jueves, 19 de febrero de 2015

La División Azul: Agustín Muñoz Grandes. Por Kelder Toti.


La División Azul: Agustín Muñoz Grandes

                            
                                                       Por Kelder Toti.



Agustín Muñoz Grandes (Madrid, 27 de enero de 1896 – ibídem, 11 de julio de 1970) fue un militar y político español que combatió en la Guerra de Marruecos, en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial.


Nació en Carabanchel Bajo (Madrid), en el seno de una familia humilde. Siendo todavía un adolescente, ingresó en la Academia de Infantería de Toledo, de la que entonces era jefe el coronel José Villalba Riquelme.

Militar africanista

A los dos años de su graduación, en 1915, se traslada al frente marroquí, donde permanecerá largo tiempo. Una década después es gravemente herido al recibir un impacto en el pecho en la batalla de Alhucemas. Rechazó ser ayudante del rey Alfonso XIII y prefirió seguir en la harka.

Ascendido por méritos de guerra -comandante en 1924, teniente coronel en 1926-, cuando el militar regresa a la Península se le considera de espíritu liberal y republicano.

Considerando la frecuencia con que el capitán general Agustín Muñoz Grandes acompañaba al anterior jefe del Estado en los desfiles conmemorativos y en los actos oficiales, o la efusión con que los dos militares se abrazaban en las numerosas fotografías de ambos que publicó la prensa durante el anterior régimen, choca leer aquello que escribe Franco Salgado-Araujo en su libro Mis conversaciones privadas con Franco: "El Generalísimo ha nombrado capitán general a Muñoz Grandes por tenerle algo de miedo y quererle contento, ya que cree que arrastra una gran opinión civil y militar".

A diferencia de la gran mayoría de los militares africanistas, Agustín Muñoz Grandes no pertenecía a una familia de soldados. Vecino del Carabanchel Bajo que le vio nacer en 1896, tras pasar su infancia en este popular barrio madrileño, en 1910 ingresa en la Academia de Infantería de Toledo. Estudiante aplicado y buen compañero, en 1915 sale teniente del viejo Alcázar donde se forma la oficialidad del Ejército español. Su primer destino es Marruecos. Al igual que el resto de sus compañeros de armas, que con posterioridad participarán en la sublevación del 18 de julio, serán muchas las condecoraciones que Muñoz Grandes ganará en distintos combates defendiendo lo que entonces se consideraba el África española, y casi todas irán acompañadas de alguna herida. La más grave de todas ellas es la que recibe en el pecho durante el desembarco de Alhucemas (1925).

La Segunda República.

Con el gobierno republicano en 1931 asciende en la escala militar y es nombrado segundo jefe de la Guardia de Asalto. En esta época fue uno de los dirigentes que se encargaron de sofocar la sublevación minera que tuvo lugar en Asturias, según su biógrafo.

El distanciamiento del Estado surgido de las urnas en abril de 1931 comienza a producirse a medida que la República va inclinándose hacia la izquierda. Aunque no colabora con los gabinetes de derechas que la gobiernan entre 1933 y 1935, tras el triunfo electoral del Frente Popular en 1936, Muñoz Grandes, ya coronel y destacado en Madrid, comienza a conspirar desde la Unión Militar Española a las órdenes del general Mola.

La Guardia de Asalto

El 23 de septiembre del año 1933 fue nombrado, por el entonces Director General de Seguridad José Valdivia en el cuarto gobierno presidido por Manuel Azaña, primer jefe y fundador del Cuerpo de Seguridad y Asalto  permaneciendo al frente de la nueva policía republicana hasta el quinto gobierno de Lerroux, año 1935.

Para su nombramiento influyó la gran fama adquirida al organizar y dirigir las tropas regulares de Marruecos. Así se convirtió en el máximo responsable del orden público en las grandes ciudades y según su biógrafo,  su recto mando nunca fue cuestionado, salvo rumores infundados sobre sus veleidades golpistas, ya que fue tentado sin éxito por Amaro del Rosal a sumarse a la intentona.

Si bien en una primera apreciación esas inclinaciones del futuro comandante en jefe de la División Azul pueden chocar, no difieren mucho de las de Gonzalo Queipo de Llano y no pocos generales, entre los que se encuentra incluso Emilio Mola.

Éstos, tras sintonizar en un primer momento con el nuevo régimen, comienzan a distanciarse de él a medida que la República empieza a poner en marcha reformas en el Ejército. Antes de que eso suceda, Muñoz Grandes es tan afecto al nuevo orden que, en estrecha colaboración con Miguel Maura -entonces ministro de la Gobernación- es el encargado de crear la Guardia de Asalto, la más republicana de las fuerzas de seguridad del nuevo Estado. Como tal participa en la represión de la Revolución de Asturias de 1934.

Finalmente, según algunas teorías que contradicen la de Franco Salgado-Araujo el tercer benefactor del coronel durante su cautiverio fue el entonces jefe del Estado, quien hubiera realizado las gestiones necesarias para el canje del héroe de Alhucemas. Si bien no faltan autores que sostienen que Agustín Muñoz Grandes logra huir después de haber sido trasladado a un hospital por encontrarse enfermo.

La Guerra Civil


Aunque trató de huir al comienzo de la Guerra Civil Española, fue rápidamente localizado y encarcelado en la cárcel Modelo de Madrid. Junto con Juan Yagüe Blanco fue uno de los pocos militares falangistas.

Tras el pronunciamiento militar del 18 de julio, Muñoz Grandes, que se sabe perseguido por el Frente Popular, consigue esconderse durante los primeros días, tras los cuales es hecho prisionero y confinado en la cárcel Modelo de Madrid. Entre otros destacados derechistas, serán compañeros suyos de reclusión Ramón Serrano Suñer, el futbolista Ricardo Zamora y los dirigentes falangistas Rafael Sánchez Mazas, Raimundo Fernández Cuesta y Miguel Primo de Rivera. Salvado de un primer intento de fusilamiento cuando ya se encontraba delante del pelotón por el entonces director general de Seguridad, Alonso Mallol, días después, el coronel Muñoz Grandes tendrá un nuevo benefactor en la persona del anarquista Melchor Rodríguez García, el Ángel Rojo para los reclusos derechistas de la Modelo. Fue el 8 de diciembre de 1936, cuando tras un bombardeo de los sublevados en el aeródromo de Alcalá de Henares, los republicanos intentaron asaltar la cárcel y dar muerte a los 1.532 simpatizantes del alzamiento allí detenidos. Rodríguez García, a la sazón director general de Prisiones, tras discutir durante varias horas con los milicianos, amenaza con dar armas a los presos si intentan asaltar la prisión, consiguiendo así que las turbas exaltadas cejaran en su propósito.

Acabado el conflicto, cuando Rodríguez García se enfrentó al consejo de guerra al que se sometió a casi todos los vencidos, el presidente del tribunal, antes de dictar sentencia, se dirigió a los asistentes a la vista para preguntarles si alguien tenía que decir algo a favor o en contra del acusado. Al punto, un tipo enjuto, de rostro alargado y vestido de paisano se levantó y dijo: "Soy el general Muñoz Grandes y este hombre me salvó la vida lo mismo que a miles de personas". Las palabras del soldado -y de tantos otros simpatizantes de los alzados que testificaron a favor del anarquista- consiguieron que el Ángel Rojo fuera condenado a 30 años de reclusión en vez de a la pena capital que sin duda alguna le hubiera correspondido.

La iniciativa de actuar a favor de Muñoz Grandes y gestionar su liberación mediante canje cuando estaba preso de la República en Madrid, surgió del comandante republicano José Pérez Martínez. Pérez Martínez era ayudante de campo de Miaja. Con anterioridad había sido comandante de la Guardia de Asalto teniendo a Muñoz Grandes como jefe directo. Tenían una relación muy cercana, hasta el punto de que Muñoz Grandes era padrino de bautizo de la hija menor de Pérez Martínez.

Se una anécdota que viene a corroborar ese aspecto de la personalidad de Muñoz Grandes, fue allá por el invierno del 37, llego a su cuartel general un evadido del seminario de Teruel, uno de los pocos que se pudo escapar, (omitiré nombres por causas que no vienen al caso) fue interrogado por la sección de información de la 61 división de Muñoz Grandes y para creerse que era de los evadidos del seminario tubo que demostrarlo llevando a un oficial al reducto una vez cayo en manos nacionales y recuperando su pistola que la había escondido en el altar.

Después este oficial volvió a coincidir en la división azul con Muñoz Grandes y por su puesto táctico estuvo cerca del cuartel general y solía entrevistarse a menudo con Muñoz Grandes, después de la guerra, volvió a coincidir en el estado mayor del la región militar del campo de Gibraltar y fue allí cuando este oficial, tubo que pedir un permiso para ir a su casa, ya que su mujer estaba a punto de dar a luz, permiso que le denegó Muñoz grandes al estar en alerta esa zona cuando ocurrió este caso.

Y como antes hablabais de su hijo, puedo deciros, que estuve a sus ordenes durante los años 87-88 en el segundo tercio en Ceuta y de raza le viene al galgo, por poner un ejemplo, un día en unas maniobra en Almería, abriendo ruta para la bandera por los desfiladeros que hay cerca del mini Holliwood, nos estaba cayendo una tormenta de las buenas y ya nos llegaba el agua casi asta el capo del land-rover y sin escapatoria de poder dar la vuelta ni salir de allí, al final conseguimos llegar al termino de la barrancada, eso si con agua al cuello ya, y con la mitad de los vehículos a remolque. En ningún momento se descolgó el coronel el auricular que enlazaba con la amprc de la SERECO. Preocupándose en todo momento de nuestro estado y asta que no estuvimos a buen recaudo no dejo de enlazar, incluso pretendio sacarnos con helicoptero, lo hoy toda la tarde porque conducia en el coche del capitán.

