viernes, 4 de abril de 2014

La Capacidad Estratégica de las FAN. Por Kelder Toti.


                      Las FAN 

                           Por Kelder Toti
 
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de la República Bolivariana de Venezuela está integrada por alrededor de 250.000 a 350.000 combatientes activos, ya que existe una nómina fantasma, que le permite a los oficiales del Ejército y de la Milicia enriquecerse, se calcula que la Milicia Nacional está formada por 80.000 hombres, en capacidad de prestar servicios como reservistas. No obstante, esta cifra de efectivos activos en caja, se aproxima a 155.000 hombres y mujeres de primera línea (incluyendo los más aptos para ser llamados primero, entendiéndose por estos, aquellos hombres y mujeres en edades de 17 - 39 años), distribuidos en cinco (5) componentes de Tierra, Mar y Aire. 

Esto según lo prescribe el Artículo 328 de la Constitución Nacional y el Artículo n° 29 de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Dichos componentes se complementan con la Milicia Nacional Bolivariana, la cual es un cuerpo especial de reservistas organizado por el Estado Venezolano, integrado por la Reserva Militar y la Milicia Territorial destinada a complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la Defensa Integral de la Nación y garantizar su independencia y soberanía.

Por tanto, los mencionados componentes que conforman la Fuerza Armada Nacional Bolivariana son, a saber, los siguientes:
·                     Milicia Nacional Bolivariana
·                     Ejército Nacional Bolivariano
·                     Armada Nacional Bolivariana
·                     Aviación Militar Nacional Bolivariana
·                     Guardia Nacional Bolivariana

Los principales roles cumplidos por la Fuerza Armada son la defensa de la soberanía del territorio nacional, espacio aéreo, insular, el combate al tráfico de drogas, búsqueda y rescate y protección civil en los casos de desastre. Todos los ciudadanos venezolanos varones tienen el deber legal de inscribirse en el registro militar al cumplir los 18 años de edad, que es la mayoría de edad en Venezuela, aunque la prestación como tal del servicio actualmente es voluntaria. 

A parte del funcionamiento esencial de la seguridad y defensa de la Nación con el funcionamiento de los cuatro (4) componentes y la Milicia Nacional, la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana señala también el funcionamiento de la Guardia de Honor Presidencial de Venezuela en su artículo No. 8, así como su condición de cuerpo encargado de la seguridad, custodia y protección del Presidente(a) de la República así como sus familiares directos.

La Fuerza Armada Nacional de Venezuela está compuesta por 350,000 efectivos en total (esto sin contabilizar las reservas). Este contingente es de 350.000 hombres y mujeres estaría distribuido de la siguiente manera: el Ejército Nacional (210.000 efectivos; 60% del total); la Guardia Nacional (52.500; 15% del total); la Armada Nacional (35,000; 10% del total); y la Aviación Militar (52.500; 15% del total) Milicia Nacional o Reserva (con alrededor de 787.500 efectivos en buen estado para la guerra, aunque es una exageración sin nínguna base real) ya que es cuerpo entrenado para la represión interna y no para la guerra convencional o asimétrica, lo que la pone a merced de sus enemigos naturales; se recuerda que los porcentajes se calculan en base a la cantidad total por componente y las cifras son aproximadas. Venezuela ocupa el tercer lugar en la relación de efectivos militares por cada 10 mil habitantes para Sur América.

Expertos estiman que estas cifras son un aproximado y que no son exactas. Algunos de ellos, señalan la cantidad de efectivos entre los 700.000 y 1.000.000 de hombres y mujeres (entre pie de fuerza y milicia nacional). Sin embargo, de manera oficial no se ha publicado información alguna sobre el pie de fuerza de la FANB.

Ejército Nacional


El Ejército venezolano, está conformado hoy por unos 210.000 efectivos (incluidos los conscriptos, que carecen de entrenamiento adecuado, ya que los únicos que tienen conocimiento sobre el uso de las armas son los oficiales y los sargentos), su función principal es la de planificar, ejecutar y controlar las operaciones militares terrestres en coordinación con los restantes componentes de la Fuerza Armada Nacional, cosa que no ocurre al carecer las FAN de experiencia de combate y el uso de las armas combinadas, en procura de la Defensa integral de la Nación. 



Está organizada actualmente por seis Divisiones operativas, aunque pudiera elevarse a 20 Divisiones con 14 Divisiones  de Fusileros, si se contara con el equipo y entrenamiento necesario. Esta cuenta con un Comando de la Aviación del Ejército, un Cuerpo de Ingenieros, y los comandos de Logística y de las diferentes Escuelas, respectivamente. El  Ejército Nacional es escazo en armamento moderno y poco disciplinado, con pocas unidades acorazadas, de infantería, de ingenieros y de artillería con resolución o entrenamiento adecuado, con una limitada capacidad de proyección, y recursos, que le permiten desarrollar operaciones de tipo aeroterrestre de manera local para su dimensión, ya que carece de capacidad estratégica, frente a sus principales enemigos (USA, Cuba, Brasil y Colombia). Ya que su operatividad es para la represión interna no para una guerra convencional.

El origen más antiguo del Ejército organizado y profesionalizado que conocemos hoy, se remonta a las Tropas Españolas acantonadas en la otrora Capitanía de Venezuela, de finales del siglo XVIII. Hasta 1786 política y militarmente, la Provincia de Venezuela dependió de Santo Domingo (hoy República Dominicana) o de Santa Fe (hoy Colombia), pero a partir de ese año, el 13 de septiembre se crea una Audiencia, por lo que las tropas españolas acantonas en dicha localidad, pasan a un mando local.
Pero también las demás provincias del país, pasaron al mando del Capitán General de Venezuela. Se crean de esta manera una serie de unidades autónomas. Anteriormente, y desde 1732 que se crea la Comandancia Militar, se habían creado una serie de batallones, y habían unos piquetes de Infantería pertenecientes a  los regimientos afincados en España. Los primeros piquetes de Caballería se forman en 1751, cuando arriban cuatro de España. Dos años después (1753) se crean las primeras compañías de Artillería, y comienzan a ingresar a las filas los criollos blancos y pardos. 

