jueves, 13 de noviembre de 2014

La Gloria o la Muerte. Por Kelder Toti. Parte II



 La Gloria o la Muerte.
    
                                         Por Kelder Toti.
                                               Parte II.

El Patrón Oro en la Historia Económica:

Aunque existieron muchas ocasiones a lo largo de la historia en que el oro fue dinero, cuando hablamos del patrón oro nos estamos refiriendo al imperio de este sistema que tuvo lugar en occidente durante el siglo XIX y que tuvo su apogeo entre 1872 y 1914. De ahí la importancia de adoptar el respaldo del dólar con títulos de deuda extranjera con activos tangibles, moneda extranjera, materiales estratégicos (Coltrán, Aluminio, Cobre, Estaño, petróleo, gasolina, diesel y Niquel), oro, plata y platino. Que permita el cambio del dólar por su equivalente en el patrón de cambio, las economías mundiales se dividen entre las economía de papel y las que se valorizan con los comodytis, las últimas están acabando con las primera, esto sólo se nota en las épocas de recesión cuando adquieren activos de las economías de papel.


Algunos historiadores fijan la aparición del patrón oro en Inglaterra, cuando Sir Isaac Newton, en 1717 incluyó, en un ensayo sobre el sistema monetario, una proporción de oro a plata que definía una relación entre las monedas de oro y el penique de plata que iba a ser la unidad de cuenta estándar en la Ley de la Reina Ana de Gran Bretaña. De todas formas, es más comúnmente aceptado que un verdadero patrón oro requiere que haya una fuente de billetes y moneda de curso legal, y que esa fuente esté respaldada por la convertibilidad al oro, en nuestro caso por los comoditys. Dado que ese no era el caso durante el siglo XVIII, el punto de vista generalmente aceptado es que Inglaterra no estaba bajo el patrón oro en ese momento.

La adopción internacional del sistema fue gradual, y aportó una gran estabilidad a la situación financiera mundial debido a que proporcionaba una inflación insignificante y un tipo de cambio fijo que era una bendición para el comercio internacional, que es lo que busca el patrón que expongo, ya que es un intento de volver a la mesura contable. En ese clima de tranquilidad, la prosperidad generalizada es casi inevitable, y así se mantuvo durante el siglo XIX, desde las Guerras Napoleónicas hasta la Primera Guerra Mundial.

Implantación Internacional:


En el siglo XIX, muchos países tenían un patrón bimetálico. Gran Bretaña tenía un patrón desde principios de siglo mientras que el Imperio austrohúngaro, el Imperio ruso, Escandinavia y el Lejano Oriente tenían patrón plata.

Durante el tercer cuarto del siglo XIX, el sistema bimetálico se vio sometido a crecientes presiones. Portugal que tenía fuertes relaciones comerciales con Gran Bretaña adoptó el patrón oro en 1854. Además, el continente europeo tenía problemas para gestionar el patrón bimetálico. El crecimiento de las transacciones internacionales y la reducción de los costes de transporte provocaron el aumento de la circulación de monedas extranjeras en muchos países. La mayoría de ellas ya eran monedas fiduciarias.

Italia empezó a emitir monedas de pequeña denominación de 0,835 de ley. Como las monedas francesas eran más valiosas —0,9 de ley—, los individuos intercambiaban monedas italianas y guardaban las francesas. Francia redujo la ley de sus monedas a 0,835. Entonces Suiza redujo la ley de sus monedas a 0,8. Conscientes de su interdependencia se reunieron estos países y Bélgica en 1865, acordando acuñar monedas de 0,835 de ley. El estallido de la guerra franco-prusiana obligó a Francia, Rusia, Italia y al Imperio austrohúngaro a suspender la convertibilidad.

En 1871, al acabar la guerra franco-prusiana, Alemania se pasó al patrón oro, al abolir la acuñación ilimitada de plata. Con la indemnización de 5.000 millones de francos que Francia debía pagar, Alemania acuñó monedas de oro y vendió plata a cambio de oro en los mercados mundiales. La liquidación de plata por parte de Alemania, unida al descubrimiento de nuevas minas de plata en Nevada y otros lugares durante la década de 1850, provocaron la reducción de su precio y obligaron a otros países a admitir las importaciones inflacionarias de plata o a abandonar el bimetalismo en favor del patrón oro.

Al adoptar Gran Bretaña y Alemania el patrón oro, las externalidades de red llevaron a los otros países a seguir su camino. Dinamarca, Holanda, Noruega, Suecia y los países de la Unión Monetaria Latina se sumaron al patrón oro. A finales del siglo XIX España era el único país europeo que seguía teniendo papel inconvertible.

Funcionamiento del sistema:

La existencia del patrón oro puro no provoca inflación, solo la relajación en su convertibilidad y la posibilidad de que los bancos operen con reserva de caja fraccionaria la produce, al aumentar la masa monetaria en relación con los bienes disponibles —teoría cuantitativa del dinero—. En EE.UU., donde la agricultura y los dueños de minas de plata presionaban, se celebró una conferencia en 1878 para volver al bimetalismo. La oposición de Gran Bretaña y Alemania, que no asistió, frustró el intento.

A comienzos del siglo XX, todo el sistema internacional se basaba en el oro. Sin embargo, sólo Inglaterra, Alemania, Francia y EE. UU. Mantenían un patrón oro puro. Circulaban monedas de oro papel — billetes y monedas fraccionarias que podían cambiarse por el oro que poseían los Bancos Centrales en sus cajas fuertes o en sus tesoros nacionales. Aun así, en Francia había un patrón oro «renqueante», ya que aunque no se acuñaba plata libremente, ésta seguía siendo de curso legal. Además, los residentes y los extranjeros podían convertir los billetes del Banco de Francia en monedas de oro o de plata a criterio de las autoridades. En Holanda, Bélgica y Suiza la convertibilidad la decidían las autoridades.

Además, existían otros mecanismos para fomentar la entrada de oro y dificultar su salida. Los Bancos Centrales concedían créditos libres de intereses a los importadores de oro. Podían reducir los incentivos para comprar oro cambiando billetes sólo en la oficina central. Podían elevar el precio de compraventa de barras de oro o cambiar billetes sólo por monedas de oro desgastadas. En EE. UU., el patrón estuvo limitado hasta 1900, porque las leyes obligaban al Banco central a comprar plata, en estos momentos se podría para reanimar la economía al  adquirir la producción local de: plata, oro, platino, aluminio, titanio, hierro, plomo, zinc, mercurio, wolframio, amianto, cadmio, bauxita, estaño, manganeso, cobalto, cromo, níquel, titanio y vanadio. El Congreso 1900 se aprobó la Ley de patrón oro, que establecía que el dólar contenía 25,8 granos de oro y 0,9 de ley y no se preveía la acuñación o compra de plata.

En otros países, el dinero consistía en plata, papel oro y monedas fiduciarias, pero el Banco Central se comprometía a convertir su dinero en oro a un precio a la vista, lo que le permitía controlar el cambio, y defenderlo si era necesario. Los Bancos centrales, a excepción del Riksbank sueco, el Banco de Finlandia y el Banco Estatal ruso, eran por entonces entidades privadas, que a cambio del derecho a emitir billetes, prestaban servicios al gobierno tanto en asesoría como prestamistas. La Bank Charter Act inglesa, por la que se guiaron la mayoría de las legislaciones, establecía la coexistencia de dos departamentos independientes de emisión y banca.

La composición de las reservas internacionales variaba de un país a otro. La libra esterlina era la principal moneda de divisas y al final el período representaba el 40% de las reservas totales de divisas del Mundo. La cantidad de reservas que debía tener un Banco Central variaba de un país a otro, y dependía del tipo de cambio que tuviera. En los países que tenían sistemas fiduciarios, el banco estaba autorizado a emitir una cantidad de monedas no respaldadas por oro, que podía ser inflacionario.

Los países con sistemas proporcionales no podían tener unas reservas inferiores a una determinada proporción de dinero en circulación. Además, había países con sistemas híbridos. Aun así, en todos los sistemas, y bajo ciertos supuestos, estas normas podían incumplirse.

La formalización del mecanismo del patrón oro es el modelo de los flujos de oro y los precios de David Hume. A partir de un mundo donde sólo circulaban monedas de oro y donde el papel de los bancos centrales era insignificante. Cada vez que se exportaba, el exportador recibía oro, que llevaba a la casa de la moneda para que lo acuñase. En los países con déficit comercial, si bajaba la cantidad de dinero en circulación, sus precios bajaban. Lo contrario sucedía en los países con superávit. Por lo tanto, el flujo de oro alteraba los precios relativos.

Posteriormente, en los modelos se incluirían los bancos centrales. Estos usaban los tipos de descuento para variar la oferta monetaria. Sin embargo, cuando se hicieron estudios empíricos se descubrió que esto no ocurría. Uno de los motivos era que si el tipo de descuento era superior al de interés, podía quedarse sin actividad.

Además, la subida de tipo de interés para frenar las salidas de oro podía deprimir la economía. Por último, la subida de los tipos de interés incrementaba el coste de pagar la deuda para el estado. Sin embargo, el equilibrio se mantenía. Ello se debía a que no había ninguna duda de que los países intentarían mantener la vinculación de su moneda al patrón. Los otros objetivos estaban subordinados a éste.

Cuando las monedas fluctuaban, los inversores reaccionaban de manera estabilizadora. Si el tipo de cambio bajaba acercándose al punto de exportación de oro, el banco central perdía divisas. Entonces entraban los inversores previendo el beneficio que tendrían al intentar el banco central fortalecer el tipo de cambio. Como el capital entraba en grandes cantidades, el tipo de cambio subía solo, haciendo innecesaria la intervención del banco central.

Los Bancos Centrales del mundo seguían al Banco de Inglaterra. Los Bancos Centrales coordinaban los ajustes de las condiciones crediticias mundiales. Esto podía ser complicado en épocas de recesión siendo a veces necesario que los bancos centrales extranjeros tomaran medidas para ayudar al que se encontraba en dificultades. Incluso podía recurrir a las reservas de otros países que tuvieran patrón oro como auxilio financiero antiinflacionaria, que resultaba más llevadero que los préstamos del FMI.

Sin embargo, en la periferia, donde no se amenazaba la estabilidad del sistema, los Bancos centrales europeos eran los menos proclives a ayudar. De hecho, algunos países incluso carecían de Banco central. En EE.UU., la Reserva Federal se creó en 1913. Muchos países de Latinoamérica no lo harían hasta el decenio de 1920.

Había otros factores, como la inestabilidad de los países productores de materias primas. Al estar especializados en un reducido número de bienes, su relación real de intercambio podía sufrir grandes oscilaciones. A esto se le unía que las perturbaciones de cuenta corriente y capital se producían al unísono.

Finalmente, hay que tener en cuenta las presiones ejercidas por la población, sobre todo en EE.UU. El sufragio universal masculino aumentó la influencia del pequeño campesino, crítico con la inflación. Con el apoyo de la minería de plata lograron durante un breve período que se pudieran emitir monedas de plata —Sherman Silver Purchase Act—. No obstante, la huida de capitales provocó que se derogara esa ley el 1 de noviembre de 1893. Finalmente, los descubrimientos de oro en Australia, Sudáfrica y Alaska provocaron la subida de los precios.

El patrón oro fue el mecanismo por el que se reguló el sistema monetario internacional entre 1870 y 1913. Hay razones para pensar que este equilibrio no se hubiera mantenido durante mucho más tiempo. El declive relativo de Gran Bretaña, al ser sustituido por EE. UU. como primera economía del mundo, unido a la extensión del sufragio universal, hacía complicado seguir con el sistema vigente hasta entonces, y la razón principal es que el patrón oro era un corsé muy estrecho para ejercitar el control que todo gobierno impone sobre su moneda.

Patrón cambio Oro:

Durante la primera guerra mundial, los estados beligerantes mantuvieron «aparentemente» el patrón oro, pero el sistema monetario se desplomó. En Gran Bretaña, eje del sistema y potencia hegemónica de la época, la sensación de preocupación por el futuro aumentó. En enero de 1918 se creó un comité específico con el objetivo de proponer políticas apropiadas para la transición de la posguerra. Éste ha sido conocido como la Comisión Cunliffe. Su informe recomendaba a Inglaterra la restauración del Patrón Oro y describía su funcionamiento en términos del mecanismo de precios y flujos de dinero. Además, incorporaba el rol de las tasas de interés y los movimientos de capital. Uno de los pocos críticos manifiestos con esta resolución fue el economista inglés John Maynard Keynes.


