
Por causas
inmediatas: entendemos el motivo último que ha motivado el enfrentamiento, es
decir, la chispa que ha encendido la mecha, o dicho de una manera más técnica
el cassus belli, la causa de la guerra. Suele ser la causa más
superficial y evidente pero no lo es, de ninguna manera la más importante. Si
comparamos las causas de las guerras con un iceberg, las causas inmediatas son
sólo la parte visible del bloque de hielo. Sin las otras no se entendería el
estallido bélico o la confrontación social. Si nos remitimos a la I Guerra
Mundial la chispa o cassus belli sería el asesinato del archiduque Francisco
Fernando en Sarajevo el 28 de junio de 1914, pero este hecho aislado no nos
dice nada, ni nos explica por qué la guerra tardó en estallar un mes desde el
magnicidio. En la Guerra Civil Española sería el golpe de Estado de los
militares rebeldes contra la República entre el 17 y el 18 de julio de 1936,
golpe que al triunfar sólo en la mitad del país dividiría a España en dos
mitades que se enfrentarían en una guerra sin cuartel de casi tres años de
duración. En el caso de Venezuela de estallar una guerra civil, es la violación
flagrante de la Constitución, y los reiterados fraudes electorales, la
formación de facciones dentro del Ejercito contrarias al pensamiento
bolivariano y la pérdida de credibilidad de la oposición, al ser desplazada por
una más radical y desleal.
En la II Guerra
Mundial la causa inmediata fue la invasión de Polonia por Alemania el día 1 de
septiembre de 1939 y la declaración de guerra por parte de Francia y Gran
Bretaña a los alemanes el día 3 del mismo mes. Por el contrario las causas a
corto plazo, conocidas también como causas próximas, nos aclaran mucho más el
fenómeno porque nos aportan mucha información sobre el contexto en el que se
sitúa el estallido bélico. En el caso de la I Guerra Mundial las causas a corto
plazo fueron el encuadramiento de los distintos países europeos en dos
coaliciones militares secretas y enemigas, las distintas rivalidades
económicas, militares y territoriales entre los distintos países antagónicos y
el papel de los nacionalismos. Aquí encontramos una explicación más completa de
los hechos. Si tratamos la Guerra Civil Española, por seguir con los ejemplos
que poníamos antes, las causas a corto plazo serían la creciente tensión y
radicalización de la vida política en España, los enfrentamientos ideológicos
previos que se enmarcan en el panorama que se está viviendo en Europa en los
años treinta y la pérdida del poder por el bloque conservador al salir derrotado
en las elecciones del 16 de febrero de 1936. En la II Guerra Mundial las causas
a corto plazo fueron el expansionismo territorial de Hitler y sus aliados y la política
de apaciguamiento por parte de Francia y Gran Bretaña que cedían ante
Hitler en cada nueva incorporación territorial con la intención de evitar el
estallido de una nueva guerra en Europa. En Venezuela de darse el conflicto
sería la radicalización de un sector de los propietarios en contra de la
nomenclatura chavista, los fracasos electorales y la imposibilidad de evitar
las trampas electorales que los debilitaba, y su incapacidad de dirigir
al país.
Para terminar
hablaremos de las causas a largo plazo conocidas también como causas lejanas o
remotas, aquellas que se remontan muy atrás en el tiempo y que explican las
raíces más profundas del conflicto, a menudo estas motivaciones están ocultas
por su lejanía con respecto al estallido bélico, pero complementan o aclaran
muchas de las causas a corto plazo. En la I Guerra Mundial las causas remotas
se pueden enmarcar en un pasado tan lejano como 1871 cuando Bismarck, canciller
alemán, derrota a los franceses en la guerra francoprusiana, poniendo todo su
énfasis a partir de ahí en aislar a Francia y formando con todos los grandes
países alianzas militares que tenían como único objetivo aislar a Francia para
que ésta no pudiera presentar la revancha. Para empujar a los distintos países
a aliarse con Alemania Bismarck no duda en hacer ver el riesgo inminente, pero
falso, de una guerra europea, lo que por otra parte genera una desenfrenada
carrera de armamentos. Con tres sucesivos sistemas de alianzas consigue el
Canciller de Hierro sus propósitos. Cuando en 1890 abandona la cancillería
alemana sus sucesores no pudieron, o no quisieron, manejar las alianzas
militares de la misma forma y así Francia rompe su aislamiento y se aproxima
primero a Rusia y más tarde a Gran Bretaña, formándose así una alianza militar
frente a la Triple Alianza de Alemania, Austria-Hungría e Italia. Casi todos
los países europeos acabaron entrando en uno de los dos bloques y cualquier
fricción podía haber desencadenado el conflicto que al final estalló a causa
del asesinado de Francisco Fernando de Austria en Sarajevo.