Ese mismo año se crea el Batallón de Caracas. Hasta la creación de este batallón, la defensa colonial se basaba en pequeñas compañías de milicianos. Progresivamente, la política racista y de supremacía blanca de la Corona Española, va cediendo y permite el ingreso a las milicias, de morenos y negros. Fue bajo este crisol de unidades que se formaron la mayoría de los cuadros de oficiales que luego desarrollarían y comandarían las Tropas Patriotas en la Guerra de Emancipación, incluidos el generalísimo Francisco de Miranda, el Libertador Simón Bolívar, el padre de Bolívar (que llegó a ser coronel de las Milicias de Aragua), los generales en jefe Santiago Mariño, Rafael Urdaneta, entre otros muchos otros.

Ya en los primeros años del siglo XIX, muchos de estos oficiales venezolanos, comenzaron a arribar al país luego de participar en campañas militares en el exterior, en la Guerra de la Independencia estadounidense, en la Revolución Francesa; o bien luego de culminar sus estudios en Europa. Con ellos arribaron también una serie de mercenarios de muy diversas nacionalidades: ingleses, escoceses, irlandeses, franceses, alemanes, brasileños, polacos, rusos, entre otros, que elevaron la capacidad de combate de los patriotas. 


Se puede decir que las primeras dos décadas del siglo XIX, el naciente Ejército Libertador, se van en medios de la formación más intelectual que militar de sus cuadros, en las diversas intentonas de desatar la guerra revolucionaria, y en tratar de estructurar un ejército moderno, en medio de esa tarea, es sorprendido el generalísimo Francisco de Miranda, y aparece la figura militar de José Antonio Páez y Antonio José de Sucre, quienes ostentan la formación teórica Ejército Libertador, y llama a la acción inmediata. 

Páez sorprende a sus colegas militares contemporáneos, cuando rechaza parcialmente, los postulados militares napoleónicos, en favor de la caballería de lanceros y adopta conductas y costumbres militares más bien venezolanas, que se deberían retomar e incluso acepta la ayuda de la Corona Británica, coordinada por Simón Bolívar. Y no se equivocó: el siglo XIX, a la larga, es dominado por las influencias militares británicas y prusianas. Ya en la batalla, Páez comienza a desarrollar sus propias tácticas, estrategias y costumbres militares, cuyo legado nos llega hasta el día de hoy, que ha sido desechado por el bolivarianismo.

Al contrario a lo que se ha escrito, la segunda mitad del siglo XIX, el Ejército regular jamás se desactivó, y si bien su desarrollo fue obstinadamente lento, ya que solo alcanzó a forma 6 batallones en línea de combate, no se detuvo nunca, prueba de ello es que se mantuvo durante ese tiempo una escuela de oficiales (la Academia Militar de Matemáticas, que por decir algo se adelantó en décadas a la política de unificación de armas y servicios de la Academia Militar española, de hecho esta es posterior a la venezolana), una Tropa permanente, se crean nuevas armas y servicios, incluido el Cuerpo de Zapadores. 

Esta etapa del Ejército venezolano, esta signada por luchas intestinas y un dominio importante de las milicias locales, sin formación profesional. La poca ayuda externa en materia militar en esta etapa, se limitó a los ingleses. Las figuras militares (políticamente hubo otras figuras) del Ejército más importantes de esta etapa son el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, el general en jefe Cipriano Castro, el General de Brigada Ezequiel Zamora y Manuel Ezequiel Bruzual.
Ya en la primera mitad del siglo XX, aparece la figura política del general en jefe Juan Vicente Gómez, el cual inicialmente basado en los planes del general en jefe Cipriano Castro, comienza una modernización profunda en el Ejército, pero no crea un Ejército nuevo como algunos historiadores señalan, ya que éste sería formado por Castro. Esta modernización contó con la ayuda de instructores y consejeros chilenos, franceses, italianos y alemanes. Curiosamente, la tardía influencia prusiana, no le llega al Ejército venezolano de la mano de los alemanes, sino de la mano de los chilenos. En esta etapa las figuras militares y políticas más relevantes (aparte del propio general Gómez), fueron el general en jefe Eleazar López Contreras y el general de división Isaías Medina Angarita.

La segunda mitad del siglo XX, nace igual de turbulenta para el Ejército, pero este se proyecta al futuro como una fuerza moderna, si bien aún no cohesionada bajo un mando flexible, equilibrado y capaz, desde un punto de vista militar. Ya bajo el gobierno del General de División Marcos Pérez Jiménez, aparece la influencia cultural, política y militar más preponderante de toda la historia del Ejército: la influencia estadounidense, que será un grave error.

Aunque intenta diversificar los proveedores para no hacerlo dependiente de los suministros americanos. De manera celosa el Ejército Nacional, a los largo de las posteriores décadas, mantuvo en su seno, una precaria pero existente influencia francesa, a modo de equilibrio ante la avasallante influencia estadounidense, que de poco sirvió como se demostraría posteriormente con el veto de venta de armas de los norteamericanos. 

Entre los años 1945 y 1952, se produce un importante programa de equipamiento militar casi monopolizado por las compras a los Estados Unidos (aunque otras fuerzas adquirieron material de otras procedencias). Y nuevamente en los primeros años de la década de los años 70, aunque de una manera más equilibrada por sus orígenes, se desechó la posibilidad de fabricar piezas y partes de repuesto manera local o desarrollar una industria de armento nacional de envergadura.

El nuevo Ejército del siglo XXI, nace nuevamente bajo un escenario turbulento en lo interno y externo de la nación, por las sucesivas crisis del modelo político chavista. Pero en relativamente poco tiempo, ha sufrido cambios importantes, y ha retomado sus viejos estándares revolucionarios, socialistas y anti-imperialistas como doctrina, aunque ésten vacío de contenido conceptual y doctrinal en lo militar.
·En cuanto al equipamiento del Ejército Bolivariano, influenciados por el "Veto a las compras militares" impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos de América durante el gobierno de George W. Bush, por la retórica incendiaria de Hugo Chávez,  dejó inutilizado por falta de repuesto el 40% de los sistemas, que se deben recuperar al llegar a un acuerdo con el Congreso Norteamericano; se producen cambios significativos en relación a los proveedores tradicionales de armamento, donde la principal fuente de material bélico era Estados Unidos, y pasa a ser reemplazada por Rusia y China, de menor calidad que el armamento americano. 

