Por Kelder Toti
Existió un pueblo muy cercano, donde vivía un niño muy deseoso de ver las tiendas, los escaparates y vidrieras, para poder admirar los zapatos que deseaba mostrar.
Viajó por todo el pueblo en busca de los zapatos preferidos por él y se fijó, en unos nike. éste al verlo se alegró y dijo: -estos son los zapatos que busco -, pero su precio era tan elevado que no podia comprarlos, por lo tanto ideó la manera de robarlos.
Estando al frente del escaparate lanzó una piedra, rompió la vidriera y tomó por la fuerza los zapatos deportivos que tanto deseó. Al tenerlos se los puso en los pies y salió corriendo del pueblo a toda velocidad, corrió tanto que llegó a cansarse y en la campiña se quedó dormido placidamente en un rincón del lugar. Cuando dormía una pequeña voz lo despertó y le decía al oido: -despierta, despierta o no despertarás- y este se lavantó y se puso en guardia contra cualquier cosa que lo amenazara.
Cuando estaba despierto vió una pequeña luz brillante de perdón que lo miraba a él y le preguntaba -¿por qué lo hiciste? -y respondió altaneramente -¿quíen me llama y quíen eres? -y la luz resplandeciente respondió - soy tu conciencia y a que se debió que los robaras de la tienda - y en tono de tristeza, creo que pensó, -lo robé por qué me gustaban y los deseaba enseñar - y la voz contestó, - entonces te condeno a bailar en ellos hasta desaparecer y no pararás hasta ver el brillo de tus huesos arder y que tu hambre de codicia sea la sombra de tu arrepentimiento...
Los zapatos que tenia puesto el niño empezarón a tomar vida propia y el niño comenzó a bailar sin parar.
Viajó por todo el pueblo en busca de los zapatos preferidos por él y se fijó, en unos nike. éste al verlo se alegró y dijo: -estos son los zapatos que busco -, pero su precio era tan elevado que no podia comprarlos, por lo tanto ideó la manera de robarlos.
Estando al frente del escaparate lanzó una piedra, rompió la vidriera y tomó por la fuerza los zapatos deportivos que tanto deseó. Al tenerlos se los puso en los pies y salió corriendo del pueblo a toda velocidad, corrió tanto que llegó a cansarse y en la campiña se quedó dormido placidamente en un rincón del lugar. Cuando dormía una pequeña voz lo despertó y le decía al oido: -despierta, despierta o no despertarás- y este se lavantó y se puso en guardia contra cualquier cosa que lo amenazara.
Cuando estaba despierto vió una pequeña luz brillante de perdón que lo miraba a él y le preguntaba -¿por qué lo hiciste? -y respondió altaneramente -¿quíen me llama y quíen eres? -y la luz resplandeciente respondió - soy tu conciencia y a que se debió que los robaras de la tienda - y en tono de tristeza, creo que pensó, -lo robé por qué me gustaban y los deseaba enseñar - y la voz contestó, - entonces te condeno a bailar en ellos hasta desaparecer y no pararás hasta ver el brillo de tus huesos arder y que tu hambre de codicia sea la sombra de tu arrepentimiento...
Los zapatos que tenia puesto el niño empezarón a tomar vida propia y el niño comenzó a bailar sin parar.
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