miércoles, 11 de diciembre de 2013

La Venezuela después de Chávez



La Venezuela después de Chávez 

                                   por Kelder Toti

El líder de Venezuela se ha ido a los 58 años de edad. No tuvo tiempo suficiente para cumplir ni siquiera con la mitad de sus planes, ya que la mayoría eran irrealizables, y poco prácticos. Con certeza su deceso retardará, quizás temporalmente, el desarrollo de la autocracias que en el hemisferio occidental, que se asocian con su nombre, al no contar con su impulso y chequera, pero lo más probable es que sea suplantada por otra, dado lo poco viable de u régimen democrático.

Viajando una vez más hacia Cuba para una nueva operación en el mes de diciembre del 2012, instó a sus colaboradores a permanecer unidos. Unidos dijo, repitiendo a propósito la palabra tres veces. Porque es la unidad, es lo que puede garantizar la continuidad de su derrotero político y derrotar históricamente a las fuerzas dirigidas por sus enemigos, tanto locales, nacionales y hemisféricos, que no son  el gigante americano.

A menudo se referían a él como el Libertador del siglo XXI, una forma de adularlo, ya que prefería la adulación a la verdad, y lo comparaban con Simón Bolívar, Jesucristo, Fidel Castro, etc. Quienes lucharon contra el yugo colonialista español o americano. Chávez hizo mucho por liberar a Venezuela de la dependencia política y económica de Estados Unidos, y colocarla bajo la alineación de Rusia, China, Brasil y Cuba. La industria petrolera fue nacionalizada, en su totalidad, el proceso de integración de América Latina se aceleró. La significación histórica de Chávez se irá haciendo cada vez más fatua con el paso del tiempo, hasta olvidarse.

El hecho que el presidente Obama ofreciera sus condolencias a Venezuela con motivo del fallecimiento de Chávez y expresara la esperanza de hacer una constructiva relación bilateral, fue percibido por muchos como una señal a la dirección política bolivariana. Cuando Obama habla de cooperación es porque no está interesado en la confrontación. De tal modo que Caracas no debe rechazar un apretón de manos. Es tiempo de dialogar, de interactuar y de reducir las tensiones, aunque es poco probable que se concrete algún acuerdo, ya que sus herederos sobreviven gracias a la confrontación retórica.

Pero el ostentoso pacifismo de Obama camina junto a la euforia vengativa que reina en Washington, las lágrimas de cocodrilo de los partidarios de salir del populismo agresivo de Venezuela. Estos sentimientos prevalecen en los círculos del establishment estadounidense, resultan evidentes: ¡por fin el odioso caudillo se ha ido! La causa de su muerte está todavía por ser aclaradas, pero han despejado el camino para nuevas acciones subversivas, por ejemplo, el desarrollo de contactos con los opositores de Maduro, el hombre que Chávez nominó como su sucesor. La meta principal de la oposición desleal es introducir una baza de discordia entre los dirigentes políticos, desestabilizar la situación, apuntalar a la oposición –especialmente a su ala más  radical—y hacer que busque la revancha de manera pacífica y, posteriormente violenta, en combates callejeros.

La nota pacifista en las palabras de condolencia de Washington no es otra cosa que la cortina de humo de una operación multifacética que apunta a separar del poder a los «sucesores de Chávez». Todo lo demás no es otra cosa que palabras vacías. El castigo público a un país gobernado por un «régimen populista» es desde hace mucho tiempo una idea fija en algunos círculos de la alta dirección política de Estados Unidos. Ellos creen que ha llegado el momento adecuado para lanzar ataques exploratorios con vistas a poner a prueba la estabilidad del régimen bolivariano. Las próximas elecciones brindarán perspectivas prometedoras. La oposición tendrá una oportunidad de asumir la iniciativa. Todas las encuestas señalan que Nicolás Maduro aventaja a Capriles Radonsky por un 15 o 20%. Capriles perdió frente a Chávez en octubre del año pasado. Pero los que mueven los hilos desde Washington no juegan limpio, y observan con atención lo que sucede.