El proceso de modernización emprendido en el ejército incluye a su vez el mejoramiento de la capacidad de movilización de tropas y ataque, mediante la adquisición de helicópteros de transporte y artillados de fabricación rusa, despreciando la posibilidad de fabricarlos localmente, bajo licencia.
Los fusiles belgas FN FAL de 1952 han sido reemplazados por 100.000 fusiles rusos Kalashnikov AK-103, 50.000 fusiles AK 74 bieloruso, restándole poder de fuego a la infantería en combates urbanos, lo mejor hubiera sido  la modernización del FAL. A la par de la adquisición de estos fusiles, se negoció la licencia de la producción en Venezuela de este modelo.
En agosto de 2007, el ejecutivo anunció la compra de 5.000 rifles Dragunov para francotiradores, careciendo de una escuela de calidad para el desarrollo del francotirador y su asistente, lo mejor es contratar mercenarios rusos o ucranianos que mejoren la habilidad táctica de los francotiradores.
·Es de resaltar el desarrollo del vehículo táctico de fabricación local denominado Tiuna, que sería el transporte ligero estándar de tropa, que sustituyó al costoso Humvee. Contando con hasta con 9 modelos (entre ellas antitanque, antiaéreo, policía militar, etc). Entre otros avances bélicos el ejercito venezolano presentó el fusil de precisión "Catatumbo" que varía de calibres como .50, 7.62, etc. Sin los sirvientes entrenados adecuadamente para su uso.
Para complementar los batallones blindados del Ejército se inició en mayo 2011, cuando se recibieron los primeros 35 carros de combate T-72B1, 16 BMP-3, 32 BTR-80A; 24 lanzacohetes móviles BM-21 Grad y el obús autopropulsado 2S19 MSTA-S, hoy en día están en servicio; 192 tanques T-72B1, 150 BTR-80A, 50 BM-21 Grad y mas de 50 2S19 Msta-S en el Ejército. Siendo insuficiente el armamento pesado para enfrentar una invasión de los USA o repeler un ataque preventivo de Colombia. Ya que para repeler una invasión, necesitaría poseer 40 Divisiones Profesionales, 60 Divisiones de Segunda Línea y 20 Divisiones de Reserva.
El Ejército Nacional carece de las táctica y de la Estrategia, que le permita hacerle frente una invasión de sus enemigos naturales, que deberá ser suplida con expertos extranjeros que instruyan a la oficialidad en guerra convencional, a los sargentos en dirección de pelotón y entrenen en armas, formación de espíritu de cuerpo y tácticas de combate urbano y rural a los soldados profesionales; acentuada esa deficiencia al carecer de un Estado Mayor de Tierra que planifique el crecimiento armónico del Ejército, tomando en cuenta las limitaciones del país, evitando que éste se convierta en un lastre para el país cuando caíga los precios del petróleo.

Ya en el siglo XXI, el Ejército venezolano ha experimentado un crecimiento sin precedentes, incorporando material bélico procedente mayormente de Rusia o China, despreciando el armamento de Bielorusia o Irán de última generación, pero escaso en número para defender al país de sus enemigos  (Colombia, USA, Cuba y Brasil), en casi todos los segmentos de su arsenal predomina el armamento Ligero, que no permiten una modernización casi total de la fuerza, ya que su nivel técnico es muy bajo. En las últimas tres décadas, ha tenido que enfrentar el desbordamiento hacia Venezuela del conflicto interno colombiano, incentivado por la invasión pacífica de aparceros colombianos.

Armada Nacional


La Armada venezolana, es concebida como una fuerza naval moderna, mediana, y con capacidad oceánica. La misión fundamental de la Armada es la de ejecutar, dirigir y controlar las operaciones navales, aeronavales, anfibias, fluviales, guardacostas y de apoyo a las actividades acuáticas a fin de garantizar el cumplimiento de los planes de empleo.

El personal estimado es de 35.000, hombres y mujeres, incluyendo a 8.000 Infantes de Marina y unos 500 efectivos de la Aviación Naval. La cadena de mando de la Armada venezolana es la siguiente: Comandante General, Inspector General y Jefe del Estado Mayor General. Existen cinco grandes comandos: Comando Naval de Logística, Comando Naval de Personal, Comando Naval de Educación, y el Comando Naval de Operaciones, que a su vez está integrado por: el Comando de la Escuadra, el Comando Fluvial, el Comando de Aviación Naval, el Comando de Guardacostas, y la División de Infantería de Marina. Operacionalmente el país está dividido en dos zonas navales; Zona Naval de Occidente (CG: Punto Fijo) y Zona Naval de Oriente (CG: Carúpano) que de momento, cubre también la Fachada Atlántica. Esta proyectada la activación de las zonas navales del Centro (CG: Puerto Cabello), del Atlántico (CG: Güiria) y del Sur (CG: Caicara del Orinoco).

El origen más remoto de la Armada venezolana lo podemos situar en la Expedición a La Vela de Coro del generalísimo Francisco de Miranda, en cuya primera expedición contó con el apoyo tres buques: el bergantín “Leander”, y las goletas “Bacchus” y “Bee”. En ésta expedición Miranda, enarboló el pabellón tricolor venezolano, zarpando del Puerto de Jacmel, en la costa sur de Haití, el 28 de marzo de 1806, hacia tierra venezolana en persecución de la libertad para su patria. Miranda intentó dos veces en 1806 invadir el territorio venezolano, con una expedición armada proveniente de Haití. Sus incursiones terminaron en fracasos por muy diversos motivos, ya que carecía de capacidad militar para ejecutarlas. En 1811 se crea la primera Escuela Naval de Venezuela en el Puerto de La Guaira, con el nombre de Escuela Náutica, bajo la dirección del Alférez de Fragata Vicente Parrado, para la formación de guardiamarinas. Entre 1811 y 1813, nace propiamente, la Escuadra Nacional. Ese mismo año de 1813, se inician las primeras hostilidades que involucran a la Escuadra Nacional. A partir de allí, y de manera intermitente se activan y desactivan escuadras, hasta que el Libertador Simón Bolívar, en marzo de 1816, organiza en Los Cayos de San Luís, en Haití, una nueva Expedición Libertadora. Ya nunca más volvería a desaparecer esta.
El 24 de julio de 1823, se llevaría a cabo la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, donde la Flota y la Infantería, de la Armada Libertadora, demostraron su destreza y valor. Dicha batalla consolidó la independencia lograda dos años antes en el Campo de Carabobo. La segunda mitad del siglo XIX, la Escuadra Nacional se vio muy reducida en cantidad de buques, pero en ese periodo llegaron los primeros buques a vapor. Dentro del período comprendido entre los años 1845 y 1890, en los distintos alzamientos que alteraban la conducción política del país, los buques de Armada venezolana, se repartieron indistintamente entre el gobierno y sus oponentes, incrementándose el número de ellos, para luego ser desincorporados una vez concluidas las distintas revoluciones, por falta de presupuesto y mantenimiento.

