MAX WEBER
Por
Kelder Toti.
Maximilian Carl Emil
Weber (Erfurt, 21 de abrilde 1864 – Múnich, 14 de junio de 1920)
fue un filósofo, economista,jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán,
considerado uno de los fundadores del estudio moderno de
la sociología y
la administración
pública, con un marcado sentido antipositivista.
A
pesar de ser reconocido como uno de los padres de la sociología, Weber nunca se
vio a sí mismo como un sociólogo, sino como un historiador; para
él, la sociología y la historia eran dos empresas convergentes. Sin embargo,
sobre el final de su vida en 1920, escribió en una carta al economista Robert
Liefmann: "Si me he convertido finalmente en sociólogo (Porque tal es
oficialmente mi profesión), es sobre todo para exorcizar el fantasma todavía
vivo de los conceptos colectivos(...)"
Sus
trabajos más importantes se relacionan con la sociología de la
religión y el gobierno,
pero también escribió mucho en el campo de laeconomía. Su obra más reconocida es el ensayo La
ética protestante y el espíritu del capitalismo, que fue el
inicio de un trabajo sobre la sociología de la religión. Pero la gruesa recopilación Economía y sociedad es una suma de ideas y conceptos del
autor.
Weber
argumentó que la religión fue uno de los aspectos más importantes que
influyeron en el desarrollo de las culturas occidental y oriental. En otra de
sus obras famosas, La ciencia
como vocación, la política como vocación, Weber definió el Estado como una entidad que detenta elmonopolio de la
violencia y los medios de coacción, una definición que fue
fundamental en el estudio de la ciencia política moderna en Occidente.
Los inicios
Max
Weber nació en Erfurt, Turingia en Alemania,
siendo el mayor de los siete hijos de Max Weber (padre), jurista y político destacado
del Partido Liberal Nacional en la época de Bismarck y funcionario protestante, y de su esposa Helene, una calvinistamoderada.
Uno de sus hermanos, Alfred Weber,
también fue sociólogo y economista. Debido a la vida pública de su padre, Weber
creció en un ambiente familiar inmerso en la política, y su hogar
recibió la visita de prominentes académicos y figuras públicas. Al mismo
tiempo, Weber demostró ser intelectualmente precoz. El regalo de Navidad que le
hizo a sus padres en 1876, cuando contaba con trece años, resultó ser un par de
ensayos históricos,
titulados "Sobre la maldición de la historia alemana,
con referencias especiales a la posición del emperador y el papa"
y "Sobre el período del Imperio romano desde Constantino a la migración de las naciones".
Parecía ya claro entonces que Weber se dedicaría a las ciencias sociales. A la edad de catorce años
escribió cartas llenas de referencias a Homero, Virgilio, Cicerón y Tito Livio, y antes de ingresar a la
universidad ya poseía un extenso conocimiento sobre Goethe,Spinoza, Kant y Schopenhauer.
Estudios
En 1882, Weber ingresó en la Universidad de
Heidelberg como
estudiante de Derecho.
Se incorporó a la fraternidad de su padre y escogió el campo de las leyes al
igual que él. Aparte de estos estudios, tomó clases de economía y estudió
historia medieval.
Tuvo por profesores, entre otros, a su tío, el historiador liberal alemán Hermann
Baumgarten, autor de dos voluminosas obras sobre la historia española antigua y moderna e hijo y
nieto de pastores protestantes. Adicionalmente, Weber realizó extensas lecturas
sobre temas teológicos.
De
manera intermitente sirvió en el ejército alemán en Estrasburgo y,
en otoño de 1884, regresó a casa de sus padres para estudiar en la Universidad de
Berlín. Los siguientes ocho años Weber vivió en casa de sus padres,
primero como estudiante, luego como ayudante en las cortes de Berlín y
finalmente como docente en la universidad. Su residencia en casa de sus padres
fue interrumpida únicamente por un semestre de estudio en la Universidad de
Gotinga y por cortos
períodos ocasionales de entrenamiento militar adicional. En 1886 Weber aprobó
los exámenes de "Referendar", que le permitían ejercer como abogado.
A
finales de la década de 1880, Weber profundizó sus estudios de historia. Obtuvo
el doctorado en leyes en 1889, con una tesis sobre historia legal titulada La historia de las organizaciones
medievales de negocios. Dos años después, Weber completó su Habilitationsschrift con la tesis sobre La historia agraria romana
y su significación para la ley pública y privada. Habiéndose habilitado
--ya podía ejercer como Privatdozent--
Weber estaba calificado en Alemania para obtener un cargo como profesor
universitario.