En Europa hubo voces que se plantearon el rediseño del sistema monetario. Ello era debido a los considerables problemas que implicaba esa reimplantación. En la base de los mismos se encontraba en hecho que la inflación bélica hubiera provocado una disminución de la capacidad de compra de las monedas (lo que implicaría una devaluación); y además, que ésta hubiera sido distinta entre los países, por lo que sus tipos de cambio deberían modificarse. Esas dificultades son las que permiten que, por primera vez, se celebren reuniones internacionales en aras a la coordinación de las actuaciones nacionales, siendo las conferencias de Bruselas en 1920 y de Génova en 1922, una muestra de ello.

En la conferencia de Génova, se consagró un sistema diferente: el Patrón Cambio Oro ('Gold Exchange Standard'), que se había comenzado a utilizar a partir de 1918. Así, la moneda de cada país ya no estaba vinculada directamente al oro, sino a una moneda central definida y convertible en dicho metal. A partir de entonces, hubo dos monedas convertibles en oro, la libra esterlina y el dólar, que fueron las que posibilitaron y ampliaron la base de los intercambios internacionales. En consecuencia, ante ciertas dificultades las organizaciones habían decidido crear unas nuevas instituciones que les permitieran un mejor funcionamiento.

La nueva institución era que las reservas de los países miembros no tuvieran que ser en metálico (que escaseaba) sino en una combinación de las dos monedas que sí estarían respaldadas por el oro: la libra y el dólar. Sin embargo, la resolución de un problema conducía a otro; el peligro del Patrón de Cambios Oro radicaba en que la transmisión internacional de una crisis podría hacerse de manera más rápida, fulminante y peligrosa que con el Patrón Oro puro, debido como se ha analizado anteriormente, al rol multiplicador de la proporcionalidad.

Hay varias explicaciones de la voluntad de los gobiernos de esa época para volver al patrón oro. En primer lugar, se podrían elaborar argumentos objetivos. Éstos se centrarían en elementos que habrían permitido el gran crecimiento durante la belle époque. Serían aspectos relacionados con la estabilidad del sistema. Por esta razón, la adopción de paridades distintas de las de preguerra implicaba una devaluación, y también significaba reconocer la no flexibilidad de precios y salarios a la baja. Además, la peligrosidad de la devaluación estribaba en aspectos relacionados con la moralidad y el crédito. El primero relacionado con la competencia desleal, el segundo con la carga de los intereses.

En abril de 1925, Churchill fue el primero en decidir fijar la paridad de la moneda (3 libras y 17 chelines la onza de oro). La decisión fue tomada el 20 de marzo y anunciada al Parlamento en 25 de abril. El 14 de mayo adquirió carácter oficial con la firma del Rey. La Ley del Patrón Oro de 1925 no restauró por completo todas las viejas instituciones. Por ejemplo, los billetes siguieron siendo de curso legal, pero ya no eran convertibles en monedas de oro en el Banco.

Eso a pesar que Keynes había señalado pocos meses antes que un retorno al oro representaría una medida peligrosa porque colocaría a la Gran Bretaña de la posguerra a merced de las autoridades de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Este argumento no constituía un problema a corto plazo, porque tanto las condiciones económicas como la política norteamericana iban a la par. Sin embargo, a principios de 1928, las organizaciones internas estaban adquiriendo ya prioridad sobre las internacionales, puesto que las autoridades observaban, con creciente preocupación, el empuje arrollador de un mercado de Wall Street en alza.

En este contexto, la preocupación creciente de las economías por sus problemas internos hace que intenten evitar los problemas derivados de los equilibrios externos cerrando sus economías al exterior. Especialmente problemático fue el abandono del patrón oro por parte de Inglaterra en 1931, puesto que el sistema entero sufre la crisis, cuando el gobierno de Inglaterra, el país central, abdicó de sus obligaciones como detentador de la moneda ancla para resolver problemas o conflictos internos. Es decir, las instituciones se quedaban sin alguien capaz de imponer su cumplimiento. Todo eso desembocó en la crisis de los años treinta: contracción económica, pesimismo generalizado, estancamiento industrial y agrario, desempleo masivo, auge del extremismo político y el inicio de la II Guerra Mundial.

El fin del Patrón Oro:

Existen muchas teorías sobre la desaparición del Patrón de Cambio Oro y, en definitiva, del Patrón Oro. Una explicación consiste en afirmar que el derrumbe de las instituciones implicó el fin del sistema. Las especiales instituciones de la época provocaron no sólo que el sistema se viniera abajo, sino que se transmitiera la deflación y la depresión a todo el mundo. El final del sistema del Patrón Oro se debió, en parte, al abandono de las instituciones y a la falta de organizaciones capaces de imponer su cumplimiento y de realizar el ajuste que la economía mundial necesitaba, por ello se tiene que crear instituciones que vigile la reserva de comodytis.

Los países «periféricos» estaban obligados a operar con las reglas del Patrón Oro, pero sin cooperación de los Bancos Centrales del «centro». Este hecho implicaba que los costes de funcionamiento para dichos países fueran mucho mayores. Por esa razón, iniciaron el uso de las monedas reserva. Pero ello provocaba que si en los momentos de crisis los países del centro no apoyaban a los periféricos, estos no tenían más opción que sufrir las consecuencias o salirse del sistema. Ésta es la disyuntiva a la que se enfrentaron los países a partir de 1929.

Esa utilización de las monedas reservas les da credibilidad y confianza. Ésta última era insuficiente, como fue el caso para el dólar en la década de 1960. A diferencia de la credibilidad, la confianza es algo más objetivo, en el sentido de que se pueden medir las reservas de los bancos centrales y conocer el grado de respaldo; mientras que la credibilidad es algo más abstracto, más en el terreno de la fe; y por tanto de las instituciones. Los países de moneda clave se vieron obligados a adoptar medidas deflacionistas como consecuencia de esas retiradas durante la crisis de los años treinta.

Otra de las modificaciones fue la ausencia de un liderazgo hegemónico. Esto no significa que no existiera ningún país con suficiente poder económico en el mundo. Al contrario, seguramente el problema es que había en 1929, como mínimo, dos: Gran Bretaña y Estados Unidos. No obstante, ninguno de los dos se encontraba en su momento más álgido. Gran Bretaña iniciaba su decadencia como potencia mundial mientras Estados Unidos empezaba su ascensión. Este hecho, junto a la especial configuración de la estructura económica de principios del siglo XX, implicaba que no había un director de orquesta del sistema internacional.
El Nuevo Patrón Oro: Los Comoditiess:

La mercancía (en inglés, commodity) en economía es cualquier producto destinado a uso comercial. Al hablar de mercancía, generalmente se hace énfasis en productos genéricos, básicos y sin mayor diferenciación entre sus variedades.

El significado tradicional de bienes de consumo se refiere originalmente a materias primas a granel. Se trata de productos cuyo valor viene dado por el derecho del propietario a comerciar con ellos, no por el derecho a usarlos. Un ejemplo de bien de consumo es el trigo ya que, basándose en una calidad mínima estándar, no se hace diferencia entre el trigo producido en una granja o en otra. Otros ejemplos son la electricidad o el petróleo o la banda ancha en Internet; aunque este concepto incluye también productos semielaborados que sirven como base para procesos industriales más complejos. Ejemplo: los bienes de consumo que exporta Chile son el cobre y la celulosa, los que exporta Argentina son la soja y la carne vacuna.

sólo bienes durables producidos o extraídos localmente pueden ser comodities como sustituto del Patrón Oro.

Productos financieros.

Con el crecimiento de las bolsas de materias primas de alcance mundial, se desarrollaron nuevos conceptos del término mercancía. La definición legal utilizada en los Estados Unidos según la cual un "commodity" es todo aquello que sea subyacente en un contrato de futuros de una bolsa de productos establecida, amplió el concepto para que mediante éste, prácticamente cualquier cosa pueda ser un bien de consumo.

Hoy en día son considerados como artículos de consumo muchos activos financieros siempre y cuando no sean considerados como "valores", tales como las divisas, las tasas de interés o de referencia, los índices bursátiles, etc. 

¿Qué son los Commodities?.

Estos bienes que conforman las materias primas esenciales de nuestra economía y del mundo, constituyen una alternativa más de inversión para distintos perfiles de inversionistas, estos pueden ser Estados. 

Si tuviésemos que hacer una traducción literal del término proveniente del Inglés “commodity”, diríamos que se trata simplemente de un “artículo” cualquiera. Ciertamente esta definición tan amplia no resulta del todo satisfactoria a la hora de entender exactamente a qué tipo de bienes nos estamos refiriendo cuando mencionamos este término. Entenderemos por commodities, simplemente materias primas brutas que han sufrido procesos de transformación muy pequeños o insignificantes, aunque sería conveniente que fueran durable, de alta cotización y de producción local preferentemente. En los mercados financieros internacionales, estos se clasifican en los siguientes grupos básicos: Metales (oro, plata, cobre), Energía (petróleo, gas natural, gasolina y diesel), Alimentos e insumos, Ganado y Granos  (azúcar, algodón, cocoa, café,  maíz, trigo, garbanzos, porotos, cerdo y vacuno; que no pueden ser utilizados como reserva). .

Esta definición nos permite encontrar una característica muy relevante de este tipo de bienes. Se trata de productos muy homogéneos, es decir, muy similares entre sí. Pensemos en un commodity muy conocido por todos; me refiero al oro. Todos sabemos qué es el oro, en qué consiste y que su calidad (si está en bruto) no debiera variar significativamente si este se encuentra en un lugar o en otro. Por ello, su precio tampoco debiera reflejar diferencias significativas. Esto es tan así que de hecho existe un único precio para los commodities a nivel internacional. Por ejemplo, si hoy observamos que el precio del oro está en US$ 273,3 por 100 oz, este sería el precio con el que cualquier comprador o vendedor debiera operar. Algunas pequeñas diferencias, podrían ser el reflejo de costos de transacción, intermediación y transporte (incluido seguros).

Ahora que sabemos en qué consisten los commodities, ¿conviene incorporarlos dentro de un portfolio de inversiones? Lo primero que habría que precisar es que si nosotros creemos que el precio de un cierto commodity va a subir en el futuro, tal vez sería una buena decisión incorporar este producto dentro de nuestras reservas, dado que si por ejemplo hoy pagamos un precio de $5 por un commodity y mañana este precio sube a $ 7,5, habríamos materializado un retorno del 50%. Este retorno es lo que se denomina ganancia de capital, es decir, ¿de qué manera se incrementó el valor del capital invertido? No obstante lo anterior, algunos commodities presentan altos costos de almacenaje o incluso pueden ser perecibles, lo que virtualmente imposibilita su incorporación dentro de la Reserva. Por ejemplo, si a usted se le propone mantener carne de vacuno en su Reserva porque cree que en el futuro el precio de este commodity va a subir, debe considerar que este producto requiere de condiciones de refrigeración muy especiales y embalaje adecuado de manera de que el contenido no se deteriore. Ello resultará altamente costoso y sin mencionar el estado de descomposición que el producto podría alcanzar en caso de dejar pasar un tiempo excesivo.

Alternativamente, existen commodities que presentan menores costos de almacenaje y que no son perecibles, estos son los recomendados como alternativos al patrón oro, plata y platino. Tal vez los primeros en el ranking sean los metales preciosos, tales como el oro o la plata. De hecho, es muy común observar este tipo de commodities dentro de los portfolios de inversión favoritos de grandes y pequeños inversionistas.

Ahora bien, ¿cuándo conviene comprar y vender este tipo de activos? Estimados lectores, hay una cosa que he aprendido en estos años dedicado al mundo de la economía y finanzas y es que no existen recetas. Cuando lean o escuchen a alguien proponer un método infalible para ganar dinero, sospechen inmediatamente: ¡Algo anda mal!

Cuando la economía mundial está en plena expansión, es decir, cuando se espera que en promedio en el mundo la riqueza real tiende a incrementarse, podría ser un buen momento para adquirir commodities y mantenerlos en un portfolio de reserva para poder influir en el mercado global, ya que Estados Unidos es un exportador principalmente de materias primas. La razón de esto está en el crecimiento de los países emergentes. Estos son los grandes compradores de materias primas (commodities) que utilizan como insumos para la elaboración de productos de mayor valor agregado. Si el mundo tiende a ser más rico, es porque tiende a demandar más productos elaborados y, en consecuencia, se demandan mayores insumos para la fabricación de dichos productos, que se puede solucionar con autarquía, el reciclaje masivo y el desuso de obsolecencia planificada, habrá obtenido una ganancia de capital.