En la primera mitad del siglo XX, inicia su andadura con un bloqueo naval impuesto por las potencias europeas, bloqueo que solo cesa cuando interviene Estados Unidos para hacer valer la Doctrina Monroe (“América para los americanos”), mediante presencia naval frente a nuestras costas. Sin embargo, ya en la década de los años 20, restituidas las relaciones internacionales con las potencias europeas, se vuelve a recurrir a la ayuda de estos países, concretamente a Italia e Inglaterra, que son los que monopolizan, hasta mediados de la década de los años 40, todas las adquisiciones y ayudas técnicas y doctrinarias en la Armada venezolana. 

En este periodo, ingresan los primeros buques blindados y artillados para la guerra desde su diseño (pues los buques de las últimas décadas del siglo XIX, eran buques mercantes modificados para la guerra). En 1909 comienza la producción nacional de diques y astilleros nacionales, con la colocación de la quilla de un guardacostas de vapor, que recibió el nombre de “29 de Enero”, el primero de una serie de tres (los otros serían: el “Cristóbal Colón” y el “Ciudad Caracas”).

La segunda mitad del siglo XX, comienzan con un incremento considerable en el poder naval, con la incorporación a partir de 1945, de siete corbetas ex – canadienses y un buque de desembarco ex – estadounidense, también se inicia la construcción de un mini submarino de desarrollo nacional que nunca se concluye; y luego a principios de los años 50, se adquieren tres destructores pesados británicos y seis destructores ligeros italianos, todos de nueva fabricación, es cuando la Armada alcanza su mayor poder de fuego de su historia. 

En los años 60, se produce un notorio estancamiento en el desarrollo de la Armada venezolana, motivada por la guerra de guerrillas de los marxistas;  y solo se reciben algunos viejos buques de segunda mano estadounidense, pero entre ellos se recibe el primer submarino de la Armada, el “Carite”. Ya en los 70 es que la Armada venezolana da un paso importante en su modernización bajo el plan denominado: “Reafirmación Marítima”, el cual estipulaba la creación del Escuadrón Aeronaval, la adquisición de unidades nuevas (submarinos, fragatas, veleros, etc.), para reforzar la ya estructurada Escuadra Nacional. En los años 80 se renueva y refuerza el sector de los buques anfibios, con la adquisición en Surcorea de cuatro buques tipo LST, y en Estados Unidos dos buques tipo LCU. En los años 90 se produce un nuevo estancamiento, y modernización y adquisiciones que se tenían que realizar en la época, motivado al clima conflictivo que se vivía en el país, se deja para después.

Ya en el siglo XXI, y pese a las deudas operativas acumuladas, la Armada venezolana ha ido superando obstáculo tras obstáculo, hasta llegar a ser una de Armadas latinoamericanas con mayor proyección a futuro. Una alianza estratégica entre la Unidad Coordinadora de los Servicios de Carenado de la Armada (Ucocar) y la empresa holandesa Damen, permitió la construcción del primer patrullero costero realizado en el país con mano de obra totalmente venezolana. 

Éste es el ARBV Págalo PG-51, el cual se bautizó y botó al agua por primera vez en un acto realizado en las instalaciones de Ucocar, ubicadas en la Base Naval Agustín Armario de Puerto Cabello, estado Carabobo, el jueves 14 de agosto de 2008. La construcción de esta embarcación comenzó el 28 de junio de 2007, con el objetivo de cubrir la necesidad de la Armada Bolivariana en la adquisición de unidades que contribuyan a aumentar la capacidad de resguardo y control marítimo en nuestras costas.

El Págalo PG-51 es un buque de casco en V capaz de alcanzar hasta 27 nudos de velocidad con el empleo de sus motores de 2.800 caballos de potencia. La embarcación está concebida para albergar 11 tripulantes, pudiendo inclusive alojar personal masculino y femenino en camarotes independientes. Entre algunas de sus especificaciones técnicas se destacan sus motores diésel propulsores marca Caterpillar, tanques de agua con capacidad total de 4.200 L, planta desalinizadora de 2.000 L de agua por día, planta de tratamiento de aguas negras, radar de navegación de alta tecnología, ecosonda, GPS, tanque de combustible de 12.000 L (Diésel), entre otras.

La historia de la Infantería de Marina venezolana se inicia con el primer desembarco con características de asalto, que se haya realizado en Latinoamérica, descartando a los asaltos piratas y británicos: el desembarco del generalísimo Francisco de Miranda en la Vela de Coro el día 4 de agosto de 1806, y la tropa de este, la primera Tropa de Marina que existió en la aún por nacer, república independiente de Venezuela. Si bien durante el transcurso de la Guerra de Emancipación se suceden otros desembarcos en combate, la Infantería de Marina no existe como tal, sino hasta que en 1822 el Vicepresidente de Colombia, general Francisco de Paula Santander, por decreto, crea el Primer Batallón de Infantería de Marina, dependiendo en pie y fuerza, de los batallones del Ejército. 

En 1823, esta recién creada Infantería de Marina demostró su necesaria existencia como fuerza en las incursiones de forzamiento de la Barra de Maracaibo, Punta de Palma, La Hoyada, El Moján y el asalto a la Ciudad de Maracaibo (Estado Zulia) el 16 de junio de 1823. Pero la Infantería de Marina moderna se crea en el año de 1938, cuando por Resolución No. 28, del 1 de julio, la Infantería de Marina resurge en la Armada venezolana, con el nombre de “Compañía de Defensa de Costas”. El 11 de diciembre de 1945, se decreta la creación del Batallón de Infantería de Marina. El 26 de febrero de 1958 se crea el Comando de Infantería de Marina. Y recién, en el año 2001, el Comando es levado a División de Infantería de Marina. Actualmente este componente está atravesando un intenso e interesante proceso de modernización y una nueva Armada se avizora en el horizonte. Su Comandante General es el Almirante Diego Antonio Guerra Barreto.

La Armada cuenta con fragatas, submarinos y patrulleras para realizar su labor de protección de sus aguas territoriales. Adicionalmente a éstos, la Armada cuenta con el buque escuelaSimón Bolívar, cuatro buques de desembarco de tanques, el buque de aprovisionamiento de combate Ciudad Bolívar y el buque oceanográfico Punta Brava.


