domingo, 29 de diciembre de 2013

Tarzán de los Morros Por Kelder Toti




                                                                                          



   
   
Tarzán de los Morros

                              Por Kelder Toti


En un viaje a San Juan de los Morros del que casi no me acuerdo, fuí invitado por  mí amigo Tarzán a cazar, nos levantamos muy temprano y nos dirigimos en jeep a El Sombrero, nos salimos de la carretera para evitar a la Guardia Nacional que acosa y persigue a los cazadores sin permiso y nos desplazamos a través de las suaves olas verdosas del llano, que se mecen como la caricia tierna del viento, refrescando nuestras caras con el aroma de una mujer bonita: a eso mi amigo se levantó de su asiento, sacó la escopeta de doble cañón discover, la cargó de balas winchester de 20 m.m , y empezó a disparar a cada pajarito que veía volar, pag, pag, pag...
 
Mientras yo aceleraba a toda velocidad llegamos a una quebrada e hicimos una fogata, para asar carne en brasas, mientras prendíamos los leños, la carne expedía una sabrosa fragancia,... De pronto un tigre muy alegre apareció entre los matorrales, Tarzán y yo nos dirigimos a la escopeta y la encontramos vacía,  él se volvió por las balas al jeep y yo prendido por el miedo corrí; él encontró las puertas trancadas y me grito por las llaves, mientras me perdía en el horizonte, mi amigo volvió su cara al tigre y lo miró fijamente, mientras le pedía a Dios por su salvación, el tigre desde la orilla lo veía con atención, se puso de rodillas, cruzó las dos patas delanteras y dijo:- Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a tú reino, bendice este alimento que voy a comer asi como perdono a quien me ofende - , Amén-, después de esto lo miró, brincó y se lo comió.



                                           



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