jueves, 13 de noviembre de 2014

La Gloria o la Muerte. Por Kelder Toti. Parte III.



La Gloria o la Muerte.

                                            Por Kelder Toti.
 
                                                 Parte III.



Efecto en 2008 de los precios del petróleo y la crisis económica global.

En 2008 una serie de problemas llevó a los Tres Grandes al borde de la quiebra. Parte de la causa eran los altos costos de la mano de obra en comparación con las plantas en Estados Unidos operadas por compañías extranjeras. Otra razón, como se ha señalado anteriormente, era la fijación de las compañías estadounidenses por la comercialización de grandes vehículos (SUV), pues el margen de beneficio era mucho mayor (entre un 15 y un 20%) en comparación con los coches pequeños o de bajo consumo (alrededor de un 3%). Cuando los precios de la gasolina alcanzaron el precio de 4$ por galón(aproximadamente 87 centavos por litro) en 2008, los estadounidenses dejaron de comprar grandes vehículos y entonces las ventas y rentabilidad de las grandes compañías estadounidenses se desplomaron.

La crisis financiera de 2008 impidió a General Motors obtener crédito para comprar Chrysler. La falta de crédito afectó a la población, lo que  repercutió en las ventas. Durante el 2007 casi 2 millones de vehículos nuevos fueron comprados con préstamos avalados por garantía hipotecaria; en 2008 esta forma de financiación y compra se derrumbó. Además, los precios de las acciones de las compañías cayeron estrepitosamente por el miedo a una posible quiebra, bajando el precio de las acciones de General Motors a niveles de 1946.

La industria automovilística en Estados Unidos y Canadá tenía en 2008 una capacidad anual de producción de 17 millones de automóviles pero ese año sólo se fabricaron 10 millones. Esta caída supuso una importante pérdida de peso de los fabricantes de automóviles y su vasta red de proveedores en la economía hasta quedarse en un 2,3% del PIB de Estados Unidos en 2008, cuando en 2006 era un 3,1% y en la década de 1990 alrededor del 5%. Aun así el 20% del sector industrial del país todavía estaba ligado en 2008 a la industria del automóvil. Con el tiempo la crisis se propagó a empresas de todo el mundo, con grandes disminuciones de su volumen de venta de vehículos. A pesar del gran descenso de losprecios del petróleo desde finales del 2008 (cuando llegó a caer a 33,87 dólares el barril) la crisis automovilística continuó.

Ayuda a los proveedores de autopartes.

El departamento de Tesoro de Estados Unidos fue anunciado el préstamo de $5000 millones de dólares para ayudar a las proveedoras de autopartes del país. El financiamiento será parte del rescate financiero que se le dio a Chrysler y a GM - $700 mil millones - aunque sendas compañías tomarán las decisiones. Según un comunicado del portavoz del tesoro, las compañías de autopartes tendrán acceso a liquidez, se protegerá empleos de estadounidenses bien remunerados -más de 500 000 personas- y las automotrices tendrán acceso confiable a las piezas necesarias.

Desempeño en 2009.

Ford registró en el primer trimestre unos ingresos de US$24 800 millones, una caída del 37% comparado con el mismo período de 2008 debido a un menor volumen de ventas y un tipo de cambio desfavorable. También una pérdida neta de US$1400 millones, o 60 centavos por acción. La pérdida por operaciones continuas fue de US$1800 millones, o 75 centavos por acción. Pese a eso, el primer trimestre fue positivo y las acciones subieron. Ford anunció que colocó a Volvo "en posesión para venta". Ford ahora se está concentrando en el Ford Focus para lograr ganancias  de igual manera ha introducido el Ford Fiesta, el cual es fabricado en la planta de Cuautitlan en México y el Ford Transit Connect y se espera a Futuro que la Van Econoline sea reemplazada por la Ford Transiten el mercado estadounidense ya que la próxima generación de la Transit será global.

En Chrysler, los acreedores acordaron reducir su deuda asegurada a US$3750 millones. Además, el gobierno condonó $4000 millones en préstamo y le dará $6000 millones y ha negociando un acuerdo con el sindicato automotor para reducir los costos de la empresa en jubilaciones y cobertura médica. El 30 de abril, Fiat logró una alianza con Chrysler LLC: Fiat tendrá una participación de 20% en Chrysler, mientras que Fiat proveerá a Chysler la tecnología para producir modelos pequeños y económicos, y acceso a la red de concesionarios en Europa y Latinoamérica; asimismo, el sindicato United Auto Workers (UAW) tendrá un 55% de la empresa resultante. Los resultados de dichas acciones se pueden palpar porque a partir de 2011 ya se pueden adquirir en Estados Unidos vehículos de la marca FIAT. Asimismo se prevé un regreso de Alfa Romeo a Estados Unidos.

Por Su parte General Motors en su plan de reestructuración, Recortara su producción, disminuira su red de concesionarios y Conservara solo 4 Marcas las cuales son Chevrolet, Buick, GMC Y Cadillac mienras que probablemente desaparezcan Pontiac, Hummer, y Saturn esta última después de que fracasaran las negociaciones para que Penske pudiese poseer esta marca No Obstante Conservara sus Marcas Europeas tales como Opel, Vauxhall Motors y Holden, Puesto que Saab ya fue puesto a la venta y se encontró un comprador el cual fue el fabricante europeo Spyker.

Agricultura de los Estados Unidos.

La agricultura es una de las industrias más importante en Estados Unidos ya que el país es un exportador neto de alimentos.

Entre los pueblos indígenas de Estados Unidos, había grupos nómadas y otros sedentarios. Estos últimos estaban asentados en diferentes zonas del sur y el centro del actual territorio estadounidense. La práctica de la agricultura en el área se data en unos 7000 años y entre los cultivos utilizados se encuentran la calabaza, el girasol, los frijoles, el amaranto y, sobre todo, el maíz. Maíz, frijoles y calabazas eran los cultivos principales de varios pueblos y reciben el apelativo de las tres hermanas (agricres hermanas). Las prácticas de la agricultura europea afectaron notablemente el paisaje de la Nueva Inglaterra, dejando atrás muchas huellas físicas. Los colonos trajeron ganado de Europa lo que provocó muchos cambios en la tierra. El pastoreo de animales requiere una gran cantidad de tierra y alimentos para sostener y debido al pastoreo, los pastos nativos fueron destruidos y especies europeas comenzaron a sustituirlos.y también se usaba para plantar plantas ilegales a escondidas que por suerte las anularon. Nuevas especies de mala hierba se introdujeron y comenzaron a prosperar, ya que fueron capaces de resistir el pastoreo de los animales, mientras que las especies nativas no pudieron.

Junto con la evolución de la ganadería especies de plantas en Nueva Inglaterra desde las originales hasta las especies europeas contribuyeron al deterioro de los bosques y campos. Los colonos que cortaron los árboles para luego permitir que su ganado pastara libremente en el bosque. Los animales pisoteados y el desgarró de la tierra contribuyeron para provocar a largo plazo la destrucción y daños en la misma.

El agotamiento del suelo fue un enorme problema en la agricultura de la Nueva Inglaterra. El arado con bueyes no permitía que el colono sumara a la granja más tierras, sin embargo favoreció la erosión de los suelos y la disminución de la fecundidad. Esto debido al corte en el arado, la profundidad en el suelo y a que el suelo no permitiese un mayor contacto con el oxígeno favoreció el agotamiento de sus nutrientes. Con la gran cantidad de ganado en el paisaje de Nueva Inglaterra el suelo se compacto por el peso de los bovinos y esto no daba suficiente oxígeno para mantener la vida.

En EE. UU., las granjas propagarón las colonias hacia el oeste junto con los colonos. En las regiones más frías, el trigo, fue a menudo el cultivo de elección cuando las tierras se asentaron, dando lugar a una "frontera de trigo" que se trasladó hacia el oeste con el transcurso de los años. También fue muy común en el medio oeste, la agricultura del maíz, mientras que la cría de cerdos fue complementando a unos y a otros, sobre todo desde que fue difícil obtener el grano en el mercado antes de los canales y vías férreas. Después de la "frontera de trigo" se pasó a través de un lapso en el cual las explotaciones se volvieron más diversificadas incluyendo ganado lechero. En las regiones más cálidas se alzaron plantaciones de algodón y los rebaños de ganado vacuno. En la primera etapa colonial al sur, aumentó el cultivo de tabaco y de algodón el cual para aquel entonces ya era más común, especialmente a través de la utilización de trabajo esclavo hasta la Guerra Civil. En el noreste, los esclavos fueron utilizados en la agricultura hasta principios del siglo 19. En el Medio Oeste, la esclavitud fue prohibida por la Orden de la Libertad 1787.

La introducción y amplia adopción de la agricultura científica desde mediados del siglo XIX ha hecho una gran mejora en el crecimiento económico de EE. UU. Esta evolución se vio facilitada por la Ley Morrill y la Ley Hatch de 1887 que se estableció en cada estado una tierra en concesión a la universidad (con la misión de enseñar y el estudio de la agricultura) y uno federal - financiado por el sistema de la estación de experimento agrícolas y una Extensión Cooperativa con las redes de lugar y los agentes de extensión en cada estado.

Los frijoles de soja no fueron ampliamente cultivados en los Estados Unidos sino hasta la década de 1950, cuando comenzaron a remplazar a la avena y al trigo.

Importantes áreas de tierras agrícolas fueron abandonadas durante la Gran Depresión y se incorporaron a los nacientes bosques nacionales. Más tarde, las restricciones de "Sodbuster" y "Swampbuster" pasaron por escrito las mismas en los programas federales de las granjas a partir del año 1970 revirtiendo décadas con una tendencia de destrucción a los mismos, que comenzó en 1942 cuando a los agricultores se les instó a que la plantaran todo lo posible la tierra en apoyo al esfuerzo de la guerra. En los Estados Unidos, los programas federales administran a través del departamento local de Conservación de Suelos y Aguas del Distrito que proporcionan asistencia técnica y financiación parcial a los agricultores que deseen aplicar prácticas de gestión para conservar el suelo y limitar la erosión.

Principales productos agrícolas.

Imagen satelital de campos de cultivo circular característica del centro de pivote de riego en Kansas (junio de 2001). Saludables, los cultivos son de color verde. El maíz sería cada vez mayor en los tallos de hojas a finales de junio. Sorgo, que se asemeja a maíz, crece más lentamente y sería mucho menor y, por tanto, posiblemente más pálido. El trigo es brillante como oro, la cosecha se produce en junio. Los campos de café han sido recientemente cosechados y en virtud de su arado se encuentran en barbecho para el año.

Estos son los veinte principales productos agrícolas producidos por los Estados Unidos por su valor según lo informado por la FAO en 2003 (Los productos son clasificados por su masa, multiplicada por los precios internacionales de 1999 al 2001. El valor es en toneladas métricas):

1.      Maíz 256 904 992
2.      Res   11 736 300
3.      Leche         78 155 000
4.      Pollo          15 006 000
5.      Soya 65 795 300
6.      Cerdo        8 574 290
7.      Trigo         63 589 820
8.      Algodón    3 967 810
9.      Huevo       5 141 000
10.    Pavo 2 584 200
11.    Tomates    12 275 000
12.    Patatas       20 821 930
13.    Uvas 6 125 670
14.    Naranjas    10 473 450
15.    Arroz         9 033 610
16.    Manzanas  4 241 810
17.    Sorgos       10 445 900
18.    Lechuga     4 490 000
19.    Aceite de canola 6 072 690
20.    Aceite de remolacha   27 764 390
Cultivos.

Valor de la producción.

Aunque (y tal vez debido a) la marihuana es ilegal en los Estados Unidos, es la producción más grande en cultivos por valor con aproximadamente US$ 35,8 millones.  Los cultivos más grandes (legales) en cuanto a producción refiere son:

Cultivos más grandes en los EE. UU. en 1997
(en miles de millones de dólares).

Maíz 24,4
Soya 17,7
Trigo         8,6
Alfalfa       8,3
Algodón    6,1
Heno,         5,1
Tabaco      3,0
Arroz         1,7
Sorgo         1,4
Cebada      0,9

Fuente:

1997 USDA-NASS reports.


Nótese que la alfalfa y el heno no son rastreados por la FAO y la producción de tabaco en los EE. UU. ha caído un 60% entre 1997 y 2003.

Campo.

En EE. UU. la agricultura tiene un alto rendimiento en relación con otros países. Su rendimiento en 2004 fue:

El maíz para grano, el promedio de 160,4 fanegas cosechadas por acre (10,07 t/ha)
Para los frijoles de soja, la media es de 42,5 arbustos recolectados por acre (2,86 t/ha)
Trigo, media de 43,2 franjas recolectadas por acre (2,91 t/ha, fue 44,2 bu/ac o 2,97 t/ha en 2003).

Ganadería:

Las principales industrias ganaderas en los Estados Unidos son:

Ganado vacuno
Res
Cerdo
Aves de corral
Ovejas.

Los inventarios en los Estados Unidos a finales de 1997 fueron:

403 000 000 pollos
99 500 000 reses
59 900 000 cerdos
7 600 000 ovejas.

Cabras, caballos, pavos y abejas también son criados, aunque en menor cantidades. Los datos de su inventario no está tan fácilmente disponible como para las grandes industrias. Para los tres principales estados productores de cabras (AZ, NM y TX) hubo 1200000 cabras a finales de 2002. Hubo 5 300 000 caballos en los Estados Unidos a finales de 1998. Y 2 500 000 colonias de abejas a finales de 2002.

Tipo de granja o empresa:

El tipo de explotación se encuentra basado en los productos básicos que son la mayoría de los cultivos de una granja. Los nueve tipos más comunes incluyen:

Granos de maíz, frijoles de soya y otros granos (trigo, avena, cebada, sorgo), frijoles, chícharos, y arroz.
Tabaco
Algodón
Otros campos son: cacahuates, patatas, girasoles, entre otros.

Gestión pública.

La agricultura de los Estados Unidos se rige fundamentalmente por la ley agrícola la cual se renueva periódicamente, ésta debe ser modificada por el Congreso (de manera rápida por la gravedad de la situación),  para beneficar al farmer, permitirle medicare (subsidiado o gratuito),  dotar a los farmer sin tierra de tierras federales ociosas,  desarrollar el desierto,  darle créditos para desarrollar la piscicultura, robotizar y mecanizar las parcelas con creditos a largo plazo, construcción de lagunas de regadío, etc. Escuchar las recomendaciones de las Juntas  locales en corresponsabilidad con el Departamento de Agricultura para buscar soluciones a la crisis agrícola,  que el Departamento Federal es responsable de dar respuesta a los granjeros y trabajadores agícolas. Los estadounidenses proagricultura forman un poderoso grupo de interés en la política americana y desde la fundación de los EE. UU, y su fracaso en defender los intereses del aparceros fente a las Corporaciones de alimentos,  ha fortalecido las Milicias Estatales, que pueden intentar tomar el control de manera organizada de las pequeñas ciudades como sucedió en Alabama éste año, si el Ejecutivo no concilia, y busca soluciones creíbles producá un nuevo Waco, que pudiera contagiar de violencia el campo norteamericano.

Las leyes laborales que prohíben los niños trabajen en otros lugares de proporcionan algunas excepciones para los niños que trabajan en las explotaciones o granjas con exenciones para los niños que trabajan en la granja de la familia. Los niños pueden también obtener permisos de las escuelas de formación profesional o de la 4-H que les permitan realizar trabajos que de otro modo no se permitirá que hacer.