En fin un homenaje por mi parte a esa gran familia de militares: "Un honor estar a sus ordenes mi coronel"

Pérez Martínez intercedió ante Miaja y Muñoz Grandes fue trasladado de la prisión al hospital. Posteriormente los propios mandos militares de la República facilitaron su ingreso en una embajada y, finalmemnte, el canje.

En 1937 se encuentra ya en el frente franquista, dirigiendo la IV Brigada Navarra. Más tarde fue ascendido a general. Desde este cargo dirigió el Cuerpo de Ejército Marroquí.

Fuera como fuese, lo cierto es que, en marzo de 1937, apenas llega a zona nacional, se incorpora al servicio activo. Se le ordena sustituir al coronel Cayuela en el mando de una de las brigadas navarras o lo que es lo mismo: una de las fuerzas más combativas de los sublevados.

Al frente de su unidad, el aún coronel juega un papel decisivo en la ofensiva del Norte. Tras participar en la campaña de Santander, en Asturias, comandando conjuntamente la 2ª y 3ª Brigadas Navarras, rompe la línea del Campo de Caso tras librar un duro combate en inferioridad de condiciones frente al enemigo. Todo parece indicar que esta acción es la que le vale el ascenso al generalato.

Mandando la 61ª División del 2ª Cuerpo de Ejército participa en la Batalla de Teruel, una de las más cruentas de todo el conflicto. Meses después, cuando el general Franco reorganiza sus fuerzas para el asalto final, Muñoz Grandes es nombrado jefe del Cuerpo de Ejército de Urgel, a cuyo mando participa en la toma de Cataluña.

Posguerra

El fundador de los Guardias de Asalto al comienzo de la Segunda República Española, y su jefe hasta la primavera de 1936, fue elegido por Franco para ser el primer ministro Secretario General del Movimiento, en sustitución de Raimundo Fernández-Cuesta, que había sido el primer Ministro secretario general del Movimiento nombrado ministro. Muñoz Grandes no era ni monárquico, ni tradicionalista, ni falangista, sino más bien republicano centrista. Por eso su nombramiento fue una auténtica sorpresa. Más tarde encabezó el Gobierno Militar del Campo de Gibraltar.

En 1939, apenas acabada la contienda, obedeciendo al propósito de Franco de mantener el partido único bajo el mando directo de un militar, el general es nombrado ministro secretario general del Movimiento y jefe de las milicias de FET y de las JONS, cargos que simultanea con el de gobernador militar del campo de Gibraltar.Tal vez sea su importante puesto en la dirección del partido único lo que hace que algunos comentaristas le consideren el más falangista de cuantos militares integran el generalato de Franco.

Pero a decir verdad, hay generales mucho más próximos a la camisa azul que Muñoz Grandes. Juan Yagüe, sin ir más lejos, falangista de primera hora, miembro del Consejo Nacional del partido e incluso defensor de sus camaradas que se han opuesto al Decreto de Unificación de abril de 1937, es uno de ellos. Si Muñoz Grandes es nombrado ahora, en 1941, comandante en jefe de la División Española de Voluntarios en Rusia, la ya citada División Azul, integrada principalmente por falangistas, ello se debe al cargo que ocupa y, sobre todo, a su sintonía con algunos miembros de la Wehrmacht -las Fuerzas Armadas alemanas-.

La División Azul

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y coincidiendo con la Invasión alemana de la URSS, Franco le situó al frente de la unidad de voluntarios españoles, la División Azul.

En esta misión Muñoz Grandes contaba con una ventaja, ya que conocía a los alemanes. De hecho, en una ocasión fue asesor táctico de Wilhelm Canaris. En el mes de septiembre de 1941 mantuvo una entrevista con Hitler en el cuartel general de Rastenburg, también conocido como «Guarida del lobo». El primer dirigente nazi, después del desinterés mostrado por Franco y la impotencia de Ramón Serrano Súñer, pensaba que Muñoz Grandes se sumaría a su causa. De hecho fue condecorado por Hitler con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con hojas de roble.

La 250.ª División de Infantería de la Wehrmacht (oficialmente en España: División Española de Voluntarios, y en Alemania 250 Infanterie-Division), más conocida como División Azul (Blaue Division), fue una unidad de voluntarios españoles que formó una división de infantería dentro del Heer, el ejército del Tercer Reich. Fue constituida con el objetivo de luchar contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Entre 1941 y 1943, cerca de 50 000 soldados españoles participaron en diversas batallas, relacionadas fundamentalmente con el sitio de Leningrado.


La década de 1930 fue convulsa y caótica en toda Europa. En España, la Gran Depresión, pese a que no causó los mismos estragos que en otros países, también ocasionó un deterioro de la situación económica y social. Las 2 décadas anteriores ya vinieron precedidas de extremismos. Tras la irrupción del socialismo, los conflictos laborales se transforman en violencia, dándose lugar entre 1917 y 1923 un movimiento terrorista conocido como pistolerismo. En este periodo, grupos anarcosindicalistas y la patronal, contaban con bandas de pistoleros que asesinaban mutuamente a los líderes de ambos grupos. Entre el terrorismo, la degradación económica y un enquistado sistema bipartidista incapaz de dar solución a los problemas, acaba teniendo lugar el pronunciamiento de Miguel Primo de Rivera, que dará lugar a un gobierno dictatorial que se extenderá hasta su muerte y exilio en 1930.

Ese mismo año tiene lugar el Pacto de San Sebastián, una cumbre de partidos republicanos, de izquierdas y catalanistas, que pactan los pasos a seguir para llevar a cabo un golpe militar que derroque la monarquía e instaure una república. El golpe militar fracasa, pero los partidarios de la república la autoproclaman meses más tarde, en las elecciones municipales de abril de 1931, después de que los partidos republicanos obtuviesen la mayoría en las principales capitales. Queda así instaurada la Segunda República Española.

El republicanismo inicialmente centrista y moderado de Alcalá-Zamora se fue radicalizando a lo largo de la década. El PSOE, por entonces marxista, ya había sufrido una escisión en los años 20, por parte de quienes querían integrar el partido en la Internacional Comunista, formando así el PCE. Pero en los años 30, el partido seguía teniendo dos corrientes, la moderada, de Prieto y Besteiro, y la pro-soviética, de Largo Caballero. Este último, en los mítines previos a las elecciones de 1933, arenga a las masas a actuar hacia la guerra civil y la revolución comunista, tal como recoge en sus discursos, publicados en El Socialista. En 1934, cuando la CEDA, partido conservador ganador de las elecciones, entra en un gobierno de coalición, los partidos y sindicatos de izquierdas protagonizaron una revolución sangrienta que elevó aún más el clima del guerracivilismo.

En 1936, un radicalizado Frente Popular forma gobierno. Se vive un elevado clima de confrontación y crispación entre los bloques, traducido en una violencia generalizada, que termina por desencadenar la Guerra Civil. Durante la contienda, el cambiante gobierno del Frente es mayoritariamente pro-soviético. La URSS es el principal aliado con el que cuentan los republicanos, que proclaman su adhesión a ese régimen. En Madrid, la Gran Vía es renombrada como Av. de la Unión Soviética, y retratos de Stalin cuelgan de la Puerta de Alcalá. El Kremlin envió a comisarios políticos del Komintern, algunos históricos como Palmiro Togliatti, y Codovilla o los alias Stepanov o Pedro.

Origen de la División

La Guerra Civil termina el 1 de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado, pero pocos meses después, el 1 de septiembre, estalló la Segunda Guerra Mundial. España y Alemania comenzaron a tener conversaciones diplomáticas, en las que Berlín pide una mayor implicación en la guerra a Madrid, (que hasta entonces se declara neutral), como compensación a la ayuda prestada por el Tercer Reich a los nacionales, con la participación en España de la Legión Condor. El 10 de junio de 1940, Italia entra en la guerra, y 2 días después, el 12 de junio, Franco cambia la postura oficial española de neutral, a no beligerante. Esto implica que España se convierte en un aliado no beligerante de las potencias del eje, es decir, que toma partida por un bando, pero sin entrar físicamente en la guerra.

Aun así, el 23 de octubre de 1940 tiene lugar la Reunión de Hendaya. En la estación de la ciudad fronteriza tiene lugar el primer y único encuentro entre Franco y Hitler. La entrevista, llevada a cabo en un vagón-salón del convoy, tuvo lugar entre los 2 líderes, acompañados de sus respectivos ministros de exteriores, el español Serrano Súñer, y el alemán von Ribbentrop, así como 2 intérpretes traductores. En la conversación se trataron temas como las condiciones sobre una hipotética entrada de España en la guerra en favor de Alemania, pero en las exigencias de ambas partes existían puntos inaceptables que llevaron a no alcanzar ningún acuerdo concreto. No obstante, España seguía dejando las puertas abiertas a una posible intervención futura, y declaraba su firme apoyo al Reich.