Carrera académica.
Durante el tiempo transcurrido entre la
conclusión de su tesis doctoral y el momento en que fue habilitado como
profesor, Weber comenzó a interesarse en política social contemporánea. En
1888, se unió a la Verein für
Socialpolitik, la para entonces nueva Asociación Profesional de Economistas
Alemanes. Esta asociación, afiliada a la escuela histórica, consideraba que el
aporte principal de la economía era la solución de los problemas sociales de
mayor impacto durante la época, y fue pionera en el uso de estudios
estadísticos a gran escala en el análisis económico. En 1890 la Verein creó un programa de investigación para
examinar «la cuestión polaca», término usado para referirse al flujo de
trabajadores agrícolas extranjeros hacia Alemania oriental, mientras sus
trabajadores locales migraban a las ciudades en proceso acelerado de
industrialización. Weber fue puesto a cargo de este estudio y redactó una parte
considerable de sus resultados. El reporte final fue elogiado ampliamente como
un excelente trabajo de investigación empírica, cimentando la reputación de
Weber como experto en economía agraria.
Weber
obtuvo un éxito académico considerable en la década de los años 1890. En 1893, se casó con una prima
lejana llamada Marianne
Schnitger, quien posteriormente se convertiría en feminista y escritora por derecho propio, además
de volverse un factor decisivo en la recopilación y publicación de trabajos
poco conocidos de Weber posterior a su muerte en 1920. En 1894 la pareja se
mudó a Freiburg, donde Weber fue nombrado como profesor de economía en la
Universidad de Freiburg,
cargo que posteriormente continuará al trasladarse a la Universidad de Heidelberg en
1897. Ese mismo año murió su padre, dos meses después de que ambos sostuvieran
una discusión muy fuerte, respecto a la cual nunca tuvieron la oportunidad de
hacer las paces. A partir de entonces, Weber se vuelve cada vez más propenso al
nerviosismo y al insomnio, lo cual dificulta su capacidad de dar clases y
cumplir con sus tareas como profesor. Por tanto, se vio obligado a disminuir y
eventualmente detener su trabajo académico, dejando su último curso, en el
otoño de 1899, sin terminar. Después de meses en un sanatorio durante el verano
y otoño de 1900, Weber y su esposa Marianne viajaron a Italia a finales de este
año, para no regresar sino hasta abril de 1902.
Después
de su inmensa productividad en los tempranos años 1890, Weber no publicó un
solo ensayo entre comienzos de 1898 y finales de 1902, y finalmente renuncia a
su cargo de profesor en otoño de 1903. Sin embargo, continuó trabajando como
profesor privado, ayudado por una herencia obtenida en 1907.
El
mismo año de su renuncia al cargo de profesor, Weber acepta el cargo de editor
asociado del Archivo de Ciencias
Sociales y Bienestar Social junto
a sus colegas Edgar Jaffé y Werner Sombart. En 1904, visitó los Estados Unidos y participó en el Congreso de las Artes y las Ciencias, que se realizó junto a
la Exposición
Universal de San Luis. En 1904, comienzan a aparecer en esta
publicación lo que serían los principales trabajos de Weber, siendo en 1905
cuando se publica su ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo, el cual se convirtió en su
trabajo más popular y sentó las bases para su trabajo futuro sobre el impacto
de la cultura y la religión en el desarrollo de los sistemas económicos. La
importancia del ensayo es tal, por cierto, que resultó ser el único de sus
escritos que fue publicado como un libro mientras él vivió.
En
1912, Weber intentó organizar un partido político de izquierda que combinase
social-demócratas y liberales, pero su intento fracasó debido al miedo que
muchos liberales sentían hacia los ideales --que consideraban revolucionarios--
de los social-demócratas.
Durante
la Primera Guerra
Mundial, Weber sirvió por un tiempo como director de los hospitales
del ejército en Heidelberg. Entre 1915 y 1916 formó parte de
grupos que intentaban mantener el control alemán en Bélgica y Polonia después
de la guerra. Las opiniones de Weber sobre la guerra, y también sobre la
expansión del imperio alemán, cambiaron durante estos años. En 1918, fue
miembro del consejo de obreros y soldados de Heidelberg. El mismo año se
convirtió en consultor de la Comisión del Armisticio Alemán para el Tratado de
Versalles y la
comisión le asignó el borrador de laConstitución de
Weimar. Weber temía intensamente una revolución comunista en
Alemania y se decantaba a favor de insertar el artículo 48 en la constitución. Posteriormente,
este artículo será aprovechado de modo oportunista por Adolf Hitler para
declarar la ley marcial y
así obtener potestades de dictador.