Una gran parte de la mano de obra agrícola en los EE. UU. está compuesta por emigrantes y por los trabajadores de temporada, muchos de ellos inmigrantes recientes de América Latina o los extranjeros que trabajan con los permisos de trabajo, ésta tendencia se tiene que revertir al introducir la robotización en el campo, y obligar a los mexcanos y centroamericanos a reactivar su agricultura como fuente de empleo y a mejorar las condiciones campo. Otras leyes se aplican a estos trabajadores y sus viviendas que a menudo es proporcionada por el granjero que los explota a expensas de sus hermanos o primos, que se vuelven unos resentdos sociales.

Fuente de Empleo:


En 1870, la mitad de la población de los EE. UU. estaba empleada en la agricultura. Hoy en día menos de la mitad de dicho por ciento está directamente empleada en la agricultura, lo que predomina son un Proletariado Interno de Emigrantes que son explotados por la Corporaciones de Alimentos y las Haciendas de Producción Intensiva, que lesiona  al agricultor desempleado o qe posee tiempo libre, de ahí su resentimiento a los inmigrantes que se puede ver en los Estados fronterizos con Mexico.

Crisis Alimentaria Norteamericana.

Durante los años 2007 y 2008 se produjeron subidas de los precios de los alimentos a nivel mundial, provocando una crisis alimentaria en las regiones más pobres del mundo (destacando Malaui, Zambia y Zimbawe ), además de inestabilidad política y disturbios sociales en varios países, que provocaron oleadas de inmigrantes por la hambruna y la crisis.

Entre los motivos se incluyen las cosechas precarias en varias partes del mundo, especialmente en Australia por la falta de agua. Otras causas del aumento de los precios de alimentos a nivel mundial es la creciente demanda por biocombustibles en países desarrollados y la creciente demanda por la clase media, que está en aumento en poblaciones de Asia, quienes han variado sus hábitos alimentarios, exigiendo mayor variedad de cereales y más carne en sus dietas, provocando demanda mayor de recursos agrícolas.

Asimismo, el aumento continuo del precio del petróleo ha aumentado los costos de los fertilizantes y el costo de transporte de los productos, que solo se podrá  controlar al buscar como alternativas energía limpias. Estos factores, unidos a la caída de las reservas de alimentos en el mundo y la inestabilidad producida por especulaciones del mercado de acciones han contribuido a aumentos a nivel mundial de los precios de los alimentos, si los Estados Unidos desarrollara grandes silos para acumular su excedente reforzaría su posición en mundo al mismo tiempo podría controlar los precios de los alimentos y apreciara al dólar como moneda de  intercambio internacional.

En los países desarrollados el incremento de precios se convirtió en la principal preocupación de las clases populares. Según el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, unas 100 millones de personas pueden verse seriamente en riesgo por la crisis, de ahí la importancia de desarrollar las Corporaciones de Alimentos supersemillas que aumenten la productividad del campo norteamericano sino también de los países subdesarrollados, que facilite la exportación de tecnología agrícola.

Muchos factores contribuyeron al aumento de los precios básicos. Los analistas lo han explicado como una combinación crucial de factores: malas cosechas en varias partes del mundo debido al clima ( efecto invernadero que se repetirá para el 2015-2016, y posiblemente afecte a la Unión), bajos niveles de reservas de comida, aumento del consumo de China e India, aumento demográfico mundial, aumento de consumo de biodiésel y cambios en la economía global.

Impacto de los biocombustibles.

Una de las causas del incremento de precios sería el uso de cosechas de maíz estadounidense para fabricar biocombustibles, sería oportuno utilizar uvas, remolacha azucarera, etc. Como los agricultores dedicaron más cosecha para el  biodiésel que en años anteriores, se redujo la oferta destinada a la producción de alimentos en proporción, por ello es indispensable usar tierras federales improductivas o el desierto como forma de compensación, pudiendo competir en el rubro energético como agrícola. Esto ha reducido los alimentos disponibles, sobre todo en los países subdesarrollados, donde el aprovisionamiento que una familia se puede permitir ha bajado en gran medida. La crisis se podría interpretar, en cierto modo, como una dicotomización entre países ricos y pobres: por ejemplo, llenar el depósito de un automóvil mediano con biocombustible requiere tanta cantidad de maíz como la que un africano consume en un año entero.

Brasil, los estados miembros de la Unión Europea, los Estados Unidos y otros países están apoyando activamente la producción de biocombustibles líquidos provenientes de la agricultura; éstos se extraen, generalmente, del maíz o de la caña de azúcar, así se produce etanol, y de diversos cultivos de oleaginosas, cuando se produce biodiesel. Los posibles beneficios ambientales y sociales, entre ellos la mitigación del cambio climático y una contribución a la seguridad energética, son citados como los principales motivos del apoyo del sector público a las industrias de biocombustibles, cuyo crecimiento ha sido rápido. Puesto que los efectos económico, ambiental y social de los biocombustibles son ampliamente debatidos, es necesario evaluarlos cuidadosamente antes de extender el apoyo del sector público hacia programas de biocombustibles en gran escala, ya que son necesarios programas compensatorios, que permita equilibrar la oferta. Estos efectos dependen del tipo de materia prima agrícola empleada, del proceso de producción aplicado, y de los cambios que requiera el uso de la tierra.

Desde finales de 2007, la inflación agraria, causada en parte por el mayor uso de maíz para biocarburantes, así como la fijación del precio del maíz respecto al del petróleo que hicieron los comerciantes en materias primas y el consiguiente aumento de precios, ha causado la sustitución de mercado del maíz, con subidas de precios que se trasladan en torrentes a otras materias primas: primero fueron los precios del trigo y soja, después del arroz, el del aceite de soja y el de otros aceites de cocina; por ello se tiene que aumentar la producción agrícola convirtiendo a los estados unidos en el granero del Mundo.

Los cultivos no alimentarios pueden crecer en tierras marginales, inadaptadas para los de alimento, pero estos biocombustibles más avanzados requieren mayor desarrollo en prácticas agrarias y tecnología de refinamiento. En contraste, el etanol del maíz usa tecnología madura, y el cultivo de maíz puede ser cambiado de uso alimentario al uso para combustible rápidamente.

Crecimiento de la población mundial.

El crecimiento de la producción alimentaria ha sido mayor que el crecimiento de la población. La cantidad de alimento por persona se incrementó durante el período 1961-2005. Aunque algunos críticos han argumentado que esta crisis alimentaria se debe al crecimiento sin precedentes de la población mundial, y otros, sin embargo, mencionan que la tasa de crecimiento, de hecho, ha bajado de manera drástica desde 1980,  y que la disponibilidad de cereales ha seguido creciendo más deprisa que la población. La producción de alimentos per cápita ha crecido desde1960, y esta tendencia no ha cambiado dramáticamente con las cosechas de 2006-2007.

Los análisis de abril del 2008 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación mantienen que mientras el aumento del consumo de cereales ha subido uno por ciento desde 2006, la mayoría de este aumento ha ido a parar a los países desarrollados, por eso la agricultura norteamericana tiene que adaptarse para exportar a los países en vía de desarrollo sin competir con los productores locales.

Donde ha aumentado su utilización para el consumo humano ha sido en gran parte en alimentos con "valor añadido" (procesados), que se venden en países desarrollados y en vías de desarrollo.  El crecimiento total de la utilización de cereales desde 2006 (una subida del 3%, superior al 2% de promedio anual del período 2000-2006) ha sido mayor en el uso no alimentario, especialmente en piensos y biocombustibles.  Para producir un kilogramo de carne de vacuno se necesita usar siete kilogramos de cereales como pienso.  Estos informes, por lo tanto, concluyen que es el uso industrial, en piensos y en alimentos que incorporan un procesamiento importante, y no el aumento de población entre los consumidores pobres de cereales en bruto o poco elaborados, lo que ha contribuido a los aumentos de precio. Que sólo se podrán abaratar aumentando la productividad, que se podrá obtener aumentando los espacios disponibles para la agricultura e introduciendo los robot tanto en la siembra como en la cosechas.

Incremento de demanda en Asia.

La población de clase media ha crecido en Asia en los últimos 20 años. Aunque la gran mayoría de la población de Asia sigue siendo rural y pobre, el crecimiento de la clase media en la región ha sido dramático, y se piensa que seguirá creciendo. Para comparar, en 1990, la clase media crecía 9.7% en India y 8.6% en China; en cambio, en el 2008 ha alcanzado una tasa de crecimiento de cerca del 30 y 70 por ciento, respectivamente.

El correspondiente aumento en la afluencia ha traído también un cambio en el estilo de vida y en los hábitos de alimentación, más específicamente en una demanda mayor de variedad en los alimentos y más carne en la dieta causando una mayor demanda de recursos de parte del campo.

Energía.

El aumento en los costos de la energía ha sido citado como una de las causas del aumento de precio de los alimentos.  En agosto de 2009 se reporta que Dubai advierte de la subida de precios del té, por ello es indispensable la inversión en energía no fósiles, que compitan con el carbón, petróleo y gas.

Disturbios y críticas al modelo agroalimentario.

En países como Haití, Egipto, Indonesia, Bangladés, India, Pakistán, Tailandia y otros países del mundo hubo disturbios en protesta por la subida de precio de los alimentos es continua, Estados unidos puede influir en ellos, y ser una fuerza estabilizantes si exporta en cuotas y pagadero a plazos el excedente agrícola que tendrá, manteniendo una posición similar a Egipto en la Antiguedad. El Banco Mundial afirma que 33 países se ven enfrentados a problemas políticos y desórdenes sociales a raíz de la crisis.

La crisis alimentaria ha sido relacionada por parte de los movimientos y activistas partidarios de la soberanía alimentaria con el impacto de las políticas neoliberales en los países del tercer mundo. La activista y autora en favor de la soberanía alimentaria Esther Vivas considera que la crisis alimentaria “responde al impacto de las políticas neoliberales que se vienen aplicando desde hace treinta años a escala global. Liberalización comercial a ultranza a través de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio y en los acuerdo de libre comercio y las políticas de ajuste estructural, el pago de la deuda externa, la privatización de los servicios y bienes públicos son sólo algunas de las medidas que se han venido imponiendo por parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en las últimas décadas en los países del Sur”.

Estas políticas agrícolas deben ser revisada si afecta la producción agrícola del país,  estudiando caso por caso de manera separada, coordinando la afluencia de productos agrícolas con los productores locales, de tal manera que no afecte a los productores locales, si es posible a los campesinos locales se le asesorará para aumentar su producción, se les venderá tecnología mecánica y robótica, se les dará becas para estudiar agronomía y veterinaria,  etc. El impacto en las exportaciones de lso Estados Unidos será mínimo, y lo compensará por el ascenso de la clase media en esos países, evitando  que los conflictos interno que pueden desestabilizar a esos países afecte a los Estados Unidos y sus aliados.

Medidas paliativas.

El ex Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, pidió al Congreso 770 millones de dólares (0,0059% de su PIB) para ayuda alimentaria y programas de desarrollo, ésta es una cantidad exigua que no tuvo ninguna repercusión a nivel global.

México.

El ex Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, acordó con representantes industriales la congelación de los precios de más de 150 alimentos básicos hasta final de 2008 aunque ya aumentaron los precios compensándolo con importaciones subsidiadas que afectaron al campo mexicano estallando por la desocupación en las zonas rurales una guerra civil. La medida se lleva a cabo en un intento por frenar la inflación que en el último mes se situó en el 4,95% en tasa interanual, el máximo desde diciembre de 2004.

Productos básicos como café, sardinas, atún, aceite, sopa o té, entre otros, mantendrán sus precios hasta el 31 de diciembre del 2008. Así lo acordaron el Gobierno Federal y los integrantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) para enfrentar la crisis de los alimentos a nivel internacional y controlar la inflación.

Grupo Bimbo anunció en la 19 reunión Plenaria del comité empresarial México-China, que esperan tener la capacidad de mantener los precios el mayor tiempo posible, a pesar del alza del 20% del costo de los insumos. Daniel Servitje anunció también que las inversiones planeadas para este año se llevarán a cabo, pero los planes a largo plazo pueden ser modificados.

La Ley de Reinversión y Recuperación de Estados Unidos de 2009 (en inglés: ''American Recovery and Reinvestment Act of 2009'', abreviada ARRA, Pub.L. 111-5, popularmente conocida como the Stimulus o The Recovery Act) es una ley pública federal aprobada por el º Congreso de los Estados Unidos y firmada por el presidente Barack Obama. Su historia legislativa tuvo tres versiones, la primera aprobada por la Cámara de Representantes, y una segunda versión aprobada por el Senado. La versión final —una versión de conferencia resultante de las negociaciones de la Cámara de Representantes y el Senado— fue aprobada por el liderazgo de ambas cámaras del Congreso el 13 de febrero de 2009, y firmado el 17 de febrero por el presidente Barack Obama.

El 11 de febrero de 2009, los negociadores del Congreso anunciaron que habían completado el informe de la conferencia de la ley. El informe de la conferencia de la ley 1071 con la página manuscrita fue puesto a disposiciones finales al público el viernes 13 a la tarde. Al parecer, muy pocos legisladores leyeron la versión final antes de su votación. El 13 de febrero de 2009, a las 14:24 h, el informe de la conferencia fue votado y aprobado en votación nominal 70 a la Cámara con 246 a favor y 183 en contra.

La votación fue en gran parte a lo largo de todas las líneas con 246 votos a favor, dada por los demócratas y los votos en contra consistentes de 176 republicanos y siete demócratas. Ningún republicano de la cámara votó a favor del proyecto de ley. A las 10:48 horas, el Senado aprobó el proyecto de ley por una votación de 60-38, con todos los votos de los demócratas independientes a favor del proyecto de ley junto con tres republicanos. Los restantes treinta y ocho senadores republicanos votaron en contra del proyecto de ley (Debido a su enfermedad, el senador Edward M. Kennedy no pudo votar, y hay una vacante de Senado, correspondiente a Minesota.)

Basado en gran medida de grandes propuestas formuladas por el presidente Barack Obama, la Ley de Recuperación de Estados Unidos y la Ley de Reinversión tienen por objeto proporcionar un estímulo para la economía de los EE. UU a raíz de la recesión económica provocada por la crisis de hipotecas subprime y la consiguiente carestía de crédito.

El proyecto de ley incluye recortes de impuestos federales, la ampliación de las prestaciones de desempleo y otras disposiciones de bienestar social, y el gasto nacional en educación, salud, e infraestructura, incluyendo el sector de la energía. La nueva ley 1071 también incluye numerosos artículos no-económicos relacionados con la recuperación de elementos que fueron parte de planes a más largo plazo (por ejemplo, un estudio de la eficacia de los tratamientos médicos) o deseado por el Congreso (por ejemplo, una limitación de las compensaciones a los ejecutivos en el gobierno federal con ayuda de los bancos añadido por el senador Dodd y Frank Rep). La propuesta de la acción de los gobiernos es mucho mayor que la Ley de Estímulo Económico de 2008, que consistía principalmente de los controles de reducción de impuestos. El presidente Obama firmó el proyecto de ley en un foro económico llevado a cabo en Denver (Colorado), el martes 17 de febrero de 2009.