El 22 de junio de 1941, Hitler lanzó por sorpresa la Operación Barbarroja, invadiendo la Unión Soviética de Stalin. Para el régimen, supone la ocasión ideal para entrar en escena. Propondrían el envío de un contingente de voluntarios, lo cual permitiría a España saldar su deuda con Hitler, pero al mismo tiempo, poder seguir manteniendo su estatus de no beligerante, al no existir declaración oficial de guerra hacia la URSS. El día 23, a proposición del ministro Ramón Serrano Súñer, se aprueba en Consejo de Ministros en El Pardo el envío de una división, y se informa de ello al embajador alemán, Eberhard von Stohrer.2 Aunque la denominación oficial se correspondía con «División Española de Voluntarios», José Luis Arrese le pondría el nombre de «División Azul».

La iniciativa tuvo una gran acogida entre los partidarios del Bando Nacional y de los miembros de La Falange. Culpaban a la URSS de ser la instigadora y responsable de todos los sucesos de los años 30 que llevaron a la Guerra Civil, dadas las implicación de Moscú y el Komintern en propagar las revoluciones bolcheviques y el comunismo por Europa. La implicación soviética en la guerra española, suponía para el régimen, en palabras suyas, devolver la visita. El 24 de junio se organizaron movilizaciones de adhesión y se proclamó la formación de la división. En Madrid,a estudiantes del SEU convocaron una manifestación en la plaza de Callao. Allí se reunieron miembros de FET de las JONS4 estudiantes, falangistas, miembros del Frente de Juventudes y de la Sección Femenina. La marcha ascendió por la Gran Vía hasta llegar a la sede del partido en la calle Alcalá, donde el ministro Serrano Súñer les arengaría desde un balcón con las siguientes palabras:

    "Camaradas: no es hora de discursos. Pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable! Culpable de la muerte de José Antonio, nuestro fundador. Y de la muerte de tantos camaradas y tantos soldados caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo ruso. El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa".

    Ramón Serrano Súñer, 24 de junio de 1941.

Aunque inicialmente se barajaron para dirigir la División los nombres de José Antonio Girón y Juan Yagüe, ambos falangistas, al final se terminó acordando que el liderazgo de esta recaería sobre Agustín Muñoz Grandes, propuesto por Ramón Serrano Súñer.

Reclutamiento

Pese a que las exigencias alemanas fueron en un principio de que el contingente estuviera formado íntegramente por soldados experimentados, se acordó finalmente que los soldados serían voluntarios, pero estarían comandados por oficiales profesionales del ejército español. La división quedó oficialmente constituida el 26 de junio, y el día 27 daba comienzo el reclutamiento. Se dispusieron banderines de enganche por toda España, y el éxito inicial fue notable. Se hizo una potente propaganda hasta el 2 de julio, día en que finaliza el reclutamiento, habiendo cubierto las expectativas.

Finalmente, la mayor parte de voluntarios inscritos en este primer reclutamiento fueron militares veteranos, y el resto simpatizantes en mayor o menor grado con el falangismo, y del bando nacional. Entre las organizaciones que más nutrieron las filas divisionarias se encuentra el SEU, del cual se alistaron numerosos estudiantes, su jefe nacional José Miguel Guitarte, así como varios secretarios generales de sus distintas facciones, como Jesús Gutiérrez del Castillo, José María Moro y Martín-Montalbo, o José Hernández Cuevas. La edad de alistamiento estuvo comprendida entre los 20 y 28 años, aunque también se reclutaron algunos menores con autorización paterna. A los divisionarios se les garantizaba un doble sueldo, cobrando el mismo sueldo que los alemanes (según el rango), y de España cobrarían la misma paga que la legión. Así mismo se ofrecían otras ventajas, como que las familias de los divisionarios cobrarían un subsidio de 7'30 pesetas, doble cartilla de racionamiento, el mantenimiento de sus derechos laborales a su vuelta, y algunas otras ventajas.

Si bien es cierto que en un principio el reclutamiento tuvo un rotundo éxito entre militares, falangistas y adeptos a la causa, el alargamiento y las noticias sobre la extrema dureza de la guerra durante el invierno de 1941/42, lo puso más difícil a la hora de captar reemplazos en los meses posteriores. Se dieron casos incluso de divisionarios que se alistaron ante la posibilidad de limpiar sus antecedentes o los de familiares por pertenencia a grupos opositores al régimen.

Según Stanley Payne las regiones que tuvieron menos éxito en el reclutamiento de voluntarios fueron Cataluña, el País Vasco y Navarra.

La Campaña

El 3 de julio de 1941 los voluntarios comienzan a ser llamados y concentrados en diferentes acuartelamientos militares por toda España. Da comienzo así una breve instrucción de diez días en el que las distintas unidades comienzan a ser configuradas y organizadas, y se instruye a la tropa en cuales serán sus normas y obligaciones. El día 12 se da por finalizada la instrucción en Madrid, con una marcha hasta El Pardo en la que el general Muñoz Grandes, jefe de la División, les pasó revista y dedicó unas palabras.

A las 15:45 horas del domingo día 13, una multitud despedía al primer grupo de divisionarios, que partía en tren desde la estación del Norte de Madrid. En total, fueron diecinueve grupos de 1000 soldados de media, los que a lo largo de diez días, partieron escalonadamente hacia Alemania desde diferentes ciudades españolas. Cuatro grupos partieron desde Madrid, cuatro más lo hicieron desde Sevilla, dos desde Valencia, dos desde Burgos y dos más desde Vitoria (Álava). Las ciudades desde las que partió un solo grupo fueron así mismo Zaragoza, Barcelona, Lérida, La Coruña y Valladolid. La cifra total de las tropas ascendía a 18 104 hombres, de los cuales 2612 eran oficiales y 15 492 soldados.

Todos los trenes, independientemente de donde partiesen, tenían que cruzar la frontera francesa en Hendaya (Pirineos Atlánticos), donde se realizaría el transbordo. Así pues, un tren que salía de Madrid, subía por la vía ferroviaria que se encontraba en mejor estado tras la guerra, la del noroeste, atravesando Ávila y Medina del Campo (Valladolid) hasta llegar a Valladolid. Desde allí se continuaba hacia el noreste pasando por Burgos, Miranda de Ebro (Burgos) y Vitoria (Álava), tras la cual venía el último y sinuoso tramo a través del montañoso interior guipuzcoano, y después, Tolosa (Guipúzcoa), San Sebastián (Guipúzcoa) y la frontera.

En Hendaya (Pirineos Atlánticos), antes de realizar el transbordo, la normativa alemana exigía un control sanitario. La tropa pasó por una ducha de agua caliente, al tiempo que sus equipos eran desinfectados, y se llevaron a cabo algunos controles médicos. En la estación, que estaba engalanada con estandartes y banderas del Tercer Reich, el trato alemán fue cortés y servicial. Sin embargo, el tránsito a través de la Francia ocupada fue más complejo, debido a las antipatías e increpaciones que a veces recibía la tropa en su paso por las ciudades, viviéndose incidentes en las estaciones, donde a veces los vagones eran apedreados. El convoy ascendía por la costa atlántica atravesando Burdeos y Poitiers hasta llegar a Tours. Desde allí se tomaba la dirección este a través del valle del Loira, cruzando Blois, Orleans, hasta llegar a Troyes. Desde allí, el tren se adentraba en Lorena y Alsacia, anexionadas al Reich, y tras pasar por Nancy y Luneville (donde les recibieron tocando el himno español), cruzaron el Rhin a través de la entonces ciudad alemana de Estrasburgo.

Dentro de territorio alemán el convoy ferroviario era aclamado por donde pasaba. A su llegada a Karlsruhe, la división recibió la mejor acogida de todo su trayectoria. Una muchedumbre de 10 000 personas, entre civiles y militares se agolparon en los andenes para saludar a los españoles, y dispusieron mesas con un típico almuerzo alemán. Tras aquella muestra de adhesión germana, el convoy siguió hacia las ciudades de Heilbronn y Núremberg, y finalmente Weiden, desde donde accedieron a la localidad contigua a su destino final, la base militar de Grafenwöhr, a la que la primera expedición arriba el 17 de julio.

Subió Muñoz Grandes a la lancha de goma que habría de trasladarle a la otra orilla del Wolchow. Los zapadores habían abierto con explosivos una estrecha senda entre los témpanos de hielo. Corriente abajo, donde el río se ensancha, los ingenieros habían tendido ya una tosca pasarela de tablones, los cuales soportaban el peso de una persona sobre el todavía no muy cuajado hielo. La llegada inesperada del general fue recibida con asombro y entusiasmo. Todos querían acercarse a su general. Tras unas horas con sus soldados y una vez conocida la situación regresó a su Puesto de Mando. Pero antes observó que un grupo de soldados se calentaban en una hoguera de leña. Levantándose el cuelo del capote se acercó para calentarse las manos. Uno al verlo exclamó: ¡Aquí todos vienen a calentarse pero ninguno trae leña!. El general se marchó, para regresar al rato con unos troncos que echó al fuego. Entonces se bajó el cuello del capote y con suma sencilles, perguntó: ¿Puedo ahora calentarme?. Los soldados al reconocer a su general, se quedaron sorprendidos, pero Muñoz Grandes aprovechó para preguntarles cómo se encontraban de ánimo.

También es famosa esa frase que suelta en el invierno del 41 cuando alguien comenta que estaba haciendo mucho frió, ¡para frió el de Teruel!.

Alemania:

Sin embargo, todas esas teorías que enfrentan al anterior jefe del Estado con su primer capitán general -el segundo habría de ser Camilo Alonso Vega- tienen uno de sus principales argumentos en un episodio protagonizado por Muñoz Grandes cuando comanda la División Azul. Corre el mes de junio de 1942 y la División 250 de la Wehrmacht lleva casi un año batiéndose en el frente ruso. Es entonces cuando una carta de su comandante en jefe llega al cuartel general del Reich en Rastenburg (Prusia oriental), también conocido como la Guarida del Lobo al ser la residencia oficial de Hitler.

