Rosa, Rosado, Rosadito.
Por Kelder Toti.
Es la historia de la administración pública, se puede resumir en el uso frecuente de la “operación colchón”, las mujeres que se aprovechan de sus encantos personales para acostarse con sus jefes y ascender en el escalafón burocrático. Es una práctica común en las instituciones públicas y privadas. Contaré el caso de la ascensión de la magistrado Gisela Parra, presidenta del Consejo de la Judicatura y también prófuga de la justicia venezolana por dirigir un cacerolazo a un general: se tuvo que radicar en Miami: cuando tenía unos 18 años, ya tenía el deseo de ponerle la mano al presupuesto nacional, una mujer de ese tipo se busca un cabrón, que le sirva de marido, y guarde las apariencias, mientras ella asciende la cuesta del escalafón: desechando, humillando y arruinando, posteriormente, a los hombres que le han servido de escalera.
Es común que estas se eleven por tales cualidades, pero también utilizan otras armas como el estudio o la simpatía; en todo caso son mujeres fatales, para el hombre que se atraviese en su camino. Estas tienden a vengarse de su lujuria, destruyéndolo después de alcanzar sus fines, vengándose de los hombres que la usaron para satisfacer sus deseos, sin distinguir entre su propia familia y amigos.
Se ha inaugurado lujosas “casas verdes” como el Versalles, tanto en la capital como en el interior, donde se puede satisfacer cualquier fantasía sexual y perversión, ya sea sádica o masoquistas, con muchachas traídas del extranjero o locales, siendo una forma novedosa de recopilar información, chantajear y extorsionar a los escuálidos, allí los dueños del antro son funcionarios del gobierno y de la “oposición”, la idea fue dada por un proxeneta holandés conocido como el Mago de Oz, el placer puede costar entre 300 USS y 500 USS, al cambio controlado. ¡Cómo es la decadencia de un país maldito!
Los colegios públicos proveen jovencitas reclutadas por algún profesor celestino, que escoge a las carajitas más desarrolladas y se las lleva: al presidente, a la camarilla, al gobernador, alcalde, etc. Cobrando por sus servicios algún cargo importante del Ministerio de Educación o de la Gobernación, pagándose con algún tipo de favor: una casa, carro, pasaje de avión, etc. Las cosas con la revolución han cambiado un poco, ahora son “carajitos”, de los liceos provenientes de la clase media alta, porque les gustan blanco, rubios, de unos 17 a 22 añitos, fornidos como un ángel, con una poderosa herramienta de 25 centímetros de largo. Una prestigiosa madame formó su “cooperativa de acompañantes”, se llama: Alicia Giraldo, colombiana con prostíbulos en Barranquilla y Cartagena, con unos treinta muchachos a sus servicios en Caracas, que se les paga mensualmente unos cinco millones de bolívares, incluyendo: alojamiento, alimentación, atención médica y gimnasio, que los costea a parte, dispuesta a pagarle al gestor del ministerio que se los lleve: dos millones de bolívares en forma inmediata.
Su mayor peligro no es Sanidad ni el CICPC, sino los cubanos que traen muchachos y muchachas de Cuba, Miami y Centroamérica. Una vez le pregunté por qué le hacía al país algo así. A lo que me respondió:
- Oiga, a un grupo degenerado se le presentan negocios degenerados-. En los bacanales del Hotel Humboldt, participan entre cien muchachos mensualmente, que se “divierten” con los líderes del chavismo y de la "oposición", compartiendo a sus acompañantes, después que se toman unos tragos de Margarita con Cialix, desmontando la lámpara de araña y colocando en su lugar un columpio, desnalgando a mas de uno. No hay partes de su cuerpo que no mancillen ni placer que no deseen experimentar.
Pero la degeneración sexual, no solo se presenta en las altas esferas del poder, también en las Universidades y Liceos públicos, se está volviendo una constante, son comunes los rumores en la Universidad Bolivariana, a cerca de la práctica de prostituir, acosar y someter sexualmente a las alumnas y alumnos por el personal docente y viceversa. Mientras en la UNEFA utilizan a las muchachas más atractivas para hacer seguimiento y trabajos de inteligencia, así no es raro verlas agarradas de la mano de algún opositor; la mayoría de las prostitutas de categoría del Este capitalino son informante de la DISIP, que revisan los bolsillos y maletines de sus clientes mientras duermen. ¿Por qué hemos caído tan bajo?