Provisiones de la Ley:

La ley especifica que el 37% del paquete se dedicará a las reducciones de impuestos que equivalen a 288.000 millones de dólares estadounidenses y 144 millones de dólares, 18% se asignara a alivios fiscales estatales y locales (más del 90% de las ayudas estatales ira a ayuda médica y educación). 45% o $ 357 millones se destinaran a los programas sociales federales y programas de gasto federal.

Los siguientes son detalles de las diferentes partes de la factura final:

Recortes de impuestos.

Total: US $ 288.000 millones

Desgravación fiscal para personas.

Total: US $ 237.000 millones

Desgravación fiscal para empresas.

Total: US $ 51.000 millones

Cuidado de la salud.

Total: $ 147.700 millones

Educación.

Total: $ 90.900 millones

Ayuda a los trabajadores de bajos ingresos, los desempleados y los jubilados.

Total: $82.500 millones (incluye la formación profesional)

Inversión en infraestructura.

Total: $ 80.900 millones. Las inversiones principales consisten en carreteras, puentes, vías férreas, alcantarillas, otros medios de transporte.

Inversión en instalaciones gubernamentales y de flotas de vehículos.

Total: $29.500 millones

Inversiones adicionales.

Total: $15.000 millones

$ 7.200 millones para completar la red de banda ancha y acceso inalámbrico a Internet

$ 1.500 millones para las subvenciones a los gobiernos estatales y locales para inversiones en transporte

$ 1.380 millones para proyectos de agua potable rural y proyectos de eliminación de residuos

$ 1.000 millones para la United States Bureau of Reclamation para proyectos de agua potable para las zonas rurales y sectores con sequía

$ 750 millones para la Servicio de Parques Nacionales

$ 650 millones para la Servicio Forestal de los Estados Unidos

$ 515 millones para proyectos de prevención de incendios forestales.

Energía.

Total: $61.300 millones

Vivienda.

Total: $ 12.700 millones

Investigación científica.

Total: $8.900 millones

$ 3.000 millones para la National Science Foundation

$ 2.000 millones para la United States Department of Energy

$ 1.300 millones para instalaciones de investigación universitaria

$ 1.000 millones para la NASA

$ 600 millones para la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA)

$ 580 millones para la National Institute of Standards and Technology

$ 140 millones para la United States Geological Survey

Otras

Total: $ 18.100 millones

$ 4.000 millones para agencias estatales y locales de aplicación de la leyes

$ 1.100 millones para mejorar la seguridad en los aeropuertos

$ 1.000 millones en preparación para el censo del año 2010

$ 720 millones para mejorar la seguridad en la frontera y los puertos de entrada

$ 210 millones para construir y mejorar las estaciones de bomberos

$ 250 millones para la seguridad de los puertos.

Medidas Correctivas Agrícolas:

Sustitución de la gasolina y diesel  de los tractores agrícolas por paneles solares y baterías de iones de litio.

Sustitución de las máquinas de electricidad  de diesel o gasolina por energía eólica o solar en haciendas y fincas con apoyo gubernamental.

Exportaciones subsidiadas a los países afectados por la crisis agrícola, que permita absorber el excedente agrícola norteamericano, pagado con bonos a largo plazo a los farmer, dinamizando el campo.

La creación de grandes silos de los rubros agrícolas que absorban los excedentes agrícolas de la Unión para atender la crisis alimentaria a nivel planetario, aumentando la importancia de los Estados Unidos en el Mundo, evitando la marea de emigrante que terminarán en los USA.

Medidas Correctivas a nivel Financiero:

Limitación lo más posible de la colocación de Bonos Basura en los Bancos como forma de salvamento.

Utilización del Patrón Oro y Plata para respaldar los dólares complementados con Comodytis.

Supervisión de los Bancos por su flujo de caja, elevación del capital de manera gradual al 100% de los Depósitos tanto de cuenta de ahorro como de cuenta corriente.

Las Intervenciones de los Bancos serán a puertas abiertas, y terminará en el momento que pague el efectivo colocado por la FED.

Negociación con los Estados federales de varios Paraísos Fiscales con los capitales fugados, que permita reubicarlos y reinvertidlos en los EEUU.

Medidas Correctivas a nivel de Infraestructura:

Un Programa de Viviendas, el plan de viviendas sería para ser entregada a los sin techos, inquilinos y a los que vivan en remolques, lo consolidaría la clase media americana.

Un Programa de Refracción de las viviendas o concesión de créditos a largo plazo para su reparación, evitando su depreciación.

Tasa de Encaje

La tasa de encaje legal se define como un porcentaje de los depósitos de las instituciones financieras y de las obligaciones contraídas con terceros, del cual no se puede disponer para realizar sus actividades de intermediación financiera y que deben ser mantenidos en reserva (20%). La tasa es establecida y utilizada como una herramienta de política monetaria por el Banco de Reserva Federal, puesto que con ella se puede controlar la disponibilidad de fondos prestables del sistema financiero nacional.

Por ejemplo, una disminución en la tasa de encaje exigido a las instituciones financieras libera recursos de las mismas para que puedan otorgar más créditos, mientras que un aumento en la tasa de encaje reduce los fondos prestables disponibles, incluso es posible que se encarezca el costo de crédito por la menor oferta de fondos. Asimismo, los encajes también son un instrumento que se utiliza para asegurar que las instituciones financieras cuenten con la suficiente liquidez para que puedan cumplir sus obligaciones con los depositantes, tanto en moneda nacional como en moneda extranjera.

Se tiene que aumentar el encaje legal (20%) de los bancos, ya que en caso de darse una corrida bancaria se atenderá la crisis bancaria, sin necesidad de emitir bonos federales, el banco (s) se supervisará a puertas abiertas, y le prestará el dinero a los bancos insolventes al traspasar sus activos, evitando los efectos nocivos de la emisión de bonos federales, que pudiera tener un efecto inflacionario, el encaje será invertido en oro y plata, que podrá adquirido por Ley Federal por la Secretaría del Tesoro, utilizando bonos Federales a tasas competitivas para los bancos, dándole al dólar respaldo a nivel internacional.                                                                                                                                              
 Los  Problemas son:

. La inquietud de los wasp de la provincia y de las ciudades medianas y pequeñas por dejar de ser el grupo dominante en la política norteamericana.
. El resentimiento que genera las ventajas a los inmigrantes talentosos en contra de la mayoría subempleada en los Estados Unidos.
. El empobrecimiento y subempleo en las pequeñas ciudades, que las hace vulnerable al resentimiento étnico.
. El estancamiento económico de las capas medias producto de la desindustrialización de los Estados Unidos.
. El surgimiento de tensión en contra del Estado Federal, por el empobrecimiento, que estimula que las personas se armen para utilizarla en las posibles protestas que se pusieran dar.
. El uso de grupos religiosos (preislam o cristianos fundamentalistas), en contra de las comunidades establecidas, ya sean evangelistas, prebisterianas o católicas.

Los medios son los encargados crear las condiciones que desplazan el poder y acentúan el centro político de las élites: municipales, estadales y nacionales. Con un dominio económico, político y militar, al tiempo que entretienen la escena pública con la “simulación” democrática del debate, esto se ha fragmentado con la internet quebrando el consenso de los medios, solo se podrá avanzar si los internautas están de acuerdo con los lineamientos del Congreso logrando un consenso amplio para las reformas de IRS.

Una acción a la que contribuyen de manera las nuevas tecnologías que pasan fundamentalmente por la implantación masiva de la televisión, twitter, instagram, radio, cine, periódicos, correo electrónico, internet entre otros. Los medios como la televisión. radio, cine y prensa; descubren la verdadera cara del poder, no "identifican al opresor", y desarrollan, por consiguiente, una labor de manipulación y adulteración de la opinión pública cosa que no sucede con los medios que usan la internet, de ahí la importancia de usarlos como termómetro, para medir la reacción del público como respuesta a la formación del Proletariado Interno.

Los medios contribuyen a dar cohesión al estilo de vida americano, amoldando la opinión pública y la expresión política a los valores y referencias del mundo que ofrecen sus contenidos pero también lo crítican. Cada vez más, la percepción de los individuos se alimenta de los medios, en detrimento de la experiencia directa; es, por consiguiente, más vulnerable o más dependiente o más controlada. Es necesario superar las tensiónes sociales en lugares concretos, que los ciudadanos se acerquen y planteen sus problemas, y se les dé solución tanto a nivel de Fiscalía como Cámara Legislativa a nivel municipal, estatal y nacional, en donde existan protestas en una primera etapa, que se podrá expandir a los confines de la nación.

Condiciones y Precipitantes de la Crisis:

Una grave crisis económica, que empobrece a los sectores medios y bajos de las ciudades pequeñas y medianas.

Malestar entre los Manager y la Burguesía, que ven amenazado su supervivencia tanto económica como política por la desisdustrialización y falta de perspectiva en el país.

Malestar entre los farmer que se ven empobrecidos por las políticas federales, organizándose en milicias estatales, que intentarán controlar las pequeñas ciudades del Centro del país.

Desconfianza hacia las instituciones, y la élite política, ya que no son capaces de resolver de forma adecuada la crisis económica, que se acentuará por el cambio climático,  buscando una sustitución  de la élite política, esto se puede apreciar en la formación de Te Party.

Las tristes derrotas en Iraq y Afganistán prepara el camino para el ascenso de la estructura de poder como alternativa a la élite liberal, que tendrá que negociar con algunos políticos tradicionales para sostener una autocracia postmoderna.

El desarrollo de la políticas de control social originadas por Act Patriot, y otros instrumentos legales,  alienta una revuelta popular como excusa, contra el poder del Ejecutivo, motivando el apertrecha miento de la población, es factible de darse una revuelta se desarrolle dos bandos; unos partidarios de la Democracia a ultranza de los Padres Fundadores y otros partidarios de reformas más moderadas de no  lograrse los acuerdo para Formular un Proyecto Nacional viable, es posible enfrentamientos, que propiciarán el control de la Fuerzas Armadas similar al New Deal o la era Nixon.

COMO DICE V.M Guzmán

"La terminología «resolución» parecía dar la impresión de que el conflicto era algo no deseable que debía ser eliminado o, al menos, reducido. Las críticas preguntaban si realmente podemos «resolver» un conflicto, o si su «resolución» es, en muchos casos, es un objetivo deseable".

La transformación del conflicto está más relacionada con los procesos de pacificación, y no sólo interesa eliminar o controlar el conflicto, si no describir, entender y cambiar las causas que lo generan. Las principales características de la transformación de conflictos podrían ser las siguientes:

Cambia las formas de comunicación. En momentos de alta tensión la transformación y la mediación consisten en recuperar las posibilidades de comunicación entre las partes, buscando la mediación.

Cambia las percepciones de una o uno mismo, de las otras y los otros y de los temas que producen el conflicto. Ofrece una percepción más amplia y generosa de las personas sus intenciones y la situación. Ayuda en la descripción dialéctica del conflicto. Resalta la naturaleza prescriptiva de la reconstrucción de las maneras de percibir los conflictos. Por lo tanto la transformación del conflicto describe su dinámica y prescribe alternativas, que se deben buscar entre las partes.

De esta manera la transformación del conflicto busca el crecimiento moral desde dos dimensiones, la del empoderamiento y el reconocimiento. Es decir, la dimensión de la recuperación de la propia valía, las propias capacidades, el propio poder (empowerment) en interacción con la recuperación del reconocimiento de la otra y el otro. Como alternativa a una visión individualista de los conflictos propone una visión del mundo relacional.

Éste enfoque plantea tres niveles y una forma de trabajo. Los tres niveles de trabajo:
La base, donde se encuentra la comunidad. Se puede trabajar con las comunidades a través de asambleas de ciudadanos, ONG locales e instituciones religiosas buscando la Fiscalía solución al impasse.

El centro, líderes destacados pero de talla mediana. Se puede orientar a los alcaldes y gobernadores como resolver y actuar en una situación de crisis, asesorados por las comisiones de Congreso, que legislen en función de la resolución del problema, evitando el efecto contagio.

La cima, líderes y jefes políticos. Es necesario que los líderes políticos se concentren en resolver los problemas locales, y no se desarraiguen de su electorado, esto pudiera aplicarse al nivel del Gobernador, del Congreso Estadal y el Congreso en sus diferentes cámaras, de no hacerlo las protestas, de darse se pudieran salir de control y extenderse a otras localidades como sucedió en los años 60, estallado un conflicto de baja intensidad.

En Estados Unidos se está desarrollando un Proletariado Interno que tiene contradicciones y conflictos entre ellos, de desatarse por las tensiones de la desindustrialización una guerra de baja intensidad o una nueva derrota militar, es probable que la administración de Barack Obama sea derrocada por la estructura de poder, en un atentado o magnicidio; de ahí la importancia de calmar la situación de manera moderada, formando la nueva élite de poder en el corto plazo un Super Estado.

El Proletariado Interno (que es un grupo descontento, que se encuentra en oposición a la autoridad, y al régimen legal vigente), y se subdivide en tres grupos, antágónicos entre ellos, los blancos de las ciudades y del campo arruinados, subempleados o desempleados, que se enrolan en las Milicias Estales, y retan al gobierno federal.

El segundo grupo son los negros descontentos que viven de warfare state, que carecen de trabajo estable por la desindustralización de las pequeñas y medianas ciudades, guardan un gran resentimiento contra la autoridad estadal y federal por lo precario de su condición.

El tercer grupo son los inmigrantes y descendientes de los hispanos, que están cociente de no ser norteamericanos y tampoco son mexicano, colombianos, etc. Por lo se que se unen a las bandas delictivas por la falta de educación y trabajo altamente remunerado en las ciudades, ya que los puestos de trabajo en el sector servicio son poco atractivos.

El primero y quizá el principal problema del ciudadano medio es el constante incremento que, desde más o menos 1975, viene produciéndose en la desigualdad en la distribución de la renta, que sólo se podrá elevar aumentando la productividad, reindustrializando el país e invirtiendo en un programa de vivienda, infraestructura, expandir la educación universitaria con becas, la sustitución de viviendas de remolques con casas de madera de pino, entre otras cosas.

Entre 1935, cuando el New Deal del presidente Roosevelt comenzó a generar una clara recuperación económica, y finales de 1970, la mayoría de los estadounidenses tuvo la sensación de que su propio nivel de vida estaba aumentando y de que sus hijos tendrían mejores oportunidades de las que ellos habían tenido, de ahí la importancia de darse una recuperación económica como medio para bajar las tensiones sociales.

En la década de 1980, el presidente Reagan se enfrentó al nuevo problema de la estanflación (que conjuga elevados índices de precios y de desempleo) cambiando el régimen impositivo, de manera que los asalariados asistieron a un incremento espectacular de sus aportaciones mensuales a la financiación de la Seguridad Social, al tiempo que se reducían los impuestos que gravaban los rendimientos empresariales y del capital. En las décadas posteriores a estos cambios del régimen fiscal la tendencia hacia una mayor igualdad de renta se ha invertido, solo se podrá revertir la tendencia se crean las condiciones económicas que permita aumentar el régimen fiscal. Reputados economistas discrepan enormemente en su interpretación de esos cambios, pero no cabe duda de que el viraje general registrado desde la década de 1980 favorece a las clases empresariales y profesionales, y a los realmente ricos aumentando el resentimiento entre los americanos empobrecidos.