No es menos cierto que lo contrario también podría ocurrir. Cuando la economía mundial tiende a frenarse, disminuye la demanda por commodities ya que se prevé una menor demanda por productos elaborados. Ello tendría como consecuencia una disminución en los precios de estas materias primas. Cuando esto ocurre, es un buen momento para vender. Economía.

La autarquía es el sistema económico según el cual una nación debe ser capaz de abastecerse a sí misma y subvenir a todas sus necesidades con un mínimo de intercambio comercial con el exterior y rechazando las capitales extranjeras, esto se logra con la inversión en tecnología . La autarquía es el sinónimo de economía cerrada al comercio exterior o al mercado global, que no es el caso de los Estados Unidos,  lo que conlleva establecer restricciones al intercambio entre individuos de distintos sitios, lo preferible es desarrollar al máximo los comodities locales a expensa de los importados sin caer en los excesos lo que permitirá una balanza comercial favorable..

Autarquía permanente o pasajera, según sea debida o no a algún elemento como una guerra que obliga a un comportamiento de este tipo.
Autarquía absoluta o relativa. En el primero de los casos, mucho más extremo, no se mantiene ninguna relación con el exterior.

Recuerden lo ocurrido con la crisis asiática. Apenas esta surgió hacia fines de 1997, el precio de numerosos commodities comenzó a disminuir, incluyendo lamentablemente nuestro preciado petróleo. No obstante, la tendencia contraria se observa en estos días en que el mundo ya se encuentra creciendo a tasas más normales. 

Según Robert Gordon, los seis principales problemas que obstaculizarían la progresión económica de EE.UU. Problemas Macroeconómico son:

El así llamado "dividendo demográfico" en EE.UU. -la inclusión de las mujeres en la fuerza laboral entre los años 1965 y 1990- fue un hecho aislado y sencillo. Ahora la demografía trabaja en contra de la economía: los nacidos durante el periodo del "baby boom" después de la Segunda Guerra Mundial se jubilan, y ellos aún están inscritos en la población, pero ya están fuera de la fuerza laboral, esto se puede corregir aumentando el nivel de robotización y automatización, que podrá elevar el nivel de productividad pudiendo competir con la mano de obra barata de Asia.

El segundo obstáculo a considerar es el estancamiento en los logros de la esfera de la educación. EE.UU. se desliza por una pendiente en las clasificaciones internacionales concerniente al porcentaje de su población de una edad determinada que ha completado la educación superior. El problema es convertir a los The Hight School en centro de formación técnica que permita al egresado entrar en el mercado laboral como obrero de cuello azul en el mejor de los casos o de cuello blanco en el peor de las circunstancias, facilitando a los graduando becas, que podrán pagar al graduarse del Estado federal o de los bancos, que le permitirá entrar en la universidad o institutos técnicos.

La enseñanza de The Hight School debe ser reformada, ya que es una de las causantes de las "tensiones urbanas" y el atraso de los Estados Unidos,  será  una decisión de la comunidad escolar, municipal y federal se podrá corregir un sistema educativo que no educa para el trabajo. Al comenzar  el nivel secundario, los alumnos The Hight School deben comenzar un aprendizaje profesional en una escuela profesional o de oficios. Los alumnos asisten a un Instituto Técnico pagado por el Sector Privado por lo general la asistencia no debe ser mayor de dos a tres veces por semana, cuando no estén recibiendo clase en la escuela,  y el resto de los días trabajarán en una empresa, en las horas que no asistan The Hihgt School. Esto es lo que se conoce como un sistema dual, que deberá implementarse de manera gradual.

El concepto  es que los escolares aprendan no solamente teoría, sino también la práctica de la profesión escogida. Sin embargo, es preciso añadir que solamente se puede realizar el sistema dual después de que el alumno haya sido aceptado por la empresa si éste no reúne las condiciones o no tiene la disciplina puede ser rechazado por la misma. Durante el aprendizaje, el escolar se encuentra registrado en la Cámara de Comercio e Industrias del Municipio y Estado,  y recibe un salario de la empresa donde trabaja no menor al salario mínimo por hora. Después de aprobar con éxito los exámenes de la  The Hight School, el aprendiz recibe un certificado y está listo para empezar su vida laboral. El aprendizaje puede ser del sector: primario, secundario o terciario,  tiene una duración no menor de tres años.

La riqueza de las Naciones está en proporción al inventario en metales preciosos y comodytis, que la nación posea, ya que su capacidad de trabajo está en declinación por la agresiva política exportadora de los Super Estados (CEE, India, Brasil y China), que busca como fin principal conciliar su crecimiento limitando el crecimiento de las naciones, absorbiendo sus riquezas con una balanza de pago que posea un gran superávit.

La actividad económica y tasa crecimiento de USA depende de los siguientes factores reales: la cantidad de trabajo, los recursos naturales, bienes de capital, estructura institucional, cantidad de dinero con respaldo, producción de bienes agrícolas e industriales y productividad.

En la actualidad, el crecimiento económico de Estados Unidos solo conduce a una mayor desigualdad, ya que favorece a los billonarios, se tiene que hacer comprender a éste grupo de personas que a mediano plazo se debe aumentar la recaudación como forma de sostener su propio crecimiento, y no con dádivas que lo que hacen es aumentar el resentimiento social, se tiene que acordar con ellos el progresivo aumento de la tributación o un mayor aumento en la inversión para generar mayor cantidad de empleo bien remunerados, permitiendo en las mesas de trabajo la participación de los Sindicatos, ésta medida hará que la masa trabajadora acepte de buen grado los acuerdos alcanzados.

De 1993 a 2008, el crecimiento medio de ingresos reales en los hogares en Estados Unidos fue del 1,3% anual. Sin embargo para el 99%, el crecimiento fue solo del 0,75%, lo que representa una diferencia del 0,55% anual. El 1% captó plenamente el 52% de los ingresos durante este período de 15 años. Así según Forbes, los 400 estadounidenses más ricos tienen más riqueza que los 150 millones de estadounidenses más pobres juntos, lo que provocó la indignación del movimiento Ocupa Wall Street, que puede extenderse a otras ciudades de "no tomar decisiones difíciles".

La mano de obra barata extranjera compite con la mano de obra estadounidense no solo a través de la subcontratación, sino también a través de las importaciones, al mejorar la formación para el trabajo de The Hihg School podrán competir con la mano de obra barata de Asia. Y estas importaciones en los países emergentes combinan salarios más bajos junto a una creciente capacidad tecnológica, esto se puede remediar en el corto plazo con barrera arancelaria que haga que los productos americanos en una primera fase sean más económico en un 15 a 20%, en una segunda fase se implementa técnicas de fabricación que haga que los de mejor calidad de los bienes made in USA que los asiático desechando,  el concepto de obsolecencia planificada, y en una tercera etapa se implementa la robotización y automatización masiva tanto de los bienes duraderos como no duraderos.

En materia medio ambiental se gastan mayores recursos. En muchos sentidos, el costo de la restauración de la naturaleza es un pago por su destrucción, la que conducirá a un rápido crecimiento en los últimos años, de ahí la importancia de promover el uso de la energía eólica, geotérmica, solar y nuclear como manera de evitar la destrucción de la flora y fauna por la explotación petrolera, explotación minera por el carbón, tratar las aguas residuales, evitar la salinización de los suelos, que deterioraría la productividad por hectárea y la emisión de gases de Dioxido de Carbono o Acido Sulfurico a la atmosfera.

La asfixiante deuda de EE.UU. no le otorga posibilidades para avanzar en el crecimiento de su aparato productivo, de ahí la importancia de concentrarse en el país, y no exponerse a conflictos  que solo desvían la mirada del objetivo principal. Ya en el 2007, los hogares estadounidenses sufrieron una carga sin precedentes de la deuda que equivalía al 133 % de la renta disponible. La deuda pública era manejable, pero desde entonces ha empezado a explotar, al carecer de formas de pagos que no sea la impresión de dinero inorgánica.

Su nivel actual ascendió a casi 16.000 billones de dólares, el nivel de endeudamiento tiene que ser recortado al máximo revisando los subsidios (que no tengan un fuerte impacto social), recortando gastos en defensa, recortando los gastos de la alta burocracia, elevando algunos impuestos en 1 al 1,5%, atrayendo inversión nacional huida al extranjero )Paraísos Fiscales);  entre otras cosas. Toda tipo de deuda contraída sería para aumentar la capacidad industrial, energética y agrícola de los Estados Unidos.

Crisis económica de 2008-2014

La Gran Recesión se conoce a la crisis económica mundial que comenzó en el año 2008, y fue originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis se encuentra la desregulación económica, los altos precios de las materias primas debido a una elevada inflación, la sobrevalorización de los  productos, crisis alimentaria por el elevado costo del combustible, y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados.

La crisis iniciada en 2008 ha sido señalada por muchos especialistas internacionales como la «crisis de los países desarrollados», ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo, ya que no poseen los mecanismos para corregir las deficiencias de la crisis económica.

Elevados precios de las materias primas.

La década de los años 2000 fue testigo del incremento de los precios de las materias primas tras su abaratamiento en el período 1980-2000. Pero en 2008, el incremento de los precios de estas materias primas —particularmente, del precio del petróleo (gasolina y diesel, y de la comida) — aumentó tanto que comenzó a causar verdaderos daños económicos, amenazando con problemas sociales en los países que se encuentran en vías de desarrollo, la estanflación y el estancamiento.

En enero de 2008, el precio del petróleo superó los US$ 100/barril por primera vez en su historia,  y alcanzó los US$ 147/barril en julio  debido a fenómenos especulativos de la alta volatilidad que condujeron a un fuerte descenso durante el mes de agosto.

Otro tanto sucedió con uno de los principales metales industriales, el cobre, que venía experimentando un vertiginoso aumento en su cotización desde 2003, principalmente por la cada vez mayor demanda de las nuevas potencias emergentes, como China e India, sumada a otros factores como inventarios decrecientes y conflictividad laboral en las minas cupríferas de Chile, el primer país exportador a nivel mundial del mineral.

En enero de 2008, la cotización del cobre en la London Metal Exchange (Bolsa de Metales de Londres) superó por primera vez en su historia los US$ 8.000 la tonelada.  A principios del mes de julio alcanzó US$ 8.940 la tonelada, récord absoluto desde que se tienen registros de su cotización en la LME, a partir de 1979. Este valor a niveles históricos fue un 272,5% mayor que el antiguo récord absoluto de US$ 3.280 la tonelada registrado el 24 de enero de 1989 —sin ajuste por inflación—.

Luego de este máximo y en línea con la conducta del petróleo, la cotización del cobre registró una abrupta caída de más del 50% desde el récord de julio (a octubre de 2008)  en un marco de volatilidad nunca antes visto. Materiales esenciales en la producción, como el ácido sulfúrico y la soda cáustica vieron también incrementados sus precios hasta un 600%.

La crisis se extendió rápidamente por los países desarrollados de todo el mundo. Japón, por ejemplo, sufrió una contracción del -0,6% en el segundo trimestre de 2008. Australia y Nueva Zelanda también sufrieron contracciones. Cabe destacar que es cada vez mayor la preocupación sobre el futuro de los países con economías pujantes y emergentes, tal como lo es  China e India en Asia; Argentina, Brasil y México en América y Sudáfrica en el continente africano, cada uno de ellos líderes en sus regiones y, también afectados por la actual crisis económica.

En el primer trimestre de 2009, los índices bursátiles de las bolsas de Estados Unidos y Europa fueron superadas por las de países emergentes como China y Brasil. Brasil y Rusia aumentaron sus índices en un 9% de moneda local; el índice de India pasó a ser positivo y el índice compuesto de Shanghái, en China, aumentó un 30%, lo cual se justificó por la fortaleza y estabilización de los sectores financieros de dichos mercados y por la búsqueda de inversiones de riesgo. Una cronología de eventos que testimonian la extensión es la siguiente:

Los flujos bajaron de US$ 1,2 billones (2007) a US$ 707.000 millones (2008) y se espera que bajen a US$ 363.000 millones para el 2009. En abril de 2009 se informa de que como consecuencia de la crisis y el desempleo, el mundo árabe debe considerarse una «bomba de tiempo». Asimismo, se informa que Egipto temía por el regreso de 500.000 trabajadores de países del Golfo.

En marzo de 2009 se informó que, a raíz de la crisis, el mundo árabe perdió 3 mil millones de dólares. A raíz de la crisis el Banco Mundial preveía un año duro en 2009 en muchos países árabes. El deterioro de las condiciones económicas favoreció el surgimiento de movimientos de protesta masivos en el Norte de África y Oriente Medio, particularmente en Túnez, Libia, Egipto y Siria. En los tres primeros se derrocó a los gobiernos autocráticos aliados tradicionales de occidente. En septiembre de 2009 se informa que los bancos árabes han perdido casi $ 4 mil millones desde el inicio de la crisis financiera mundial.