El contenido del mensaje no ha trascendido, pero todo parece indicar que en él se trataba sobre una posible prolongación del mandato de Muñoz Grandes al frente de la División Azul. Franco ya había decidido sustituirle por el general Esteban Infantes, quien aguardaba en Berlín para tomar el mando de los voluntarios españoles el día 14.

Apenas llega la misiva a Rastenburg, el almirante Canaris parte hacia Madrid para intentar convencer a Franco de la permanencia de Muñoz Grandes al frente de los divisionarios falangistas. "Franco no pareció percibir ninguna segunda intención y dio su aquiescencia", escribe César Vidal. En cualquier caso, tras la entrevista de Canaris en Madrid, Muñoz Grandes visita la Guarida del Lobo. Los alemanes consideran que el general español está descontento con la política exterior franquista, que pretende una mayor implicación de España en la Guerra. Se dice incluso que el general, mediante un divisionario que con el correr de los años se convertirá en uno de los responsables del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Jaime Milans del Bosch, ha enviado un mensaje a Serrano Suñer en que le amenaza de muerte -junto a toda su camarilla- cuando regrese a España.

Según Vidal, desde 1941 Joachim von Ribbentrop -ministro de Exteriores del Reich-y Walter Schellenberg -uno de los máximos responsables de su seguridad- acarician la idea de derrocar a Franco y sustituirlo por un general germanófilo que bien podría ser Agustín Muñoz Grandes.

En cualquier caso, el 11 de julio de 1941, cuando el comandante en jefe de la División Azul se entrevista con el Führer-según consta en un informe elaborado por Ribbentrop el 31 de agosto de 1942-, Muñoz Grandes no oculta su descontento ante la falta de ideologización de los nuevos reemplazos que van llegando a la división, que ya no son mayoritariamente falangistas. Según las mismas fuentes, en dicho encuentro, el general asegura no tener ningún inconveniente en permanecer al frente de la división si Hitler lo considera oportuno, pero también comenta que sus verdaderos propósitos consisten en regresar a España con el apoyo alemán y llevar a cabo, con ayuda de Falange, una limpieza de cuantos elementos no tienen cabida en el supuesto orden que el general cavila. Para ello no hará falta quitar de en medio a Franco, bastará con relegarle a un puesto honorífico, será suficiente con convertirlo en jefe del Estado honorífico mientras Muñoz Grandes es nombrado presidente del Gobierno.

Quienes apoyan esta teoría sostienen que, en aras del prestigio que el comandante en jefe de la División Azul necesita para regresar a España y llevar a cabo su maniobra, la unidad juega un papel determinante en la Batalla de Leningrado -actual San Petersburgo-, Se cuenta que en aquellos días Hitler comentaba con frecuencia al general Alfred Jold, uno de sus más estrechos colaboradores: "Tenemos que impulsar todo lo posible la popularidad del general Muñoz Grandes porque la División Azul puede, en un momento dado, desempeñar un papel decisivo cuando suene la hora de derribar este régimen controlado por curas".

Los españoles entran en combate -según todos los comentaristas- con el coraje que se espera de ellos en la noche del 5 al 6 de octubre. Unas semanas después, cuando ya empieza a ser evidente que Leningrado no va a ser conquistada tan rápidamente como se ha calculado, todos los planes referidos a Muñoz Grandes comienzan a ser olvidados.


El 5 de julio partió hacia Berlín un avión con una Comisión Aposentadora, un grupo de 7 hombres liderados por el teniente-coronel Joaquín Romero Mazariegos, encargados de llevar a cabo reuniones con uno de los jefes del Estado Mayor del Reich, el capitán general Friedrich Fromm, sobre las pautas y directrices a seguir para encajar correctamente a la división española dentro del ejército alemán. Allí permanecieron hasta el día 11, cuando la comisión se trasladó hasta el campamento de Grafenwöhr, para tratar con el teniente coronel Distler los preparativos ante la inminente llegada de los soldados españoles a la base.

Las diferentes expediciones españolas fueron llegando de forma escalonada, 3 por día, llegando los primeros en la mañana del 17 de julio, y los últimos la tarde del día 23. La base de Grafenwöhr, próxima a su población homónima, era una ciudad-campamento de gran tamaño, de casi 80 km de perímetro. El recinto, rodeado en su totalidad por bosques, tenía en su interior amplios campos de tiro, campos de deportes, lago, cine, cantinas y varias comodidades. Había construcciones de típica arquitectura bávara, las calles interiores estaban asfaltadas, y los barracones eran amplios y confortables. No obstante se acabaron produciendo conflictos, casi siempre relacionados con el alcohol, producidos durante las horas libres y en bares del pueblo, en los que se produjeron algunas peleas entre militares de ambos países, o de soldados que trataban de ligar con lugareñas.

El mismo día 23 se presentaron los horarios de instrucción en el campamento, se proporcionaron los uniformes oficiales alemanes, y quedó formada la estructura definitiva de unidades de la división. Dio así comienzo la preparación, con jornadas de adaptación a la formación, marchas y disciplina alemana.

El 31 de julio, ocho días después de comenzar la instrucción, tiene lugar el Juramento al Führer. Para ello se dispuso el campo de instrucción de Kramemberg, donde formó toda la división, acompañada de una compañía de honor alemana. Presidían el acto las banderas del Reich alemán y de España, y junto a ellas el general Muñoz Grandes y su Estado Mayor, el capitán general Fromm como representante del gobierno, y el general von Cochenhausen como jefe de la ceremonia. Tras una misa de campaña, vino el acto del juramento de fidelidad a Hitler, cuyo texto tuvo que ser modificado a instancias de las autoridades españolas para que hiciera constar que dicha obediencia se debía en la lucha contra el bolchevismo. El texto fue leído en alemán por von Cochenhausen y después en español por el coronel Troncoso:

    Schwörst Du vor Gott und bei Deiner Ehre als Spanier, dem Obersten Befehlshaber der Deutschen Wehrmacht, Adolf Hitler, im Kampf gegen den Kommunismus unbedingten Gehorsam entgegenzubringen und schwörst Du, als tapferer Soldat zu kämpfen, der jederzeit bereit ist, sein Leben in Erfüllung dieses Eides hinzugeben?

¿Juráis ante Dios y por vuestro honor de españoles, absoluta obediencia al jefe de las Fuerzas Armadas alemanas, Adolf Hitler, en la lucha contra el comunismo, y juráis combatir como valientes soldados, dispuestos a dar vuestra vida en cada instante por cumplir este juramento?

Tras el juramento, que fue emitido en directo por la radio alemana, quedaba oficialmente constituida la 250.º División de Infantería de la Wehrmacht. Durante las tres semanas siguientes se llevó a cabo una instrucción intensiva y práctica, con el objetivo de que los soldados estuvieran familiarizados eficientemente con el material y los objetivos de su cometido.
Traslado al Frente

El 19 de agosto comienzan los preparativos para la partida, empezando a cargar víveres y maquinarias en los trenes. La división había sido destinada al Frente Oriental, e incluida en el Grupo de Ejércitos del Centro, teniendo como destino del viaje la ciudad de Smolensk, para una vez allí, unirse al resto de los ejércitos hacia el asalto de Moscú.

El día 20 comienzan a salir los trenes, 66 grupos en total, a razón de 12 grupos diarios. Desde el campamento bávaro se dirigían hacia el norte, siguiendo dos rutas alternativas en función del tráfico ferroviario, una que pasaba por Leipzig y Berlín, y otra a través de Chemnitz y Cottbus, para confluir ambas más adelante en la ciudad de Küstrin. Desde allí el convoy tomaba dirección este, atravesando el Corredor del Danzig y el río Vístula. Tras un largo viaje de 1600 km y varios días de duración, fueron llegando a las cuatro ciudades que habían sido designadas para aguardar hasta que toda la tropa finalizase el desplazamiento: Treuburg, en Prusia Oriental, y las polacas Suwalki, Grodno y Reuss. Una vez llegado el último tren a Suwalki el 28 de agosto, se da por finalizada la primera fase.

Tras unos días de pausa, comienza la segunda fase. Desde la región, es imposible alcanzar el destino, debido al mal estado de las vías, por lo que el trayecto de 900 km hasta Smolensk, hay que realizarlo andando. Tras dejar atrás Grodno y Lida, se llegó el día 8 de septiembre a Vilna, capital lituana, donde se hizo una parada de un par de días. Desde allí se continuó hacia el este, ya en tierras soviéticas, llegando a Molodezno y Minsk. El recorrido fue muy complicado, las frecuentes lluvias o el atravesar espesos bosques por caminos, dificultaban la travesía para el contingente. Las largas jornadas de trayecto, la dureza del calzado y el excesivo peso, provocaban a los soldados continuas heridas en pies y hombros. Así mismo, la poca o nula experiencia de la tropa con el manejo y cuidado de animales, provocó que los caballos que les acompañaban sufrieran una alta mortalidad, que fue motivo de queja oficial por el mando alemán.

