viernes, 13 de junio de 2014

La Élite: Vilfredo Pareto. Por Kelder Toti.



La Élite: Vilfredo Pareto


                                                               por Kelder Toti.


Vilfredo Federico Damaso Pareto (París, 15 de julio de 1848 - Ginebra, 19 de agosto de 1923) fue un sociólogo, economista y filósofo italiano. Pareto realizó importantes contribuciones al estudio de la economía y de la sociología, especialmente en el campo de la distribución de la riqueza y el análisis de las elecciones individuales. Fue el creador del concepto eficiencia de Pareto, y contribuyó, con ideas como la de las curvas de indiferencia, al desarrollo de la microeconomía.

De origen aristocrático (era hijo de un marqués exiliado en Francia por pertenecer al movimiento revolucionario de Mazzini), Pareto estudió ingeniería en Turín y desarrolló una carrera brillante como ejecutivo de empresas ferroviarias e industriales. Su vocación por las ciencias sociales fue tardía: hacia 1890 pasó de los aspectos prácticos a los teóricos de la economía, siguiendo la línea de Léon Walras.

Docencia y labor investigadora.

En el año 1890 conoció al ilustre economista Maffeo Pantaleoni, con el que además de aflorar una gran amistad, obtuvo el impulso y la ilusión necesarias para iniciar su carrera docente. En el año 1894 fue elegido y posteriormente nombrado profesor de economía política en la Universidad de Lausanne, cuya escuela de economía fundó el economista notable Leon Walras.

De entre sus principales obras, destacaron: 

‘Curso de economía política’ (1897): una de sus obras principales en la que trató los incentivos que tienen los dirigentes políticos en su quehacer político, y la capacidad de estos para modificar los derroteros de la economía de una nación mediante la parrilla de elecciones elegidas instrumentalizadas en sus políticas económicas

Su primera gran producción investigadora fue la ‘Teoría del Equilibrio Económico’ (1901), donde realizó un importante análisis sobre la teoría de la elección del consumidor, desarrollando conceptos tan importantes como las curvas de indiferencia, una herramienta de tremendo valor para el desarrollo posterior de la teoría económica. Además de afirmar que el desarrollo económico y el nivel de renta de una determinada región depende directamente de los años de estabilidad política, económica y social de los que haya disfrutado

‘El mito virtuista y la literatura inmoral’ (1910), en el que confirmó su pensamiento liberal económico, al tiempo que defendía un sistema económico que abogara por la libertad de acción en el terreno económico, siendo muy crítico con las tesis mercantilistas y con las trabas establecidas en los mercados. Como ya hemos comentado líneas atrás, fue empleada en la década de los años cuarenta para criticar las políticas económicas de Benito Mussolini, empecinado en catapultar el crecimiento económico de la economía italiana mediante un modelo de economía cerrada y autosuficiente mediante el potencial de la industria nacional

‘Tratado de sociología general’ (1916) donde se apoyó en las herramientas de la sociología para analizar los cambios de la riqueza en la sociedad y desarrolló su teoría de los ciclos sociales explicando que las oligarquías caen con el tiempo, siendo reemplazadas por otras.

Según Pareto el conflicto social emana de cuatro grandes causas: la teoría de la acción no lógica, la teoría del análisis del margen, la teoría de las elites y la del equilibrio social. Dentro de los cuales, resaltó el concepto de elite, afirmando que la cúpula de un país ni se hereda ni se conoce a priori, sino que es un círculo de ilustres pensadores que por su trabajo, su capacidad de tomar decisiones, irrumpen en la sociedad siendo capaces de influir en el destino social de su país. 

Al mismo tiempo distinguió entre la elite política y la funcional, siendo estos últimos los más meritorios, puesto que llegan a la propia elite por sus méritos y por razones objetivas. Afirmando que un país llegaría al ‘colapso’ cuando en el poder político la elite puramente política supera en número a la funcional.  Cuando este colapso tiene lugar, se produce una revolución de carácter cíclico, en el que los leones (hombres luchadores, conservadores e idealistas) se imponen a los zorros (hombres calculadores, pensadores y materialistas), imponiendo la objetividad y el mérito.  Junto a economistas como Johann Heinrich von Thünen, Hermann Heinrich Gossen, Carl Menger, William Jevons y Leon Walras, fundó la corriente de pensamiento económico de los economistas marginalistas, en contraposición a los economistas clásicos como Adam Smith o David Ricardo.

Rechazado en el mundo académico italiano, encontró acogida en Suiza, sucediendo a su maestro Walras en la cátedra de economía de Lausana (1893). En los trece años que la desempeñó hizo aportaciones muy relevantes a la teoría del equilibrio, desarrollando los principios de una teoría utilitarista del bienestar (óptimo de Pareto); a partir de análisis estadísticos llegó a la conclusión de que la distribución de la renta en cualquier sociedad responde siempre a un mismo modelo, por lo que serían inútiles las políticas encaminadas a redistribuir la riqueza (ley de Pareto).