Inflación global, deflación global.

En febrero de 2008, Reuters informó que la inflación había subido a niveles históricos por todo el mundo.  A mediados de 2008, los datos del FMI indicaban que la inflación se hallaba en máximos en los países exportadores de petróleo, debido al aumento de las reservas de divisas extranjeras. Y también en muchos países subdesarrollados.

La inflación también aumentaba en los países desarrollados,  pero mucho menos y subiendo casi exclusivamente por el precio de productos importados. Los tipos de interés en la zona euro y en USA siguieron relativamente bajos.

Para 2009 el problema era el inverso: el panorama económico apuntaba a la deflación, lo que, por ejemplo, llevó a la FED a situar el tipo de interés en prácticamente el 0,22 % En 2011 la Organización Internacional del Trabajo señaló que se alcanzó un máximo histórico de desempleados, con 205 millones en todo el mundo.

Guerra de divisas y guerra comercial:

En octubre de 2010 aparecen señales claras de una posible guerra de divisas (dólar, euro, yen y yuan). Los países rebajarían la cotización de sus monedas en busca de ventajas competitivas `-“para facilitar la exportación”- que ayuden a salir de la crisis, pero, si se produce una guerra de divisas y un círculo de rebajas se acentuaría el enfrentamiento comercial llegándose a una guerra comercial que acentuaría y retrasaría inevitablemente la recuperación. Precisamente también hubo una guerra comercial durante la Gran Depresión, iniciada por Estados Unidos y Gran Bretaña. En esta ocasión los ojos se dirigen a China quien es acusada por Estados Unidos, en particular, de maniobrar para mantener artificialmente bajo el Yuan.  Para Immanuel Wallerstein la pérdida de peso del dólar es real y puede producirse una caída repentina que genere un caos extraordinario o una caída suave que vaya sustituyendo el dólar como moneda de referencia  si bien esta posibilidad es muy improbable, en tanto los USA no les interesa el problema aunque la pérdida de importancia del dólar significará la decadencia de su sistema bancario.

Burbuja.

Por burbuja inmobiliaria global se conoce el avance, en la mayoría de los países industrializados occidentales, de los precios de los bienes inmuebles muy por encima de los del resto de bienes y servicios, materializado en dos oleadas o impulsos durante las dos décadas que van desde mediados de los años 80 del siglo XX hasta mediada la primera década del siglo XXI, con la consiguiente fractura generacional que ello genera al involucrar un bien básico de consumo obligatorio como es la vivienda por la falta de inversión gubernamental en el rubro, que le permitiera controlar con oferta el carácter especulativo de los entes privados.

Descripción de la burbuja.

Los  Informes de la Reserva Federal Americana (FED) y de otros organismos económicos oficiales, como la OCDE reflejan el incremento explosivo del precio de los bienes inmuebles, en prácticamente todos los países industrializados, concentrados en dos períodos: hasta 1989 y hasta 2006. Alemania y Japón presentan diferencias, en el primer caso, por los costes de la llamada Reunificación Alemana, y, en el segundo, por el pronto estallido de la burbuja tras un alza inicial extraordinariamente exagerada de las viviendas.

Los medios de comunicación especializados y otras personalidades relevantes del mundo económico informaron de la burbuja tardíamente y sin excesiva franqueza, por los réditos a corto plazo que proporcionaba, lo que, al final, ha contribuido a amplificar innecesariamente el resultado desastroso de la gestión de los bancos hipotecarios. Los principales países afectados han sido: Dinamarca, Australia, Bélgica, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Noruega, España, Portugal, Suecia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros, cada uno con intensidad diferente y sus especificaciones locales.

Origen de la burbuja.

La burbuja inmobiliaria arranca en el seno del propio mercado inmobiliario, por razones de índole no solo económica, siendo realimentada al alza, en una segunda etapa, por el abundante crédito hipotecario favorecido por políticas monetarias expansivas, que al ser abrupta-mente eliminadas forman la recesión. La maduración final de la burbuja inmobiliaria comienza tras el pinchazo de la burbuja a finales de los años 90, y la subsiguiente bajada de los tipos de interés acordada para combatir sus efectos recesivos; laxitud monetaria intensificada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la Guerra de Irak, por un lado, y, por otro, la culminación del proceso de unificación monetaria europea, que fue acrecentada por una “recesión subyacente”, que impidió que por el lado de la demanda se pudiera costear la vivienda, y por parte del Estado que no contaba con los mecanismos tanto legales, administrativo como económicos para evitar la crisis hipotecaria y su contagio a otros sectores..

Fin de la burbuja.

Por su propia dinámica, la burbuja inmobiliaria ya se encontraba muy madura en el 2004, si bien todavía habría que esperar entre uno y dos años más para su desmoronamiento final, si la Reserva Federal hubiera intervenido los  bancos con problemas de liquidez utilizando el encaje legal, manteniendo el 100% de los depósitos se hubiera evitado el contagio, ya que la caída de un banco significa en la práctica la caída de todos los bancos asociados a él.

En dicho año, la Reserva Federal de los Estados Unidos comenzó a subir los anormalmente los bajos tipos de interés no solo para controlar la inflación y administrar el tipo de cambio sino también con el objetivo no indisimulado de acabar con la burbuja, cosa que era un error fatal;  lo ideal era un programa de viviendas que permitiera una mejor oferta, y al mismo tiempo inyectar un subsidio a la vivienda para ser pagado a largo plazo.

Desde ese año hasta 2006, el tipo de interés de intervención en Estados Unidos pasaría del 1% al 5,25%. El avance del precio de la vivienda, que había sido estridente entre los años 2001 y 2005, se frenó. Ya en agosto de 2005, el precio de la vivienda comenzó a caer en buena parte de los Estados Unidos. Pronto vendrían las ejecuciones hipotecarias por impago de la deuda. Y el sistema financiero estadounidense comenzaría a tener problemas de solvencia al tener colateralizada su inversión crediticia con inmuebles cuyo valor menguaba y seguiría haciéndolo por mucho tiempo, perjudicando a los estratos medios y bajos, por eso es de vital importancia lanzar un programa gubernamental de refacciones de viviendas y urbanizaciones, que evite la descapitalización de la clase media y baja, de cara a mantener su apoyo a las instituciones liberales.

En Estados Unidos, el total de las ejecuciones hipotecarias del año 2006 ascendió a 1.200.000,  lo que llevó a la quiebra de medio centenar de entidades relacionadas con el negocio hipotecario en el plazo de un año. Para 2006, la crisis inmobiliaria ya se había trasladado a la Bolsa. El índice bursátil de la construcción estadounidense (U.S. Home Construction Index) cayó en un 40%. Finalmente, en agosto de 2007, se declaró la llamada Crisis de las hipotecas subprime. Lo dicho de Estados Unidos es aplicable a la zona euro, si bien el Banco Central Europeo, primero, partía de un tipo de interés mayor, el 2%, y esperó a finales de 2005 para la escalada del tipo de interés de intervención que habría de acabar con la burbuja y con la distorsiones que había creado en el sistema productivo, ésta política fue errática ya que aceleró la crisis, ya que las entidades gubernamentales no tuvieron la flexibilidad administrativa para paliar la falta de liquidez de los bancos que era lo que importaba, porque a la larga afectaría a los usuarios de los créditos.

Crisis en los Estados Unidos.

Los Estados Unidos, la tercera  economía más grande del mundo, entró en el 2008 con una grave crisis crediticia e hipotecaria que afectó a la fuerte burbuja inmobiliaria que venían padeciendo, así como un valor del dólar anormalmente bajo, que le permitía competir con el euro y el yuang pero no aumentaba las exportaciones. Como bien señala George Soros en su libro «El nuevo paradigma de los mercados financieros» (Taurus 2008) «El estallido de la crisis económica de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007 cuando los Bancos Centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez al sistema bancario» pero la crisis se desata cuando dejan quebrar a una gran cantidad de entidades bancarias de menor tamaño que tenían en conjunto un gran económico. Tras varios meses de debilidad y pérdida de empleos, el fenómeno colapsó entre el 2007 y 2008, causando la quiebra de medio centenar de bancos y entidades financieras, esta crisis solo puede ser comparada con la crisis bancaria de Venezuela en 1994, que precipitó la caída del régimen turco en favor de un régimen bonapartista, de no tomarse medida adecuadas para reactivar el sector bancario éste puede precipitar una severa recesión que agudice la crisis política. Este colapso arrastró a los valores bursátiles y la capacidad de consumo y ahorro de la población, sobre todo de la clase media, que se extendió a otro sectores, aumentando el malestar, que permitió que exista un ciclo depresivo, que empobrece a la clase media y baja, facilitando micro protestas, que pueden ser el comienzo de protestas masivas.

En septiembre de 2008, los problemas se agravaron con la bancarrota de diversas entidades financieras relacionadas con el mercado de las hipotecas inmobiliarias. El 15 de septiembre de ese año el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en quiebra haciendo que los mercados financieros bajaran drástica mente y que consecuentemente colapsara una de las mayores aseguradoras del mundo AIG junto con las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac produciendo gran agitación en Wall Street. El mismo día de la caída de Lehman Brothers y de AIG, las acciones de la bolsa de Nueva York tuvieron la mayor caída de la historia en un solo día, dando así comienzo a una recesión que sería global,  y que le costaría a las masas de inversionistas y depositantes, millones de dólares, ahorros personales, trabajos, casas y dejaría a 50 millones de personas más abajo de la línea de la pobreza, cosa que no se ha podido subsanar. El gobierno norteamericano intervino inyectando cientos de miles de millones de dólares para salvar algunas de estas entidades, lo ideal hubiera sido que las salvará a todas, evitando que los que tuvieran créditos  hipotecarios se vieran afectados por la recesión.

En un informe del libro de la FED, se mostró que la recesión se profundizó más en abril aunque algunos sectores tenían señales de estar estabilizándose a finales del 2010, pero todo indica que la crisis no se ha resuelto de manera satisfactoria, y está subyacentes a las interrelaciones bancarias, lo que puede producir un rebrote de darse condiciones de conflictividad. El 18 de abril, la FED anunció que compraría US$ 300.000 millones en valores del Tesoro; además compraría US$ 1,25 billones en activos respaldados por hipotecas.

Crisis financiera de 2008.

La crisis financiera de 2008 se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006, que provocó aproximadamente en octubre de 2007 la llamada “crisis de las hipotecas subprime”, por la falta de vivienda de los estratos pobres y medios. Las repercusiones de la crisis hipotecaria comenzó a manifestarse de manera extremadamente grave desde inicios de 2008, contagiándose primero al sistema financiero estadounidense, y después al internacional, teniendo como consecuencia una profunda crisis de liquidez, y causando, indirectamente, otros fenómenos económicos, como una crisis alimentaria global, diferentes derrumbes bursátiles (como la crisis bursátil de enero de 2008 y la crisis bursátil mundial de octubre de 2008) y, en conjunto, una crisis económica a gran  escala  a nivel internacional.

Las posibilidades de una crisis financiera muy grave la había advertido ya Raghuram Rajan en 2005, en una publicación presentada con motivo de un homenaje a Alan Greenspan.  "El golpe de la crisis financiera de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007. Fue cuando los bancos centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez", según George Soros, lo ideal hubiera sido vigilar el flujo de caja de los bancos, e inyectarle liquidez en la medida que se necesitara, asumiendo la FED en control del Banco, que les sería devuelto a sus dueños al terminar la crisis, y cancelar lo prestado por la FED, buscando evitar espantar a los inversionistas pequeños, medianos y sobre todo grandes.

Lo cierto es que los inicios de la crisis datan de a mediados del año 2007, con los primeros síntomas de las dificultades originadas por las hipotecas subprime. A fines de 2007 los mercados de valores de Estados Unidos comenzaron una precipitada caída, que se acentuó gravemente en el comienzo del 2008.  La confluencia de otros eventos de particular nocividad para la economía estadounidense (subida de los precios del petróleo, aumento de la inflación, estancamiento del crédito e incapacidad de conseguir mejores condiciones de crédito), exageraron el pesimismo  sobre el futuro económico estadounidense, hasta el punto de que la Bolsa de Valores de Nueva York sucumbía diariamente a los 'rumores' financieros, esto se podrá remediar en la medidas que los trabajadores con sus fondos de pensiones compren acciones en Wall Street, que las compañías no las haga depender de la inversión de los Japoneses o Chino.