La travesía continuó, dejando atrás las ciudades de Borisov y Orsha. Faltando poco para llegar a Smolensk, el día 24 tiene lugar una contraofensiva soviética en Leningrado, pidiendo refuerzos el general von Leeb. Hitler alteró los planes de la Operación Tifón, con la que tenía que lanzar el asalto definitivo a Moscú y decidió trasladar tres divisiones, entre ellas la División azul a socorrer el frente norte. De este modo la división era apartada del 9º y fue incluida en el 16º Ejército, dentro del Grupo del Norte. Todo el convoy tuvo que dar media vuelta en dirección contraria, hasta el cruce entre Orsha y Vitebsk, para girar hacia el norte y dirigirse hasta esta última, suponiendo un varapalo anímico para la tropa, que perdía la oportunidad que les prometieron, de participar en la toma de Moscú.

El día 28 comienzan a llegar las tropas a Vitebsk, finalizando así la etapa de camino. Desde allí podrán tomar de nuevo un ferrocarril, que tras pasar por la ciudad de Dno, les llevará definitivamente al frente de guerra, en la histórica ciudad de Novgorod. En torno al 10 de octubre el grueso de las tropas estaba en el frente. La división se desplegó alrededor de los suburbios de Novgorod, siempre al oeste del río Voljov. El regimiento 262.º en el subsector de la propida ciudad, el 269.º cubría el subsector Norte con retaguardia en Podvereje, el 263º en el subsector Centro y en el subsector del Ilmen, los Grupos Antitanque y de Exploración. El Regimiento de Artillería se posicionó al oeste de Novgorod, en la barriada de Grigorovo, donde también quedó establecido el Cuartel General de la división. Casualmente, el 12 de octubre, Fiesta Nacional de España, tras más de cincuenta días de viaje desde el campamento de Grafenwöhr, las tropas sufren un ataque, produciéndose así la entrada en combate de los españoles.

Batallas


Los grupos de ejércitos norte, centro y sur, tenían como objetivos respectivamente la conquista de las áreas de Leningrado, Moscú y Stalingrado. La División Azul, a pocos días de incorporarse en el frente central, fue desplazada súbitamente al grupo norte, ante la necesidad de reforzar las posiciones. Las zonas de operaciones fueron 2, el Frente de Novgorod, entre octubre de 1941 - agosto 1942, y el Frente de Leningrado, entre agosto de 1942 - octubre de 1943.

Frente de Novgorod

En septiembre de 1941 el ejército alemán toma la histórica ciudad de Novgorod, de gran valor simbólico y estratégico. A principios de octubre la División Azul se asienta en el extrarradio de la ciudad y se despliega en dirección norte, en el flanco occidental del importante río Voljov, que con una anchura media de 250 metros, comunica de sur a norte los lagos Ilmen y Ladoga.

Con la llegada del contingente español, se empiezan a tomar posiciones en pro de realizar un asalto hacia la orilla oriental del río, en manos soviéticas. Entre los días 14 y 22 de octubre tiene lugar la primera Batalla del Voljov, en la que tropas españolas y alemanas consgiuen vencer la dura resistencia y cruzar por primera vez el río, en botes de goma. El día 22 quedaba finalmente asegurada una cabeza de puente, quedando bajo control las localidades de Sitno y Smeisko, siendo los participantes condecorados. Durante los últimos días del mes se produjeron nuevas incursiones que tuvieron como resultado la toma de poblaciones como Nilitkino, Tigoda y Dubrovka. Todas estas poblaciones, aunque eran mantenidas, fueron atacadas por el ejército rojo, causando importantes bajas.

El 1 de noviembre el general von Roques ordena una operación con el objetivo de limpiar el sector entre los ríos Voljov y Mesta, y arrasar con toda la posición defensiva soviética, en pro de liberar la cabeza de puente de Novgorod y despejar la importante ruta desde esta ciudad hacia el este. La operación no se podía poner en marcha, debido a que las posiciones españolas no cesaban en recibir fuego de artillería y morteros, a la par que las primeras heladas fuertes empezaban a causar bajas por congelación.

El día 8, el batallón 1/269 recibe la orden de tomar una posición avanzada en las poblaciones de Possad, Otenski y Posselok. Al amanecer del día 12 da comienzo la Batalla de Possad. Durante 2 días se sucedieron los bombardeos aéreos, ataques de artillería, incluso combates cuerpo a cuerpo con arma blanca, que acaban diezmando las fuerzas españolas, que se retiran de Posselok hasta Possad, habiendo perdido más de 100 hombres. Un nuevo ataque, aun más intenso, se sufrió entre los días 16 y 19, con bombardeos y fuego de ametralladoras. Durante el resto de noviembre, la situación era crítica para los avanzados, sufrían grandes bajas y la temperatura rondaba los -30℃. La zona estaba rodeada de bosque, y la única vía de evacuación era un camino que lo atravesaba, entre Possad y Sitno (punto donde se cruzaba el río), corriendo un alto riesgo de ser copados por el enemigo. El 4 de diciembre comienza un nuevo ataque ruso sobre todas las posiciones de la Wehrmacht al este del Voljov y del Ilmen. Tras varios días de duro asedio, el día 7 la situación era límite, y los generales ordenan la retirada de Possad hasta Otenski, y después cruzar el bosque hasta Sitno, donde volverían a cruzar el río para replegarse al punto inicial de octubre.

Desde el día 9 todas las tropas se concentraron al oeste del río, para afrontar el extremo invierno que se vivía aquel año en una posición defensiva más segura. Sin embargo, la presión soviética no cesaba. Se sufrían ataques aéreos y de artillería desde la otra orilla, y durante la nochebuena y Navidad se produjeron varios golpes de mano virulentos en las líneas españolas. El día 27 se produce la cruenta batalla de la Posición Intermedia. Había un puesto de vigilancia en un cerro entre los pueblos de Udarnik y Lobkovo que estaba protegido por un pelotón. En una incursión soviética, todos los soldados de la posición fueron víctimas del ataque, encontrando sus compañeros horas después los cadáveres desnudos y clavados en la nieve con picos y bayonetas. El comandante García Rebull organizó un golpe rápido de revancha en las trincheras enemigas, provocandoles un muy elevado número de víctimas.

El 7 de enero de 1942 da comienzo la Ofensiva de Lyuban, una gran operación que tenía por objetivo atravesar las líneas del Voljov y romper el cerco sobre Leningrado. En uno de los envites, 543 soldados alemanes quedaron copados en la localidad de Vsvad, al sur del Lago Ilmen. La división española, el otoño anterior, se vio obligada por orden del mando a crear una compañía de esquiadores, y fueron a estos a quienes se les ordenó la misión de acudir en rescate de los alemanes. El día 10 comenzó la marcha a través del lago congelado, tardando 11 días en arribar a la posición alemana en la orilla sur y conseguir liberarlos. En el trayecto, con tormentas de nieve y temperaturas inferiores a los -50℃, la compañía sufrió más de 100 bajas por congelaciones graves, sufriendo casi una veintena de soldados la amputación de ambas piernas. La Cia. recibió por ello 32 cruces de hierro, siendo una de las más condecoradas de los ejércitos del norte.

Tras ser repelida la ofensiva, el frente quedó estabilizado el resto del invierno, participando la división en algunos golpes de mano. Al comienzo de marzo, varios generales diseñan la Operación Predador, cuyo objetivo era acabar con una posición soviética que resistía al oeste del Voljov desde la ofensiva de invierno. La operación comenzó el 15 de marzo, y en ella participaron inicialmente el Batallón Román y algunos grupos de artillería. En el transcurso de la batalla varias unidades españolas más se sumaron a combatir la bolsa en los meses siguientes, hasta que el 28 de junio tras la rendición del general Vlasov, el OKW proclamó su victoria en el frente del Voljov. Las operaciones españolas en este escenario, llegaban por tanto a su fin.

Asedio de Leningrado

A principios de agosto de 1942, Hitler ultimaba los detalles de la inminente Operación Luz del Norte, que ejecutaría el definitivo asalto a Leningrado. A la división española se le encomendará la misión de asediar la ciudad desde el flanco sur. Durante todo el mes, las compañías se fueron trasladando de forma escalonada en ferrocarril, desde Novgorod hasta Novo Lissino, desde donde irían tomando posiciones en torno al sector de Kolpino, un importante arrabal industrial de la capital. A finales de mes, el traslado se dio por concluido. El cuartel general de la división se instaló en un palacete de los zares en Pokrovskaya y el hospital de campaña junto con otros centros de servicios, y los de la 121 alemana, en la contigua localidad de Mestelevo.

Las diferencias respecto al frente anterior eran notables, la zona rural y pantanosa del Voljov, cambió por una zona totalmente llana y más urbana, que aunque con zonas igualmente boscosas, era donde se situaban las numerosas poblaciones que forman el área metropolitana de Leningrado. El frente asignado tenía una anchura de 29 km. y se situaba a ambos flancos de la carretera y ferrocarril hacia Moscú, que estaba bloqueado. Dicho frente estaba dividido en 4 sectores: Puschkin, Pavlovsk, Federovskoye y Krasny Bor. Las tropas asediaban la ciudad desde las afueras, esperando el inicio de la operación para asaltarla, pero había instalada una férrea defensa soviética. Durante todo el mes de septiembre sufrieron duros ataques de artillería, recibiendo de media más de 200 disparos diarios. Tan solo en Kolpino habían más de 40 baterías defendiendo la línea.

En octubre de 1942 el teniente Amaro Lasheras recibe la orden de recibir y conducir hacia el Cuartel General una expedocoón de guripas recien llegados. Una vez desembarcados, el teniente marcha junto a los nuevos voluntarios hacie el viejo palacio, donde les esperaban para ser recibidos. de repente el oficial mando alto y derecha, distinguiéndose tras una vieja verja un bosque cruces coronadas por un casco.