Un segundo y enorme problema de Estados Unidos han sido sus tres guerras elegidas: las de Vietnam, Afganistán e Irak. En esos tres casos EE UU ha invadido países cuya lengua, religión, estructura social e historia nacional eran y siguen siendo enormemente desconocidas para estadounidenses de todas las clases sociales y tendencias políticas. Al identificar negligentemente cualquier hostilidad antioccidental y antiimperialista con un frente unido contra el terrorismo mundial, Estados Unidos se ha creado nuevos enemigos en amplias zonas de Asia, dañando su propia reputación como líder presente y futuro de las fuerzas realmente democráticas que hay en el ámbito mundial, ya que las ideas viajan con la bonanza económica. En términos generales, durante las Guerras Mundiales del siglo XX, Estados Unidos se enfrentó primero a la Alemania imperial para impedir que conquistara Europa y las colonias de esta en África y Asia; y 20 años más tarde para impedir que el Eje formado por la Alemania nazi, Italia y Japón dominara el planeta. Ninguna justificación positiva puede darse de las guerras de Vietnam, Afganistán e Irak, que han sido enormemente perjudiciales para la moral y la reputación internacional de EE UU, y los ha llevado a la bancarrota porque no representan ninguna ventaja comercial en comparación con los gastos asumidos.

Ateniéndonos a la situación actual, el problema más grave de EE UU es la persistencia de la depresión económica posterior al enorme colapso financiero de 2008. Burbujas, estallidos de pánico y bancarrotas han sido rasgos recurrentes de la economía norteamericana, lo que se tiene que hacer es provocar un crecimiento económico que se sustente con inversión estatal, corporativa y privada. Cuando los riesgos y la exageración de las promesas no son excesivos, el sistema se recupera en pocos meses, o en un año o dos. Pero como ocurrió en los años anteriores a la Gran Depresión de la década de 1930 o en los primeros años del siglo XXI, los entes financieros les dicen a sus clientes que el valor de los bienes inmobiliarios, de los recursos naturales o de los productos manufacturados solo puede moverse en una dirección, es decir, hacia arriba, es inevitable que algún tipo de súbita decepción acabe con la confianza de la que al fin y al cabo depende cualquier actividad comercial, de ahí la necesidad imperiosa que el proceso de reindustrialización se sostenga en el tiempo, de no hacerlo se incurrirá en una nueva burbuja, y la situación puede ser hasta peor.

En Estados Unidos la principal sorpresa fue que el precio de la vivienda no aumentara constantemente. Entre el año 2005 y 2007 un número creciente de quienes compraban viviendas dando una entrada escasa y suscribiendo hipotecas cuantiosas descubrió que, al intentar venderlas o refinanciarlas, valían menos en el mercado de lo que aparentemente habían valido en el momento de la compra, esto se puede sortear con facilidades de crédito bancario para la refacción de viviendas e inversión estatal en la mejora de vivienda y vencidarios de los barrios pobres y de clase media.

Otro factor que pesó sobre la situación inmobiliaria fue que, mientras a los trabajadores y profesionales corrientes se les paga su trabajo después de hecho, en el entorno financiero la mayoría de los pagos, cuando no todos, se hacían "por adelantado"( a los asesores inmobiliarios se les debe aplicar una normativa jurídica que implique sanción por incentivar una estafa inmobiliaria). De manera que los vendedores recibían sus honorarios al hacer la venta y el conjunto de las pérdidas, ocurrieran cuando ocurrieran, eran responsabilidad del comprador de la vivienda.

No hace falta tener mucha imaginación para comprender la conmoción y amargura de literalmente millones de personas que en los últimos años se han visto "ahogadas", es decir, teniendo que afrontar el pago de una hipoteca con un valor nominal mayor que el precio actual de la vivienda que estaban comprando, esto llama a la insatisfacción de las clases populares y de la clase media, que ven como sus ahorros se esfuman como consecuencia de la depresión económica.

La magnitud y duración de la crisis de las hipotecas tiene que ver con bastantes conductas despreciables, cuando no claramente criminales de los banqueros. Muchos agentes inmobiliarios, al saber que reciben sus honorarios por adelantado, animan a los posibles clientes a comprar casas que saben muy bien que esas personas no pueden costear, esto se puede corregir con subsidios pagados a largo plazo. En cuanto a los bancos, algunos tienen la costumbre de cambiar la cerradura de la casa cuando el tenedor de la hipoteca se retrasa un mes o dos en el pago de la misma, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) debería intervenir en el caso y proteger a los arrendatarios y propietarios, creando un fondo que compense temporalmente su falta de pago que posteriormente cancelarían a bajo interés, y los acreedores lo hacen sin avisarle, se debe imponer como norma un juicio ante un juez que dé un tiempo prudencial para que el acreedor se ponga al día, y pida en préstamo el fondo de solvencia.

Se sabe que algunos han entrado en ellas en ausencia del hipotecado para calcular el valor de los bienes muebles que contiene. Leer las páginas financieras de los periódicos actuales puede ser como leer una novela policiaca: los crímenes han salido a la luz porque ha tenido lugar una investigación judicial, se tiene que actuar a nivel judicial con equidad, ya que las personas se están tomando la justicia por su propia mano.

La Seguridad Social, en 20 o 30 años (las diversas páginas que he leído al respecto discrepan enormemente sobre el momento y las cantidades de dinero mencionadas), no podrá cumplir con sus obligaciones en cuanto a pensiones y que, por tanto, al tener que pagar a los trabajadores más de lo que ellos habrán aportado durante su vida, corre el riesgo de convertirse en una injusta carga pública, se debe elevar el porcentaje de la Seguridad Social en función de la jubilación que ésta dará. Ninguno de esos artículos menciona que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social es independiente del presupuesto federal, ni tampoco que el presidente Reagan incrementó las retenciones a los asalariados y se las redujo a las clases más acomodadas de la sociedad estadounidense, esta tendencia se debe revertir al crearse las condiciones.

Las Consideraciones de Krugman:

Pul Krugman ha sabido entender lo mucho que la economía tiene de política o, lo que es lo mismo, los intereses y las fuerzas que se mueven en el trasfondo de la disciplina; el mérito de Krugman radica en desenmascarar las falacias económicas que se esconden tras ciertos intereses. Se ha preocupado por replantear modelos matemáticos para resolver el problema de dónde ocurre la actividad económica y por qué.

Desde enero de 2000, ha sido columnista quincenal en la página de opinión del New York Times, lo que le ha convertido, en opinión del Washington Monthly, en "el más importante columnista político en Estados Unidos... ha estado casi solo analizando los más importantes hechos políticos recientes, los descosidos tejidos de los intereses de las corporaciones, clases y partidos políticos, en medio de los cuales sobresale la administración de Bush".

En septiembre de 2003, Krugman publicó una colección de sus columnas titulada The Great Unraveling (publicada enEspaña como El gran engaño). Tomada en su totalidad, era un ataque mordaz contra las políticas económica y exterior del gobierno de Bush, que llevaron a la Unión al presente despeñadero su proceder fue muy parecido al de Herbert Hoover . Su argumentación principal se centra en cómo el creciente déficit fiscal, generado por la disminución de impuestos, el aumento del gasto público y la guerra en Irak, a largo plazo es insostenible, y generará finalmente una crisis económica importante. El libro fue un éxito inmediato.

En 2012 Krugman publica ¡Acabad ya con esta crisis!, libro en el que expone las causas de la actual crisis económica, las respuestas equivocadas que se están tomando y las medidas que considera necesarias salir de ella, recuperando los puestos de trabajo y los derechos sociales.

Ideas económicas:

• Son importantes sus análisis sobre la nueva economía y las economías americana y japonesa, dejando de lado la economía de China Continental, que es el motor industrial del planeta.

• A principios de los años 90, popularizó el argumento de Laurence Lau y Alwyn Young de que las economías emergentes del Sureste Asiático no eran el resultado de políticas económicas de un nuevo tipo, como se había argumentado, sino que las altas tasas de crecimiento se debían a elevadas tasas de inversión de capital y aumentos espectaculares en la mano de obra (algo que, tal como explica el propio Krugman, recuerda en parte al "milagro soviético" 1945-1965). De ahí la importancia de promover la inversión privada., los paraísos fiscales y la inversión extranjera.

De hecho la productividad total de los factores de esos países no se incrementó, lo cual revela que tecnológicamente esas economías no han sido especialmente eficientes. Basándose en esos hechos, su predicción ha sido que la tasa de crecimiento del Sureste Asiático descenderá a medida que sea más difícil generar crecimiento a base de incrementar los inputs (en inversión y trabajo). Esa situación es similar al frenazo que sufrió la URSS a finales de la década de los 60 y su estancamiento durante los años 70 (que finalmente degeneró en decrecimiento en los años 80). Cosa que hasta los momentos no ha sucedido.

• También son muy interesantes sus trabajos sobre economía geográfica, una disciplina relativamente nueva donde se examina el efecto de que la actividad económica esté concentrada en ciudades que se expanden sobre un territorio.

• Su libro The return of depresion economics (1999) analizó las crisis económicas que sacudieron a diferentes países del mundo en la década de los 90. Para Krugman las crisis recientes entran en mecanismos complejos que propagan sus efectos hacia diferentes regiones del mundo y causan reacciones en cadena que provocan cambios inesperados en diversos lugares (efecto mariposa), de manera que lo que beneficia a un país puede perjudicar o fortalecer a otro.

Las crisis en los 90 constituyeron una alerta que indicó que los problemas de la década de los 30 habían vuelto al escenario mundial. Krugman explicó que la demanda agregada era otra vez incapaz de aprovechar la capacidad productiva instalada, mientras los economistas neoliberales insistían en la capacidad del mercado para corregir los desequilibrios mediante la flexibilización de los salarios y los precios. Estos economistas cayeron en el error de subestimar las recesiones y se concentraron únicamente en el cambio tecnológico y en el crecimiento económico a largo plazo, mientras que en la práctica todas las economías sufren recesiones que destruyen los progresos anteriores. Krugman considera que no hay una serie de medidas recomendadas para aplicar para cualquier caso, sino que se debe responder de acuerdo con las diferentes situaciones, y además, propone analizar a fondo el carácter de las crisis, pues son evidencias de problemas estructurales que deben ser solucionados. Como sucedió en los años treinta, los cambios necesarios son obstaculizados por doctrinas dogmáticas de una ortodoxia obsoleta.

• Desde (2004), sus investigaciones se centran en las crisis económicas y cambiarias. Krugman considera que ninguna economía está exenta de caer en una recesión de dimensiones impredecibles.

• Coherente con su punto de vista, es un oponente de las políticas de austeridad, y considera que las economías de Estados Unidos, Japón y Europa están en una "trampa de liquidez", en la cual el ahorro no se convierte en inversión y cada vez que los gobiernos recortan los presupuestos públicos, contraen la economía, con lo que se disminuye la recolección de impuestos y en vez de pagar las deudas, las aumentan. Considera en cambio, que un aumento de la inversión pública permitiría recuperar el empleo y reactivar la economía productiva. Así, en ¡Acabad ya con esta crisis!(2012) critica las medidas económicas impuestas por las autoridades norteamericanas y europeas y presenta alternativas concretas.


La segunda falsedad es una afirmación beligerantemente planteada por la Asociación Nacional del Rifle, según la cual la segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantiza a todos sus ciudadanos el derecho inalienable a llevar armas de fuego. Su beligerancia y los millones de dólares utilizados para avalar o denostar a candidatos a las elecciones han hecho imposible que Ayuntamientos o Gobiernos estatales aplicaran ningún tipo de control sobre los compradores de armas, las circunstancias en las que las adquieren y qué consecuencias tiene ese hecho. Hasta los congresistas y senadores federales o estatales más progresistas tienen miedo de defender cualquier tipo de control gubernamental que pudiera desatar una campaña de la Asociación Nacional del Rifle contra ellos, que es una consecuencia de paranoia de la clase media y alta, que un grupo de poder de la élite política tome el control del Estado, y les quite sus privilegios de darse una conmoción en los Estados Unidos, solo explicando la estrategia polemológica se podrá bajar el nerviosismo de las clases altas y medias.

New Deal.

Franklin D. Roosevelt, promotor del New Deal, transformó considerablemente la economía estadounidense para salir de la Gran Depresión. New Deal (literalmente en castellano: «Nuevo trato») es el nombre dado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a su política intervencionista puesta en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos. Este programa se desarrolló entre 1933 y 1938 con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y redinamizar una economía estadounidense herida desde la Crisis del 29 por el desempleo y las quiebras en cadena.

Comúnmente, se distinguen dos New Deals. Un primero, marcado particularmente por los «Cien Días de Roosevelt» en 1933, que apuntaba a una mejoría de la situación a corto plazo. Se pueden encontrar, pues, leyes de reforma de los bancos, programas de asistencia social urgente, programas de ayuda para el trabajo, o todavía programas agrícolas. El gobierno realizó así inversiones importantes y permitió el acceso a recursos financieros a través de las diversas agencias gubernamentales. Los resultados económicos fueron moderados, pero la situación mejoró.  El «Segundo New Deal» se extendió entre 19353 y 1938, poniendo por delante una nueva distribución de los recursos y del poder en una escala más amplia, con leyes sindicales de protección, la Social Security Act,3 así como programas de ayuda para agricultores y trabajadores ambulantes. No obstante, la Corte Suprema juzgó numerosas reformas como inconstitucionales, pero algunas partes de los programas fueron reemplazadas rápidamente, a excepción de la National Recovery Administration. El segundo New Deal fue mucho más costoso que el primero, y aumentó el déficit público. Por otro lado, a pesar de programas como la Public Works Administration, el desempleo todavía alcanzaba a 11 millones de estadounidenses en 1938.

No hay ninguna prueba de que el New Deal tuviera eficacia en la lucha contra la crisis, que perduró hasta que Estados Unidos movilizó su economía con la Segunda Guerra Mundial. En cambio, su éxito es innegable en el plano social. La política llevada por el presidente Franklin D. Roosevelt cambió el país mediante reformas y no mediante una revolución. Por otra parte, los programas del New Deal eran abiertamente experimentales, manifiestamente perfectibles, y dados los costes de este proceso, se podría haber preferido un programa de cambio más completo que permitiría bajar las tensiones, y mantener la gobernabilidad pero en práctica fue aprovechado por Eleanor Roosevelt y Edgar Hoover para gobernar a través del Presidente, instaurando un régimen democrático con tintes autoritarios, que le permitiera aliarse con la estructura de poder y los sindicatos para tener legitimidad, para ello crearon y exarcebaron un Estado Clientelar y exprimieron al máximo los recursos de materias primas de su periferia para sostener el estado Clientelar, bajando los precios de las materias primas de  manera unilateral.

Sin embargo, el carácter imperfecto del New Deal permitió una crítica constructiva y una reflexión más pausada que abrió la vía a un mejoramiento de la democracia estadounidense en los años siguientes y que perdura hasta la actualidad. En materia sindical, la adopción de la Wagner Act permitió hacer de los sindicatos unos colectivos poderosos.

Numerosos programas del New Deal todavía permanecen activos, entre los que han mantenido su nombre original están la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), la Federal Housing Administration (FHA), la Tennessee Valley Authority (TVA), pero también el Social Security System, la primera experiencia de Estado del bienestar en Estados Unidos así como la Securities and Exchange Commission en el ámbito de la regulación financiera.