En la Guerra Civil
Española podemos aludir a varias causas a largo plazo: el papel del Ejército
que se hace cada vez más conservador y antidemocrático, la pérdida del poder
por los sectores conservadores tradicionales al proclamarse la II República, la
profunda desigualdad en el reparto de los bienes y las tierras y la política
reformista acelerada de los gobiernos de izquierda durante la República que
pretendieron en muy poco tiempo y de forma brusca cambiar las estructuras y el
reparto de la propiedad en el país. Por último las causas a largo plazo de la
II Guerra Mundial están implícitas en los tratados de paz que ponen fin a la
Gran Guerra: el castigo excesivo y humillación de Alemania con el tratado de
Versalles crearán el caldo de cultivo favorable para el ascenso del
nacionalsocialismo que tras la convulsión de 1929 encontrará el momento
propicio; el fracaso de la Sociedad de Naciones (o Liga de Naciones) para
mantener la paz a lo largo de los años treinta al carecer de la fuerza
operativa por la ausencia de países como Estados Unidos y la actitud poco dura
de esta organización para con países que violaban claramente la paz: Japón o
Italia; por último la desorganización económica que genera la crisis de 1929 y
su extensión por Europa y el resto del mundo. En el caso de Venezuela expandir
su influencia en el continente, que obligará a las Potencias Hemisféricas a
intervenir en la guerra civil en ciernes, la dura crisis económica y su patente
debilidad militar, lo que facilitará la intervención.
Esta nueva
clasificación de las causas de las guerras no se basa en criterios cronológicos
sino temáticos y son más concretas que las causas de tipo cronológico. Qué duda
cabe que las causas económicasson las más antiguas de todas, desde que el mundo
es mundo las guerras se han hecho para conquistar territorios, bienes o personas
de países ajenos y la guerra de rapiña es la forma más antigua de
enfrentamiento. En todo tipo de conflictos encontramos siempre las causas
económicas, o bien porque son el detonante o bien porque para ir a una guerra
hay que hacer cuentas ver si compensa o no el enfrentamiento. Los cálculos que
se hacen antes de un conflicto son, a menudo erróneos, pues no se sabe de
antemano cuánto va a durar y cuanto va a costar.
El siglo XX no es
ajeno a estas consideraciones y las causas económicas siguen teniendo un peso
destacado, y lo seguirán teniendo. La relación entre conflictos armados y
recursos o bienes naturales esenciales para la supervivencia es profunda. Sin
tener que pensar mucho todos podemos asociar el control del petróleo con alguna
guerra más o menos próxima. Este tipo de causas tenderá a ser cada vez más
importante a medida que los recursos naturales esenciales escaseen, y en el
siglo XXI será la clave para entender muchos enfrentamientos. En el caso
de Venezuela es el deseo de los USA de controlar sus riquezas petroleras,
y que esta forme parte de su mercado cautivo.