En 1906 se retiró de la enseñanza para dedicarse sólo a la investigación, al tiempo que desplazaba su atención de la economía a la sociología. Partiendo de un análisis psicologista de los motivos de la conducta humana (entre los cuales incluyó ampliamente móviles irracionales que no había tenido en cuenta en su pensamiento económico), desarrolló una teoría de las elites que planteaba el carácter inevitable de la desigualdad social y de la dominación de las masas por una minoría selecta.

Su esfuerzo por analizar la vida política prescindiendo de las apariencias ideológicas para profundizar en la realidad descarnada de la lucha por el poder hacen que se le considere, junto con Gaetano Mosca, uno de los iniciadores de la «ciencia política»; en todo caso, su análisis refleja una nostalgia por el mundo liberal europeo en crisis frente a los avances de la política de masas. En sus escritos criticó y ridiculizó las ideas de progreso, democracia, igualdad y socialismo, poniendo en primer plano el componente de fuerza y de engaño que existe en la historia de la humanidad.

Economía:

Vilfredo Pareto fue un autor muy prolífico. Escribió obras de economía y panfletos antigubernamentales desde 1870 hasta la llegada de Mussolini, criticando el intervencionismo y la falta de democracia. En la primera etapa de su desarrollo intelectual, que luego tomaría otro giro, fue continuador de los neoclásicos y demócrata radical.

Pareto fue nombrado profesor de economía (1893) en la Universidad de Lausana, donde permaneció el resto de su vida. En 1906 hizo la famosa observación de que el 20% de la población poseía el 80% de la propiedad en Italia, posteriormente generalizada por Joseph M. Juran en el principio de Pareto (también conocida como la regla del 80-20). En 1909 Pareto introdujo el índice de Pareto (la medida de la desigualdad de la distribución del ingreso) y mostró el modo de distribución de la riqueza: "a través de cualquier sociedad humana, en cualquier época o país"1 (ver distribución de Pareto). Esto, a su juicio, explica por qué sus teorías económicas no coincidían con la realidad observada, y lo empujó al estudio de la sociología y la política.

Esta visión le convirtió en un predecesor ideológico del fascismo; efectivamente, Mussolini intentó apropiarse del prestigio intelectual de Pareto, el cual nunca criticó al fascismo italiano e incluso aceptó que le nombraran senador poco antes de morir. Entre las principales obras de Pareto cabe señalar el Curso de Economía Política (1896-97), el Manual de Economía Política (1906) y el Tratado de sociología general (1916)

En 1893 sucedió a León Walras en la cátedra de economía política en Lausana, donde permaneció hasta su muerte. Además se interesó por la sociología y en 1916 escribió su libro más famoso: Mente y sociedad, en el que analiza las relaciones entre la acción individual y la sociedad.

Utilizando las curvas de indiferencia, reelaboró la teoría de la utilidad y la demanda. Negando la posibilidad de hacer comparaciones interpersonales de utilidad, definió el concepto conocidos ahora como "óptimo de Pareto". Llegó a la conclusión de que al administrar sistemas, solo un número limitado de factores es responsable de la mayor parte de los resultados y también que no es posible mejorar el bienestar de un individuo sin deteriorar el de, por lo menos, otro.

Desde esa perspectiva Pareto desechó algunos postulados económicos, sugiriendo que los individuos actúan basados en elementos instintivos residuales, no lógicos ni racionales.

Política

El descubrimiento de Pareto que las leyes de potencia tienen aplicación a la distribución del ingreso le interesó en el asunto del cambio político. Hasta esa fecha Pareto mantenía cordiales relaciones personales con algunos socialistas individuales, pero siempre pensó que sus ideas económicas eran severamente erróneas. Más tarde comenzó a sospechar de sus motivos humanitarios, y denunció a los líderes socialistas como una "aristocracia de los bandidos" que amenazaban saquear el país y criticó al gobierno de Giovanni Giolitti por no adoptar una postura más dura contra las huelgas de los trabajadores. La creciente agitación entre los trabajadores en Italia lo llevó al campo anti-socialista y anti-democrático.3 Sin embargo, su actitud hacia el fascismo en sus últimos años es motivo de controversia.4 A pesar de que dio la bienvenida al fascismo, y fue honrado por el nuevo régimen (Mussolini le nombró senador vitalicio), se ha dicho que, como pensador político, Pareto continuó siendo un libertario radical hasta el final, expresando serias reservas sobre el fascismo, y manifestando oposición a sus políticas básicas.

La sociología política de Pareto sostiene que mucho de la acción social es ilógica y que mucho de la acción personal está diseñada para dar las acciones no racionales una espuria logicidad. Somos conducidos, enseñó, por ciertos "residuos" (de instintos) y "derivaciones" de estos residuos. Los más importante de estos tienen que ver con el conservadurismo y la toma de riesgos, y la historia humana es la historia de la dominación alternativa de estos sentimientos en la élite gobernante, que llega al poder con la fuerte tendencia al conservadurismo de los “leones”, pero poco a poco cambia a la filosofía de los "zorros" o especuladores. Esto produce una catástrofe, con un subsecuente retorno al conservadurismo. Este ciclo puede ser interrumpido por el uso de la fuerza, dice Pareto, pero la élite se vuelve débil y humanitaria y se rehúsa a usar violencia.