El equipo pesado actual de la Armada de Venezuela llega al país al final de la década de 1970 y principios de 1980. Las fragatas misilísticas con que cuenta son de fabricación italiana de la Clase Lupo mientras que los submarinos son de fabricación alemana y corresponden al Tipo U-209/1300.


Hasta los momentos, los proveedores habituales de la Armada venezolana a nivel de equipos diversos, sistemas y capacitación técnica, han sido: Estados Unidos de América, Francia, Italia,España, Alemania, el Reino Unido, Holanda, Israel, Argentina,Corea del Sur y Canadá. Pero recientemente, y producto en parte del embargo militar que unilateralmente decretó el gobierno de Estados Unidos de América, la Armada venezolana ha vuelto su mirada hacia Rusia, Irán, China, Vietnam, y Cuba, para determinados trabajos de reparación, construcción y capacitación de personal. Así, se tiene previsto recibir por parte de Cuba de cuatro transporte ligeros de carga y de Rusia ocho helicópteros de apoyo táctico, así como existen negociaciones en firme para la adquisición de hasta nueve submarinos de tipo oceánico.


La industria naval venezolana, también se ha visto beneficiada de este embargo militar. UCOCAR ha estado desarrollando diversos tipos de lanchas ligeras; DIANCA ha incrementado sus trabajos de reparación y ha construido para la Armada venezolana un moderno remolcador y un patrullero costero con ayuda técnica holandesa; Cuba y Venezuela han creado en Maracaibo unos astilleros nuevos, llamados ASTIMARCA. Quizás el proyecto más ambicioso con que cuenta actualmente la industria naval venezolana, es el desarrollo de un minisubmarino de tipo táctico denominado “Abisal”; así mismo el cuarto y último buque de tecnología española BVL, será construido en el país. Por todo esto, la industria naval venezolana, también se ha convertido en un nuevo proveedor para la Armada venezolana. También se está adquiriendo conocimiento para la fabricación de embarcaciones clase Caribe o mejor conocidos como POVZEE.

Aviación Militar


Venezuela cuenta en los actuales momentos con una de las fuerzas aéreas más modernas y capaces respecto a  Latinoamérica. Esta organizada como los demás componentes en base a grandes cantidades pero carece de grandes cantidades de equipo combate, a saber: Comando de Operaciones Aéreas (integrados a este hay doce Grupos Aéreos, especie de regimientos constituidos por los aviones de transporte, cazas y helicópteros de la Aviación Militar), Comando de la Defensa Aérea, Comando de Infantería Aérea, Comando Logístico, y el Comando de Personal. Su objetivo principal es el de resguardar el espacio aéreo de Venezuela, aunque carece de los escuadrones de caza de combate, ya que adquirió un caza pesado (Su-30) y caza ligero de entrenamiento (K-8 Karakorum) y de las tácticas de las peleas de perro de los cazas, está teoricamente en coordinación con los restantes componentes de la Fuerza Armada Nacional, y participa activamente en el desarrollo integral de la nación.

La historia de la Aviación Militar venezolana se desarrolla a los largo del siglo XX. El 10 de diciembre de 1920, un grupo de quince personalidades presidido por el Coronel David López Enríquez y con la participación de asesores de la firma francesa Farman, encabezan el acto de declarar instalada la Escuela de Aviación Militar de Venezuela. El Ejecutivo Nacional de Gómez, contrata a la que parecía ser la más importante potencia militar y aérea de la época de la primera post-guerra; la República de Francia, recibiendo no sólo personal instructor y técnicos sino también material aeronáutico. Aunque también se convoca los servicios de técnicos italianos y pocos años después, a algunos instructores alemanes. El nuevo impulso que recibe la Aviación militar es cuando se firma un convenio con el gobierno de Italia, y llega la Misión Aeronáutica Italiana la cual permanece en el país entre los años 1938 y 1940, cuando debe retirase motivado al inicio de la gran guerra. Esta Misión italiana, constituida por el teniente coronel Ivo de Bittembeschi, como instructor de bombardeo y el mayor Oscar Molinari, como instructor de caza, quienes dan un significativo impulso a estas dos especialidades dentro de la incipiente tecnificación de la Aviación Militar venezolana. El 13 de enero de 1944, llega al país la primera Misión Aeronáutica Estadounidense, con el objeto de realizar una evaluación del personal, equipos e instalaciones, ya que el inventario aéreo había sufrido deterioro por falta de partes y repuestos a consecuencia de la II Guerra Mundial. La influencia militar y cultural estadounidense dentro de la Aviación Militar venezolana, se mantiene casi hasta nuestros días.

El 22 de junio de 1946 es la fecha estelar de la Fuerza Aérea Venezolana, porque la Junta Militar Revolucionaria de Gobierno, instaurada a raíz de los acontecimientos políticos del 18 de octubre de 1945, emite el Decreto con rango de Ley Nº 349, mediante el cual se crean "Las Fuerzas Aéreas Venezolanas", y se le da igual rango y categoría que a la que poseen el Ejército y la Armada dentro de las Fuerzas Armadas Militares de la Nación. El día 10 de octubre de 1947, se promulga el Resuelto Ministerial Nº 342 del Ejecutivo Nacional, firmado por el entonces Ministro de la Defensa, teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, en el cual se reorganizan las recién creadas "Fuerzas Aéreas Venezolanas", documento éste que constituye el acta de nacimiento de la estructura aérea actual, porque específica detalladamente, el primer plan de organización para la naciente institución. En los años 50 en paralelo a la influencia estadounidense, la Fuerza Aérea de entonces firma una serie de convenios de cooperación técnica con el Reino Unido, y se adquieren los primeros aviones de reacción de Latinoamérica (los Venom y Vampire).

Ya en los años 70, se producen toda una serie de cambios y modernizaciones en el seno de la Fuerza Aérea venezolana. La Comandancia General de la Aviación, ubicó su sede en la Base Aérea “Generalísimo Francisco de Miranda”, el día 5 de diciembre de 1970, ubicación que tiene en la actualidad. Y se comienzan ha adquirir una serie de sistemas aéreos, que le han permitido a la Fuerza Aérea, hoy Aviación Militar Bolivariana de Venezuela, garantizar la seguridad de la nación hasta nuestros días. Se adquiere el primer caza de vuelo supersónico (el F-5) de toda Latinoamérica, que se deja perder su operatividad por la retórica panfletaria de Chávez al no medir las consecuencia de sus actos, estos sistemas deberán recuperarse proximamente para elevar la capacidad de la FAV, se adquiere el primer caza de vuelo supersónico sostenido (el Mirage V) de toda Latinoamérica casi en paralelo a Brasil,  que se termina regalando a Ecuador, se adquiere el primer caza capaz de realizar maniobras cerradas a 9G y mandos de gases de toda Latinoamérica (el F-16), que se deberá poner en operatividad y modernizarlos, ya que es el única caza avanzado que cuenta el país.