Evolución del Producto Interno Bruto de los Estados Unidos entre 1920 y 1940. Se aprecia claramente el punto mínimo de la crisis en 1932, y éste en términos reales se mantiene estancado. La Gran Depresión, considerada una de las crisis económicas más grandes del siglo XX, comenzó el jueves 24 de octubre de 1929 con el crac de la Bolsa de Nueva York, hundiendo a esta para expandirse progresivamente por todos los sectores económicos y posteriormente por la totalidad de los países industrializados, con la excepción de la Unión Soviética de Iósif Stalin. Estados Unidos, «país de origen» de la crisis, fue lógicamente el primer afectado tras el crac y tocó fondo en 1932, con una tasa de desempleo del 25%.10 Lo cierto es que la economía estadounidense sufría diversos desequilibrios, principalmente en el reparto de la riqueza y los recursos:10 se estima que treinta y seis familias ricas poseían unos ingresos equivalentes a los del 42% de la población. Igualmente, de 27,5 millones de familias, 21,5 no poseían ninguna clase de ahorros.

Durante los años 1920, las empresas estadounidenses habían incrementado sus ventas de forma considerable gracias a la expansión del consumo por parte de una emergente clase media, apoyada por un crecimiento del crédito por parte de los bancos. Paralelamente, la rápida industrialización que siguió a la reconversión de fábricas de armamento en fábricas civiles tras la Primera Guerra Mundial condujo a una sobreproducción de bienes industriales y de consumo por parte de muchas empresas.

Igualmente, el sector agrícola vivió una serie ininterrumpida de excelentes cosechas entre 1925 y 1928, lo que condujo a un exceso de oferta de bienes agrícolas.

Este excedente monetario en circulación condujo a una espiral inversionista en la bolsa: millones de pequeños y medianos ahorradores invirtieron su dinero en la especulación bursátil, por lo que tras el crac, multitud de ahorradores llevados por el pánico acudieron a las entidades bancarias para retirar su dinero, generado la quiebra en cadena de estos. Por otra parte, los fondos de los bancos, invertidos en la especulación, disminuyeron progresivamente.10 Debido a la deflación, los agricultores comenzaron a pasar dificultades al ver mermado su poder adquisitivo: 15 millones de campesinos estaban al borde de la ruina.10 En la industria, la crisis se manifestó con la quiebra de empresas y la reducción de la producción a un 38%.

La debacle de Hoover.

En el momento del estallido de la crisis, Herbert Hoover ocupaba la presidencia de los Estados Unidos. Contrariamente a lo que se dijo, en particular por su rival, Franklin D. Roosevelt, Hoover no fue inoperante, sino que trató de encauzar la crisis. Sin embargo, la política llevada a cabo por Hoover fue un fracaso, como lo demuestran las consecuencias de la adopción de la ley proteccionista Hawley-Smoot, que provocó una recesión. Su voluntad de animar los negocios también fue un fiasco: el país se hundió en la recesión y las quiebras se multiplicaron. En 1932, ambos candidatos a la presidencia organizaron su campaña: Hoover, republicano, se enfrentó al demócrata Roosevelt, quien había ganado notoriedad como gobernador del Estado de Nueva York. Roosevelt, que inspiraba confianza al electorado, ganó de manera amplia las elecciones de 1932 con el 57,4% de los votos y el 89% de los votos electorales.13 Sus promesas de reactivar la economía sedujeron a los estadounidenses: cuatro meses después de su elección, el New Deal echó a andar.

Un nuevo presidente audaz con una primera dama autoritaria.

Harry Hopkins fue uno de los consejeros más próximos de Roosevelt en la elaboración de su New Deal. El 2 de julio de 1932, Roosevelt prometió en un discurso de su campaña electoral «un nuevo trato para el pueblo estadounidense»: pronunció por primera vez la expresión New Deal a lo largo de su discurso a la Convención Demócrata de Chicago en 1932. Asimismo, existen fuentes que señalan como autores de la acuñación del término New Deal a Raymond Moley (consejero del presidente) o a Samuel Rosenman (autor de sus discursos). Treinta años antes, Theodore Roosevelt, su primo lejano, había iniciado el «Square Deal», programa nacional que pretendía sostener a la clase media y llamado así por Theodore Roosevelt y sus socios para designar al conjunto de políticas de su administración. Este «Square Deal» habría inspirado a Franklin D. Roosevelt. De hecho, le había interesado el contraste entre Theodore Roosevelt y Woodrow Wilson:

«Theodore Roosevelt no fue atraído como Woodrow Wilson por los problemas de fondo y no supo, como este último, estimular las convicciones sociales y morales profundas, escribió un día. Wilson, en cambio, no sabía, contrariamente a Theodore Roosevelt, suscitar el entusiasmo acerca de acontecimientos individuales precisos aunque podían parecer superficiales comparados con los principios fundamentales.»

En 1927, un cierto número de liberales estadounidenses, John Dewey, Stuart Chase y Rexford Tugwell, visitaron la Unión Soviética de Stalin.20 Tugwell,21 quien posteriormente sería miembro del «Brain Trust» de Franklin D. Roosevelt tras el adjunto de Henry Wallace en agricultura, se vio interesado por la planificación como instrumento de regulación económica. En realidad, si la Unión Soviética se vio poco afectada por la crisis es porque nunca había conocido el boom económico de la década de 1920 y porque sus intercambios comerciales con Occidente fueron reducidos.

Roosevelt, considerado como un progresista y un reformista, fue elegido con una mayoría amplia con la esperanza de que supiera hacer frente a la crisis económica allí donde Herbert Hoover había fracasado. Sin embargo, llegó al poder sin tener un plan preconcebido para salvar la economía de su país. Su New Deal no era ideológico, sino más bien pragmático, lo que condujo a algunas contradicciones. Aplicó ideas experimentadas durante el período progresista de Wilson y se valió de su experiencia política adquirida durante los años 1920. La idea central de Roosevelt era la experimentación: estaba convencido de la necesidad de llevar a cabo una política audaz e innovadora.

También observó que una de las principales prioridades era levantar el ánimo de los estadounidenses, presos de la duda frente a la generalización de la crisis en toda la economía. El 4 de marzo de 1933, su discurso de investidura quedó impregnado de tópicos comunes, contentándose con advertir a los estadounidenses contra un exceso de pesimismo. Pronunció así una frase célebre: «The only thing we have to fear is fear itself» («lo único que debemos temer es al propio temor»). Para llevar a cabo su política se rodeó de consejeros brillantes e imaginativos que le siguieron en Washington. Puede citarse a Raymond Moley, Adolf Berle, Cordell Hull (Asuntos Exteriores), Henry A. Wallace (Agricultura) y Frances Perkins (Trabajo), primera mujer que accedió a un puesto ministerial. Harry Hopkins, uno de sus consejeros más próximos, fue por otra parte uno de los arquitectos del New Deal. Él mismo fue considerado consecuentemente una eminencia gris.

Las grandes líneas del New Deal.

Acto de firma del Tennessee Valley Authority Act por Roosevelt y sus consejeros en 1933.
Algunos historiadores distinguen dos o tres New Deals.30 El análisis que privilegia a dos tipos de New Deals considera que el primero corresponde al primer mandato de Roosevelt (lo que incluye «Cien Días» en el primer New Deal) y que el segundo corresponde al período 1936-1938, durante el segundo mandato. En el segundo análisis que distingue tres tipos de New Deals, el primero correspondería a los «Cien Días» (entre el 9 de marzo y 16 de junio de 1933) y comprende un gran número de medidas en favor de la moneda y del sistema bancario en general, de la agricultura, de la industria y de la lucha contra el desempleo. El segundo New Deal se presentó en noviembre de 1934 y correspondería al período 1936-1937.30 El tercero, que no siempre se considera como tal (se incluye a veces simplemente en el segundo) se aplicó en 1937 y 1938. Sin embargo, la política de Roosevelt en los años 1930 se caracterizó más por su continuidad que por rupturas radicales.

Ideología del New Deal:

Su matrimonio no fue para ella obstáculo para oponerse a la decisión de su marido de firmar la orden ejecutiva 9066 que resultó en el internamiento de 110.000japoneses y descendientes de japoneses en la Costa Oeste de los EUA.

El 12 de abril de 1945, Anna Eleanor Roosevelt estaba en Washington, D.C., cuando fue informada de la muerte de su marido, Franklin Delano Roosevelt y de inmediato llamó al entonces Vicepresidente Harry Truman para darle la noticia del fallecimiento del Presidente. Truman, conmocionado le preguntó a ella si podía ayudarla a lo que Eleanor le contestó: "No hay nada en lo que puedas ayudarme, eres tú quien está en problemas" y entonces Truman, todavía impresionado y conmocionado tuvo que asumir de improviso el cargo de Presidente de Estados Unidos. Inmediatamente, Eleanor Roosevelt viajó a Warm Springs (Georgia) para llevar de vuelta los restos mortales de su esposo a Washington y finalmente a Nueva York donde sería enterrado.

Tras la Segunda Guerra Mundial participó en la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, refiriéndose a ella como "La carta magna de la humanidad".

Voluntarismo e intervencionismo.

Roosevelt se alzó con la victoria en las elecciones gracias a sus promesas de cambio que se apoyaban en una política voluntarista e intervencionista. Así, el Estado federal desempeñó un papel esencial en el New Deal, poniendo a disposición de los estadounidenses numerosas agencias relacionadas en su mayoría con programas naturales y de funciones variadas: los agricultores gozaron de ayudas y de subvenciones condicionadas por una disminución de su producción; las empresas fueron conminadas a adoptar un «código de buena competencia» con el fin de redinamizar la red industrial y de reducir la «competencia destructora». Por último, el Estado también atacó a los problemas de orden social con la cuestión de las jubilaciones, los sindicatos y sobre todo del desempleo que fue a lo largo de los años 1930 uno de los indicadores más visibles de la crisis. Los numerosos programas que pretendían crear empleo se lanzaron en 1933, y las reformas se encadenaron rápidamente. El New Deal también presenció la aparición de las primeras formas de Estado del bienestar en los Estados Unidos.

¿Cómo regular la economía?

En el entorno de Roosevelt se confrontaron, en parte, dos modos de regular la economía. Por un lado estaba la «economía brandeisiana», llamada así en honor a los juristas e intelectuales del Este. Junto a Louis Brandeis, Felix Frankfurter, un jurista formado en Harvard, eran los más eminentes representantes del entorno de Roosevelt. La economía brandeisiana desconfiaba de los «proyectos grandiosos de los planificadores»  y preconizaba «una estrategia rápida y flexible que permita al gobierno federal usar su autoridad para reformar las prácticas de la libre competencia».  Louis Brandeis, su fundador, había sido consejero de Woodrow Wilson y ambos se habían puesto de acuerdo sobre el hecho de que «la competencia podía y debía ser mantenida en todas las ramas de la industria privada». Para Brandeis, las reglamentaciones debían pretender mantener la competencia limitando el tamaño de las empresas. De manera general según Schlesinger, para Brandeis «la centralización debilitaba la sociedad, asfixiando la experiencia y concentrando en un punto los talentos necesarios para las comunidades».

Rexford Tugwell, Adolf Berle, Hugh Samuel Johnson y Raymond Moley se situaban en contra de la corriente precedente. Inspiraron parte de la doctrina del primer New Deal, la cual insistía en el hecho de que «no se podía confiar más en la libre competencia para salvaguardar los intereses de los grupos sociales» y que «la estabilidad residía en la fusión de las empresas y en la cooperación bajo control federal». Se puso un mayor énfasis sobre la administración de la economía que sobre la producción. Si Moley había sido influido por Theodore Roosevelt, Tugwell lo había sido por el institucionalismo de Simon Patten, quien había sido su profesor en Wharton School. Para él, el dirigismo gubernamental debía impulsarse más que para Raymond Moley.  Esta corriente fue particularmente influyente en la Agricultural Adjustment Administration (AAA) con Rexford Tugwell y en la National Recovery Administration (NRA) que administró Hugh Samuel Johnson.  Estos programas, además de que a menudo eran contrarios a la visión de la corriente brandeisiana, también implicaban un cierto matiz proteccionista, lo que trajo la oposición de Cordell Hull, quien había sido siempre partidario de la apertura económica y del librecambismo.43 La influencia de los miembros claves de esta corriente decayó de manera bastante acelerada. Raymond Moley dejó las esferas de influencia hacia mediados de 1933, Hugh Samuel Johnson abandonó la NRA en septiembre de 1934 para ingresar en la Works Progress Administration (WPA) y Rexford Tugwell fue nombrado en 1934 jefe de la Resettlement Administration, para dejar en 1937 la esfera gubernamental. Ocupó más tarde diversos puestos, como el de gobernador de Puerto Rico de 1942 a 1946.

Los «Cien Primeros Días»

Roosevelt, y su mujer, Eleanor, el día de la investidura de Franklin D. Roosevelt como presidente. Las reformas comenzaron el día siguiente, el 5 de marzo de 1933. A menudo se hace referencia, para hablar del período inicial de New Deal, de los «Cien Días» que correspondieron a la adopción de numerosas leyes vinculadas a campos diversos de la economía estadounidense. Conforme al método empírico de Roosevelt, basado en las 3 erres: «Relief, Recovery and Reform» (Asistencia social, Recuperación y Reforma), la inmensa mayoría de las medidas se tomaron rápidamente para solucionar así lo más urgente. Así, al día siguiente de su investidura presidencial, celebrada el 4 de marzo de 1933, Roosevelt lanzó su primera medida y decidió un cierre excepcional de todos los bancos del país, la conocida como United States bank holiday. El 9 de marzo, el Congreso fue llamado a sesión: la primera ley propuesta por su administración concernía a los establecimientos bancarios: redactada durante la noche, se presentó al Congreso a mediodía y se ratificó aquella misma tarde. El 12 de marzo, Roosevelt se dirigió a la nación por radio con el propósito de explicar su política y sus objetivos.

A partir de ahí, otras quince leyes se votaron en el transcurso de los «Cien Días» que constituyeron el episodio más importante del primer New Deal. Se trataba ante todo de proyectos más o menos improvisados,24 enfocados a la mejora de la situación a corto plazo. Las reformas concernieron a todos los sectores, de la agricultura a la industria, particularmente por el sesgo de programas de grandes trabajos. Al mismo tiempo, vieron la luz proyectos de lucha contra el desempleo, como Civilian Conservation Corps que movilizó a 250 000 jóvenes. En definitiva, dos millones de personas fueron contratadas.

Las reformas estructurales.

Su aplastante victoria en las elecciones presidenciales de 1932, unida a la del Partido Demócrata en las elecciones al Senado y en la de la Cámara de Representantes del mismo año, así como la gravedad de la crisis, permitieron a Roosevelt y a su administración ejercer una gran influencia sobre el Congreso durante los primeros meses de su mandato. Esto hizo fácil y rápida la adopción de una serie de medidas destinadas a restablecer el equilibrio del sistema bancario y del mercado financiero y a ayudar a los parados.

La Federal Deposit Insurance Corporation permitía asegurar los depósitos de hasta 5 000 dólares de los ahorradores en los bancos. De golpe, Roosevelt acusó las prácticas de los hombres de negocios y los banqueros en una frase que se convirtió en célebre: «Practices of the unscrupulous money changers stand indicted in the court of public opinion» («Las prácticas de los cambistas sin escrúpulos son acusadas en la corte de la opinión pública»).  La medida del United States bank holiday, un feriado bancario de cuatro días a nivel nacional, pretendía restablecer la confianza hasta la ratificación de una nueva ley, el Emergency Banking Act, votado el 9 de marzo.