Muchos opinan que esto fue lo que precipitó la abrupta caída del banco de inversión Bear Stearns,  que previamente no mostraba particulares signos de debilidad. Sin embargo en marzo del 2008, en cuestión de días fue liquidado en el mercado abierto y posteriormente en un acto sin precedentes, la Reserva Federal maniobró un 'rescate' de la entidad,  la cual terminó siendo vendida a precio de saldo a JP Morgan Chase, lo ideal hubiera sido que los accionistas recuperarán su banco tras pagar los créditos pendientes, aumentando la confianza de los inversionistas en la FED, por contrario las maniobras de los entes supervisores aumentan la desconfianza en el buen juicio de la burocracia, y precipita la huida de capitales.

Rápidamente, el impacto de las hipotecas de crisis provocó repercusiones más allá de los Estados Unidos. Los bancos de inversión sufrieron pérdidas en todo el mundo, produciendo un efecto dominó. Las empresas empezaron a negarse a comprar bonos por valor de miles de millones de dólares, a causa de las condiciones del mercado, ya que comprometía su liquidez.   El Banco Federal de los EE. UU y el Banco Central Europeo trataron de reforzar los mercados con dinero, inyectando fondos disponibles a los bancos (préstamos en condiciones más favorables), pero era bonos basura sin ningún valor real o dinero inorgánico.. Las tasas de interés también fueron cortadas, en un esfuerzo para alentar  los préstamos, cosa que no se logró, ya que nadie suelta sus joyas mientras el barco se hunde. Sin embargo, a corto plazo las ayudas no resolvieron la crisis de liquidez (falta de dinero disponible para los bancos), ya que los bancos seguían desconfiando, uno de otros, por lo que se negaron a otorgar préstamos unos a otros facilitando el contagio, de ahí la importancia de evaluar las estatizaciones porque coloca a los bancos a la defensiva, y reduce los prestamos interbancarios saliiéndose los bancos de la cámara de compensación.
Los mercados de crédito se volvieron inmóviles pues los bancos fueron reacios a prestarse dinero entre ellos, al no saber cuántos malos préstamos podrían tener sus competidores, por eso la FED debe garantizar los prestamos tras revisar la documentación y hacer auditorias externas al banco, que le permita al banco obtener créditos interbancarios a bajo interés sin comprometer el flujo de caja del banco, y minimizar la intervención de la FED.  La falta de crédito a los bancos, empresas y particulares acarrea la amenaza de recesión, la pérdida de empleos, quiebras de empresas y por lo tanto un aumento en el costo de la vida.  La paralización de la industria automotriz y las industrias conexas es una consecuencia de ello.   El Reino Unido, el banco Northern Rock pidió un préstamo de emergencia para mantenerse a flote, lo que impulsó a un run run en el banco, 2000 millones de libras fueron retiradas por clientes preocupados, si la Reserva hubiera garantizado los depósitos nada de esto hubiera ocurrido. El banco se nacionalizó más tarde, obligando a inyectar más dinero.  En los EE. UU, el banco Bear Stearns casi se colapsó, lo que lleva a una crisis de confianza en el sector financiero y el fin de los bancos especializados en inversión.

El pánico bursátil.

Tras un respiro primaveral, los mercados bursátiles de Estados Unidos volvieron a una extrema debilidad, entrando oficialmente en caídas superiores al 20% en junio, lo cual se considera un mercado en retroceso extendido ('bear market').  Esto volvió a ser motivado por malas noticias en el sector financiero, con las primeras declaraciones de bancarrota, incluyendo la caída del banco IndyMac, la segunda quiebra más grande en términos de dólares en la historia del país, con el riesgo latente que otros bancos regionales también pudiesen terminar igual por la crisis.

Lo crisis tomó dimensiones aún más peligrosas para la economía de Estados Unidos cuando las dos sociedades hipotecarias más grandes del país, Freddie Mac y Fannie Mae, que reúnen la mitad del mercado de hipotecas sobre viviendas, comenzaron a ver sus acciones atacadas por los especuladores bajistas, a tal punto que a principios de julio, el gobierno de Estados Unidos y la Reserva Federal nuevamente tuvieron que anunciar un rescate para esas entidades financieras. Tal decisión creó consternación en varios sectores liberales, que adujeron que tales rescates solo empeorarían a largo plazo las prácticas éticas de los inversionistas, fomentando con dinero público la temeridad, lo que demuestra que perdieron el sentido de realidad. Durante ese periodo, la FED, así como otros bancos centrales, continuaron inyectando liquidez al mercado, por valor de cientos de miles de millones de dólares, euros o libras esterlinas.

El 15 de septiembre, el banco de inversión Lehman Brothers pidió protección crediticia ante la ley, declarándose oficialmente en bancarrota. Mientras tanto, el banco de inversión Merrill Lynch fue adquirido por Bank of America, a mitad de su valor real. Los candidatos presidenciales de EEUU en ambos partidos y la prensa comenzaron a catalogar la situación de 'pánico financiero', 'crisis económica en el país' y de 'colapso'.

La extensión a la economía.

Las economías de todo el mundo se ven afectadas por la carencia de crédito.  Ciertos gobiernos nacionalizan los bancos, como en Islandia y Francia. Los bancos centrales en los EE. UU, Canadá y algunas partes de Europa toman medidas de  coordinación sin precedentes de un recorte de un medio punto por ciento de los tipos de interés en un esfuerzo para aliviar la crisis.

Acciones han subido y bajado con noticias de los fracasos, las adquisiciones y de rescates. En parte, esto refleja la confianza de los inversores en el sistema bancario. Si bien las acciones bancarias han sido golpeadas por deudas dudosas, los minoristas se han visto afectados ya que la confianza de los consumidores se ha desvanecido por la caída de los precios de la vivienda.

El dólar estadounidense sufrió un proceso constante de depreciación y el déficit comercial que continuó batiendo récords. La ventaja exportadora por un dólar débil fue completamente anulada en el intercambio comercial por el alza de los precios del petróleo, del cual EEUU importa el 50%. Millones de familias comenzaron a perder sus hogares, e instituciones como General Motors, Ford, Chrysler y muchas aerolíneas empezaron a tener serias dificultades. Los índices de confianza del consumidor se situaron en sus más bajos niveles históricos, y se produjo un alza del desempleo en Estados Unidos y otros países desarrollados.

2009

Para marzo de 2009, los mercados bursátiles y de bonos han repuntado un poco. Además, se ha aliviado la presión sobre algunas firmas financieras de EE. UU.  El FMI reportó que los sistemas financieros de Europa, Estados Unidos y Japón registrarán entre 2007 y 2010 $4,1 billones en pérdidas- hasta ahora el sector bancario ha perdido $1 billón-. Para volver a los niveles de capitalización anteriores, los bancos necesitarán recaudar $875.000 millones en 2009. El FMI incluso propuso nacionalizar los bancos si fuese necesario, medida exagerada, y que hizo que cundiera el pánico entre los banqueros.  La acumulación de activos en problemas impide una recuperación económica; las pérdidas de crédito se proyectan mayores que las de EE. UU. Los bancos necesitarán más dinero fresco para sanear sus balances, según el FMI.

2010.

En el año 2010 la crisis financiera global provocó una crisis en el sistema del euro, haciéndose necesario el rescate por parte del Banco Central Europeo de las economías de Grecia, Irlanda y Portugal.

Medidas.

Las autoridades económicas, desde el inicio de la crisis, han optado por diferentes soluciones: la inyección de liquidez desde los bancos centrales,  la intervención y la nacionalización de bancos, la ampliación de la garantía de los depósitos, la creación de fondos millonarios para la compra de activos dañados o la garantía de la deuda bancaria. Las medidas parecen tener como objetivo mantener la solvencia de las entidades financieras, restablecer la confianza entre las entidades financieras, calmar las turbulencias bursátiles y tranquilizar a los depositantes de ahorros.

Medidas gubernamentales.

Desde finales de agosto de 2007, el gobierno estadounidense ha anunciado varias medidas para evitar las situaciones de impago de los hogares.  Un primer plan de rescate para los bancos fue presentado oficialmente a principios de diciembre de 2007, con un doble objetivo: primeramente proteger a los hogares más frágiles, pero también encauzar la crisis.  La principal medida destinada a limitar los impagos hipotecarios es congelar, bajo ciertas condiciones, los tipos de interés de los préstamos de alto riesgo a tipo variable.  La administración Bush también anunció a principios de 2008 un plan presupuestario de relanzamiento de unos 150.000 millones de dólares, o sea el equivalente del 1% del PIB, acción que fue demasiado poco y tarde,  ante la gravedad de la situación.

Buscando una solución a largo plazo, el gobierno de los EE. UU. Otorgó un rescate de 700.000 millones de dólares para comprar la mala deuda de Wall Street a cambio de una participación en los bancos.  El gobierno quería pedir préstamos en los mercados financieros mundiales, y esperaba que pudiera vender los bonos malos en cuanto el mercado de la vivienda se hubiese estabilizado.  El gobierno del Reino Unido lanzó su propio rescate, haciendo 400.000 millones de libras disponibles a ocho de los más grandes bancos del Reino Unido y a empresas de vivienda a cambio de participación al capital de ellas.  A cambio de su inversión, el gobierno espera obtener una participación en los bancos, que debería devolver al terminar la crisis.

Muchas medidas han tenido cierto proteccionismo según denunció la OMC: "Ha habido incrementos en aranceles, nuevas medidas no arancelarias y más países recurren a medidas de defensa comercial como acciones anti dumping". Desde el inicio de 2009 ha habido un "declive significativo" en el compromiso global con el libre comercio debido a la crisis económica global, dijo la OMC: en su informe de la OMC, el comercio global se contraería un 9% este año. El informe también enuncia ejemplos de las medidas que los países están tomando para proteger sus compañías y economías, desde aranceles a la importación de bolsas plásticas de Asia a Europa a la prohibición de juguetes chinos en India. Tan sólo en marzo, Corea de Sur incrementó los aranceles sobre el petróleo. México subió los aranceles a 89 productos estadounidenses, Ucrania impuso un arancel de 13% sobre todas las importaciones, EE.UU. subió los aranceles a las importaciones de tubos de acero chinos y Argentina impuso una licencia especial para la importación de juguetes. Argentina, Brasil, Canadá, Rusia, Ecuador y Ucrania han incrementado recientemente sus aranceles a la importación de zapatos, principalmente de China y Vietnam. Doce países han ayudado a sus industrias automotrices. EE.UU., Brasil y Francia han entregado generosos préstamos. India ha requerido licencias y Argentina ha fijado precios para la importación de auto partes. Diez países y la UE han incrementado los aranceles sobre el acero importado. Sin embargo, la OMC también aplaudió ciertos esfuerzos por promover el comercio global: Argentina ha eliminado los impuestos de exportación sobre 35 productos lácteos. Brasil ha extendido un programa de préstamos a los exportadores. China ha eliminado los aranceles de importación de placas de acero y Las Filipinas han recortado aranceles al trigo y cemento.

Política monetaria.

Desde el inicio de la crisis en agosto de 2007, los bancos centrales han demostrado una gran capacidad de reacción. Además han actuado a la vez para evitar una crisis bancaria sistémica y para limitar las repercusiones sobre el crecimiento. Asimismo, la Reserva Federal estadounidense flexibilizó la política monetaria inyectando liquidez y, eventualmente, actuó sobre los tipos de interés.

Los bancos se financian tradicionalmente tomando dinero prestado a corto plazo en el mercado interbancario. Pero la crisis financiera que empezó en 2007 se ha caracterizado por una gran desconfianza mutua entre los bancos, lo que llevó a un aumento de los tipos interbancarios. Las tasas interbancarias superaron por mucho la tasa directriz del banco central. Asimismo, los bancos centrales han intervenido masivamente para inyectar liquidez, esperando así reducir las tensiones del mercado monetario y restablecer la confianza. La política monetaria se ha caracterizado también por una extensión de la duración de los préstamos, una ampliación de las garantías y la posibilidad de obtener refinanciación.

Además de proveer liquidez, para reducir el impacto de la crisis financiera sobre el crecimiento, la Fed ha bajado considerablemente su tipo directriz, que ha pasado del 6% a principios de 2007 al 0,5% a finales de 2008. En cambio, el BCE no ha bajado su tipo directriz.

Los bancos centrales desempeñaron la función de prestamista de última instancia (PUI), al prestar fondos adicionales a los bancos tomando sus activos como garantía. Desde el principio de la crisis, el Banco de Inglaterra tuvo que nacionalizar temporalmente en febrero de 2008 el banco hipotecario Northern Rock, y en marzo de 2008 la Fed tuvo que acudir en ayuda del banco de inversión Bear Stearns.