Manteniendo la tradición de primacía en Latinoamérica, en el año 2006 se adquieren los cazas de fabricación rusa Su-30 MK2, los cuales son los primeros cazas de altas prestaciones y superioridad aérea de toda Latinoamérica, gracias a su doble deriva y doble turborreactores, su autonomía de combate (aproximadamente 3.000 km sin tanques suplementarios de combustibles) su moderno radar y gran capacidad de carga hace de estos cazas los más poderosos de Latinoamérica, pero resultan pesados y pocos agiles frentes a cazas como el F-15 Eagle o F-22 Raptor, de ahí la conveniencia de recuperar al F-16 Falcon y al F-5 Nortrop, y comprar otro sistema de caza avanzado. 

Así mismo en el año 2010 se puso en servicio unas de sus últimas adquisiciones como resultado de un contrato con la potencia emergente de la República Popular China, las aeronaves de entrenamiento aéreo de última generación K-8 Karakorum para los pilotos del componente aéreo de la Fuerza Armada Venezolana. Muy pocos aviones y muy lentos para su cometido de proteger el espacio aéreo de la arremetida de los Kfir colombianos o F-18 Hornet americanos.

Por su trayectoria en defensa de la nación y su participación activa en el desarrollo del país, la Aviación Militar venezolana ha sido galardonada con la mención más alta que puede otorgar la nación: la calificación de Bolivariana. A partir del año 2007, el nuevo nombre de la Aviación Militar, es: Aviación Militar Bolivariana de Venezuela. Su Comandante General es el Mayor General José Gregorio Pérez Escalona.

En el año 2006, el presidente Chávez en desarrollo del Proyecto "Pemón", firma con Rusia la adquisición de 24 aviones Sukhoi Su-30 para repotenciar la Fuerza Aérea Venezolana, justificando dicha compra debido a la decisión de Estados Unidos de no vender repuestos ni municiones o misiles para los F-16 de Venezuela (aviones de combate principales de la Fuerza Aérea) y "prohibir" (veto militar) a otros países la venta de materiales, piezas y suministros militares a la nación venezolana. Los aviones demostradores 501 y 502 realizaron su primera presentación durante el 5 de julio de 2006. Estos aviones son de la versión Sukhoi Su-30 MK2, derivado del Sukhoi Su-30 MK para la China con modos adicionales A-G. La denominación actual para los Sukhoi Su-30 es MK2.

Se materializó la compra a la República Popular de China de los aviones entrenadores medios K-8 Karakorum para cubrir la fallida adquisición de los Súpertucanos a Brasil a causa del veto impuesto por Estados Unidos (el veto de EE.UU se debió al continuo ataque verbal de Chávez hacia ese país, por lo que se decidió no envíar material bélico a Venezuela), ya que el Súpertucano posee componentes fabricados en los Estados Unidos. Se adquirieron 18 aviones, recibidos durante el año 2010, para el 20 de marzo de 2010 ya se habían recibido las 6 primeras unidades del mismo en la versión K-8W, las restantes aeronaves arribaron para mediados de agosto del 2010.

Adquisiciones recientes (2010-2013)

En enero del 2010 fueron incorporados 7 Challenger LSS Special (de fabricación canadiense) al Escuadrón de Vuelo Ultraliviano de la Escuela de Aviación Militar. En noviembre de 2010, se hizo el anuncio oficial de la compra de ocho (08) aeronaves Shaanxi Y-8 de transporte táctico, para completar las operaciones de los aviones Lockheed C-130 Hercules de la Aviación Militar Bolivariana, que se tendrán que recuperar. Los aviones fueron designados como Y-8F-200W, subvariante del Y-8F. Las dos primeras aeronaves Y-8F arribaron a Venezuela el 14 de noviembre de 2012, siendo asignados al Grupo Aéreo de Transporte No.6 de la Base Aérea El Libertador de Palo Negro, Estado Aragua. El resto de los aviones serán entregados en el transcurso del año 2013. 


Nuevas adquisiciones han sido anunciadas para el año 2013, concretamente: dieciséis (16) helicópteros Enstrom 480 para la instrucción de pilotos de ala rotatoria, treinta y seis (36) aeronaves de instrucción primaria Diamond Aircraft DA-40 Diamond Star, diez (10) aeronaves de transporte ligero Dornier Do-228NG, así como 9 Hongdu K-8VV Karakorum adicionales a los existentes. La Aviación Nacional de Venezuela se encuentra realizando actualmente un estudio propuesto por Dassault a para la adquisición de 24 aviones de combate Rafale, que sustituyan a la flota de F-16A/B con lo cual han realizado acercamientos con la firma francesa Dassault para una futura compra de cazas Rafale, el caza frances hasta la fecha ha sido el que mas a gustado al componente aviación siendo el paquete propuesto por Dassault mas atractivo a las necesidades de la AMV que el ofrecido por la firma rusa Sukhoi con el caza Su-35, aunque por su capaidad de adquisitiva y operatividad debería escogerse el SU-35. 

El Rafale es un muy buen avion pero su precio y la intentona del Magnicidio con el avion presidencial convierte esta propuesta en un sucidio. Además del costo extravagante del Rafale (84.000.000 U$) comparado con el avion SU-35 (40.000.000 U$) de mayor calidad y pretaciones superiores y de muy bajo costo de mantenimiento, con la ventaja de tener los SU-30MK2 y posibles crecimiento de esta linea con SU-34, MIG-35 y MIG-29M2 que usan los mismos repuestos, misiles y otras piezas en común, dejaria la compra del Rafale como un acto de presunta corrupción.