¡Soldados! Arenga Amaro, en este cementerio reposan las almas de muchos que nos precedieron, que Dios les conceda un merecido reposo y a nosotros nos de fuerzas para seguir su ejemplo. Quien sabe si, cuando la próxima expedición pase por delante de esta verja alguno de nsootros tengamos ya nuestro puesto en los luceros. Por deber de gratitud os ruego recéis una oración conmigo por su Eterno Descanso.

Apenas había mandado descrubirse y comenzado a entonar un Padre Nuestro, se escuchó el ruido del motor de un vehículo que paraba detrás de la formación. Del coche bajan tres oficiales, uno de ellos, l que se le distingue claramente unas franjas carmesí en su pantalón, que delatan su condición de miembro del Estado Mayor, hace varios gestos al teniente avisándole de la llegada del General.

Muñoz Grandes indica al oficial de su Estado Mayor que permita continuar el rezo, y descubriéndose se une al él. Acabado la oración el teniente manda firmes y da novedades al general, éste le felicita y dirigiéndose al oficial de Estado Mayor le dijo: -Enhorabuena teniente, siempre primero el recuerdo al caído. Siempre está una oración por delante de una novedad, siempre un héroe por delante de un general.

Las malas noticias llegadas del fallido asalto de Stalingrado, hacen que Hitler tome la decisión el 16 de octubre de cancelar Luz del Norte hasta nueva orden, y mantener mientras tanto la presión con el asedio a la ciudad. El frente durante el otoño queda estabilizado en la misma línea, sin que hayan importantes avances ni retrocesos. El punto más conflictivo fue el meandro del río Ishora, en los alrededores de una fábrica de papel. En este sector, ambos frentes hacen contacto directo, y se desarrolla una guerra de trincheras. Se llevan a cabo frecuentes incursiones con patrullas y golpes por parte de ambos bandos, con tal de mejorar las posiciones. La división continúa estancada en esta zona, donde acaba sufriendo numerosas bajas, entre los ataques de artillería, de francotiradores y los asaltos de trincheras a uno y otro lado de las líneas. Se producen 257 muertos, 1.051 heridos y 1 congelado, desde la llegada al nuevo frente hasta final de 1942.

Aun así, antes de que el general regrese a España a finales de 1942, Hitler le distingue con la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, la máxima condecoración de Reich, raramente concedida a un soldado no alemán.

Hitler deseaba valorar al reemplazado primer jefe de la División Azul como posible alternativa al obstinado Franco, que no estaba dispuesto a ser una marioneta del Führer. Muñoz Grandes se reunió con Hitler en la Madriguera del Lobo, em Rastenburg, el 11 de julio de 1942 y se sintió cautivado, sacando la impresión de que el Führer quería y respetaba a España -Fotografía cortesía del Ejército de Estados Unidos.

En cuanto a la entrevista narran lo siguiente:

Exudando su indudable encanto, un alborozado Adol Hitler recibió a Muñoz Grandes en Rastrenburg el 11 de julio. El general se sintió cautivado, y sacó la impresión de que Hitler amaba y respetaba a España. "Confortado por la mirada del Führer", le dijo después a Likus, "España ha dejado de ser para mí una tierra desgraciada". Apasionadamente el general abrió su corazón. Describió a los dirigentes de su país: Varela, la perdición del Ejército. Le consideraba responsable, junto con su camarada Serrano Suñer, de la sustitución de la división, sustitución que era nada menos que un "sabotaje directo contra Alemania". Los nuevos reclutas estaban mal instruidos y su valor militar resultaba dudoso. Se sospechaba que algunos eran comunistas, que solo habían venido para desertar. Los "nuevos jefes andaban de un lado para otro como marionetas. Como personas, desaparecen de la vista en cuanto... (yo) aparezco". Serrano Suñer: la mera mención de su nombre llenaba de ira a Muñoz Grandes. "Cuando Miláns del Bosch iba a volver...(herido) a España, preguntó qué mensaje debería llevar a S(errano) S(uñer) cuando le viera. (Yo) respondí: dile que no vuelva yo vivo...pero que, si lo hago, le matar´personalmente y a los de su cohorte.

Por espacio de más de dos horas, el general dio cuenta de sus esperanzas y de sus planes. Continuaría en el frente, si Hitler así lo permitía. Pero quería volver a ka Península en la confianza del apoyo alemán y dispuesto a hacer una limpieza a fondo. La juventud de su país y los elementos incorruptos de la Falange, estaban con él. Su ambición inmediata era la jefatura del gobierno, bahjo una figura de Franco más o menos representativa, que seguiría al frente de la jefatura del Estado. Su administración estaría marcada por la más estrecha amistad y cooperación posibles con Alemania. Hitler aceptó cautamente este nuevo papel de colaborador, y ambos acordaron establecer una línea permanente de comunicación fuera de los cauces normales......

Volviendo a los asuntos militares, Muñoz Grandes preguntó al Führer si no podía trasladar la División Azul a un frente más activo. Hitler había sido advertido previamente de que podía esperar tal solicitud. El Grupo de Ejércitos Norte estaban en contra, si es que se iban a tener en cuebta consideraciones puramente militares. La división no tenía capcidad para operaciones ofensivas de cierta significación. Pero Hitler, tenía otros pensamientos. Le dijo a Muñoz Grandes que la 250.ª División sería trasladada. El general español, entusiasmado y cautivado, volvió al frente imbuido de un vigor nuevo.

Rumores de la entrevista Hitler-Muñoz Grandes no tardaron en resonar por los pasillos de El Pardo. El servicio de información español comunicaba con el coronel Günther Krappe, agregado militar alem´´an, había entrado en contacto con el amigo y camarada falangista de Muñoz Grandes, general Yagüe, en la finca de éste en su pueblo natal soriano, San Leonardo. El 16 de julio, Stohrer, que no estaba en la conspiración y al que Ribbentrop soslayaba, preguintó a Berlín, actuando a ínstancias no oficiales españolas, por el tono de la treunión. La breve respuesta fue: sólo se discutieron cuestiones militares.


Con el comienzo de 1943, el ejército rojo pone en marcha la Operación Iskra, con el objetivo de romper las líneas alemanas y abrir el cerco que sufre la ciudad desde hace 900 días. Unidades españolas participaron en esta lucha en la orilla sur del lago Ladoga, donde nuevamente con temperaturas de -40 C, tuvieron una dura batalla en los bosques cercanos a Posselok. La operación finalizó el 30 de enero con victoria soviética, que consiguió romper el cerco en aquel punto y abrir una inmediata línea de suministros hacia la ciudad. El 10 de febrero da comienzo la Operación Estrella Polar, cuyo objetivo es romper el cerco por más frentes y liberar la carretera hacia Moscú. Se produce así la cruenta Batalla de Krasny Bor, la más sangrienta vivida por la división española. 4 divisiones soviéticas avanzan desde Kolpino haciendo retroceder a los españoles hacia Krasny Bor. Una gran cantidad de tanques, baterías artilleras y órganos de Stalin, lanzaron una ofensiva de fuego que provocó 1.125 muertos, 1.036 heridos y 91 desaparecidos.  A pesar de ello, no consiguieron romper las líneas ni abrir la carretera, sufriendo así mismo un elevado número de bajas. Durante las siguientes semanas, hasta el 19 de marzo, se libraron duros combates diarios para impedir que el ejército rojo cruzara el río Ishora y penetrara en el flanco oeste. Mantener la línea costaba una media de 30 bajas diarias.

Durante los 6 meses siguientes, el frente se vuelve más estable y tranquilo. Las líneas se reforzaron con más trincheras y búnkeres, en un frente en el que se seguía la misma tónica que en los meses previos a Krasny Bor: patrullas y golpes de mano por ambos bandos, guerra de trincheras, francotiradores, ataques de artillería, y distintas acciones de contención que seguían produciendo bajas. Pese a que la Luftwaffe comenzó a bombardear Kolpino y Leningrado, haciendo prever una reactivación de la ofensiva, el transcurso de la guerra era incierto y las noticias sobre las retiradas en el este eran conocidas. Uno de los hechos más significativos, fue un bombardeo que recibió el Cuartel General mientras celebraban el 18 de julio acompañados del general Lindemann, en el que se produjeron 1 muerto y 38 heridos. Las características del frente continúan siendo las mismas de mantener el asedio, hasta que en octubre se recibe la orden de repatriación de la división.
Legión Azul

La orden del generalísimo Franco de retirar la División Azul data del 12 de octubre de 1943, coincidiendo con el cese del ministro de Asuntos Exteriores Ramón Serrano Súñer, sustituido por Francisco Gómez-Jordana Sousa.32 Gómez-Jordana consideraba a la División algo de lo que había que deshacerse lo antes posible.b Tras la repatriación y disolución algunos soldados españoles rechazaron volver a España (entre 1500 y 3000 hombres). Hubo también combatientes españoles que se enrolaron en otras unidades alemanas, principalmente en las Waffen-SS, y otros atravesaron la frontera española furtivamente por Lourdes, al sur de Francia. Las nuevas unidades fueron denominadas colectivamente Legión Azul bajo el mando del coronel de la Legión García Navarro. Los españoles seguían siendo inicialmente parte de la 121.ª División de Infantería, pero aun así se ordenó la repatriación de esta unidad en marzo de 1944, siendo transportada de nuevo a España el 21 de marzo.