El 23 de marzo de 2008, el presidente de BCE, Jean-Claude Trichet afirmó que Europa no necesitaba aumentar los gastos para poder combatir la crisis financiera global. En su lugar, propuso que los gobiernos deberían actuar con rapidez en implementar las medidas ya anunciadas. Basó sus medidas en que estas corresponden a la gravedad de la situación.

En marzo de 2009, Timothy Geithner (secretario del Tesoro de Estados Unidos) anunció la creación de sociedades público-privadas que compraran los préstamos y valores tóxicos de los bancos. El fin es que los inversionistas ganen grandes cantidades de dinero, a fin de que aliente las inversiones en este sector, para que se revitalicen los mercados financieros relacionados con préstamos y valores. Así, según WSJ: "Si un banco tiene un préstamo hipotecario de US$100 que logra venderle a una entidad pública-privada por US$84, los inversionistas privados contribuyen apenas US$6. El Tesoro pone US$6 y el Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) de EE.UU. garantiza un préstamo por US$72". Uno de los inconvenientes podría ser que los bancos rehúsen vender los activos a un precio inferior que al de los libros, pues se agotarían sus reservas, lo que procedería a cerrarlos o aceptar el dinero de los contribuyentes.

Crisis de las hipotecas subprime.

La crisis de las hipotecas subprime es una crisis financiera, por desconfianza crediticia, que como un rumor creciente, se extiende inicialmente por los mercados financieros americanos y es la alarma que pone el punto de mira en las hipotecas basura europeas desde el verano del 2006 y se evidencia al verano siguiente con una crisis bursátil. Generalmente, se considera el detonante de la crisis financiera de 2008 y de la crisis de la Burbuja inmobiliaria en España.

La crisis hipotecaria, hasta el momento (octubre de 2008), se ha saldado con numerosas quiebras financieras, nacionalizaciones bancarias, constantes intervenciones de los Bancos centrales de las principales economías desarrolladas, profundos descensos en las cotizaciones bursátiles y un deterioro de la economía global real, que ha supuesto la entrada en recesión de algunas de las economías más industrializadas.

Descripción de la crisis.

Las hipotecas de alto riesgo, conocidas en Estados Unidos como crédito subprime, eran un tipo especial de hipoteca, preferentemente utilizado para la adquisición de vivienda, y orientada a clientes con escasa solvencia, y por tanto con un nivel de riesgo de impago superior a la media del resto de créditos. Su tipo de interés era más elevado que en los préstamos personales (si bien los primeros años tienen un tipo de interés promocional), y las comisiones bancarias resultaban más gravosas.  Los bancos norteamericanos tenían un límite a la concesión de este tipo de préstamos, impuesto por la Reserva Federal.

Dado que la deuda puede ser objeto de venta y transacción económica mediante compra de bonos o titularizaciones de crédito, las hipotecas subprime podían ser retiradas del activo del balance de la entidad concesionaria, siendo transferidas a fondos de inversión o planes de pensiones. En algunos casos, la inversión se hacía mediante el llamado carry trade. El problema surge cuando el inversor (que puede ser una entidad financiera, un banco o un particular) desconoce el verdadero riesgo asumido. En una economía global, en la que los capitales financieros circulan a gran velocidad y cambian de manos con frecuencia y que ofrece productos financieros altamente sofisticados y automatizados, no todos los inversores conocen la naturaleza última de la operación contratada.

La crisis hipotecaria de 2007 se desató en el momento en que los inversores percibieron señales de alarma. La elevación progresiva de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, así como el incremento natural de las cuotas de esta clase de créditos hicieron aumentar la tasa de morosidad y el nivel de ejecuciones (lo que incorrectamente se conoce como embargo), y no sólo en las hipotecas de alto riesgo.

La evidencia de que importantes entidades bancarias y grandes fondos de inversión tenían comprometidos sus activos en hipotecas de alto riesgo provocó una repentina contracción del crédito (fenómeno conocido técnicamente como credit crunch) y una enorme volatilidad de los valores bursátiles, generándose una espiral de desconfianza y pánico inversionista, y una repentina caída de las bolsas de valores de todo el mundo, debida, especialmente, a la falta de liquidez.

Causas de la crisis.

Varios factores se aliaron para dar lugar a la crisis financiera.  En primer lugar, la enorme burbuja especulativa ligada a los activos inmobiliarios. En los Estados Unidos, como en muchos otros países occidentales, y tras el estallido de la burbuja tecnológica de principios de siglo XXI, entre los años 2000 y 2001, se produjo una huida de capitales de inversiones tanto institucionales como familiares en dirección a los bienes inmuebles. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 supusieron un clima de inestabilidad internacional que obligó a los principales Bancos Centrales a bajar los tipos de interés a niveles inusualmente bajos, con objeto de reactivar el consumo y la producción a través del crédito. La combinación de ambos factores dio lugar a la aparición de una gran burbuja inmobiliaria fundamentada en una enorme liquidez.

En el caso estadounidense, la compra-venta de vivienda con fines especulativos estuvo acompañada de un elevado apalancamiento, es decir, con cargo a hipotecas que, con la venta, eran canceladas para volver a comprar otra casa con una nueva hipoteca, cuando no se financiaban ambas operaciones mediante una hipoteca puente. El mercado aportaba grandes beneficios a los inversores, y contribuyó a una elevación de precios de los bienes inmuebles, y, por lo tanto, de la deuda.

Pero el escenario cambió a partir de 2004, año en que la Reserva Federal de los Estados Unidos comenzó a subir los tipos de interés para controlar la inflación. Desde ese año hasta el 2006 el tipo de interés pasó del 1% al 5,25%. El crecimiento del precio de la vivienda, que había sido espectacular entre los años 2001 y 2005, se convirtió en descenso sostenido. En agosto de 2005 el precio de la vivienda y la tasa de ventas cayeron en buena parte de los Estados Unidos de manera abrupta. Las ejecuciones hipotecarias debidas al impago de la deuda crecieron de forma espectacular, y numerosas entidades comenzaron a tener problemas de liquidez para devolver el dinero a los inversores o recibir financiación de los prestamistas. El total de ejecuciones hipotecarias del año 2006 ascendió a 1.200.000, lo que llevó a la quiebra a medio centenar de entidades hipotecarias en el plazo de un año.  Para el 2006, la crisis inmobiliaria ya se había trasladado a la Bolsa: el índice bursátil de la construcción estadounidense (U.S. Home Construction Index) cayó un 40%.

En el año 2007 el problema de la deuda hipotecaria subprime empezó a contaminar los mercados financieros internacionales, convirtiéndose en una crisis internacional de gran envergadura, calificada por algunos como la peor desde la segunda guerra mundial.

La transmisión de la crisis a los mercados financieros.

La información de que se dispone parece indicar que el origen de la crisis se encuentra en una incorrecta valoración de los riesgos, intencionada o no, que habría sido amplificada por la automatización del mercado de valores, la desinformación de los inversores particulares y la liquidez sin precedentes del período 2001-2007. Asimismo, parece ser que las entidades bancarias recababan liquidez mediante la técnica de retirar de sus activos el dinero prestado por la vía de "colocar cédulas hipotecarias o CDOs, de CLOs y de CMOs u otras obligaciones respaldadas por paquetes de activos corporativos e hipotecarios".  El riesgo de las subprime habría sido transferido a los bonos de deuda y las titulizaciones, y de ahí a fondos de pensiones y de inversión.  De hecho, las entidades de valoración de riesgo (como Standard s & Poors (S&P) o Moody´s) comenzaron tras la crisis a ser investigadas por su posible responsabilidad, y sólo cuando la crisis se desató, las agencias de calificación de riesgo endurecieron los criterios de valoración.  Asimismo, los legisladores norteamericanos y europeos comenzaron a barajar un endurecimiento de los criterios de concesión de hipotecas.

La extensión del problema: agosto de 2007.

Si bien la existencia de un problema con la hipotecas subprime era conocido con anterioridad al estallido de la crisis, se desconocía su alcance, y sobre todo, qué entidades se encontraban afectadas.

Antecedentes inmediatos.

En febrero de 2007 el Wall Street Journal advertía sobre el peligro de las hipotecas subprime,  así como el problema generado por los impagos de otros productos hipotecarios. En mayo, los fondos basados en hipotecas subprime comienzan a ser severamente criticados por los analistas, y los principales inversores (como Lehman Brothers Holdings Inc.) comienzan a huir de las hipotecas, tanto de las de alto riesgo como de las de bajo riesgo, negándose a dar más dinero a las principales entidades hipotecarias, las cuales comienzan a acusar falta de liquidez en contratos hipotecarios previamente comprometidos., Freddie Mac anuncia nuevas reglas para comprar créditos subprime en el mercado secundario. Mientras tanto, desde algunas instancias de la Reserva Federal se advierten los primeros síntomas de la crisis.

La percepción de crisis aumentaba a medida que entidades de gran prestigio o volumen de negocio comenzaban a dar señales de desgaste financiero.

En marzo de 2007 la bolsa de Nueva York retira de sus índices a la hipotecaria New Century por insolvencia y presunto delito contable.18 En el mes de abril el FMI alerta sobre la reducción del mercado de las hipotecas prime en favor de las subprime. La institución internacional, en un informe publicado ese mes, calcula que "en enero de 2007 existían en Estados Unidos 4,2 billones de euros en bonos ligados a las hipotecas de alto riesgo, de los cuales 624.000 millones de euros pertenecían a mediados de 2006 a inversores no estadounidenses".

En junio se conoce que varios fondos flexibles (hedge fund), que invertían en deuda titularizada, de una importante gestora de fondos, Bear Stearns, entran en quiebra. En el mes de julio, según la Reserva Federal, las pérdidas generadas por las hipotecas subprime se situaban ya entre los 50.000 y los 100.000 millones de dólares.

Durante el mes de agosto de 2007 tuvo lugar la transmisión del problema a los mercados financieros. A continuación, se ofrece la secuencia cronológica de los principales hechos ocurridos durante el periodo posterior.

Del 1 al 8 de agosto.

A principios de agosto Bear Stearns vuelve a cerrar un fondo de inversiones. La compañía Blackstone anuncia su quiebra el 2 de agosto y la American Home Mortgage, el décimo banco hipotecario de los Estados Unidos, anuncia el despido de todo su personal el día 423 y la quiebra el día 6. Para entonces ya se sabe que la crisis financiera ha llegado a Europa de mano del banco alemán IKB, expuesto a inversiones en hipotecas subprime, que ha sido rescatado por una entidad financiera pública para evitar la bancarrota.  Ese mismo día el National City Home Equity se declara en quiebra.

Los días 9 y 10 de agosto.

El 9 y el 10 de agosto la crisis se traslada a todas las bolsas del mundo, que comienzan a caer, especialmente al hacerse público que uno de los principales bancos europeos, el BNP Paribas, suspende tres fondos ya que la falta de liquidez "no permite establecer una valoración justa de los activos subyacentes y así calcular un valor liquidativo". Los bancos centrales de la zona del euro y de EE UU responden con inyecciones masivas de liquidez, para calmar las tensiones del mercado interbancario derivadas de la crisis. El principal banco alemán, Deutsche Bank, sufre también pérdidas sustanciales en uno de sus fondos vinculados a la financiación inmobiliaria.

El viernes 10 el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush pide calma ante la escalada de la crisis  y asegura que hay liquidez en el mercado. El Banco Central Europeo advierte que comienza «una crisis financiera en varias etapas por pinchazo del capital riesgo y las hipotecas ‘subprime’».

Pese a todo, al final del día 10 se conoce la bancarrota de otra entidad, en este caso el Home Banc. Todas las bolsas del mundo registran importantes pérdidas de capitalización al terminar la semana. El ministro de economía español, Pedro Solbes, descarta el día 12 que la crisis de las hipotecas de EE UU. vaya a incidir en España.

Del 11 al 19 de agosto.

Ante lo que interpretan como una falta de liquidez del sistema, los principales bancos centrales inician una serie de inyecciones (en concepto de ajuste fino, o fine tuning) de varios cientos de millones de euros en diferentes divisas. Las inyecciones de liquidez, coordinadas entre la FED, el Banco Central Europeo, el Banco Central de Canadá y el Banco Central de Japón continúan el 13, 14 y 15 de agosto.

El lunes 13 de agosto las bolsas se mantienen con ligeras ganancias, para volver a caer ligeramente el 14 de agosto, especialmente por las cotizaciones bancarias. Ese día se conoce que la exposición a créditos de alto riesgo orientados al consumo del Banco de Santander tiene un valor de 2200 millones de euros, exposición que se considera baja, pese a que el día anterior se había asegurado que la banca española se encontraba a resguardo de la crisis. También ese día se tiene noticia de que uno de los mayores bancos del mundo, el Citigroup, presenta una exposición a créditos inseguros de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares. El día 15 de agosto las mayoría de las bolsas continúan su caída  pese a las nuevas llamadas a la calma del día anterior, esta vez de Jean-Claude Trichet.