Guardia Nacional


Sus inicios se remontan a la misma Independencia de Venezuela, cuando el Generalísimo Francisco de Miranda, la crea como un cuerpo para la custodia y orden de las cámaras legislativas del naciente congreso republicano, siendo abolida al caer la primera república; de allí fue resurgiendo modestamente a lo largo de la historia, hasta que es finalmente fundada el 4 de agosto de 1937 por el entonces Presidente de la República, General en Jefe (Ej) Eleazar López Contreras. Uno de sus principales exponentes fue el Teniente Coronel (GN) Oscar Tamayo Suárez, mejor conocido en la historia de este cuerpo como "El Comandante", puesto que este logró que la Institución dejase de ser un cuerpo especial del Ejército para ser una Fuerza Armada más, así mismo le aseguró un prestigio sin igual a esta Institución castrense, alcanzando su reconocimiento ante el resto de las Fuerzas militares de Venezuela, a partir de la década de los años 1950, desde cuando comenzó a denominarse como Fuerzas Armadas de Cooperación (FF.AA.C), aunque siempre ha sido mejor conocida como la Guardia Nacional. 

Actualmente es uno de los cuatro componentes que conforman la Fuerza Armada Nacional de Venezuela; que a la luz de los recientes acontecimientos que han originado las reformas en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela, paso a denominarse de manera legal como Guardia Nacional Bolivariana. Su lema "El Honor es su Divisa", y sus emblemas, de entre los cuales destaca el Ave Fénix, como símbolo de la inmortalidad de esta Institución, son las principales motivaciones que alientan a los hombres y recientemente a las mujeres que la conforman. La premisa de este cuerpo militar se encuentra definida en el Artículo 329 de la Constitución Nacional:
"El Ejército, la Armada y la Aviación tienen como responsabilidad esencial la planificación, ejecución y control de las operaciones militares requeridas para asegurar la defensa de la Nación. La Guardia Nacional cooperará en el desarrollo de dichas operaciones y tendrá como responsabilidad básica la conducción de las operaciones exigidas para el mantenimiento del orden interno del país. La Fuerza Armada Nacional podrá ejercer las actividades de policía administrativa y de investigación penal que le atribuya la ley."
Por ende, este componente cumple con la función de brindar seguridad y defender la soberanía del territorio nacional venezolano, tanto internamente como a lo largo de sus fronteras, trabajando conjuntamente con el Ejército, la Armada y la Aviación. Al mismo tiempo, participa en operativos de seguridad interna en colaboración con los cuerpos policiales estatales y municipales bajo la dirección del Ministerio del Poder Popular para la Defensa y el Ministerio del Poder Popular del Interior y Justicia respectivamente. En consecuencia, en caso de disturbios o saqueos, actúa para disuadir y controlar las protestas y otros desórdenes públicos. Sus funciones se encuentran diseminadas en las especialidades que definen su accionar diario, aunque su entrenamiento es precario de todas las Fuerzas es la mejor entrenada, al ser profesional.

Milicia Nacional

 

El Comando General de la Milicia Nacional, está conformado por dos estratos: la Reserva Nacional, constituida por todos los ciudadanos venezolanos que no estén en el servicio militar activo (cuadros temporales de los otros componentes), o que hayan cumplido con el servicio militar o que voluntariamente se incorporen a las unidades de la reserva; y la Guardia Territorial, constituida por todos los ciudadanos venezolanos que voluntariamente se organicen para cumplir funciones de resistencia local ante cualquier agresión externa. De momento el Comando General de la Milicia Nacional, está organizado en base a nueve (09) Agrupamientos de Reserva, con presencia en todo el territorio nacional, y una docena de Cuerpos Especiales de Resistencia (nucleados en torno a contingentes de trabajadores de empresas e instituciones nacionales). 

Se estima que pueden llegar en los actuales momentos a unos 667.000 hombres y 120.000 mujeres aproximadamente, en diversos status o niveles de adiestramiento, pero la meta fijada públicamente por sus autoridades es la de alcanzar a futuro el número de 1.100.000 combatientes reservistas, aunque carecen de entrenamientos y las tácticas para enfrentar una invasión de Colombia o USA.
Es la figura más antigua de Defensa de la nación que se conoce, cuyo primer origen lo podemos encontrar en los grupos de resistencia indígenas (básicamente de la civilización Caribe y sus descendientes, que se ganaron la fama de ser valientes, astutos y temerarios) que a los largo de los siglo XVI, XVII y XVIII, lucharon contra la dominación colonial española. De todas formas, el 13 de julio de 1797, dos milicianos, Manuel Gual y José María España, se rebelan contra España. La conspiración de Gual y España contó con la participación de todas las clases de la sociedad colonial; fue el primer movimiento que contó con raíces populares. Luego en la primera mitad del siglo XIX, agrupaciones de campesinos se unieron a la causa libertadora, constituyéndose en elementos auxiliares en los ejércitos libertadores formados por soldados y oficiales medianamente o grandemente formados académicamente. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, aparecen las Milicias, por lo general grupos de montoneros que reunían los caudillos locales en las provincias, entrono así para su protección, estas fueron reglamentadas mediante Leyes de Milicias. Pasaron 100 años aproximadamente, para volver a recurrir a la figura de la Reserva, como fuerzas autónomas y auxiliares de los restantes componentes. El Comandante General de la Milicia Nacional es el Mayor General Gustavo González López.

Milicia Territorial

Otras informaciones, en tanto indican que oficialmente había 125.000 milicianos (Milicia Territorial) registrados a inicios del 2012, que conformarían más de 70 batallones.En tanto que en otras fuentes los batallones territoriales no suben de 50, que es la más acertada. Los miembros de la Milicia Territorial tienen por rutina concentrarse dos veces al mes (fines de semana) para recibir instrucción militar o realizar otras actividades, por ejemplo de promoción social, decididas por el comando, pudiendo además ser convocados a concentración en caso de necesidad frente a otras ocasiones extraordinarias o emergencias. Un grupo especial dentro de la Milicia Territorial lo constituye la llamada Milicia Rural, con su armamento y equipo diferenciado al resto de la fuerza. Cada Milicia Territorial cuenta con un Estado Mayor Especial formado por dirigentes civiles locales (alcades, gobernadores representantes de organizaciones ciudadanas, etc) y oficiales militares.