Últimos españoles en las filas alemanas

El resto fueron reagrupados en otras unidades alemanas, como la 3.ª División de Montaña y la 357.ª División de Infantería. Otra unidad fue enviada a Letonia. Dos compañías se unificaron con el regimiento de los brandemburgueses y con la 121.ª División alemana en Yugoslavia, que luchaba contra los partisanos de Tito. Unos 50 españoles entraron en los Pirineos para combatir a la resistencia francesa. La 101.ª compañía Spanische Freiwilligen Kompanie der SS 101, de 140 hombres, compuesta por cuatro pelotones de fusileros y un pelotón de oficiales, fue unida a la 28.ª División de Voluntarios Granaderos Valones de la SS, luchando en la región de Pomerania contra el Ejército Rojo.

Más adelante, como parte de la 11.ª División de Granaderos SS Nordland y al mando del SS-Hauptsturmführer Miguel Ezquerra, luchó los últimos días de la guerra en Europa contra tropas soviéticas en la batalla de Berlín. El 20 de agosto, tras prestar juramento de lealtad a Adolf Hitler (el cual se modificó especialmente para mencionar la lucha contra el comunismo), la División Azul fue enviada al Frente Oriental. Fue transportada en tren a Suwalki, en Polonia, desde donde tuvo que continuar a pie. Después de avanzar hasta Smolensk se desplegó en el sitio de Leningrado, donde pasó a integrarse en el XXXVIII Cuerpo de Ejército alemán, que formaba parte del XVI Ejército. Después de la caída del frente en Stalingrado, la situación cambió y más tropas alemanas fueron desplegadas en relevo de las españolas. Esto coincidió con el cambio en el mando de la división, que fue asignado al general Emilio Esteban Infantes. Finalmente, los Aliados comenzaron a ejercer presiones sobre Franco para que ordenase la vuelta de los divisionarios a España. Las negociaciones iniciadas por éste a finales de 1943 concluyeron con una orden de repatriación escalonada el 10 de octubre.

Organización

El mando de la División Azul lo ostentaba el general Agustín Muñoz Grandes. Antes de salir de España, la división estaba subdividida en cuatro regimientos de infantería,34 que adoptaron como era tradición, el nombre de sus respectivos comandantes «Rodrigo», «Pimentel», «Vierna» y «Esparza». Sin embargo, una vez en Alemania, para adaptarse a la organización estándar de la Wehrmacht, tuvieron que suprimir uno de los regimientos, el Rodrigo, cuyas tropas fueron repartidas entre los otros 3. Se creaba así mismo un 4º regimiento de artillería, a mando del coronel Badillo. Cada regimiento estaba formado por tres batallones, y catorce compañías, cuatro Cias. por batallón y dos más auxiliares. El regimiento de artillería estaba dotado de cuatro grupos, tres ligeros dotados cada uno de ellos de tres baterías de 105 mm y uno pesado, dotado de una batería pesada de 150 mm. Así mismo existía toda una serie de unidades y cuerpos complementarios que completaban el grueso de la División.

En contra de esas teorías que hablan de los recelos existentes entre los dos militares, Franco concede a Muñoz Grandes la Palma de Plata, máxima condecoración falangista, y le asciende a general de división. Se dice que el antiguo jefe del cuerpo expedicionario español en Rusia mantiene contactos secretos con Hitler y que en la Nochevieja de 1942 convence al Generalísimo de la conveniencia de la entrada de España en la Guerra. No fue así, pero el antiguo héroe de Alhucemas sí alcanza las cimas más altas del anterior régimen. En 1943, Franco le nombra jefe de su Casa Militar; en el 45 -el mismo año en que es condenado por crímenes de guerra en el proceso de Nuremberg- se le confía la capitanía general de la Primera Región Militar.

    262.º Regimiento de Infantería. Regimiento Pimentel. Coronel Pedro Pimentel Zayas.

        I Batallón: Comandante Ángel Enríquez Larrondo.
            1ª Cia. Fusiles
            2ª Cia. Fusiles
            3ª Cia. Fusiles
            4ª Cia. Ametralladoras
        II Batallón: Comandante Matías Sargadoy Allo.
            5ª Cia. Fusiles
            6ª Cia. Fusiles
            7ª Cia. Fusiles
            8ª Cia. Ametralladoras
        III Batallón: Comandante Ángel Ramírez de Cartagena.
            9ª Cia. Fusiles
            10ª Cia. Fusiles
            11ª Cia. Ciclista
            12ª Cia. Ametralladoras
        13ª Cia. Apoyo de Artillería
        14ª Cia. Antitanques

    263.º Regimiento de Infantería. Regimiento Vierna. Coronel José Vierna Trápaga.
        I Batallón: Comandante Joaquín de los Santos Vivanco.
            1ª Cia. Fusiles
            2ª Cia. Fusiles
            3ª Cia. Fusiles
            4ª Cia. Ametralladoras
        II Batallón: Comandante Vicente Gimeno Arenas.
            5ª Cia. Fusiles
            6ª Cia. Fusiles
            7ª Cia. Fusiles
            8ª Cia. Ametralladoras
        III Batallón: Comandante Ricardo Suárez Roselló.
            9ª Cia. Fusiles
            10ª Cia. Fusiles
            11ª Cia. Ciclista
            12ª Cia. Ametralladoras
        13ª Cia. Apoyo de Artillería
        14ª Cia. Antitanques

    269.º Regimiento de Infantería. Regimiento Esparza. Coronel José Martínez Esparza.
        I Batallón: Comandante José González Esteban
            1ª Cia. Fusiles
            2ª Cia. Fusiles
            3ª Cia. Fusiles
            4ª Cia. Ametralladoras
        II Batallón: Comandante Miguel Román García
            5ª Cia. Fusiles
            6ª Cia. Fusiles
            7ª Cia. Fusiles
            8ª Cia. Ametralladoras
        III Batallón: Comandante José Pérez Pérez
            9ª Cia. Fusiles
            10ª Cia. Fusiles
            11ª Cia. Ciclista
            12ª Cia. Ametralladoras
        13ª Cia. Apoyo de Artillería
        14ª Cia. Antitanques

    250.º Regimiento de Artillería. Regimiento Badillo. Coronel Jesús Badillo Pérez.
        I Grupo Ligero: Comandante Ramón Rodríguez Vita.
            3 Baterías de 105 mm
        II Grupo Ligero: Comandante Mariano del Prado O'Neil.
            3 Baterías de 105 mm
        III Grupo Ligero: Comandante Ramón Díez Ulzurrun.
            3 Baterías de 105 mm
        IV Grupo Pesado: Comandante Fernando Castro Escudero.
            3 Baterías de 150 mm

    Otros:


        Estado Mayor. Coronel José María Troncoso Sagredo.
        250 Batallón de Reserva Móvil «Tía Bernarda». Comandante Fernando Osés Armesto.
        Batallón Antitanque. Comandante César Rodríguez Galán.
        Zapadores
        Grupo de cañones
        Grupo de exploración
        Transmisiones
        Sanitarios
        Veterinario
        Transportes
        Policía militar
        Correos militares

Fuerza Aérea


Los aviadores voluntarios formaron la Escuadrilla Azul, la cual, se adscribió al 27º Grupo de Caza (JG27) de la Luftwaffe, bajo el mando del mariscal Wolfram von Richthofen, que ya había combatido en España mandando a la Legión Cóndor. Sumando los derribados en vuelo y los destruidos en tierra, los pilotos de las escuadrillas de voluntarios españoles destruyeron 170 aviones, a bordo de cazas Bf 109 y Fw 190; la unidad fue acreditada con 156 derribos de aviones soviéticos. Esto les costó 19 muertos y desaparecidos en combate, dos prisioneros y cinco heridos.

Uniformes


Como la división no era una unidad regular del ejército español y estaba compuesta por voluntarios, fueran o no militares, no tenían permitido usar el uniforme oficial español. Se proporcionó así un uniforme alternativo, que era el usado desde que un soldado era reclutado en España hasta que llegaba al acuartelamiento alemán. Se componía de un pantalón y guerrera color caqui similar al de la legión, una camisa azul con el emblema de la Falange (de las cuales procedió el apodo de Azul) y una boina roja como la de los carlistas.

Una vez llegados a Grafenwöhr se les suministraba el mismo uniforme estándar del ejército alemán, con la tonalidad feldgrau. Si bien, a los divisionarios españoles se les permitía lucir, complementariamente, 2 escudos con la bandera española y la leyenda ESPAÑA, en la parte superior de la manga derecha de la guerrera, y en el lado derecho del casco Stahlhelm.
Armamento

Balance de bajas


Stanley Payne eleva el número de voluntarios a 45 5008 aunque otras fuentes citan 47 000 soldados. La División tuvo 4954 muertos en el frente, 8700 heridos, 2137 quedaron mutilados, 372 de sus hombres fueron hechos prisioneros de guerra por el Ejército Rojo y 7800 enfermaron.8 c Sólo unos pocos lograron sobrevivir a los largos años de privaciones y trabajos forzados durante el cautiverio en los gulag, campos de trabajo soviéticos. Mientras que la mayor parte de los soldados alemanes, italianos, rumanos y de otras nacionalidades fueron puestos en libertad tras unos cinco años de internamiento en campos, la mayor parte de los prisioneros de guerra españoles de la División Azul tuvieron que esperar hasta doce años, y solo pudieron regresar tras la muerte de Stalin. Los 220 hombres que sobrevivieron fueron repatriados de Siberia a Odesa y de allí a España en 1954, llegando al puerto de Barcelona el 2 de abril de ese mismo año en el barco griego Semíramis, fletado por la Cruz Roja.