Esta última impuso que solamente se abrieran los bancos que hubieran pasado con éxito un examen de su solvencia bajo el control del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Tres cuartos de los bancos reabrieron en los tres días que siguieron la adopción de la ley. Mil millones de dólares en moneda y oro, retenidos hasta entonces, regresaron a los bancos, permitiendo una estabilización del sistema bancario. Durante todo 1933, varios miles de bancos cerraron sus puertas, otros se fusionaron para dar origen a establecimientos más grandes (los depositarios cobraron así aproximadamente un 85% por cada dólar ahorrado). Con el fin de prevenir crisis futuras, el gobierno creó la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) en junio, lo que permitió asegurar los depósitos de hasta 5 000 dólares. El primer New Deal asistió también al nacimiento de la Securities and Exchange Commission (SEC), creada por la Securities Exchange Act, iniciada durante los «Cien Días». Para apaciguar en parte al mundo de las finanzas, Roosevelt puso al frente de la SEC a Joseph Kennedy, un hombre que conocía los entresijos de Wall Sreet.

En marzo y abril, en una serie de leyes y de decretos ley, Roosevelt y el Congreso hicieron salir al dólar del patrón oro, que imponía que el Sistema de Reserva Federal no disminuyera las tasas de interés, y realizando lo contrario al aumentarlas con el fin de proteger al dólar.  Tres textos fundadores participaron en este movimiento: la Emergency Banking Act, la Executive Order 6102 y la Glass-Steagall Act. Estos tres textos son considerados por los conservadores como un atentado al derecho de propiedad y como ataques importantes contra la constitución: toda persona que guardaba una suma importante de oro fue obligada a cambiarlo así por dólares a un índice fijado. Pasado un cierto plazo, el gobierno pudo exigir la restitución del oro sin contrapartida. Además, el oro perdió su curso legal en el pago de los créditos y de las deudas en la misma época. Los contraventores se vieron incluso sancionados con multas. Desde entonces, el dólar pudo fluctuar libremente en el mercado de divisas sin contrapartida de oro. Solo en 1934 el oro volvió a ser convertible, a un precio netamente inferior al precedente. Globalmente, los mercados reaccionaron bien al abandono del patrón oro, aunque en un comienzo era solamente provisional.

El punto álgido económico de la crisis se alcanzó en marzo de 1933. El historiador Broadus Mitchell anota así que la inmensa mayoría de los indicios indican un empeoramiento de la situación hasta el verano de 1932, que puede considerarse el punto álgido de la crisis, tanto en el plano económico como psicológico. Los indicadores económicos indican un punto mínimo en el transcurso de los primeros días de marzo de 1933, antes de que se presentara una recuperación rápida.

La Ley de Ajuste Agrícola (AAA).

Florence Owens Thompson en la fotografía Madre emigrante de Dorothea Lange, quien trabajaba para la Farm Security Administration del New Deal recorriendo el país para fotografiar los efectos de la Gran Depresión en el mundo rural estadounidense.

Bajo las recomendaciones de Henry Wallace, la administración Roosevelt buscó igualmente proteger a los agricultores de los riesgos del mercado distribuyendo subvenciones federales y controlando la producción mediante la Ley de Ajuste Agrícola (en inglés: Agricultural Adjustment Act, AAA), destacando Rexford Tugwell entre sus redactores. El 12 de mayo de 1933 la ley entró en vigor. Se decidió reducir la producción para reanimar el sector agrícola según los simples pretextos de la ley de oferta y demanda. Por ello, una gran parte de las cosechas y de las reservas fueron destruidas y las tierras se dejaron en baldío, y mediante una política de indemnización se fomentó la reducción de las superficies cultivadas, algo financiado de manera especial mediante el añadido de tasas aplicadas a la cadena de producción de alimentos. Los primeros resultados, apreciables al cabo de tres años, fueron alentadores, ya que el beneficio de los agricultores aumentó.

Asimismo, se inició el intervencionismo estatal en el sector primario. A pesar de estas medidas, los precios agrícolas apenas aumentaron ligeramente, y el alza constatada de los ingresos de los agricultores fue en gran parte resultado de las subvenciones acordadas por el gobierno federal.  En paralelo, Roosevelt atacó al problema del endeudamiento en un momento en el que 15 millones de agricultores estadounidenses estaban próximos a la ruina. Las deudas de los agricultores fueron así renegociadas mediante la Farm Credit Act, del 16 de junio de 1933, lo que permitió devolver cierto poder adquisitivo a cerca de 30 millones de estadounidenses.

La base sólida de este tipo de política, que iba incluso a subvencionar a los agricultores que aceptaran quemar toda o parte de sus cosechas, fue cuestionada sin embargo por algunos economistas liberales, que consideraban que con el fin de alcanzar un objetivo en términos de empleo y de precio, el gobierno efectuaba una destrucción efectiva de riqueza, cuyas contrapartidas, bajo su punto de vista, fueron insuficientes para justificarla. Ciertos historiadores como Cushing Barry aseguraron posteriormente que los consumidores no habían apoyado el alza de los precios y la política de limitación de producción forzada. Un sondeo de The Washington Post llegó a afirmar que la mayoría de los estadounidenses estaban en contra de la Ley de Ajuste Agrícola.

El águila azul (Blue Eagle), símbolo de las empresas adheridas a la National Recovery Administration (NRA), creada con la National Industrial Recovery Act (NIRA). En materia industrial, la National Industrial Recovery Act («Ley de Rescate Industrial Nacional») fue aprobada por el Congreso en 1933, para instaurar dos tipos de reformas. Por un lado, animó a los industriales a firmar códigos de competencia leal, y por otra parte, les concedió a los obreros la libertad de sindicarse y de negociar convenios colectivos. La ley creó a la vez un organismo de regulación, la National Recovery Administration (NRA), que fomentó la adhesión de las sociedades. Las empresas que voluntariamente siguieron este código tenían la posibilidad de fijar un logotipo en forma de águila azul (Blue Eagle), símbolo de su adhesión al programa. La NRA también contribuyó creando puestos de trabajo con el fin de luchar contra el desempleo.

La NIRA fue principalmente realizada por numerosos hombres de negocios de primer plano que llegaron incluso a participar en algunos puntos de su redacción. Gerard Swope, presidente del directorio de General Electric, fue por otra parte uno de los primeros defensores de la ley, que legalizaba los cárteles y alentaba al gobierno a que emprendiera numerosas obras públicas. Este incremento en los gastos lo veía como un regreso de la prosperidad y de los beneficios tanto como para General Electric como para otras empresas. Harry Harriman, presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos y ferviente partidario de la medida, explicó que se trataba de uno de los pasos más importantes hacia la rehabilitación de los negocios. Por el contrario, la Asociación Nacional de Fabricantes (National Association of Manufacturers) se opuso duramente al proyecto. Henry Ford se convirtió así en uno de sus principales detractores.

La National Recovery Administration tenía como misión propia estabilizar los precios y los salarios cooperando con las empresas y los sindicatos. Fue administrada primeramente por Hugh Samuel Johnson. Luego, creó la Public Works Administration (PWA), que debía controlar la puesta en marcha de la política de grandes obras públicas. Todas estas disposiciones fueron aclamadas por el empresariado y los sindicatos y fueron populares para el conjunto de los estadounidenses.

La política de reactivación y de ayudas sociales.

Otras dos iniciativas legislativas principales fueron llevadas a cabo por Roosevelt en el transcurso de los «Cien Días». La primera fue una ley, la Economy Act, concebida por el secretario de Presupuestos, Lewis Douglas. Fue aprobada el 14 de marzo de 1933.30 La ley consideraba dos presupuestos diferentes: el presupuesto regular y el presupuesto de urgencia para equilibrar el regular, reduciendo notablemente el salario de los funcionarios y disminuyendo las pensiones de los veteranos en un 40%. La segunda iniciativa fue una revisión constitucional, relativa a la Ley seca, impuesta en Estados Unidos por la XVIII Enmienda en 1919. El 22 de marzo de 1933, la Ley Volstead (Volstead Act) sobre la prohibición del alcohol fue derogada: la XXI Enmienda a la Constitución anuló pues la Ley seca.

Los primeros programas de lucha contra el desempleo.

Logo del Civilian Conservation Corps, una de las primeras medidas de la administración Roosevelt y que dio trabajo a miles de jóvenes estadounidenses. La lucha contra el desempleo también movilizó la administración Roosevelt desde los meses que siguieron a su toma de posesión. Roosevelt se interesó primeramente por la cuestión de los parados más necesitados: creó así la Federal Emergency Relief Administration (FERA) que permitió sostener financieramente los programas de ayuda a los parados de los diversos Estados. Pero Roosevelt pensaba que para devolver la confianza a los estadounidenses no había que contentarse con simples ayudas sin contrapartidas, sino conseguirles un trabajo.

Varios programas vieron la luz rápidamente. Consciente del hecho de que los jóvenes representaban de manera potencial a futuros propietarios y que su propensión a caer en la delincuencia o la pobreza era más elevada,  Roosevelt creó el Civilian Conservation Corps («Cuerpo Civil de Protección Medioambiental»), financiado con bonos del tesoro, el 31 de marzo de 1933.  Permitió, gracias a trabajos de repoblación forestal, de lucha contra la erosión y las inundaciones, la contratación de miles de jóvenes parados en todo el país: 250 000 empleos fueron creados para personas entre los 18 y 25 años, y en ocho años, el CCC garantizó un salario de 30 dólares mensuales a cerca de dos millones de hombres jóvenes.

Igualmente, los primeros programas de grandes trabajos también recibieron luz verde en 1933. El más célebre, el de la Tennessee Valley Authority (TVA), se ocupó de la construcción de presas con vistas a acondicionar el territorio de la cuenca del río Tennessee, a limitar las inundaciones y a aumentar la producción hidroeléctrica, otorgando empleo a los parados con todas estas acciones. También pretendía hacer más atractiva esta zona de los Estados Unidos, totalmente deprimida. Este programa afectó a finalmente siete Estados.

El balance de los Cien Días.

Los «Cien Días» se caracterizaron por los importantes gastos presupuestarios comprometidos en los diversos programas gubernamentales. Desde 1931, el presupuesto federal era deficitario a causa de las reformas de Herbert Hoover. Sin embargo, no recobró el equilibrio durante el periodo completo de aplicación del New Deal. En 1933, el presupuesto fijó así un déficit de 1,3 millones de dólares. En resumen, el primer New Deal no fue el más costoso: en 1936, el déficit alcanzó los 3,5 millones de dólares.

Los Cien Días se apoyaron esencialmente en medidas urgentes, pretendiendo realizar dos objetivos ambiciosos: la recuperación económica y el retorno a la confianza de la población estadounidense. El objetivo de la recuperación económica solo se alcanzó muy sumariamente. De hecho, debido a la numerosa resistencia de una parte del empresariado así como de ciertos agricultores y a pesar de las medidas que les habían sido concedidas, la recuperación fue muy lenta. Por otra parte, el desempleo se mantuvo a un nivel muy elevado y afectaba al 24,9 % de la población en 1933. En cambio, este primer New Deal fue un éxito en el plano popular y para el retorno de la confianza: el saneamiento de la situación bancaria permitió a los estadounidenses depositar de nuevo sus ahorros en los bancos. De igual modo, Roosevelt gozó de un verdadero «estado de gracia», tanto en el Congreso como en la prensa apoyaron sus medidas.

Este balance provocó, a pesar de todo, descontentos, sobre todo algunos meses después del fin del primer bloque de reformas, a principios de 1934. La polémica llegó incluso a las filas demócratas, donde los partidarios originales del New Deal mostraron signos de impaciencia. Así, el senador demócrata por Luisiana, Huey Long, agrupó a los descontentos del Sur y del Medio Oeste y lanzó el movimiento Share Our Wealth para oponerse a Roosevelt. En un suburbio de Detroit, Charles Coughlin, sacerdote católico, conocido por su influencia en la radio con 40 millones de oyentes,  utilizó un discurso demagógico y fundó su propio movimiento político, profundamente anti New Deal y xenófobo. Fueron luego los círculos de negocios, formados por industriales capitalistas y demócratas de tendencia más conservadora, quienes acusaron a Roosevelt de defender un programa socialista.

El presidente no cedió. Las elecciones legislativas de 1934, por el contrario, reforzaron la mayoría demócrata y lo animaron en sus opciones políticas.  El acento se puso esta vez en la satisfacción de los descontentos, pero la voluntad de buscar soluciones permanecía. Como consecuencia, el segundo New Deal puso un mayor énfasis en el aspecto social.

De la política económica a la social: de un New Deal a otro.

Mientras que los cien primeros días vieron la aplicación de medidas que apuntaban hacia la estabilización de la economía estadounidense, que tocó fondo en 1932, las diversas medidas llevadas a cabo en el transcurso del fin del primer New Deal (de finales de junio de 1933 a 1934) y en el segundo New Deal correspondieron más a la voluntad de devolver la confianza al pueblo estadounidense, golpeado particularmente por el desempleo. Es pues, a partir de este momento, cuando aparecieron los primeros programas nacionales de lucha contra el desempleo, que apuntalaban las bases del intervencionismo del Estado, principalmente en materia de jubilaciones, de condiciones de trabajo, en particular con la ampliación de las prerrogativas sindicales, y finalmente en materia de asistencia social, para ayudar a los más desprovistos. El aspecto económico del New Deal cedió así de forma progresiva su protagonismo a los aspectos sociales.

Sin embargo, esta nueva prioridad consagrada a la población estadounidense víctima de la crisis fue acompañada de una voluntad por estabilizar y consolidar los sistemas bancarios (depósitos y créditos) y monetarios mediante la prolongación de las profundas reformas que se emprendieron durante los «Cien Días». Los medios empleados para cumplir este objetivo desempeñaron un papel esencial en el fin de la Gran Depresión.

Los grandes programas de lucha contra el desempleo.

La Works Progress Administration, creada en 1935, se convirtió rápidamente en una de las principales agencias del New Deal en materia de empleo. Los Cien Días ya presenciaron la puesta en marcha de los primeros programas en favor del empleo y con vistas a reducir las tasas de desempleo. Así, la Federal Emergency Relief Administration, nacida de la Reconstruction Finance Corporation o los Civilian Conservation Corps, permitió la creación de puestos de trabajo, pero en proporciones limitadas debido al reducido número de personas a las que se dirigían estos programas, como la franja de edad entre los 18-25 años hacia la que se enfocaban los CCC.

Pero ya desde el inicio de esta política de lucha contra el desempleo aparecieron los problemas. El primero concernía al presupuesto concedido a las diferentes instituciones gubernamentales dedicadas al empleo, como el de la Federal Emergency Relief Administration, dirigida por Harry Hopkins.  En efecto, mientras que el presupuesto de la Public Works Administration de Harold Ickes, destinada a la renovación industrial, ascendía 3,3 millones de dólares (el 5,9 % del PIB estadounidense de la época), el de la agencia de Hopkins era mucho más reducido, a pesar de que los objetivos eran de importancia similar. Hopkins incitó entonces a Roosevelt a que creara una agencia que permitiera contratar directamente a parados. Fue en este contexto cuando nació la Civil Works Administration el 8 de noviembre de 1933, con el objetivo de proporcionar empleo a cuatro millones de estadounidenses. El objetivo se alcanzó en enero de 1934. Hopkins realizó así su deseo de devolver su valor a la asistencia social por el trabajo.