Estructura

La Milicia Bolivariana tiene su propio Comando General con su respectivo Estado Mayor. La Milicia depende en lo operativo del Comando Estratégico Operacional, que es su puente con la comandancia en jefe de la FANB. En lo administrativos depende del Ministerio del Poder Popular para la Defensa. Pero en la realidad es la Guardia Pretoriana del Régimen, y  se dedica a misiones de vigilancia contra los antisociales y su entrenamiento es muy precario, ya que no están entrenados para una confrontación convencional.
El Comando General de la Milicia Bolivariana, está conformado por dos estratos: la Reserva Nacional, constituida por todos los ciudadanos venezolanos que no estén en el servicio militar activo (cuadros temporales de los otros componentes), o que hayan cumplido con el servicio militar o que voluntariamente se incorporen a las unidades de la reserva; y las milicias propiamente tales, que son integradas por la Milicia Territorial (unidades geográficas) y los Cuerpos Combatientes (unidades conformadas por trabajadores de determinada institución). Los milicianos encuadrados en estas unidades cumplen períodos de instrucción, pueden ser convocadas frente a Estados de Excepción constitucional o eventualmente ser hábiles para ser llamados a llenar un cargo de naturaleza militar en calidad de empleo temporal. Además de dividirse en Milicia Territorial y Cuerpos combatientes, las unidades de milicia se clasifican según sus objetivos en tres tipos:
·                     De empleo general: Unidades móviles destinadas a actuar en territorio de un Estado o en un conjunto de municipios.
·                     De empleo territorial: Destinadas a defender una ciudad u objetivos de importancia dentro de un territorio determinado.
·                     De empleo local: Destinadas a la defensa de potenciales objetivos económicos y políticos de una determinada localidad, o a colaborar al mantenimiento del orden público.
El Comando General de la Milicia Nacional está organizado en base a nueve (9) Agrupamientos de Reserva, con presencia en todo el territorio nacional. Una estimación señala que puede llegar a unos 667.000 hombres y 120.000 mujeres aproximadamente, en diversos status o niveles de adiestramiento, pero la meta fijada públicamente por sus autoridades es la de alcanzar a futuro (2015) el número de 1.100.000 combatientes reservistas. Pero estos números reflejarían niveles de entrenamiento muy diverso.

Cuerpos combatientes

Un segundo tipo de unidades es conformado por los llamados Cuerpos Combatientes, que son formados por trabajadores de determinadas instituciones y empresas públicas o privadas, que se organizan no por área de residencia del miliciano sino en virtud de su pertenencia a un determinando ente. Este ente, por ejemplo una empresa, es la responsable administrativa del funcionamiento de su respectivo Cuerpo Combatiente, que depende operativamente del Comando General de la Milicia Bolivariana.


Existen antecedentes, en los materiales de promoción de estos Cuerpos Combatientes, que en ellos el nivel de concentración o entrenamiento sería más ligero que en la Milicia Territorial, con una jornada al mes (un sábado) en vez de los dos que son los habituales en la Territorial, lo ideal es un entrenamiento continuo de un año, esto imposibilita el desarrollo de la disciplina, entrenamiento en combate urbano o rural, uso de armas de combate, capacidad de formación de los Sargentos, instrucción de los pelotones, ejercicios físicos, instrucción en orden abierto o cerrado, etc. Así mismo, en los textos relativos a Cuerpos Combatientes prima mensajes alusivos a la flexiblidad del entrenamiento y su adaptación a la condición física del miliciano, por ejemplo aclarando la posibilidad de que los jubilados de las instituciones involucradas también se integren a las unidades, pero no los entrenan en condiciones reales de combate, limitándose al uso de las armas reglamentarias, careciendo las unidades de eficiencia combativa. Aún así, se señala, que los miembros reciben instrucción en infantería,  muy elemental, en: comunicaciones, primeros auxilios, en coordinación con organismos de seguridad. Además previa evaluación médica podrían acceder a cursos que habitualmente se consideran de especialización (paracaidismo, comandos, helitáctico y buceo).
 
Equipo y armamento:


La Milicia Territorial utiliza el mismo uniforme común que es de reglamento en toda la FANB (el uniforme designado "Patriota"). Su arma de reglamento es el fusil automático de asalto FN FAL belga, que viene de ser reemplazado en el Ejército Nacional por el AK-103 de fabricación rusa y local, que es la nueva arma estadarizada de las fuerzas regulares, sustituyendo al fusil FAL de mayor capacidad de fuego. La Milicia Rural o Milicia Campesina porta el fusil de cerrojo ruso Mosin-Nagant M91/30, un diseño de fines del siglo XIX, que siguió siendo el equipamiento de unidades de la segunda línea soviética hasta la década de 1960, que debería ser reemplazado por FN FAL o AK 74. Estos cuerpos rurales también se caracterizan por portar machete y utilizar, al menos en desfiles, sombreros de fibra vegetal típicos del país ("de cogollo"), así como una versión caqui del uniforme "Patriota".

Han existido anteriormente versiones de que la milicia sería dotada eventualmente con batallones de tanques, y han circulado igualmente imágenes de milicianos entrenados con equipamiento de mayor poder de fuego respecto a sus habituales fusiles FAL, como ametralladoras pesadas, antitanques Carl-Gustav, pequeños cañones sin retroceso o blindados ligeros Dragoon 300 AFV, pero todas estas actividades de instrucción se realizaría en recintos del ejército y esas armas no pertenecerían a la milicia, ya que no posee el Ejército material excedentario. Hay un componente aéreo de la Milicia Bolivariana que estaría en proceso de activación desde hace algunos años. Sus oficiales pilotos, según han indicado fuentes oficiales, estarían encargados eventualmente de operar helicópteros,  Mi-172 del Servicio de Búsqueda y Salvamento del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil.

Globalmente el poderío bélico de Venezuela, se ubica en el puesto número 38 entre todos los países con fuerzas armadas (según estudios del año 2009-2010), pero por el gasto en sus Fuerzas Armadas debería ubicarse en el puesto 14, aunque la falta de transparencia en la adquisición de material,  la poca idoneidad de los equipos que adquieren, la carencia de entrenamiento de la oficialidad, sargento y tropa, y la falta de formación del staff de Estado Mayor las colocan en ese sitio, muy por debajo de Colombia o Brasil, sus enemigos inmediatos.


http://es.wikipedia.org/wiki/Fuerzas_Armadas_de_Venezuela. "Fuerzas Armadas de Venezuela".
http://es.wikipedia.org/wiki/Ej%C3%A9rcito_Nacional_de_Venezuela. Ejército Nacional de Venezuela".
http://es.wikipedia.org/wiki/Armada_Nacional_de_Venezuela. Armada Nacional de Venezuela".
http://es.wikipedia.org/wiki/Aviaci%C3%B3n_Nacional_de_Venezuela. "Aviación Nacional de Venezuela".
http://es.wikipedia.org/wiki/Milicia_Nacional_de_Venezuela. "Milicia Nacional de Venezuela"

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