Así pues, para Pareto hay dos tipos de clases gobernantes (la élite constituida por los mejores elementos de la sociedad): los "zorros" y los "leones". Los "zorros" son calculadores, pensadores y materialistas, mientras que los "leones" son conservadores, idealistas y burocráticos. Esa élite no es hereditaria y, por lo tanto, habrá una circulación de élites.

Lo ideal, de acuerdo a Pareto, sería que la élite funcional (los mejores) y la élite del poder coincidieran. Pero esto no es necesariamente así, pues hay quien gobiernan sin ser élite (por influencias, familias, etc.). Si esto se generaliza, la élite en el poder se cierra frente a la nueva élite que surge de la masa, transformándose en una aristocracia. Esto lleva a la decadencia y el colapso, que necesitan y conducen a su sustitución, lo que puede suceder gradualmente o a través de una revolución: "La historia es un cementerio de aristocracias".

Una élite funcional, o buena, es aquella donde hay un buen equilibrio entre zorros y leones. Cuando hay muchos zorros en la élite, los leones se rebelan, y viceversa. La élite debe ser de calidad y circulante.

Pareto influyó sobre ciertos aspectos del fascismo italiano, especialmente al nivel de la propaganda política. Los fascistas intentaron apropiarse de Pareto, y Pareto en cierta manera les correspondió. Sin embargo, en la práctica del "fascismo maduro", los principales escritores y teóricos fascistas no encontraron gran mérito en su obras "políticas", y condenaron definitivamente sus teorías económicas. Así, por ejemplo, Franz Borkenau argumenta que: "En los primeros años de su gobierno Mussolini ejecutó literalmente las prescripciones políticas de Pareto, destruyendo el liberalismo pero al mismo tiempo reemplazando en general el manejo estatal de las empresas privadas, disminuyendo los impuestos sobre la propiedad, favoreciendo el desarrollo industrial, imponiendo un educación (basada en la aceptación ciega de) dogmas...", pero Frid y Lanciotti observan que: "La imagen de Pareto como referente del fascismo fue explotada por parte de los partidarios del Duce y de los nacionalistas, con la explícita intención de legitimar científicamente el fenómeno político.

Esta apropiación de la figura de Pareto entanto teórico y protagonista del fascismo fue fugaz, no llegando a superar la barrera de la década de 1930. La instrumentación de la figura de Pareto por parte del fascismo estuvo asociada a los avatares de las primeras etapas del régimen (1923- 1927), años en los cuales Pareto era recuperado tanto en calidad de “precursor” del nuevo estado o bien como guía intelectual de la renovación política fascista. 

Tal como bien señala en su tesis Ph. Kitzberger, la nueva edición de la Enciclopedia Italiana editada por Treccani en 1931, encomendada por Mussolini a G. Gentile como el instrumento más importante de la “política cultural del fascismo”, no hace referencia alguna al aporte de Pareto ni en el apartado dedicado a la historia del fascismo ni en la explicitación doctrinaria del mismo. Sí en cambio entraban en dentro de la categoría de “precursores”, las figuras de Sorel y de Peguy. El nombre de Pareto sí en cambio fue asociado por los autores de la Enciclopedia con la historia de las ideas económicas: el eminente economista, habría corregido a tiempo su liberalismo inicial y el dogmatismo de la “economía pura”, para reorientar su trabajo teórico al análisis sociológico."

Pareto en nuestros días

Una de las críticas más importantes que se han vertido sobre las tesis de Pareto las realizó la economista Amartya Sen, cuando en su análisis del Teorema de Arrow en el año 1970, demostró la imposibilidad matemática del liberalismo paretiano, al afirmar que es posible que un individuo pueda conseguir un óptimo local de manera individual, pero es imposible que todos los consumidores de un mercado alcancen el óptimo al mismo tiempo. 

Fue autor de frases tan críticas y célebres como: ‘En italia un veinte por ciento de la población posee el ochenta por ciento de la riqueza’, convirtiéndose en la popular regla del 80/20 de la distribución de la riqueza.  

Obras


Tratado de sociología general (1916)
Artículo "Considerazioni sui principi fondamentali dell'economía politica pura" (1893) en la revista Giornale degli Economisti.
Introducción a los Extracts from Karl Marx's Capital (Extractos de El Capital de Karl Marx) (1893)
Leçon d'économie pure à l'Université de Lausanne (1893(?))
Cours d'Economie Politique, 2 volúmenes, (1896-1897)
New Theories of Economics (1897), JPE.
Les Systèmes Socialistes (1901)
Review of Aupetit (1902), Revue d'Economie Politique Manual of Political Economy (1906).
"L'economie et la sociologie au point de vue scientifique" (1907), Rivista di Scienza.

http://www.buscabiografias.com/bios/biografia/verDetalle/3805/Vilfredo%20Pareto. "Vilfredo Pareto".

http://www.elblogsalmon.com/economistas-notables/economistas-notables-vilfredo-pareto. "Vilfredo Pareto".


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