A pesar de los muy positivos resultados de estos programas, el presidente Roosevelt se inquietó por los crecientes gastos de los Estados y los gobiernos locales, por lo que decidió desmantelar progresivamente la Civil Works Administration. Pero no renunció por ello al papel del trabajo en la distribución de la asistencia social, sobre todo de cara a las críticas de la población, según las cuales una asistencia social limitada en el tiempo era aún peor que ninguna. Viendo a finales de 1934 que el espectro de la depresión estaba todavía presente, Roosevelt pidió a su administración concebir un nuevo plan de asistencia social por el trabajo. En la primavera de 1935, la Emergency Relief Aproppiation Act concedió cinco mil millones de dólares al gobierno para ejecutar nuevos proyectos. Así es como nació el 6 de mayo la Works Progress Administration, que tomó el relevo de la Federal Emergency Relief Administration y sucedió con éxito a la Civil Works Administration, convirtiéndose pues en una de las agencias clave del New Deal.

Dos novedades: las libertades sindicales y el reconocimiento del consumidor.

Robert F. Wagner fue uno de los más importantes defensores de las libertades sindicales. Dio su nombre a la célebre Wagner Act, firmada en julio de 1935.

La legalización de los sindicatos se topó con la reticencia de los círculos de negocios y de los empresarios. Por esta razón, en 1934 estallaron huelgas en numerosas empresas para protestar contra la negativa de los patrones a reconocer los sindicatos, disminuyendo así la actividad en las ciudades. Las empresas utilizaron medios diversos para intimidar a sus empleados, como el espionaje o las amenazas sobre sus empleos. Con el propósito de regular los litigios, Roosevelt decidió en 1934 crear una nueva entidad encargada de velar por el cumplimiento de las normas laborales, la National Labor Relations Board, consecuencia de la adopción de la National Labor Relations Act.75

Desde 1934, líderes sindicales de primer plano como John L. Lewis, presidente de la poderosa United Mine Workers of America (UAW), no vacilaron en anunciar: «El presidente quiere que usted se afilie a un sindicato». Sin embargo, Roosevelt no apreció el ser visto como un enemigo de los empresarios, quienes debían permitir la reconstrucción del país. El senador Robert F. Wagner se manifestó como un pionero de las libertades sindicales en los Estados Unidos en el momento de la redacción de una ley que declaraba permanente la actividad del National Labor Relation Board, considerado como impedimento a las intimidaciones de una parte, y a los sindicatos de empresa por otra. Así fue como el 6 de julio de 1935, poco tiempo después de la derogación por parte de la Corte Suprema de la National Industrial Recovery Act, se aprobó la Wagner Act, que repetía parte del texto de la NIRA y alcanzaba el objetivo de la administración Roosevelt de contrarrestar fuerzas entre empleados y empresarios.

A partir de entonces, Roosevelt deseó que los empleados se afiliaran a un sindicato. Rápidamente, los índices de sindicalización aumentaron: pasaron del 9% en 1930 a más del 33% en 1940 en la industria manufacturera, y del 51% en 1930 a más del 75% en 1940 en las industrias mineras. En otros sectores, las cifras fueron similares.

Las políticas federales también estudiaron la situación del consumidor con la creación del Consumers Advisory Board, encargado de recoger las quejas de los consumidores contra los precios elevados. Una «guía del consumidor» (Consumer's Guide) fija un precio teórico de los bienes de consumo de base, y permite a los compradores señalar las desviaciones del precio entre el teórico y el real. El movimiento de los consumidores contribuyó también en menor medida a contrarrestar la influencia del empresariado. Rexford Tugwell influenció en la adopción de normas sanitarias y en la lucha contra los productos peligrosos.

La cuestión de las jubilaciones y las ayudas sociales.

La redistribución de la riqueza figuraba entre las prioridades de Roosevelt. Sin embargo, no utilizó al Estado como principal medio para realizar dicha redistribución. En la misma época, en otros países de tradición más intervencionista, el impuesto sobre las fortunas más grandes constituía uno de los medios más directos de reparto de la riqueza. Pero a pesar del carácter directo de la intervención, Roosevelt rechazó utilizarla, en beneficio de un impuesto creado en 1932 por Hoover, el cual añadía tasas de funcionamiento de la AAA pagadas por los productores a los impuestos regresivos sobre el alcohol y otros bienes considerados como conductores a la lujuria y al vicio. Desafortunadamente, esta medida se convirtió en una carga para los estadounidenses más desfavorecidos. Como consecuencia, la administración Roosevelt buscó un medio para redistribuir la riqueza sin pasar por la política fiscal.

El presidente Roosevelt y sus colaboradores durante la firma de la Social Security Act el 14 de agosto de 1935. Al margen de la formación de asociaciones de consumidores, el gobierno deseaba garantizar a la población estadounidense una cierta independencia y medios para prevenirse contra disminuciones brutales de las rentas, ya fueran a corto plazo por el desempleo cíclico, o permanentes por minusvalía o vejez.78 En un primer momento, Roosevelt decidió crear una «Comisión de Seguridad Económica» (Committee on Economic Security) encargada de esbozar los planes de una seguridad social. La CES preconizaba en un informe enviado a Roosevelt  un sistema de jubilación pagado primeramente por los futuros jubilados y luego progresivamente por las rentas del Tesoro. Pero Roosevelt se opuso a este principio que constituía según sus declaraciones una mera variante del modelo británico, conocido como dole. Por el contrario, Roosevelt deseaba un sistema que los empresarios y los empleados financiaran mediante una deducción sobre su salario y donde el Estado no interviniera. Pero frente a las numerosas críticas que se alzaron contra el proyecto, particularmente a causa de la situación inestable del empleo que hacía ilusoria una deducción estable sobre el conjunto de la masa salarial, Roosevelt y su administración realizaron algunos cambios, inspirándose en sistemas ya experimentados en otros países, con la prioridad particular de cubrir a un número más elevado de estadounidenses.

El texto clave de este período fue la Social Security Act («Ley de la Seguridad Social»), aprobada el 14 de agosto de 1935.80 Estableció un sistema de protección social a nivel federal: jubilación para mayores de 65 años, seguro contra el desempleo y ayudas diversas para minusválidos, las enfermedades y la invalidez quedaban sin cubrir. Los ciegos y los niños minusválidos recibieron ayudas financiadas por subvenciones federales concedidas en los Estados. El New Deal puso así las bases del Estado del bienestar. Progresivamente, el sistema cubrió una parte más amplia de la población, particularmente gracias a las enmiendas de 1939 y de 1950, pero al principio, quedó acantonado en los límites inicialmente impuestos por Roosevelt.

En los Estados Unidos, el sistema de las jubilaciones por redistribución de la riqueza se inició también durante el New Deal, con el fin de proteger a las personas de edad avanzada de la miseria. En 2005, este sistema daba más de la mitad de sus rentas a dos tercios de los jubilados del país.

El crecimiento de la oposición.

Ya en 1934 surgieron las primeras críticas. En primer lugar, contra Roosevelt, acusado por un lado de dar pruebas de conservadurismo particularmente en materia fiscal, a pesar de su propensión hacia experimentar, y por otro lado de querer encontrar un contrapeso en el poder a los círculos de negocios y del empresariado. Roosevelt también fue criticado cuando prometió declarar la guerra «A los príncipes privilegiados de estas nuevas dinastías económicas». Se vio así acusado de traicionar a «su clase», y aunque siempre había defendido al capitalismo estadounidense como la base de la recuperación, obtuvo sólo un apoyo parcial y limitado de los círculos de negocios entre los que, sin embargo, él mismo había nacido.

Roosevelt también se encontró desde 1934 confrontado con la «cuestión racial», dado que los demócratas no podían olvidarse del voto de los segregacionistas blancos de los Estados del Sur en la óptica de una reelección. Sin embargo, ciertos colaboradores del New Deal se preocuparon al mismo tiempo de la situación de las minorías, apoyadas entre otras por la mujer del presidente, Eleanor Roosevelt, quien defendía los intereses de asociaciones en defensa de los derechos de los negros tales como la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP, «Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color»). Una oposición se desarrolló así en los Estados del Sur, que se sintieron perjudicados, particularmente a través de la American Liberty League (ALL, «Liga Estadounidense por la Libertad»), creada con el fin de «educar al pueblo en el carácter gratificante de animar a la gente a trabajar».

En 1935, Roosevelt debió hacer frente a otro opositor, la Corte Suprema, que invalidó varias medidas, posicionando así al gobierno en una difícil situación. En consecuencia, la NRA fue condenada unánimemente por nueve jueces, que consideraron que los códigos de competencia leal iban en contra las disposiciones comerciales de la Constitución. En enero de 1936, la AAA fue invalidada por haber creado una tasa ilegal a favor de los agricultores. A pesar de estas dificultades, la administración Roosevelt continuó aprobando leyes como la Wagner Act que compensaron en parte lo perdido con la ilegalización de la NRA. Roosevelt, testigo de una situación cada vez más tensa entre el Congreso y los Estados que reclamaban más autoridad, decidió no anunciar más sus acciones políticas de manera pública.  Mientras que los republicanos hicieron campaña apoyando al Congreso, Roosevelt hizo un llamamiento a los que le habían apoyado en 1932 y los que seguían apoyándole en un discurso pronunciado el 31 de octubre en el Madison Square Garden. En las elecciones, la victoria de Roosevelt fue aplastante, ya que consiguió el voto de 46 de los 48 Estados,  con una diferencia de 11 millones de votos,  contradiciendo todos los sondeos y las previsiones de la prensa. Esto indicó un apoyo fuerte y popular de la política del New Deal, lo que se tradujo en una mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso. Gracias a una reforma de la Corte Suprema, en la que desplazó a los jueces conservadores por otros elegidos por él mismo para garantizar que las reformas salieran adelante,  Roosevelt llegó a obtener más apoyo, al reafirmar la Corte su apoyo a la Wagner Act y a la Social Security Act.

Las críticas crecientes de la prensa.

John T. Flynn criticó duramente a la administración Roosevelt y su New Deal en su libro The Roosevelt Myth, tachando las políticas del presidente como «dictatoriales» y «socialistas». Los historiadores tanto de izquierda como de derecha se han visto en general decepcionados por el segundo mandato de Roosevelt. Los numerosos periodistas, provenientes de diversos panoramas políticos, tomaron así posición contra las reformas del New Deal. Entre estos autores, se pueden citar a los de derecha, como John T. Flynn. De hecho, en 1948, Flynn escribió un libro, The Roosevelt Myth («El Mito Roosevelt») que relataba los mandatos presidenciales de Roosevelt, desde 1932 hasta su muerte en 1945. Flynn fue un fuerte opositor del New Deal, el cual llegó a calificar en 1943 como «forma degenerada de socialismo, y degradación del capitalismo».89 Por otra parte, consideraba que Roosevelt y su administración gozaban de una imagen heroica engañosa transmitida por la prensa, la radio y la televisión. Su obra, revisada en 1956, apuntaba, según sus propias palabras, a Franklin Delano Roosevelt tal y como fue verdaderamente entre 1932 y 1945. Flynn denunció así una tendencia «dictatorial» y «socialista» de Roosevelt.

Por el contrario, otros periodistas como Barton J. Bernstein encontraron el New Deal demasiado conservador. Así, en los años 1960, la nueva izquierda americana se mostró muy crítica hacia la política de Roosevelt: Barton J. Bernstein, en 1968, hizo una lista de las oportunidades perdidas y de las soluciones inadecuadas a los problemas económicos y sociales de los años 1930. Paul K. Conkin en The New Deal (1967) denunció una política favorable para los empresarios. Howard Zinn, en un ensayo de 1966, reprochó al New Deal el haber servido para preservar el capitalismo en los Estados Unidos.

En otro registro, los periodistas libertarios Garet Garrett y Henry Hazlitt se encontraban entre los principales críticos del New Deal. En efecto, Garrett, en la línea del libertarismo, consideraba que todo hombre era responsable de su propia existencia, y que ningún hombre podía esperar delegarle su libertad a otros, a la inversa de lo que sucedía en sistemas que forzaban la redistribución de riqueza tales como el socialismo o el comunismo. Así pues, consideraba que cambiando su autonomía y su responsabilidad por programas socialistas, los estadounidenses renunciaban a su derecho inalienable a la libertad. Por esta razón, publicó de 1933 a 1940 en las columnas del Saturday Evening Post los artículos que ponían en duda las opciones políticas escogidas por el presidente. El conjunto de estos artículos fue reunido posteriormente en una colección nombrada Salvos against the New Deal: Selections from the Saturday Evening Post: 1933-1940.

El Estado Policiaco:

Edgar Hoover ingresó en 1917 en el Departamento de Justicia, al año siguiente encabezó el Department's General Intelligence Division (GID) y luego, cuando el GID se transformó en el BOI (Bureau of Investigation), fue nombrado asistente del Director. Para esa fecha, el BOI estaba muy desacreditado y se le percibía como un organismo corrupto. En 1921, Hoover en su calidad de director asistente solicitó los servicios como secretaria mecanógrafa personal de la srta. Helen Gandy, quien sería su más leal subordinado de confianza durante más de 45 años. Hoover fue nombrado, a sus 29 años, en mayo de 1924, director del FBI por el Presidente Calvin Coolidge para reformar la organización, la cual era considerada como un foco de corrupción. primero, descartó a todos los agentes que tuvieran algún grado de corrupción, eliminó de paso a probables competidores y una vez asentado en el cargo hizo un brusco giro en la forma de trabajo de inteligencia, para lo cual se rodeó de agentes leales profesionalizados. A él se debe la institucionalización y normalización de los procedimientos del FBI. Muchos de sus agentes eran, además, expertos contables, asesores legales y científicos. Además proveyó el estudio forense y tanatológico en la escena del crimen.

La Lucha contra el Crimen:

En 1917, el Congreso aprobó una resolución a favor de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos (la Enmienda XVIII) que prohibía la venta, importación, exportación, fabricación y el transporte de bebidas alcohólicas en todo el territorio de Estados Unidos. En enero de 1919 la enmienda fue ratificada por 36 de los 48 estados de la Unión, siendo susceptible de imponerse como ley federal (aplicable a todos los Estados). En octubre del mismo año, se aprobó finalmente la Ley Volstead, que implementaba la prohibición dictaminada por la Enmienda XVIII.

“Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación,” declaró el Senador Andrew Volstead, impulsor de la nueva norma, con optimismo. “El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno.”

La Ley Seca (o Prohibition, como fue denominada informalmente en EEUU) no prohibía ciertamente el consumo de alcohol, pero lo hacía muy difícil para las masas porque prohibía la manufactura, venta, y el transporte de bebidas alcohólicas (ya sea para importarlo o exportarlo). Y aunque la producción comercial de vino estaba prohibida, no fue impedida la venta de jugo de uva, que se vendía en forma de “ladrillos” semi-sólidos (llamados "bricks of wine") y era utilizada para la producción casera de vino, aunque sus fabricantes indicaran en sus envases que los clientes deberían impedir la fermentación del jugo para así no violar la ley.