Será una lucha muy dura. Habrá sabotajes, provocaciones, subversión, asesinatos políticos (que comenzaron con la muerte del escolta: Cristian Terry Fonseca Tovar  –tal como en el amor, todo estará permitido en esta guerra. Cualquier cosa con tal de alcanzar la meta. Si Maduro no resulta un claro ganador en la carrera, la cosa más probable, entonces, es que un sector de la oposición recurrirá a la agitación en las ciudades, bloquearán las vías de transporte, provocarán enfrentamientos y luego harán una alharaca por «las víctimas de la represión del gobierno». El empleo de la fuerza para acceder al poder no está excluido. 

La oposición podría utilizar mercenarios o salir a la calle. Semejantes escenario ya se han presentado en la historia contemporánea de Venezuela. La otra opción sería actuar durante el conteo de los votos. Los medios de prensa y los activistas pro estadounidenses difundirán la noticia de «fraude masivo» destinado –según ellos– a hacer que Maduro gane. Tales acusaciones han acompañado todas las campañas en las que Chávez ganó, pero que ganó porque controlaba la situación. Ahora, ¿Podrá hacerlo  Maduro?

Es evidente que la dirección bolivariana cuenta con el apoyo de aliados y amigos. Ya ha sido demostrado por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), entre otras instancias, que se disolverá de darse un alzamiento. 

Maduro necesita mucho el apoyo de China, Brasil y Rusia, países con los cuales Chávez contó al tomar decisiones de política internacional. La delegación rusa al funeral de Chávez está encabezada por Igor Sechin, presidente ejecutivo de Rosneft, quien ha hecho mucho en pro de las relaciones de Venezuela y Rusia. La delegación rusa también incluye a Denis Manturov, ministro de Industria y Comercio de la Federación Rusa, y a Sergei Chemezov, director general de la Corporación Tecnológica Estatal de Rusia. La composición de la delegación indica que la visita no tiene un simple carácter representativo.

Es posible ante el desconcierto del Kremlin, Manturov le haya contado a Maduro un chiste ruso, mientras veían pasar el cortejo fúnebre: al ser separado Nikita Kruchev del politburó, le dijo Manturov a Maduro, le dejo a su sucesor su testamento político; Kosiguin dada  la situación tan aviesa que atravesaba abrió el testamento, y encontró dos cartas; abrió una de las cartas y recomendaban echarle la culpa de todo lo malo al gobierno anterior, y proponer enmendar la situación, y fue eso lo que hizo, esto fue recibido con alegría en la Unión soviética, al pasar el tiempo la situación no mejoró, así que Kosiguin abrió la otra carta; para su sorpresa recomendaba: escribir dos cartas.

La delegación rusa tiene por meta impedir el desarrollo de los eventos, y demostrar el apoyo ruso a Maduro, sondear el ambiente ante una revuelta, y buscar los escenarios para que los intereses rusos no se vean afectados, que son la razón de recomendaciones. Los medios de prensa liberales ya están pronosticando que Rusia sufriría grandes pérdidas materiales y financieras en Venezuela, cosa probable si se da un alzamiento y el régimen es derribado. Ellos plantean sus pronósticos con un tinte artificialmente dramático: Estados Unidos conseguirá lo que quiere y las inversiones rusas en la Faja Petrolífera del Orinoco y otras áreas de Venezuela se perderán y el cuantioso préstamo para la adquisición de armamento ruso se evaporará en el aire.

Una llegada de la oposición al poder en Caracas barrería con todos aquellos que no cuentan con el beneplácito de Washington, como los chinos, los rusos, los brasileños y los cubanos. Esta fea perspectiva es percibida por gente que solo cree en una sola manera de hacer política: la de ofrecer más dinero y esperanzas de un cambio al sucesor de Chávez que resulte ganador. Pero Chávez ha formado un equipo poco idóneo, altamente ideologizado, poco práctico y de escasa capacidad técnica; de manera que aunque los tiempos son duros, habrá desertores en las filas de aquellos que luchan por la permanencia del poder de la Revolución Bolivariana.  

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