A
partir de 1918, Weber retomó la docencia, primero en la Universidad de
Viena y luego, en
1919, en la Universidad de
Múnich. En Múnich,
fue director del primer instituto de sociología creado en una universidad
alemana, aun cuando jamás ejerció una cátedra de sociología a lo largo de su
vida.
Max
Weber murió de neumonía en
Múnich el 14 de junio de 1920. Debe destacarse que muchos de los trabajos que
son famosos ahora, fueron reunidos, revisados y publicados póstumamente.
Luminarias de la sociología, como Talcott Parsons y Charles Wright
Mills hicieron
interpretaciones significativas de los trabajos de Weber.
Weber y la
política alemana (Formas de Gobierno.
En 1917 Weber escribió una serie de
artículos de prensa titulados "Parlamento y Gobierno en una Alemania
reconstruida". Estos artículos exigían reformas democráticas en la
Constitución del Imperio Alemán de 1871.
Weber
argumentó que los problemas políticos de Alemania se debían esencialmente a un
problema de liderazgo. Otto von Bismarck había creado una constitución que
preservaba su propio poder, pero inhabilitaba a otro líder poderoso para
sucederlo. En enero de 1919, Weber era un miembro fundador del Partido
Democrático Alemán.
Por
su paradójica utilización en las medidas socializantes tanto de la socialdemocracia como del nacionalsocialismo, las
contribuciones del liberalismo de
Max Weber a la política alemana siguen siendo sujeto de controversia.
Weber
dejó la política debido a los conflictos con la derecha en 1919 y 1920, cuando
muchos colegas y estudiantes lo despreciaron por su discurso y posición de
izquierda asumido durante la revolución alemana de 1918 y 1919. En efecto, hubo
estudiantes de derecha que llegaron a realizar protestas frente a su casa.
Weber
abogaba por la democracia como
una herramienta para elegir líderes fuertes. Weber veía la democracia como una
forma de liderazgo carismático donde la "demagogia imponía su deseo sobre
las masas". Por esta razón, la izquierda europea es muy crítica con Weber,
por "haber preparado el terreno intelectual para la posición de liderazgo
de Adolf Hitler", aunque no intencionadamente.
El
firme anti-comunismo de Weber y el reclamo insistente por una política agresiva
de imperialismo alemán le ganó la crítica de la mayoría de los marxistas
alemanes. Weber desilusionó aún más a la izquierda cuando uno de sus
estudiantes, Carl Schmitt (1888-1985),
incorporó sus teorías en el corpus de la propaganda legal de los nazis. Las
cartas personales y profesionales de Weber muestran un disgusto considerable
por el anti-semitismo de sus días, por lo que, tomando además en consideración
el carácter antiliberal del corporativismo de Estado y el totalitarismo de partido único, sería dudoso que
Weber hubiera tenido la convicción de apoyar a los nazis, como sí hicieron Oswald Spengler y Werner Sombart.
En
los Estados Unidos las políticas de Weber son menos conocidas. Sus apologistas
mantienen que la distinción que hacía Weber entre la política (evaluativa por
definición) y ciencia (con "valor-neutral") protegía sus teorías
sociológicas de la áspera realpolitik de sus convicciones personales.
El
debate sobre la política de Weber continúa hasta nuestros días.
Pensamiento:
Aplicó la investigación sociologica a
diversos campos: política, derecho, economía, música y religión. Junto a Karl Marx,Vilfredo Pareto, Ferdinand
Tönnies y Émile Durkheim, Max Weber fue uno de los
fundadores de la sociología moderna. Mientras Pareto y Durkheim trabajaron en
la tradición positivista siguiendo
los postulados de Auguste Comte, Weber creó y trabajó en una
tradición antipositivista, idealista y hermenéutica, al igual que Werner Sombart, su amigo y para entonces, el
más famoso representante de la sociología alemana. Estos trabajos iniciaron la
revolución antipositivista en las ciencias sociales, que marcó la
diferencia entre éstas y las ciencias
naturales, especialmente debido a las acciones sociales de los
hombres. Los primeros trabajos de Weber estaban relacionados con la sociología
industrial, pero son más conocidos sus últimos trabajos sobre
sociología de la religión y sociología del gobierno.
Sociología de la religión.