El 16 de agosto se hace público que la Banca March congela un fondo de inversión (el Parvest Dynamic ABS), afectado colateralmente por la exposición de riesgo de BNP Paribas. Asimismo, la entidad hipotecaria australiana Rams Home Loans cae en su cotización más del 50%, y el primer banco hipotecario norteamericano, Countrywide, sufre pérdidas en sus cotizaciones ante rumores, no confirmados, de bancarrota. También circulan rumores del inminente colapso de un gran hedge fund, recordando lo ocurrido en 1998, durante la crisis de LTCM.

El 17 de agosto a pesar de repetidas inyecciones diarias de diferentes divisas el mercado de valores no mejora. Tras una contundente caída de la bolsa japonesa, y cuando las bolsas europeas se tambaleaban nuevamente, la FED recorta en 0,5 puntos el tipo de interés interbancario, pero manteniendo el tipo federal (es decir, rebaja el precio del dinero a los bancos, pero no a los consumidores particulares), lo que provoca la remontada de todas las plazas europeas y norteamericanas. El presidente de la Reserva Federal afirma que "las condiciones de los mercados financieros se han deteriorado",44 lo que se evidencia en el hecho de que la hipotecaria Countrywide deba acudir a financiación de emergencia por valor de 11.500 millones de dólares, todo ello en un clima de preocupación ante su posible situación financiera46 al tiempo que se conocen las millonarias pérdidas de un fondo de pensiones británico, por valor de 27.000 millones de libras.

A partir del 20 de agosto.

El 20 de agosto, tras la rebaja de tipos primarios de la FED las bolsas comienzan a recuperarse, y en el caso de las asiáticas de manera espectacular, si bien algunos analistas, como el semanario The Economist, lo consideran un compás de espera. Ese mismo día se conoce que el banco regional público germano Sachsen LB ha necesitado ser rescatado por un grupo de cajas de ahorro por valor de 17.300 millones de euros, dada su peligrosa relación con las hipotecas subprime. Durante los días anteriores muchos analistas y actores financieros presionan para evitar una nueva subida de tipos tanto en Europa como en Estados Unidos, e incluso el Gobierno japonés se dirigió a su Banco Central para evitar una nueva subida, dado el deterioro de los mercados financieros. Otros analistas, en este caso el Bundesbank, aprecian que no se dan las condiciones para evitar una nueva alza de tipos.

El 22 de agosto, así como el 23 continúan las inyecciones de liquidez de distintos bancos centrales, que no se habían dejado de producir en todos los días anteriores. El 23 se conoce que al menos 13 fondos españoles se encuentran afectados por la crisis, mientras continúa la incertidumbre sobre la estabilidad financiera internacional. El día 23 se hace pública la quiebra de una de las entidades hipotecarias más importantes de Estados Unidos, la First Magnus Financial: en total, ya son 90 entidades las afectadas por la crisis en ese país. Por su parte, el FMI destaca que la crisis financiera dañará el crecimiento mundial.

El 24 de agosto continúa la inquietud por la marcha de la crisis. Los bancos centrales siguen inyectando liquidez en el mercado, y ese mismo día se conocen los primeros datos de la exposición a hipotecas subprime en China: sus dos bancos principales (Commercial Bank of China (ICBC) y Bank of China) tienen 8.000 millones de euros en inversión hipotecaria subprime.

Septiembre de 2007.

Si bien las bolsas se mantuvieron relativamente estables durante la última semana de agosto, los datos económicos estadounidenses provocan un nuevo desplome mundial bursátil el 5 de septiembre. El BCE anuncia nuevas inyecciones de liquidez, que se suman a las de la FED.  El día 6 de septiembre, y pese a las intenciones declaradas con anterioridad, el BCE decide no subir los tipos de interés manteniéndolos en el 4% (lo que se considera un aplazamiento de la subida), al observar una gran incertidumbre y volatilidad en el mercado financiero.  Como consecuencia de la medida, el euribor interbancario se estabiliza, lo que no impide que las bolsas continúen cayendo.

El 11 de septiembre se conoce que la compañía británica Victoria Mortgages, con una cartera de créditos valorada en 440 millones de euros, se declara insolvente. Ese mismo día, el presidente del BCE Jean-Claude Trichet insiste en el riesgo inflacionista en la eurozona, lo que interpreta como una negativa a bajar los tipos de interés en el corto plazo. El 13 de septiembre el Banco de Inglaterra debe acudir al rescate del Northern Rock,  quinto banco hipotecario del país, y en cuyas oficinas comienzan a crearse colas de clientes para retirar sus depósitos. Esta entidad continuará teniendo problemas durante los días siguientes, sufriendo fuertes caídas en bolsa.

Nuevamente el 17 de septiembre hay un desplome bursátil, al mismo tiempo que, tras ciertos rumores, el Banco de España desmiente que ningún banco español haya solicitado financiación de urgencia.

El 18 de septiembre la FED baja el tipo de interés un 0,5% (una bajada inusual), provocando espectaculares subidas en las bolsas,  unidas a revalorizaciones históricas del euro frente al dólar mientras continuaban las inyecciones de liquidez.

El 29 de septiembre se conoce la quiebra de un banco estadounidense pionero en Internet Netbank, que es absorbido por ING, entidad que no garantizará la totalidad de los depósitos.

Octubre de 2007.

El sistema bancario sigue dando síntomas de deterioro. El 1 de octubre de 2007 el banco suizo UBS anuncia pérdidas por valor de 482 millones de euros por causa de la tormenta hipotecaria, y el Citigroup, el mayor grupo financiero del mundo, anuncia una reducción trimestral del 60%77 en sus beneficios tras declarar unas pérdidas de 6.000 millones de dólares . El 5 de octubre la mayor correduría del mundo, Merrill Lynch, anuncia pérdidas por valor de 4.500 millones de dólares. Los días posteriores hubo una fuerte elevación bursátil, al mismo tiempo que una de las mayores inyecciones del BCE desde el mes anterior.

El 11 de octubre varios diarios económicos, informaban que la relación entre las entidades financieras españolas y la crisis hipotecaria de Estados Unidos eran mayores de lo que hasta el momento se intuía. Al mismo tiempo señalaba al BBVA y a otros bancos como Banco Sabadell y Banco Popular,  de haber invertido en fondos avalados por hipotecas subprime así como la relación de distintas inmobiliarias y constructoras españolas con el tocado y dañado mercado de la construcción en Estados Unidos. También se informó que varios organismos financieros internacionales,  señalaban a España como uno de los países con más posibilidades de sufrir una crisis como la de Estados Unidos debido a la burbuja inmobiliaria, el incremento de la morosidad, el aumento de hipotecas de alto riesgo y el incremento de los tipos de interés.

El presidente del banco de inversiones estadounidense Merrill Lynch, Stan O'Neal, renuncia a su cargo el 30 de octubre de 2007. La renuncia de O'Neal, se produjo después de que la compañía se viera obligada a reconocer que su nivel de deudas incobrables alcanzaba los 7.900 millones de dólares. Merrill Lynch fue una de las primeras compañías en reagrupar ese tipo de deuda en garantías negociables. El valor de estas garantías cayó en picado, ya que el impago de hipotecas batió el pasado año un nuevo récord debido a las elevadas tasas de interés.

Noviembre y diciembre de 2007.

El presidente de la mayor empresa de servicios financieros del mundo, Citigroup, Charles Prince, renuncia a su cargo el 4 de noviembre. Prince fue luego sustituido por Vikram Pandit. La posición de Prince se vio debilitada después de que la institución que presidía anunciara una caída del 57% en sus beneficios trimestrales. En el mes de diciembre la crisis de liquidez y la desconfianza interbancaria hacen tomar medidas a los principales bancos centrales de manera coordinada, con objeto de respaldar el dólar estadounidense.  La FED baja ese mismo mes el tipo de interés un 0,25% y el BCE los mantiene. Debido a las dificultades para solucionar la crisis del banco británico Northern Rock el gobierno británico decide nacionalizarlo.  La crisis de liquidez continúa hasta final de año, provocando máximos en el euribor interbancario, que se aleja de los tipos oficiales contenidos por el BCE85 mientras la prensa británica (que en ocasiones ha sido acusada de publicar noticias poco neutrales sobre la economía española pone en duda la solvencia del sistema bancario español.

2008 y el plan de rescate.

Lejos de amainar, los efectos de la crisis financiera se contagian a la economía real, entrando Estados Unidos en una posible recesión económica, lo que obliga a tomar medidas que no logran evitar la caída de la bolsa, a lo que se une la pérdida de beneficios de los principales bancos del mundo. El lunes 21 de enero se produce una histórica caída bursátil, que arrastra a todas las bolsas del mundo salvo la estadounidense, que se encuentra cerrada por ser festivo. Lo mismo ocurre el 17 de marzo, día en que la compra del quinto banco financiero estadounidense (Bear Stearns) por parte de la financiera JP Morgan provoca una caída del 90% en las acciones de aquella entidad.

En abril el FMI cifra en 945.000 millones de dólares las pérdidas acumuladas por la crisis.  En 2008 ya se da por hecho que la crisis será mundial, extendiéndose a Latinoamérica y Asia,  e implicará, en combinación con una elevada inflación inicial a escala internacional (especialmente en el precio de los alimentos y de la energía) una desaceleración de la economía internacional durante un periodo relativamente largo. No en vano, el primer semestre arroja una caída media de las principales bolsas del mundo: en concreto, la española registra el peor semestre de sus 135 años de la historia de su registro reciente.

En julio de 2008 la FED se ve obligada a rescatar a las dos principales entidades hipotecarias norteamericanas: Fannie Mae (Asociación Federal de Hipotecas Nacionales) y Freddie Mac (Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios para la Vivienda),  que ha sido considerada la mayor nacionalización de la historia, con un costo al erario público de cerca de 200.000 millones de dólares. Se nacionalizó también el banco IndyMac y se rescató la entidad Bear Stearns.  En la misma línea, la Cámara de representantes decide también destinar 3.900 millones de dólares para ayudar a hipotecados que no pueden pagar sus deudas.

El 15 de septiembre Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión norteamericano, que gestiona 46.000 millones de dólares en hipotecas, se declara en quiebra, y el Bank of America se ve obligado a comprar la entidad Merrill Lynch por 31.000 millones de dólares.  Más de un año después del comienzo de la crisis sus efectos devastadores sobre la economía financiera se recrudecen, empujando las bolsas a la baja.

El 18 de septiembre el gobierno de Estados Unidos anunció un plan de rescate multimillonario, el mayor de la historia, que hizo que las bolsas de todo el mundo se dispararan consiguiendo subidas record.

El 22 de septiembre la Reserva Federal de Estados Unidos aprobó la conversión de los dos últimos bancos de inversión independientes que quedaban, Goldman Sachs y Morgan Stanley, en bancos comerciales, lo que permite un mayor control y regulación por parte de las autoridades. De esta forma se acababa con un modelo bancario con 80 años de historia. También la FED, junto con JP Morgan, tuvo que rescatar a la mayor caja de ahorros del país, Washington Mutual. Es la mayor quiebra bancaria de la historia de los Estados Unidos.

En la cuarta semana de septiembre el presidente George W. Bush advirtió que Estados Unidos se encontraba al borde del pánico financiero y de una recesión larga y dolorosa. Con el fin de convencer al Congreso realiza un plan de rescate de la grave crisis,  negociado durante una semana entera con los máximos representantes de la oposición, es presentado urgentemente al Senado de E.E.U.U el 29 de septiembre de 2008 y ese mismo día es rechazado en votación considerado como 'inaceptable', cayendo por esta causa las bolsas de Wall Street, donde el Dow Jones perdió un 6,98%, el S&P500 cayó un 8,37% y el Nasdaq se hundió un 9,14%, la mayor caída desde hacía 20 años. El plan de emergencia diseñado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, consistía en que el Tesoro norteamericano, en colaboración con la Reserva Federal pretendía inyectar hasta 700.000 millones de dólares a cargo de los contribuyentes, para la compra a los bancos de activos financieros inmobiliarios contaminados por las hipotecas basura, y poder mantenerlos fuera de sus cuentas hasta que la economía se recupere, siendo la mayor intervención de la historia económica del país.