Muchos de los caídos en combate se encuentran enterrados en el cementerio de Nóvgorod, en Rusia. Otros siguen enterrados donde cayeron, sobre todo en Krasny Bor, donde hubo 2200 bajas en combate el 10 de febrero de 1943.

A partir de este momento, su carrera sigue en ascenso y cuando regresa a España en 1943, le ascienden a teniente general y le nombran jefe de la Casa Militar de Franco. No obstante, conviene hacer notar que, con el mentado ascenso, Muñoz Grandes dejaba de tener mando sobre tropas, motivo por el cual dicho ascenso ha sido interpretado en ocasiones como una maniobra de Franco para quitar de enmedio a un enemigo potencial, quizá excesivamente identificado con la causa de la Alemania nacionalsolcialista.

Ministro del Ejército

En 1945 fue nombrado Capitán General de la I Región Militar. El 18 de julio de 1951 Franco formaba su octavo Gobierno, el del nuevo concordato con el Vaticano y los acuerdos con los Estados Unidos, el mismo que el 1 de mayo de 1952 dio el tercer indulto general. Ya en 1951 es nombrado ministro del Ejército y en el 57, al cesar en dicho cargo, asciende a capitán general, rango que hasta entonces sólo ostenta Franco. En este gobierno ocupa la cartera de ministro del Ejército, posteriormente alcanzó el grado de capitán general, ocupando el número 52 desde la institución del cargo por el monarca Carlos III.

No quisiera equivocarme, la memoria a veces me juega malas pasadas, pero un, más que justificado enfado, de Muñoz Grandes le costó el cargo a un gobernador civil de Baleares, allá por los 50. Muñoz Grandes visitó rápidamente Mahón -Menorca- debido al accidente mortal que hubo -creo que en La Mola- a explotar un cañón. Murieron algunos soldados.

Al trasladarse después Muñoz Grandes a Mallorca, se encontró con el gobernador en un banquete celebración de no se que. Nuestro general le abroncó duramente delante de todo el mundo en el banquete acusandolo de no haber ido al lado de las víctimas que es donde debía estar. No se como fue, pero se que le costó el cargo.

A las dos de la tarde del jueves 21 de octubre de 1954, el presidente Eisenhower recibe al capitán general y ministro del Ejército Muñoz Grandes en la Casa Blanca. La entrevista es larga y amistosa. Días antes, a la llegada del español a los Estados Unidos, invitado por el presidente y su secretario de Defensa, se encontró con que no era esperado por su colega estadounidense al pie del avión.

Este hecho malhumoró a Muñoz Grandes y dirigiéndose con rostro serio al general Ridway, jefe del Estado Mayor del Ejército USA, le dijo "Los españoles acostumbramos a recibir a nuestros invitados a la puerta de la casa. Si mañana no aparece su ministro de Defensa regresaré inmediatamente a Madrid". este capítulo lo recoge Franco Salgado-Araujo en su libro "Mis conversaciones con Franco" de labios de Cacho Zabalza, colaborador de José Félix de Lequerica en la Enbajada de Washington: "Habló Cacho de los viajes de los ministros españoles a los Estados Unidos y dice que el que hizo mejor papel fue Muñoz Grandes, quien al saludar a los periodistas americanos les dijo: "Aquí tienen ustedes a un criminal de guerra que no ha perdido su admiración por Alemania". Dice que el oficial español que le acompañaba llevaba en un maletín las insignias de la División Azul y condecoraciones hitlerianas; algunos de nuestra embajada estaban asustados por estos detalles..."

Al día siguient el secretario de Defensa se apresuró a saludarle y le dijo que para llegar a Nueva York había tenido que cruzar varios tornados.

El 14 de diciembre de 1955, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprueba la entrada en su seno de cinco países, entre ellos España. Estados Unidos ha sido la potencia que más esfuerzo ha desplegado para la acogida de España, superando progresivamente la crisis de las relaciones españolas con el resto del mundo tras finalizar la II Guerra Mundial. A partir de la llegada a Madrid del embajador estadounidense Stanton Griffis, el 24 de enero de 1951, imitan su ejemplo el británico John Blafour y el francés Berdard Harclion. Y mientras se produce la vuelta masiva de embajadores. España va ocupando puestos en organizaciones internacionales conmo la FAO o la Unesco.

A las veinticuatro horas del ingreso de España en la ONU, el principe Juan Carlos procde a la Jura de la Bandera en la Academia General Militar de Zaragoza. En el enorme patio del edificio resuenan las palabras del discurso de Muñoz Grandes, que preside el emotivo acto.

En el mismo año, Franco recibe la visita del secretario de Estado estadounidense, Foster Dulles, mientras la industria cinematográfica española da un salto de gigante al obtener en Cannes el Premio Intrenacional de Crítica por la película de Juan Antonio Bardem "Muerte de un ciclista".

Vicepresidente del Gobierno

Vicepresidente del Gobierno, jefe del Alto Estado Mayor y de la Junta de Defensa Nacional desde 1962, en 1967 al ser aprobada la Ley de Sucesión y siendo el capitán general un reconocido antimonárquico -a don Juan ni siquiera le considera español-, Agustín Muñoz Grandes es destituido como vicepresidente del Gobierno, cargo que luego ocuparía en su lugar Carrero Blanco pero sigue ocupando todos sus cargos militares hasta su muerte, acaecida el 11 de julio de 1970.
.

Negociador con los Estados Unidos

La dictadura militar necesitaba el apoyo norteamericano, la gran potencia mundial de su tiempo y la única dispuesta a estrechar lazos. Le correspondió la misión militar y diplomática más delicada, primero como Ministro, luego como jefe del Alto Estado Mayor y finalmente como vicepresidente del gobierno: negociar los acuerdos con Estados Unidos.

No se trataba de un plato de buen gusto, ya que la entrega voluntaria de bases a una potencia anglosajona le recordaba mucho a Gibraltar. Por otro lado, debía sopesar que España necesitaba recursos y apoyo internacional y que las bases eran necesarias en el enfrentamiento con la Unión Soviética, potencia contra la cual había combatido.

Poco conocida es la anécdota que voy a contar, pero si hoy día los madridistas pueden recordar al albacetense D. Santiago Bernabeu de Yeste como presidente del Real Madrid es gracias a D. Agustín Muñoz Grandes, que casi literalmente "le salvó la vida".

La anécdota transcurre en el palco de invitados del estadio de Chamartin, donde Millán Astray asistía a un partido. Su estado no era el deseado y se propasó con la esposa de uno de los invitados. Enterado Don Santiago del incidente, subió al palco de invitados y expulsó de allí a Millán Astray prohibiéndole para siempre la entrada en el estadio. Millán Astray amenazó a Don Santiago de muerte y sólo la intervención del mítico general Muñoz Grandes, a cuyas órdenes sirvió Don Santiago en la Guerra Civil, impidió que el club se quedara sin presidente. Este acto de Don Santiago, completamente inconcebible en la España de posguerra, elevó su figura a la categoría de auténtico héroe ante los aficionados
Últimos días.

El hijo del General de la División Azul, ha comentado en alguna ocasión la siguiente anécdota, sobre un hecho que a él le sucedió: A poco de entrar España en la OTAN, y siendo Muñoz-Grandes Galilea aún General de Brigada, tuvo que asistir a un curso de Oficiales Generales de la OTAN en Alemania, junto a otros generales españoles y europeos. El Comandante en Jefe del Ejército alemán ofreció un almuerzo en honor de tan ilustres visitantes. Y a la hora del brindis llegó la sorpresa, cuando el anfitrión levantó su copa para brindar por la División Azul, aprovechando dijo, que el hijo de quien había sido su comandante estaba presente. El hecho causó sensación entre los españoles asistentes, quienes, de forma casi instintiva, habian eludido hablar de cualquier tema "políticamente sensible". Una anécdota que corrobora el reconocimiento que goza la Unidad en miembros de la FFAA de otros países.

Inesperadamente, Franco anuncia el 16 de julio de 1969, que dirigirá a las Cortes un discurso transcendente sobre la sucesión de la Jefatura del Estado. El conde Barcelona habla telefónicamente con su hijo, el principe Juan Carlos, y no sin cierta oposición por parte del primero, éste acaba accediendo a la oferta de Franco para nombrarle sucesor. Aunque es al Conde a quien corresponde legítimamente heredar la corona, ambos saben que si se niegan a aceptar el proyecto del Caudillo, será proclamada un regencia que perpetué, o al menos aplace, la posesión del trono a un miembro de sangre real, sea cual fuese su dinastía. En consecuencia, seis días después, Juan Carlos es proclamado sucesor a título de rey, tras una votación de resultado rotundo a favor del proyecto.

El capitán general Muñoz Grandes ingresa de nuevo en el Hospital Militar del Generalísimo, el 23 de julio. Su estado de salud se ha agravado-padece una afección bronquial-y preocupa hondamente a los médicos que le asisten.

A las nueves de la noche del 11 de julio de 1970, fallece Agustín Muñoz Grandes a causa de una insuficiencia cardio respiratoria.

http://es.wikipedia.org/wiki/Agustín_Muñoz_Grandes. "Agustín Muñoz Grande"
http://guerracivildiadia.blogspot.com/2013/02/agustin-munoz-grandes-1896-1970.html.
"Agustín Muñoz Grandes (1896-1970)".  Viernes, 8 de febrero de 2013
http://memoriablau.foros.ws/t112/agustin-munoz-grandes-el-general-carismatico/. "Agustin Munoz Grandes: El General

No hay comentarios:

Publicar un comentario