La obra de Weber sobre sociología de la
religión se abre con
el ensayo La
ética protestante y el espíritu del capitalismo y continúa con La religión en China: confucianismo y taoísmo, La
religión de India: la sociología del hinduismo y budismo y Judaísmo antiguo. Su trabajo
sobre otras religiones fue interrumpido por su muerte en 1920, quedando
pendiente la continuación de los estudios sobre judaísmo antiguo con el estudio
de los salmos,
el libro de Jacob, el Talmud,
cristianismo temprano e Islam.
Sus
tres ideas principales eran: el efecto de las ideas religiosas en las
actividades económicas, la relación entreestratificación
social e ideas
religiosas, y las características singulares de la civilización occidental.
Su
objetivo era encontrar razones que justificaran la diferencia entre el proceso
de desarrollo de las culturas Occidental y Oriental. En el análisis de sus
descubrimientos, Weber mantuvo que las ideas religiosas puritanas (y
más ampliamente,cristianas) habían
tenido un impacto importante en el desarrollo del sistema económico de Europa y los Estados Unidos, pero destacó que
esas no eran las únicas causas del desarrollo. Entre otras causas que mencionó
Weber encontramos el racionalismo en la búsqueda científica, mezclar
observación con matemática, estudio sistemático y jurisprudencia,
sistematización racional de la administración gubernamental, y empresa
económica. Al final, el estudio de la sociología de la religión, de acuerdo con
Weber, apenas exploraba una fase de la emancipación de la magia, ese «desencantamiento
del mundo» que él atribuía como un aspecto distintivo importante de la cultura
occidental.
La ética protestante y el espíritu del
capitalismo
El ensayo de Weber, La
ética protestante y el espíritu del capitalismo, es su obra más
conocida. Se dice que este trabajo no debería ser visto como un estudio
detallado del protestantismo, sino como una introducción a
obras posteriores de Weber, en especial a sus estudios de la interacción entre
varias ideologías religiosas y comportamientos económicos, principalmente del capitalismo y
su espíritu.
En La Ética Protestante y el Espíritu
del Capitalismo, Max Weber presenta la tesis de que la ética protestante y
sus ideaspuritanas influyeron
en el desarrollo del capitalismo. En general, la devoción religiosa
está usualmente acompañada por el rechazo a los asuntos mundanos, incluyendo el
rechazo a la búsqueda de una mejor posición económica. ¿Por qué no es éste el
caso del protestantismo? Weber intenta hacer comprensible esta paradoja entre la ética protestante y su
actitud como preparación para el desarrollo del espíritu capitalista.
Define
al «espíritu del capitalismo» como las ideas y hábitos que favorecen la
búsqueda racional de
ganancias económicas. Weber señala que tal espíritu no existe en la cultura
occidental, cuando lo consideramos como una actitud presente en
individuos. Ya que también hay que tomar en cuenta que estos individuos
–-empresarios heroicos, como él los llama-– no podrían, por sí solos,
establecer un nuevo orden económico (capitalismo). Para ello deben ser aceptadas
socialmente ciertas tendencias. Entre las tendencias propiciadoras estaban: a)
la ambición de ganancias con un mínimo esfuerzo, b) la estimación de que el
trabajo es una maldición divina y una carga que debe ser combatida. Se sabrá
del éxito del exorcismo del trabajo como maldición cuando se produzcan
ganancias que excedan lo que es necesario para una vida modesta. Escribió
Weber: «Para que una forma de vida bien adaptada a las peculiaridades del
capitalismo, pueda superar a otras, debe originarse en algún lugar, y no solo
en individuos aislados, sino como una forma de vida común a grupos enteros de
personas».
Después
de describir los rasgos del espíritu del capitalismo, Weber argumenta que hay
muchas razones para buscar sus orígenes en las ideas religiosas de la Reforma.
Muchos otros observadores, tales como William Petty, Montesquieu, Henry Thomas
Buckle y John Keats, también han comentado la afinidad
entre el protestantismo y el desarrollo del espíritu comercial capitalista.
Weber
mostró que algunos tipos de protestantismo favorecían la búsqueda racional del
beneficio económico. No era el objetivo de esas ideas religiosas, sino más bien
un producto de su espíritu, de la lógica inherente de dichas doctrinas.
Espíritu que, respecto de sus resultados derivados directa o indirectamente,
promovía la planificación y la búsqueda de beneficios económicos. La expresión «ética del
trabajo», utilizada en comentarios actuales se deriva de la ideas
sobre la «ética
protestante» discutida por Weber.