En el primer gran
conflicto del siglo XX, la I Guerra Mundial, las causas económicas son
importantes. Gran Bretaña había sido la gran potencia industrial de Europa
hasta finales del siglo XIX, y abastecía de productos elaborados a casi todo el
continente, pero desde los inicios del XX tiene que sufrir el espectacular
desarrollo de la industria alemana y su sustitución en los distintos mercados
europeos. La política económica alemana era, además, agresiva, era un país
proteccionista pero que fomentaba la exportación y la conquista de mercados por
todos los medios posibles, los alemanes van a sustituir a los ingleses como
abastecedores de Francia, Bélgica, Holanda, Rusia. Además, la competencia entre
empresas de distinta nacionalidad para conseguir contratos millonarios en
terceros países para financiar ferrocarriles, barcos... determinan también la
actitud de los distintos gobiernos. Dejamos aquí de lado las distintas
ambiciones territoriales de los países contendientes pero no solamente mueven
esas rivalidades ideas o principios nacionalistas, en el fondo es el dominio
económico sobre materias primas, mercados… lo que está en juego. En el caso de
la guerra de Biafra en Nigeria es el control del petróleo en la zona costera
del país el detonante del conflicto entre el sur (Biafra) donde se encuentran
los principales yacimientos y el gobierno central de Nigeria.
También en torno
al petróleo podemos explicar la primera guerra del Golfo que libró la comunidad
internacional liderada por Estados Unidos y bajo los auspicios de la ONU contra
Sadam Hussein el dictador iraquí el 2 de agosto de 1990, decidió invadir
Kuwait, un pequeño emirato situado sobre una inmensa bolsa de petróleo. Estados
Unidos, potencia hegemónica ante el colapso de la Unión Soviética, no podía
permitir eso y la guerra se encaminó a liberar el territorio y a obligar
a la retirada iraquí. Sin la existencia del petróleo difícilmente se hubieran
producido ni la invasión ni la rápida respuesta de la comunidad internacional.
En cuanto a las
causas ideológicas son fundamentales para explicar algunos conflictos, pero no
todos. Por causas ideológicas entendemos el desarrollo teórico de una corriente
de pensamiento y esta ideología puede o no cuestionar la realidad preexistente
y proponer una visión nueva de la realidad y en ese contexto chocar con
ideologías anteriores. Las causas ideológicas son fundamentales para entender
el estallido de la Guerra Civil española pues en este conflicto confluyen, por
lo menos tres ideologías diferentes y algunas de ellas excluyentes: la
democracia parlamentaria, el fascismo y el marxismo internacionalista. Salvo en
el caso del parlamentarismo las otras dos necesitan de la aniquilación de las
demás para poder desarrollarse. Si nos vamos a la II Guerra Mundial está claro
que repetimos nuevamente el mismo esquema, sólo que ahora el comunismo se alía
provisionalmente con las democracias para derrotar al fascismo. De la misma
forma el largo periodo de la guerra fría no tendría explicación posible sin las
dos ideologías que sustentan a cada uno de los dos bloques enfrentados. También
el largo proceso de independencia y descolonización de los imperios coloniales
europeos, no se entendería sin la ideología nacionalista que anima el sentido
de identidad propia frente al ocupante y que, desde el punto de vista político,
se materializará en la aparición de partidos nacionalistas que serán el
verdadero motor para conseguir la independencia de esos pueblos. El triunfo de
la revolución sandinista en Nicaragua en 1979 también se entiende si
comprendemos la ideología que los sustenta y la realidad del país. En Venezuela
es el deseo de una democracia liberal y su enfrentamiento al chavismo, que es
la teoría de una dictadura postmoderna elaborada en la década de los sesenta,
de tipo castro-comunista y la imposibilidad de ambas ideologías de ser viables
en el país, que las lleva al enfrentamiento abierto.
Muy relacionadas
con las causas ideológicas y difíciles de separar de ellas son las causas
políticas que realmente suponen la puesta en práctica de las ideologías. Así,
la ideología nazi (superioridad de la raza aria, expansionismo territorial, el
culto al líder…) se pone en pie una vez que el partido de Hitler llega al
poder, eso es la política, aunque, por otra parte, no siempre la política es un
fiel transmisor de la ideología. Dentro de las causas políticas se incluyen
también todas las actuaciones y pasos que dan los distintos gobiernos en el
camino hacia la guerra: la anexión de un territorio, la provocación al enemigo,
la aprobación de determinada medida discutida. El deseo de la nomenclatura chavista
de conservar el poder y las propiedades del Estado, de la burguesía y pequeños
propietarios, y el anhelo de estos últimos de recuperar lo perdido por
cualquier medio, utilizando si es preciso la guerra.