La desmoralización bajo la cual sucumbe la clase gobernante, refleja la desmoralización general de la sociedad. Esta ha quedado retratada en los pornos videos de las adolescentes liceístas en las cuales muestran sus cualidades escénicas, a nadie le importó hasta que esto trascendió al extranjero. Algunos corren como niños tras las mujeres más jóvenes, la mayoría buscan vicios contra natura y otros se dedican a los espectáculos, a la embriaguez y a las drogas, satisfaciendo cualquier extravagancia que dé la ocasión.
Existe una multitud de vicios que todos saben y muchos critican, pero ninguno desea perdérselo, ni en pensamiento. Es cosa corriente en las ciudades, buscarse una favorita o un favorito, más joven, que valen tanto como un carro nuevo. Si se pregunta por qué coincidió aquella enfermedad social con esta época: será por la ostentación material tanto privada como pública, lo cual se vislumbra en Las Mercedes o en Los Palos Grandes, riqueza enormemente acrecentada por la renta petrolera, obtenida sin esfuerzo alguno, así no extrañó a nadie que los chavistas tomarán el mayor icono de la oposición: La Plaza Altamira a punta de pistola, y una hilera de BMW, Mercedes Benz, Volwaggen, etc. Se concentrarán cada vez más a celebrar los logros de la “revolución” en sus bolsillos.
Una de las tácticas favoritas de los chavistas es negociar por dinero con la gente de la oposición, después de lograr el acuerdo que les concede alguna victoria electoral o les permite algunas de sus "marramucias jurídicas", les manda una "carajita" o "carajito" entrenada por sexólogos y psiquiatras, que buscarán que gaste todo el dinero que tiene o lo envenenarán con viagra u oncobacterias, preparando el terreno para su muerte política o física, el ejemplo de Américo Martí o Enrique Mendoza es elocuente.
Son comunes las orgías con varias muchachas y muchachos de la administración pública en los Penhouse de los chavistas o sus celestinos, donde pasan la tarde consumiendo drogas (piedra) y viagra o cialix, en una de ella murió Carlos Escarra, de un infarto por sobredosis de viagra, al intentar tener sexo con dos muchachas de Universidad Bolibariana en el Penhouse de Maduro en la Boyera después de ser deslechado por una prostituta mandada por Maduro, para lograr tal fin la persona debe hacerse adicta al viagra, Escarra era una piedra en el zapato en el Ministerio de Relaciones Exteriores, así han caído algunos asesores del chavismo y opositores.
El país es víctima de un ci-devant de la clase gobernante, esta se ha transformado, por la borrachera de poder y dinero, en una banda de ladrones, viven con el temor de que una noche la multitud les toque la puerta, y los mate en la calle, por eso buscan a toda costa enriquecerse del erario público, no alcanzándoles, y arremeten contra los caudales privados. Carentes de una estrategia de desarrollo y un plan de la nación que haga viable a la revolución, y les permita mantenerse en el poder, siguen consolándose con: difamar, chantajear, espiar y robar a las personas que por su integridad, no se prestan para sus vulgaridades. Gobiernan escondiendo sus carencias en una retórica vacía, sin sentido ni concepto, que se divulga más por entretenimiento que por enseñanza: conocida como “el socialismo del siglo XXI”, anda buscando una legitimidad perdida entre las masas.
El intento que las desarraigadas masas “retorne a la tierra” de después de ser forzados algunos de ellos a convertirse en campesinos, llama más a la lástima que a la risa, sus casas transformadas en campamento, la sartén en pistola y el trabajo en limosna. Convirtiendo los cuadros de las UPV, Tupamaros, etc: en parodia de soldados. Es peor mil veces que la enfermedad, un grupo armado, urbano, desarraigado y militarizado, que sólo obedece a la persona, ya sea Lina Ron o Darío Vivas.
La “embriaguez del poder” los lleva a darse cuenta de que en realidad son marionetas manejadas por los hilos invisibles de las circunstancias, que no pueden controlar, y más bien los somete, ocultando su verdad a través de la fanfarronería de una grandeza soñada. Pero ahí no termina su degradación moral, se vuelven sodomitas, mitigando su ansiedad con una sed insaciable de placer carnal de los sentidos, evadiéndose de la realidad, creciendo en ellos la codicia del avaro, por el dinero ajeno, utilizando: las invasiones a los edificios privados, la venta de terreno a testaferros, las comisiones a los particulares, que en algunos casos es el 75% del monto, la venta obligada de sus propiedades ante el peligro de ser agredido, la desviación de las partidas, invasiones a los edificios ajenos para luego cobrarle al dueño parte de su pago, etc.
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