Weber
indicó que la razón del abandono de su investigación sobre el protestantismo
fue que su colega Ernst Troeltsch, un teólogo profesional,
había comenzado a trabajar en el libro Las enseñanzas sociales de las iglesias y sectas
cristianas. Otra causa de la decisión de Weber fue que ese
ensayo proporcionaba la perspectiva para una amplia comparación entre religión
y sociedad.
Max
Weber fue sin duda uno de los estudiosos que más se ha acercado a comprender el
espíritu del capitalismo desde sus raíces éticas en la religión. De hecho, se
ha logrado establecer que incluso la Mitología Germánica antigua ha favorecido
la formación de la ética --de las actitudes básicas del obrar humano-- del
capitalismo. Así, Maximiliano
E. Korstanje sugiere
que Weber estaba en lo correcto al señalar que la génesis del espíritu
capitalista nacía del espíritu ético protestante: como es la comprensión de la
vida como predestinación al castigo o al premio divino. Vale decir, que no fue
la Reforma el movimiento que inicia el capitalismo, sino la propia matriz
cultural protestante germánica, en donde la predestinación ya jugaba un rol
importante. Pero, esta tesis no explica lo sucedido en Paises Bajos, un país
originalmente católico, que experimentó también avances notables en materia
industrial sin tener el espíritu protestante. Según Korstanje, el pujante
crecimiento de Paises Bajos no está determinado por su afiliación religiosa
cristiana, sino por su herencia religiosa nórdica. Las estructuras mitológicas
germánicas han conferido valores específicos a Europa y Estados Unidos para la
consolidación del capitalismo. Entre ellos se encuentran, la predestinación, el
aprecio del trabajo, el amor romántico y la destrucción creativa.
La religión de China: confucionismo y taoísmo
La
religión de China: confucianismo y taoísmo fue el segundo trabajo más importante de Weber sobre la
sociología de la religión. Weber se centró en aquellos aspectos de la sociedad
china que más distaban de los de la Europa Occidental, especialmente en
contraste con el Puritanismo. Y trató de mostrar por qué el capitalismo no
había triunfado en China.
Weber
destacaba que el confucianismo toleraba un gran número de cultos populares sin
tratar de sistematizarlos en una doctrina religiosa. En lugar de hacer
esfuerzos transformadores del mundo para conocer la voluntad divina respecto la
salvación, enseñaba un ajuste al mundo. El hombre «superior» debía mantenerse
al margen de la búsqueda de riquezas. Como consecuencia, ser un funcionario era
preferido a ser un hombre de negocios, garantizando un estatus mayor.
La
civilización china no tenía ninguna profecía religiosa ni una clase sacerdotal
poderosa. El emperador ejercía como sumo sacerdote de la religión de estado y
como máximo mandatario.
De
acuerdo con el confucianismo, la adoración de grandes deidades es asunto del
Estado, mientras que los cultos ancestrales es requerimiento de todos. Toleraba
magia y misticismo, al ser herramientas útiles para el control de las masas;
sin embargo, los consideraba herejías cuando atacaban el orden establecido (en
contraposición al budismo). Nótese que en este contexto, el confucianismo puede
ser considerado como culto de estado y el taoísmo como la religión popular.
Weber
aseguraba por contraste: diversos factores favorecieron el desarrollo de la
economía capitalista (largos períodos de paz, mejoras en el control de ríos,
crecimiento poblacional, libertad
para la adquisición de tierras y para la emigración, libre elección
laboral). Pero éstos factores positivos no generan sus resultados, no tendrán
éxito, a menos que promuevan ideales religiosos ya aceptados:
·
Los avances técnicos se
oponían a la base de la religión, en el sentido que se consideraba que la
alteración de los espíritus ancestrales traía mala suerte. Se prefería la
adaptación al mundo que su cambio.
·
Las ventas
de tierra eran a menudo prohibidas o dificultadas.
·
Los grupos
familiares protegían a sus miembros de adversidades económicas, desalentando
los pagos de deudas, disciplina laboral, y racionalización
de los procesos de trabajo.
· Estos grupos familiares impedían el desarrollo de una clase urbana,
entorpeciendo del mismo modo las instituciones legales, la codificación de
leyes, y la creación de una clase judicial.
