lunes, 23 de marzo de 2015

Las Ancas de Rana. Por Kelder Toti



Las Ancas de Rana


                                       Por Kelder Toti


        Cuando yo era mucho mas pequeño visitaba a mi papa en el restaurante que él tenía, en el podía comer todo lo que servían, siempre que no lo vendieran ese día, pero había un plato que me llamaba mucho la atención que eran las ancas de rana en salsa tártara y no lo podía comer porque nunca sobraba. hastra que un día quedó algo de anca y lo pedí, acompañado de ensalada cesar y una porción de arroz blanco. 

        Lo probé, las ranas sabían a pescado tierno sin espinas de buen sabor y la ensalada cesar era exquisita con el arroz, todo esto me dejó lleno y contento.

       Y al terminar con el almuerzo, le pregunté a mi papá cómo se hacían las ancas, él no me supo dar respuesta, no sabía como se hacía y me dijo que el cheff si lo sabía, me fui corriendo a la cocina, ya que era tarde y casi todo el mundo se había ido y me conseguí al cheff, que era un señor gordo, con una bata blanca, y un gorro sobre la cabeza se veía buena gente, y le pregunté - Señor ¿cómo se hacen las ancas de ranas?

-Y él me dijo, - mijo, las ancas de rana son muy fáciles de hacer, todo esta en cocinar a las ranas, tú no puedes poner a 500 ranas en agua hervida, porque te rompen la olla, además de quedar espachurradas por los saltos que dan, así que las lavas vivas, ya que si las matas pierden parte del sabor, ellas pensarán que las estas bañando, después las lanzas en agua tibia como si fuera en un jacuzzi, chapotean y juegan en el agua, le subes un poco el fuego, y ellas se relajan, tú mientras tanto le lanzas las alcaparras, le lanzas las aceitunas, le lanzas el ajoporro... ellas piensan que les estas echando salvavidas, mientras se relajan, ellas juegan, tapas cuidadosamente la olla, haciéndoles creer que se ha hecho de noche y ¡le subes la candela al máximo! es tal su estado de relajación y terror que no pueden saltar y salvarse, deja que se consuma el caldo, lo cuelas y las cortas por la parte de abajo y botas el resto, ya que no puedes servir la cabeza con sus ojos desorbitados y bocas partidas con los gritos que pegan, ya que nadie se comería eso, y tienes un riquísimo plato.

   Después de esto no me quedaron ganas de saber como te fríen mi pescao.

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