El Regreso de los Adecos.
Por Kelder Toti
Estos han vuelto:
para vengarse de las ofensas, persecuciones, asesinatos, chantajes y robos. Los
tiempos de jugar a los peones de entereza: aceptar el juego del gobierno y de
la oposición terminó, han quedado atrás en el olvido. Lo que les
permitió conservar sus roscas en la mayoría de los Ministerios, negociar sus
cargos a nivel medio, lo que hace que estos puedan funcionar medianamente, ante
la ineptitud burocrática del personal bolivariano.
Se puede resumir
el ser adeco con la expresión de Rómulo Betancourt:
- “Adeco es adeco,
hasta que se muera”.
¿Cómo
será este gobierno?
En muchos aspectos
será similar al que padecemos, aunque estará consiente en la necesidad de
mantener un equilibrio, aunque sea retórico.
En primer lugar no
volverán los adecos de antaño, porque la naturaleza les impide resucitar,
volverán en su forma más mezquina: la de gobernar. Se depurará los cargos de
confianza, despidiendo a los gerentes altos y medios, que arrearon sus velas
con el proceso, a muchos se le abrirá expedientes administrativos, siendo
destituidos y otros serán encarcelados.
A otros se les
chequeará sus bienes, siendo acusado de corrupción administrativa, una gran
cantidad de ellos, se verá obligado a entregar gran parte de sus fortunas mal
habidas a sus acusadores; para no ir a la cárcel. Otros con peor suerte,
emigrarán, siendo deportados y perseguidos por la INTERPOL, en los distintos
países que se escondan. Sus bienes en los Estados Unidos, no se respetaran:
serán confiscados, encargándose el F.B.I. de su encarcelamiento, juicio y
deportación, por una Corte Federal, purgando muchos de ellos, largas condenas
en: Yare, La Planta, Sabaneta y Tocuyito.
El acoso por las
autoridades judiciales, que no solo se encargarán de las figuras relevantes,
sino por el ciudadano común, que buscara saciar su sed de justicia. El mundo se
volverá muy pequeño para ellos, encarando la mayoría de las veces cargos
judiciales, en las naciones que se exilien, perdiendo sus caudales en
peleas estériles, en cortes extranjeras, obligándolos a regresar en las mismas
circunstancias que ellos quisieron someter al pueblo. Los primeros meses serán
muy difíciles, porque no son personas que estén entrenadas para una vida dura,
y llena de privaciones, por el contrario muchos de ellos se tomarán con
amargura su merecido, y se enlistará en el movimiento de resistencia, que
surgirá como una vorágine en medio de la noche, que no los conducirá a nada.
Sus amigos, hasta
ayer: la CIA, el MOSSAD, Los Cubanos, argentinos, bolivianos y árabes ingenuos;
les darán la espalda; por sus crímenes, traiciones y corrupciones. Algunos
actuaran activamente en la cacería, rastreándolos hasta los lugares más
recónditos del planeta, viviendo algunos la pesadilla de morir en un accidente
de tránsito, donde su vehículo ha “perdido los frenos”, al borde de un barranco
o “atropellados accidentalmente” en una calle de Paris, Londres o La Habana.
Aparecerán
verdades que se guardaron en silencio, crímenes que se intentaron olvidar, en
la tierra del cementerio, realidades que se quisieron ocultar, saldrán a la
luz… El personal administrativo que hasta ayer fue perseguido, volverá a sus
empleos, descartando a sus falsos herederos, después de largos juicios en los
tribunales del Trabajo, los colaboracionistas cobrarán su escasa liquidación.
Volverán los
expatriados de Miami, reclamando sus bienes invadidos, secuestrado o que
perdieron en las extorsiones, echando a los invasores, asesinando a más de un
invasor. Haciéndose algunas veces justicia por su propia mano,
arrebatándoles sus propiedades hurtadas, por el solo hecho de haber ayudado a
tumbar al tirano, este será odiado, y todos le darán la espalda, a los que
hasta ayer colmó de riqueza, lo negaran hasta el cansancio, para salvar
las apariencias, arrepintiéndose, no porque lo sientan, sino para no vivir la
incertidumbre que les depara el mañana.
Venezuela se
convertirá en un Estado fallido donde el hampa y los carteles de la droga
tendrán el control del país, bajo la sangría de los robos, secuestros y
asesinatos diarios del tipo de Mexico o Guatemala, es el precio que se tiene
que pagar un país en donde las personas decentes no importan, justificando una
tiranía sanguinaria.
Los nuevos adecos
intentaran mantener una débil coalición, que no funcionará, mientras una severa
crisis económica producto de nuestra dependencia petrolera, se cebará en
nosotros. Los viejos remedios no podrán curar los nuevos males, facilitando el
camino para mayores calamidades. Que en cierta forma, es culpa de cada uno de
nosotros, este modelo no se mantendrá, volviéndose a una salida de
fuerza: que será una necesidad.
El chavismo no fue
un error histórico, ya que es una democracia corrupta con ropajes autoritarios,
de tintes revolucionarios y en esencia militarista. Convirtiéndose en una
solución fallida a un problema, vomitando el cuerpo el remedio, que no lo pudo
curar, comenzando desde el principio: 1992. Siendo la prefiguración del futuro.
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