Según
Weber, el confucianismo y el puritanismo representan dos tipos de
racionalización exhaustivos pero mutuamente excluyentes, que tratan de ordenar
la existencia humana de acuerdo a éticas religiosas con
acentos que favorecen o entorpecen la aceptación de la actitud básica del
capitalismo. Ambos favorecían la sobriedad y el autocontrol, siendo compatibles
con la acumulación de riquezas. Sin embargo, el objetivo del confucianismo era
lograr y preservar una posición de estatus, empleándolo como medio: adaptación
al mundo, educación, auto-perfección, buenas maneras y
piedad familiar. El puritanismo utilizaba otros medios para conocer --por medio
del éxito en las actividades-- cual es la voluntad de Dios sobre la
predestinación. Se sabe la voluntad de un Dios silencioso --que no informa a
los hombres sobre si serán salvados o condenados-- por los resultados en el
mundo: cuando se obtiene riqueza como producto del trabajo es porque Dios así
lo quiere. El éxito de los trabajos humanos es indicio de la bendición divina:
se estará del lado de los salvados. Si el trabajo genera pobreza o los
resultados son malos es porque Dios no lo desea: y se estará del lado de los
condenados. Es un castigo o una muestra de que la voluntad de Dios va en otra
dirección. Esta creencia y entusiasmo en los resultados de la acción humana
para conocer la voluntad de Dios eran ajenas a los valores estéticos del
confucianismo. Así, Weber afirma que fue la diferencia en la mentalidad
religiosa lo que contribuyó al desarrollo del capitalismo en Occidente y su
ausencia en China.
La
religión en la India: la sociología del hinduismo y el budismo.
La religión en la India:
como la sociología del hinduismo y el budismo fue la tercera obra más
importante de Weber sobre la sociología de la religión. En este trabajo, se
trata la estructura de la sociedad india, las doctrinas ortodoxas del hinduismo
y las heterodoxas del budismo, las modificaciones por influencia de la
religiosidad popular, y finalmente el impacto de las creencias religiosas en la
ética secular de la sociedad india.
El sistema social indio se
articula a partir del concepto de casta. Éste enlaza directamente con las creencias
religiosas y la segregación de la sociedad en grupos. Weber describe el sistema
de castas, consistente en los brahmins (sacerdotes), los kshatriyas
(guerreros), los vaisyas (mercaderes) y los Shudras (obreros). A continuación,
describe cómo se esparció el sistema de castas en la India a través de
conquistas, de la marginación de ciertas tribus y de la subdivisión de las
propias castas.
Weber se centra
especialmente en los Brahmins, analizando por qué han ocupado durante siglos el
lugar más destacado en la sociedad. De acuerdo al concepto de dharma, concluye
que el pluralismo ético indio es muy diferente de la ética universal del confucianismo
y cristianismo. El sistema de castas impide del desarrollo de grupos urbanos
con distintos estatus.
Por otra parte, Weber
analiza las creencias religiosas hindúes, incluyendo el ascetismo y la visión
del mundo hindú, las doctrinas bramánicas ortodoxas, el apogeo y declive del
budismo en la India, la restauración hindú, y la evolución de los gurús. Weber
se pregunta si la religión tuvo alguna influencia en la rutina mundana, y en su
caso, cuál fue su impacto en las conductas económicas. Subraya la idea de un
orden mundial inmutable consistente en ciclos eternos de reencarnación y el
desprecio de lo mundano, encontrando que el sistema tradicional de castas,
apoyado por la religión, ralentizaba el desarrollo económico y el capitalismo.
Weber concluye su estudio de
la sociedad y religión en la India combinando sus hallazgos con su trabajo
previo sobre China. Destaca que las creencias tienden a interpretar el sentido
de la vida como una experiencia mística, que los intelectuales suelen ser
apolíticos, y que el mundo social estaba fundamentalmente dividido entre los
educados, cuyas vidas se orientaban hacia la conducta ejemplar de un profeta o
sabio, y las masas no educadas, cautivas de su rutina y creencias mágicas. No
hubo ninguna profecía mesiánica que pudiera haber dotado de un plan y sentido a
la vida cotidiana comunes a educados y no educados. Argumenta que fueron
precisamente estas profecías mesiánicas en Oriente Próximo los que evitaron que
los países occidentales siguieran los caminos de desarrollo chinos e indios. Su
siguiente trabajo, Judaísmo antiguo, fue un intento de probar esta teoría.
Judaísmo antiguo:
En Judaísmo antiguo, su
cuarto trabajo más importante sobre la sociología de la religión, Weber explica
la combinación de circunstancias que fue responsable de las primeras
diferencias entre la religiosidad oriental y occidental. Esto se hizo
especialmente patente cuando surgió en el cristianismo occidental el ascetismo
intramundano, en contraste con la contemplación mística india. Weber asegura
que algunos aspectos del cristianismo (originados en el judaísmo antiguo)
tienen como fin conquistar y cambiar el mundo, más que renunciar a sus
imperfecciones.