La reacción
realista con José Tomás Boves por los excesos de los patriotas en contra
de los criollos, durante la guerra de independencia; que apoyaban el
bando de la corona española es otro ejemplo, de la razón social como detonante
de la guerra. Las causas sociales no son despreciables; en la guerra federal la
existencia de los negros libertos por José Gregorio Monagas precipitó “la
guerra larga” al no tener trabajo; y estar dispuesto apoyar al que mejor le
pagara. La existencia de propietarios despojados de sus propiedades, que se
organizan en escuadrones de la muerte es
un reflejo de lo anterior, al verse arrebatados sus bienes por la claque
chavista, creando las condiciones para el Levantamiento o una nueva guerra
larga.
Las causas
religiosas: han sido importantes históricamente y han explicado destacados
movimientos y guerras: la reconquista en la España medieval, las
cruzadas, las guerras de religión en la Europa de los siglos XVI y XVII.
En las guerras del siglo XX el peso de la religión ha disminuido
considerablemente y los factores religiosos simplemente se unen a la ideología
o subrayan la identidad de un movimiento nacionalista o de protesta social como
en Venezuela. Su incidencia en las dos guerras mundiales no fue especialmente
relevante si lo comparamos con otros factores.
En la guerra de
Argelia por su independencia contra Francia el islam se convierte en un
ingrediente importante que subraya y potencia la identidad argelina frente al
ocupante, pero no porque el ocupante sea cristiano sino para marcar distancia
con respecto a la metrópoli. El largo conflicto árabe-israelí no es en esencia
un conflicto religioso, la religión es la excusa para determinadas acciones,
pero en sí es una lucha por el territorio, la religión es sólo un ingrediente
más que potencia la identidad y la exclusión de un bando frente a otro. En las
tres guerras que la India y Pakistán han mantenido desde su independencia en
1947 sí ha tenido un importante papel la religión: la división de la India
británica entre los dos estados fue hecha con criterios religiosos, de la misma
manera la disputa en torno a Cachemira debe ser solucionada de la misma manera
para los pakistaníes, celosos musulmanes, mientras que la India,
mayoritariamente hindú pero con un 20 % de musulmanes, quita peso a este
argumento diciendo que es un país multirreligioso.
En el conflicto que enfrentó
a Irán e Irak entre 1980 y 1988 también encontramos un peso considerable de la
religión: los dos son países musulmanes pero Irán pertenece a la rama chiíta y
en Irak su gobernante Saddam Hussein es sunnita (la realidad religiosa de Irak
es complicada, los chiítas suponen el 60% de la población pero en esta etapa
están apartados del poder, los sunnitas representan el 40% y detentan los
principales cargos). En Venezuela la mayoría de la oposición es católica y los
chavistas (evangélicos y santeros), y estos persiguen o excluyen a la mayoría
religiosa católica, como se puede ver la mesa está servida para la guerra
civil, que estallará muy pronto.
La falta de una
institución que resuelva los conflictos
en las barriadas, hace que sus pobladores resuelvan sus disputas de manera
violenta, habituándose a los
enfrentamientos y al gamonalismo, retrocediendo a períodos pasado, desarrollándose
el sicariato entre sus pobladores, transformándose el sicario en una
personalidad de peso entre sus pobladores, al asociarse varios sicarios o
antisociales, controla el barrio, siendo la autoridad en lugar.
De cumplirse las
amenazas de Pablo Pérez de invadir con paramilitares colombianos el Zulia, con
mucho gusto (me tendrán que devolver mis bienes, propiedades y dejarme de
perseguir; de lo contrario tendrán una zona de exclusión aérea de la OEA y la
Sierra de Perijá se las dará en comodato a los paramilitares que lo ayuden), me
encargaré al darme el mando de los invasores colombiano, esto pasa desde
negociar las alcaldías y gobernación del Zulia a cambio del presupuesto no
ejecutado de la gobernación, después de todo que se puede esperar del hijo de
un colombiano. Pérez espera como disparador del conflicto los motines que se están produciendo en el
interior del país, por la escasez de alimento y la hiperinflación.
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