El alcohol, no obstante, continuó siendo producido de forma clandestina y también importado clandestinamente de países limítrofes, provocando un auge considerable del crimen organizado. De hecho, hubo numerosos casos en donde ciudadanos compraron licor masivamente durante las últimas semanas del año 1919, antes que la ley entrase en vigor el 17 de enero de 1920, para así atender el consumo propio: si bien la ley impedía la oferta de alcohol, la demanda de éste no había desaparecido.

La persistencia de la demanda por bebidas alcohólicas estimuló la fabricación y venta de licores, que se convirtió en una importante industria clandestina; la ilegalidad de esta práctica causó que el alcohol así producido adquiriese precios elevadísimos en el mercado negro, atrayendo a éste a importantes bandas de delincuentes. Un buen ejemplo de esto fueron Al Capone (inspiración de infinidad de películas, tales como Los intocables de Eliot Ness), y otros jefes de la Mafia estadounidense que ganaron millones de dólares mediante el tráfico y la venta clandestina, expandiendo sus actividades criminales a casi todo el país, e involucrando la corrupción de numerosísimos funcionarios y policías encargados de hacer cumplir la Ley Seca.

De manera similar al mercado actual de drogas ilegales, muchos de los delitos más serios de la década de 1920, incluyendo robo y asesinato, fueron resultado directo del negocio clandestino de alcohol que operó durante la Ley Seca. El propio Capone llegó a influir directamente sobre varios barrios de la ciudad de Chicago para que se le permitiera continuar su negocio ilícito a cambio de sobornos o amenazas, mientras su banda (junto con decenas de otras) luchaban violentamente entre sí a lo largo del territorio estadounidense para controlar el muy lucrativo tráfico de alcohol.

La Ley Seca debió considerar excepciones en el caso de los médicos, que recetaban la ingestión de alcohol como tratamiento terapéutico en situaciones muy específicas o el uso religioso de vino para el rito cristiano de la eucaristía y los rituales judíos del sabbat. No obstante, estas situaciones eran demasiado excepcionales para servir como excusa a la mayoría de los consumidores de alcohol, por lo cual diversos comerciantes ilegales adulteraban el alcohol previamente destinado para usos industriales, con el fin de transformarlo en bebida; tales hechos generaron casos dramáticos de envenenamientos y dolencias posteriores como resultado de la intoxicación. Incluso un medicamento de la época basado en etanol, el "jamaica ginger", fue modificado como licor, causando también serios daños a la salud de sus consumidores, la exitosa carrera de Hoover fue posible por la lucha armada de las banda gansteriles, su victoria sobre ella propicio que pudiera al aumentar la oposición contra la Casa Blanca le permitió grandes cuotas de poder.

El fin de la Ley Seca:

Durante la década de 1920 la opinión pública dio un giro, y la gente decidió que había sido peor el remedio que la enfermedad. El consumo de alcohol no sólo subsistió, sino que ahora continuaba de forma clandestina y bajo el control de feroces mafias. En vez de resolver problemas sociales tales como la delincuencia, la Ley Seca había llevado el crimen organizado a sus niveles más elevados de actividad como nunca antes se había percibido en los EEUU. Antes de la prohibición había 4.000 reclusos en todas las prisiones federales, pero en 1932 había 26.859 presidiarios, síntoma que la delincuencia común había crecido gravemente, en vez de disminuir. El gobierno federal gastaba enormes cantidades de dinero tratando de forzar la obediencia a la Ley Seca, pero la corrupción de las autoridades locales y el rechazo de las masas a la Prohibición (demostrada por el hecho que el consumo no disminuía) hacían más impopular sostener la Ley Volstead.

El millonario John D. Rockefeller, quien había apoyado la veda en 1919, comentó inclusive en 1932: “En general ha aumentado el consumo de alcohol, se han multiplicado los bares clandestinos y ha aparecido un ejército de criminales”, declarando que su opinión había cambiado al respecto. El grave aumento de la violencia delictiva en EEUU impulsó que a partir de 1930 en la opinión pública se culpara a la Ley Seca (y no al consumo de alcohol) como causante del aumento de la criminalidad.

En 1932 el Partido Demócrata incluyó en su plataforma la intención de derogar la Ley Seca, y Franklin Roosevelt dijo que, de ser elegido presidente, derogaría las leyes que aplicaban la Ley Seca. Se estima que hacia 1932, tres cuartos de la población favorecía el fin de la veda. El Crac del 29 había estimulado a que el gobierno federal buscara nuevas fuentes de financiamiento de impuestos, mientras que otros consideraban a la industria del alcohol como un posible factor dinamizador de la deprimida economía estadounidense, además de ser capaz de generar nuevos puestos de empleo.

El 21 de marzo de 1933 Roosevelt firmó el Acta Cullen-Harrison que legalizaba la venta de cerveza que tuviera hasta 3,2% de alcohol y la venta de vino, siendo aplicable a partir del 7 de abril de ese mismo año, derogando la Ley Volstead. Meses después diversas convenciones estatales ratificaron la Enmienda XXI a la Constitución de Estados Unidos, que derogaba la Enmienda XVIII. La nueva enmienda fue ratificada el 5 de diciembre de 1933 por el Senado de EEUU.

Hoover solía colocar a agentes que se enemistaban con él, como Melvin Purvis, en puestos de localidades rurales sin necesidad de FBI. Hoover se demostró como un feroz anticomunista y antisemita, ya que perturbaban su visión autocrática del poder para ello se sirvió del sistema judicial para justificar su persecución por la oposición que ellos tenían a la estructura de poder; sobrevivió a la gestión de siete Presidentes, algunos de los cuales, muy a su pesar, no pudieron destituirle, ya que mantenía cuotas tan alta en la toma de decisiones que el Ejecutivo prefería somertese a su dictamen o ser escarmentado por un escándalo personal. En el Congreso, muchos senadores y congresistas vivían con temor a los expedientes que Hoover tenía sobre ellos, o que ellos temían que pudiera tener.

Se convirtió en el personaje más poderoso, a la par que temido, de Estados Unidos. Fue un colosal manipulador que consiguió dominar a todo un país durante casi cincuenta años desde su cargo al frente del FBI. Sobrevivió a ocho presidentes y se convirtió en un mito tan polémico como enigmático. Su peculiar percepción del mundo hizo de él un ególatra empecinado en hallarse en posesión de la verdad absoluta.

Hoover fue un visionario, que vislumbró la importancia de los medios de comunicación y supo utilizarlos en beneficio propio, creándose una biografía de héroe. Descubrió que los secretos ajenos y sobre todo la vida íntima de las personas constituían una información de incalculable valor y dedicó su existencia a hacerse con los archivos personales de todos aquellos que merecía la pena controlar. Sospechosos delincuentes, comunistas (por los que sentía particular aversión), artistas de la farándula, políticos, estrellas de Hollywood, e incluso presidentes. Nadie escapaba de sus poderosos tentáculos.

En nombre de su querida América, y revestido de un patriotismo innegable, llegó a tener más poder que el propio presidente del país. Así, durante casi medio siglo al frente de la  Agencia de Investigación Federal intervino en la historia de Estados Unidos en momentos tan decisivos como la ley seca, la caza de brujas, la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, el Movimiento de los Derechos Civiles o el escándalo Watergate.

-  Gran visionario, inventó en 1926 el archivo centralizado de huellas dactilares. El del FBI con el tiempo se convertiría en el más grande del mundo.

-  Fue el primero en contratar universitarios como agentes, incorporando a químicos, informáticos y grafólogos.
-   Durante la Guerra Civil Española las Brigadas Internacionales fueron investigadas por el FBI, concretamente la Brigada Abraham Lincoln, organizada en Estados Unidos, por la ideología comunista de sus integrantes.
-  Apoyó la producción de películas como FBI contra el imperio del crimen protagonizada por James Cagney, con quien guardaba cierto parecido.

-  Hizo investigar a Abbot y Costello, la pareja de humor más famosa de Estados Unidos en los años 50, de quienes descubireron que coleccionaban pornografía y contrataban a prostitutas.
-  Charles Chaplin y Marilyn Monroe engrosan algunos de los archivos más extensos. Ella, por su matrimonio con el “comunista” Arthur Miller y por sus relaciones amorosas con los Kennedy, eternos rivales de Hoover. Chaplin, por su supuesto comunismo.

-  Los expedientes de los archivos personales del jefe del FBI, destruidos en parte por su secretaria, contenían desde cartas manuscritas hasta grabaciones de infidelidades de tan variopintos personajes como el presidente Kennedy o Martin Luther King. Sobre el asesinato de este último en 1968, se murmuraba que había sido objeto de sonada celebración en la Agencia.

-  Frank Sinatra, cuyo archivo llegó a tener 1.275 páginas, fue un habitual objeto de investigación por sus supuestas orgías celebradas en compañía del presidente Kennedy. Ignorando la obsesión de Hoover por su persona, Sinatra se ofreció a trabajar encubiertamente para el FBI en 1950. Su propuesta, obviamente, fue rechazada. En 1964, la agencia resolvería el secuestro de su hijo.

- Tras el secuestro del bebé del famoso aviador Charles Lindbergh, considerado el crimen del siglo, Hoover se mostró descontento con el resultado de la investigación. El culpable del homicidio se declaró inocente y se impulsó la llamada Ley Lindbergh, que convirtió los secuestros en un delito federal.

Archivos desclasificados demuestran de forma concluyente que agentes del FBI informaban a Hoover con regularidad y detalle de la actividad sexual de los políticos, tanto heterosexual como homosexual. Durante la Guerra Fría (en la década del cincuenta del pasado siglo), el FBI investigó con minucia la vida de políticos, artistas y deportistas. Había información de Pablo Picasso, John Lennon, Marilyn Monroe, Elvis Presley y hasta Lucille Ball.

La Lucha contra el Klan:

En las cuatro décadas y media que siguieron a la eliminación del Ku Klux Klan, las relaciones raciales en los Estados Unidos llegaron a su punto más bajo. La década de 1890 vio el mayor número de linchamientos por racismo que ha habido en ese país, según el Instituto Tuskegee.

La Creación del Klan:

Cita de Woodrow Wilson usada en la película de D. W. Griffith: Los hombres blancos fueron provocados por un mero instinto de supervivencia...hasta que finalmente surgió un gran Ku Klux Klan, un verdadero imperio del sur, para proteger al territorio sureño. El segundo Ku Klux Klan se fundó en 1915, demostrando el recientemente descubierto poder de los medios masivos de comunicación. Ese año tuvieron lugar tres eventos íntimamente relacionados:

Se estrenó la película The Birth of a Nation (El nacimiento de una nación), de D. W. Griffith, en la cual se glorifica y mitifica al primer Ku Klux Klan. Leo Frank, un judío acusado de violar y asesinar a una joven llamada Mary Phagan, fue linchado en medio de un gran frenesí mediático.

Se fundó el segundo Ku Klux Klan, con nuevos objetivos antisemitas y antiinmigrantes. La mayoría de los fundadores pertenecían a una organización llamada "Los Caballeros de Mary Phagan". La película El nacimiento de una nación glorificaba al primer Klan, que en ese entonces era ya una memoria lejana. La película se basa en el libro y obra de teatro The Clansman ("El hombre del Clan"), así como en el libro de Thomas Dixon The Leopard's Spots ("Las manchas del leopardo"). La película generó una locura nacional por el Klan. En una función de preestreno en Los Ángeles, se contrató a actores que se disfrazaron como miembros del Klan como parte de la promoción. En algunos casos, la audiencia entusiasmada disparaba sus armas hacia la pantalla.

La popularidad e influencia de la película aumentaron cuando el historiador y presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson avaló la exactitud de la misma. Gran parte de la iconografía del Klan, incluyendo los disfraces blancos y las cruces ardientes, procede de la película, la cual se inspiraba más en el romántico concepto que Thomas Dixon tenía de la vieja Escocia que en los auténticos símbolos usados por el primer Klan.

El nacimiento de una nación incluye numerosas citas de la obra de Wilson Historia del pueblo estadounidense.33 Al ver una proyección exclusiva en la Casa Blanca el 18 de febrero de 1915, Wilson exclamó "esto es como escribir la historia con un relámpago, y lamento que todo es terriblemente verdadero". La familia de Wilson fue simpatizante de la Confederación durante la guerra civil, y en una iglesia cuidaba de los soldados confederados que habían sido heridos. Cuando Wilson era joven, se había opuesto vigorosamente a la Reconstrucción, y, como presidente, revivió las políticas de segregación racial en el gobierno federal, por primera vez desde la reconstrucción.

Dado el fuerte mensaje partisano que la película contenía, y la documentada perspectiva que Wilson poseía acerca del racismo y del Klan, es razonable interpretar sus comentarios como apoyo a la organización racista. La correspondencia que Wilson sostuvo posteriormente con el director Griffith confirma el entusiasmo del presidente por la película. Las opiniones de Wilson fueron publicadas e inmediatamente suscitaron controversia. El apoyo de Wilson hacia la película aumentó la popularidad de la misma, la cual fue un factor importante en la creación del segundo Klan.

El mismo año, el linchamiento del judío Leo Frank ocupó gran parte de la atención del público. Frank, gerente de una fábrica en Marietta, Georgia, fue acusado de crímenes sexuales y del asesinato de Mary Phagan, una niña de catorce años empleada en su fábrica. Frank fue condenado a muerte en un cuestionable juicio, donde se solicitó que ni el acusado ni su abogado defensor estuvieran presentes en el momento de anunciar el veredicto, ya que se temía que la turba que rodeaba el edificio de la corte actuara violentamente. Las apelaciones de Frank no prosperaron, pero el gobernador del estado cambió la sentencia de muerte por una de cadena perpetua. Sin embargo, la turba, autollamada Los Caballeros de Mary Phagan secuestró a Frank de la prisión donde se encontraba y lo linchó públicamente.

Muchos sureños consideraban que Frank era culpable, y para ellos había una fuerte resonancia entre el juicio y la película El nacimiento de una nación, ya que veían una analogía entre Mary Phagan y Flora, un personaje de la película. Flora era una joven virgen que se lanza de un acantilado para evitar ser violada por el personaje negro Gus, quien era descrito como un "renegado, producto de las viciosas doctrinas que los carpetbaggers esparcieron".

El juicio de Frank fue hábilmente utilizado por el político georgiano Thomas E. Watson, quien también era editor de la revista The Jeffersonian, y a la postre fue parte importante en la reorganización del Klan. El nuevo Klan fue oficialmente inaugurado en una reunión presidida por William J. Simmons, en presencia de algunos ancianos miembros del Klan original, además de miembros de los Caballeros de Mary Phagan.

Para el segundo Klan, Simmons se inspiró en la proclama original que George Gordon escribió en 1867,35 especificando como los propósitos del Klan:

Primero: proteger al débil, al inocente y al indefenso de las indignidades y ofensas de parte de los violentos y brutales proscritos de la ley; rescatar al oprimido y al lastimado; socorrer al que sufre y al desafortunado, especialmente a las viudas y huérfanos de los soldados confederados.
Segundo: proteger y defender a la Constitución de los Estados Unidos
Tercero: ayudar y auxiliar en la ejecución de todas las leyes constitucionales, protegiendo a la gente de detenciones ilegales y de juicios que no sean por sus pares y de conformidad con las leyes del territorio.

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