Según Weber, para los
judíos, el mundo es un producto histórico diseñado para dar lugar al orden
verdadero de Dios. Si bien el judaísmo legó al Cristianismo su hostilidad hacia
la magia, Weber define el comportamiento económico judío como «capitalismo
paria» e irracional (en referencia al capitalismo «racional» cristiano).
Weber analiza la historia de
los judíos, así como su particular relación con Yahvé, la influencia de cultos
foráneos, los tipos de éxtasis religioso, y la lucha de los sacerdotes contra
el éxtasis y la adoración de ídolos. Además, estudia los aspectos sociales de
la profecía bíblica, la orientación social de los profetas y su ética y
teodicidad.
Sociología de las políticas
y gobierno:
Dentro de la sociología de
las políticas y gobierno, el ensayo más significativo de Weber es probablemente
La política como vocación. En él, Weber revela la definición de Estado que se
ha convertido tan importante en el pensamiento social occidental: que el Estado
es la entidad que reclama el monopolio sobre el legítimo uso de la fuerza
física. La política se debe entender como cualquier actividad a la que puede
dedicarse el Estado para influir sobre la distribución relativa de fuerza. La
política, por tanto, se deriva del poder. Un político no debe ser un hombre de
la «ética cristiana verdadera», es decir, la de ofrecer la otra mejilla.
Alguien partidario de tal ética debería ser considerado como un santo, ya que
son únicamente los santos, según Weber, los que la siguen apropiadamente. El
reino político no es un reino de santos. Un político ha de abrazar la ética del
fin último y la de la responsabilidad, y debe sentir pasión por su advocación y
ser capaz de distanciarse él mismo de la materia de sus esfuerzos (los
gobernados).
Weber distinguía tres tipos
puros de liderazgo político, dominación y autoridad: dominación carismática
(familiar y religiosa), dominación tradicional (patriarcas, patrimonialismo,
feudalismo), y dominación legal (ley y Estado moderno, burocracia). Según su
punto de vista, cada relación histórica entre gobernantes y gobernados contiene
elementos que pueden ser analizados con base en esta distinción tripartita.
Además, afirma que la inestabilidad de la autoridad carismática inevitablemente
lleva a la fuerza a «rutinizarse» en una forma más estructurada de autoridad.
Del mismo modo, asegura que en un tipo puro de regla tradicional, una
resistencia al maestro suficiente puede llevar a una revolución tradicional.
Por ello, alude a un movimiento inevitable hacia una estructura racional-legal
de la autoridad, utilizando una estructura burocrática. Así, esta teoría puede ser
vista en ocasiones como una parte de la teoría social evolucionista. Ésta
enlaza con su concepto más amplio de racionalización sugiriendo la
inevitabilidad de un movimiento en esta dirección.
Weber es también conocido
por su estudio de la burocratización de la sociedad, los modos racionales en
los que las organizaciones sociales aplican las características de un tipo
ideal de burocracia. Muchos aspectos de la administración pública moderna
vuelven a él, y un servicio civil clásico y organizado jerárquicamente del tipo
continental es denominado servicio civil weberiano, aunque esto es sólo un tipo
ideal de administración pública y gobierno descrito en su obra magna Economía y
sociedad, y uno que no le gustaba especialmente, ya que lo consideraba únicamente
eficiente y exitoso. En su trabajo, Weber hace una descripción, que se ha
vuelto famosa, de la racionalización (de la que la burocratización es una
parte) como un cambio desde una organización y acción orientada a valores
(autoridad tradicional y autoridad carismática) a una organización y acción
orientada a objetivos (autoridad racional-legal). El resultado, de acuerdo a
Weber, es una «noche polar de oscuridad helada», en la que la racionalización
creciente de la vida humana atrapa a los individuos en una jaula de hierro de
control racional, basado en reglas. Los estudios sobre la burocracia de Weber
le condujeron también a su análisis - correcto, pues resultaría así - de que el
socialismo en Rusia llevaría, debido a la abolición del mercado libre y sus mecanismos,
a una sobreburocratización (evidente, por ejemplo, en la economía de la
escasez) más que a un alejamiento fulminante del Estado (como Karl Marx había
predicho que sucedería en una sociedad comunista).
Economía:
Reconocido hoy en día como uno
de los fundadores de la sociología moderna, también tuvo un papel importante en
el campo de la economía.
Desde el punto de vista de
los economistas, Weber es el representante de la escuela de economía alemana
histórica más joven. Sus contribuciones más valoradas en este campo es su
trabajo La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Se trata de un
ensayo sobre las diferencias entre las religiones y la riqueza relativa de sus
seguidores. El trabajo de Weber es paralelo al tratado de Sombart sobre el
mismo fenómeno, que sin embargo atribuía el auge del capitalismo al judaísmo.
Otra contribución de Weber a la economía (así como a las ciencias sociales en
general) es su trabajo en la metodología: sus teorías de Verstehen (conocido
como comprensión o sociología interpretativa) y de antipositivismo (sociología
humanista).
La doctrina de la sociología
interpretativa es bien conocida y debatida dada su controversia. Esta tesis
asegura que la investigación social, económica e histórica no puede nunca ser
totalmente inductiva o descriptiva ya que uno debe siempre aproximarse a ella
con un aparato conceptual. Este aparato fue identificado por Weber como tipo
ideal. Se basa en lo siguiente: un tipo ideal se forma a partir de
características y elementos de ciertos fenómenos dados, pero no intenta
corresponderse con todas las características de un caso particular. Es
interesante compararlo con el concepto de Ferdinand Tönnies de tipo normal.
Weber concedió que el empleo
de tipos ideales era una abstracción, pero afirmaba que sin embargo era
esencial si uno pretendía entender cualquier fenómeno social particular, ya
que, a diferencia de los fenómenos físicos, ellos involucran comportamientos
humanos que deben ser interpretados por tipos ideales. Esto, junto con su
argumentación antipositivista, puede ser visto como la justificación
metodológica para la asunción del hombre económico racional (Homo economicus).
Max Weber formuló una teoría
de tres componentes de estratificación, cuyos componentes conceptuales son una
clase social, un estatus y un partido político.
La clase social se basa en
la relación con el mercado determinada económicamente (nivel económico). El
estatus se basa en cualidades no económicas, como el honor, el prestigio o la
creencia religiosa. El partido hace referencia a las afiliaciones de carácter
político.
Estas tres dimensiones
tienen consecuencias en lo que Weber denominó «oportunidades vitales».
Weber hizo múltiples
contribuciones a la economía, incluyendo una historia económica de la sociedad
agraria romana; o un trabajo sobre los roles duales del idealismo y el
materialismo en la historia del capitalismo en su Economía y sociedad, que
presenta sus críticas o revisiones de algunos aspectos del marxismo.
Finalmente, su Historia económica general es quizá su mayor logro en la
investigación empírica.
Otros datos:
Mientras Pareto y Durkheim
siguieron las ideas de Comte, trabajando sobre las ideas del positivismo, Weber
trabajó dentro del idealismo o la tradición hermenéutica. Clave para entender
el proceso de análisis de la realidad social es el concepto de que la
sociología debe ser una comprensión interpretativa (o verstehen) de la acción
social.
Gran parte del trabajo de
las organizaciones procede de su trabajo sobre la burocracia. Ella deriva de la
acción racional es la acción social. Sus ideas sobre la relación del
protestantismo y el desarrollo del capitalismo son extraordinariamente
polémicas. Visto por muchos como una suerte de diálogo con Marx sobre el
desarrollo de las sociedades.
Se opuso a la utilización
del razonamiento abstracto puro, prefiriendo siempre una investigación empírica
y a menudo histórica. Su metodología modela su investigación y la combinación
de ambas fundamenta su orientación teórica.
Fue el hermano de Alfred
Weber, otro sociólogo destacado.
Trabajos fundamentales de
Weber.
La ética protestante y el
espíritu del capitalismo (1903)
Historia de la agricultura
romana
Sociología de la comunidad
La ciencia como vocación y
La política como vocación - Dos lecciones que se publican en conjunto.
Estudios sobre la sociología
de la religión (1921)
Estudios de metodología
(1922)
La revolución rusa
La religión de China:
Confucianismo y Taoísmo
Economía y sociedad, obra
póstuma, fundamental.
El Político y el Científico
Traducciones recientes.
Sociología del poder: los
tipos de dominación, Alianza (2012) ISBN 978-84-206-6947-2
La ética protestante y el
espíritu" del capitalismo, Alianza (2012) ISBN 978-84-206-6946-5;
Biblioteca Nueva (2012) ISBN 978-84-9940-411-0
El político y el científico,
Alianza (2012) ISBN 978-84-206-6939-7
Conceptos sociológicos
fundamentales, Alianza (2010) ISBN 978-84-206-6002-8
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