Tras una segunda votación es aprobado en el Senado con la novedad respecto a la propuesta rechazada la primera vez de incrementar los límites de los depósitos bancarios garantizados por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) que pasaron de 100.000 a 250.000 dólares asegurados a los depositantes si un banco quiebra. El día 3 de octubre de 2008 se aprueba en el Congreso para considerar el plan de ayuda como ley.

Por otra parte se ha argumentado en contra de esta medida intervencionista, como peligrosa tanto por sus consecuencias políticas como económicas, que existen otros mecanismo distintos al rescate, que sólo resultaría en una pesada carga para los contribuyentes socializando las pérdidas de actores privados, y que en muchos casos es preferible la quiebra porque sanearía de los activos inservibles. Estas voces sostienen además que el problema no es una falta de regulaciones, sino un exceso de malas regulaciones.

La extensión del problema y el comienzo de la Gran Recesión.

Tras el plan de rescate las bolsas de todo el mundo continuaron su tendencia fundamentalmente bajista. Tras varios lunes negros, en los que las bolsas tuvieron caídas históricas, se hace público que la segunda hipotecaria alemana (Hypo Real Estate) es intervenida por el Estado para evitar su posible quiebra, con lo que la crisis financiera estadounidense, generada a partir de las hipotecas subprime, se extiende a toda la economía financiera internacional, y se convierte en global. Con el fin de evitar el pánico bancario en toda Europa, numerosos gobiernos, como Irlanda, o Portugal,  se disponen a garantizar sin límites los depósitos bancarios y a elevar los fondos de garantía de depósitos hasta 40.000 euros. En el caso de Islandia, por ejemplo, se procede a una nacionalización de facto de toda la banca privada, con el fin de evitar la bancarrota del Estado (que no se consigue),  a lo que se añade un corralito para las cuentas bancarias offshore.

Crisis de la industria automotriz de 2008-2010

La crisis de la industria automotriz de 2008-2010 se enmarca en la crisis financiera global en la industria automotriz que comenzó durante la segunda mitad de 2008. La crisis ha golpeado principalmente a la industria automotriz estadounidense y, por extensión, a Canadá, debido al Acuerdo comercial de productos automotores, aunque también otros fabricantes de automóviles, particularmente en Europa y Japón, están sufriendo la crisis.

El sector automotor fue debilitado, en primer lugar, por el alza sustancial de los precios del combustible para automóviles, relacionada a la subida del precio del petróleo desde 2004 que ocasionó que los compradores evitaran adquirir vehículos deportivos utilitarios (SUVs) y pickups, principal sector de los Tres Grandes (General Motors, Ford y Chrysler). Los fabricantes de automóviles estadounidenses también sufrieron de considerablemente mayores sueldos comparados con sus contrapartes no sindicalizadas, incluyendo salarios, beneficios, seguridad social y pensiones. A cambio de un ambiente laboral pacífico, la gerencia otorgó concesiones a sus sindicatosque les significaron una estructura de costos no competitiva.

En 2008, la situación se volvió crítica debido a la crisis financiera global y la consiguiente contracción del crédito ejerció presión sobre los precios de las materias primas. En ciertos países, particularmente en los Estados Unidos, los Tres Grandes estuvieron bajo fuerte crítica debido a que no había corregido la ineficencia de los SUVs en cuanto a consumo de combustible, a pesar del incremento del precio del petróleo. En consecuencia, sufrieron tanto de una percepción de los consumidores de poder obtener modelos de relativamente mayor calidad en el extranjero (especialmente, de Japón y, en alguna medida, de Europa) y de trasplantes, automóviles extranjeros manufacturados o ensamblados en los Estados Unidos. Los Tres Grandes habían descuidado el desarrollo de automóviles de pasajeros y, en su lugar, se enfocaron en camionetas ligeras debido a los mejores márgenes de beneficios, para compensar los costos laborales considerablemente mayores, por lo que se encontraron considerablemente retrasados en estos segmentos de mercado en relación con los fabricantes de automóviles japoneses y europeos.

Para inicios de 2009, las compañías automotrices del mundo están siendo duramente golpeadas por la ralentización económica global. Los fabricantes de automóviles de Asia, Europa, América del Norte y otras partes han sido forzados a implementar estrategias creativas de marketing para atraer a consumidores renuentes a que compren automóviles, cuando muchas empresas están experimentando dos dígitos de porcentaje de declive en sus ventas. Los principales fabricantes, incluyendo a los Tres Grandes y Toyota, están ofreciendo descuentos sustanciales. Hyundai incluso ofreció permitir a los consumidores devolver sus nuevos automóviles si pierden sus empleos.

La filosofía estadounidense de automoción, depende enteramente del automóvil el cual había sido acogido por una serie de medidas que según lo planeado incrementarían el estándar de vida estadounidense.

Para las condiciones de fabricación que se esperaban se tenía que sufragar la demanda creciente de automotores la cual comenzaba a aumentar a comienzos de la Post-Guerra, esto significo un cambio radical ya que venían por delante autos con grandes motores y tamaños más grandes que los estándares de hoy en día esto mismo fundó lo que hoy se conoce como el American Way of Life el país estaba siendo dependiente de la automoción en gran parte.

En contraste la industria europea automotriz apenas y podía cubrir costos así que se enfocaron a medidas de construcción más económicas y a la vez más eficientes, para construir automóviles que tuvieron consumos más ajustados.

al igual la industria japonesa también desarrollo automóviles que rebasaban los estándares de eficiencia y que también ya habían entrado a finales de los 50 al mercado estadounidense.

En resumen, el mercado estadounidense estaba mejorando el estilo de vida con viviendas unifamiliares en los llamados suburbios de las ciudades los cuales dependían al 100% del automóvil para casi cualquier desplazamiento, entonces se debía contar con petróleo de manera constante y a un precio bastante económico, paralelamente Japón tenía ese mismo ideal aunque para darle mayor énfasis a una urbanización y modernización instantánea a la par de un incremento en la investigación de nuevas tecnologías.

Estados Unidos, así como gran parte de Europa y Japón, sufrieron en 1973 una crisis del petróleo que hacía que en cierta manera los autos que consumían mucho combustible fuesen descontinuados por automóviles más ad hoc a la época que se tenía presente. Asimismo, algunas compañías japonesas desarrollaron alternativas como en aquel entonces el Honda Civic, así como la entrada de VW al mercado de los coches enteramente eficientes por aquel entonces. La industria estadounidense quiso contraatacar con coches "eficientes" pero poniendo en riesgo la seguridad tanto activa como pasiva.

Los fabricantes estadounidenses querían demostrar su poderío de la mano del gobierno estadounidense, pero esto también les salió contraproducente puesto que Toyota, Nissan y Honda comenzaron a instalar fábricas en el país, ya también se fabricaban autos de similares dimensiones a los estadounidenses pero los japoneses pusieron muy en tela de todo el rendimiento y la eficiencia antes que nada, así mismo también los pocos fabricantes europeos que quedaban comenzaban a abandonar el mercado, quedando sólo unos pocos, entre ellos Volkswagen.

Asimismo el mercado de autos de lujo comenzó a ser dominado por marcas europeas y japonesas que apenas debutaban tales como Acura y otras ya de tradición europea como Volvo, Saab, BMW Y Mercedes Benz lo cual distrajo inclusive a los compradores de clase alta de comprar modelos estadounidenses, que en años pasados gozaban de una prosperidad al ver incrementadas sus ventas.

No obstante la década de los 80 permitió una mayor competencia y una consolidación del mercado estadounidense automotriz, asimismo le permitió a los constructores Japoneses y Europeos Fabricar autos que tuviesen un consumo justo, ofreciesen medidas de seguridad, y sobre todo la eficiencia en todos sus aspectos así como una atención más personal con el cliente así como el modelo de producción Toyota mejor conocido como Toyotismo.

Inmersos en sus glorias los fabricantes estadounidenses seguían produciendo grandes camionetas y autos de gran cilindrada, reducidos en potencia para cumplir las normas anti-contaminantes, pero netamente ineficientes, lo cual obligó a algunos fabricantes para sostener acuerdos temporales de fabricación con manufactureras japonesas y europeas(Ejemplos, Modelos Talbot Vendidos como Chrysler, Modelos Mitsubishi Como Dodge entre otros) asimismo el mercadeo de marcas estadounidenses convencía netamente a los consumidores a seguir comprando autos que iban en detrimento de la calidad pero igualmente vistosos ya que algunos habían salido en películas y algunos querían ser "el primero de la cuadra" en estrenar el coche del protagonista de la película de moda.

La eficiencia y el modelo Just In Time característico de Toyota y algunas marcas japonesas y europeas permitió captar mercado el cual se tradujo en mayores ventas para estas marcas manteniendo una competencia pareja entre marcas estadounidenses y marcas foráneas por lapsos cortos de tiempo.

No obstante las compañías automotrices estadounidenses, también derrochaban recursos sin saber a dónde dirigir sus inversiones, esto causó que se compraran empresas de tecnologías armamentísticas y de áreas ajenas a lo automotriz. Influyendo también en una reducción de puestos de trabajo la cual afectó a algunas ciudades que habían sido prósperas antes por los empleos que le proporcionaban a la población del área, esta situación también se aprovechó para instalar fábricas de automotrices estadounidenses en países tercermundistas donde se pagaba menos por hora trabajada, dejando a los trabajadores estadounidenses en una situación difícil que se podría repetir en los escenarios donde estas mismas se hayan instalado. El cineasta Michael Moore hizo un documental relativo a esto llevando como título Roger & Me donde se denunció como se había cerrado una planta de GM en beneficio de 2 fábricas en México, así como las inversiones en empresas aeroespaciales y armamentísticas.

Iniciados los años 90 la era de la informática optimizo los sistemas de inyección de combustible desarrollados previamente, no obstante la competencia seguía adelante de la industria local, manteniendo un mercado conservador que solo consumía automóviles de marcas estadounidenses, asimismo la cultura del Tuning se inclinaba más a los autos japoneses, por ser más livianos que una berlina estadounidense, tímidamente el mercado estadounidense también entró al tuning.

En 1990 salió el mandato Zero Emition en El estado de California el cual indicaba que las compañías automotrices debían producir alternativas eléctricas de automoción, esto trajo como consecuencias la creación de carros eléctricos como El GM EV-1, Ford Think y Ranger EV, Honda FX EV, entre otros, no obstante las compañías fueron cómplices ya que cumplieron y derrocaron la misma ley demostrando la inviabilidad de dichos vehículos, esto se convierte en un símbolo de alarma argumentando un supuesto fracaso, no obstante había gente satisfecha con dichos vehículos lo cual desencadeno protestas civiles que fueron en vano, consolidando una industria alternativa a las grandes compañías automotrices, quienes proliferaron el consumo excesivo de vehículos SUV poco eficientes y derrochadores de combustible.

Entrando al nuevo milenio y al periodo gubernamental de George W. Bush se dejó de lado la eficiencia en los automóviles estadounidenses, distrayendo a la opinión pública con el auto de hidrógeno, creando una falsa buena imagen de los autos estadounidenses, no obstante a principios del 2004 la industria comenzaba a sospechar de que algo andaba mal, lamentablemente esto no sembró ninguna alerta si no hasta 2007 y 2008 cuando los fabricantes estadounidenses y algunos japoneses veían como se desplomaban sus ventas, culminando con los concursos mercantiles y las incipientes quiebras de 2 de las automotrices más importantes del país.

Los 3 gigantes pensaron que sus clientes quedarían netamente cautivos, por la tradición y el estilo de vida estadounidense, no obstante los parámetros de este estilo de vida podrían cambiar una vez que las automotrices salgan del proceso de la bancarrota.

Contexto general de la crisis.

En su mayor parte, la crisis se debe a las malas políticas de los Tres Grandes fabricantes de automóviles estadounidenses, dado que las compañías asiáticas que fabrican automóviles en los Estados Unidos no están experimentando problemas similares. Un artículo del 22 de diciembre de 2008 del New York Times afirmaba que:

Para la mayor parte, los así llamados auto-trasplantes —compañías automotrices extranjeras con operaciones importantes en los Estados Unidos— tienen bolsillos profundos y amplio crédito y no están enfrentando una bancarrota potencial como General Motors y Chrysler.

En 2006, Consumer Reports informó que los 10 automóviles considerados como los 10 mejores son fabricados por compañías japonesas. Mientras que Míchigan perdió 83.000 empleos entre los Tres Grandes fabricantes de automóviles entre 1993 y 2008, más de 91.000 nuevos empleos en ese mismo sector fueron creados en Alabama, Tennessee, Kentucky, Georgia, North Carolina, South Carolina, Virginia y Texas durante ese mismo período.

Los fabricantes estadounidenses conocidos como los Tres de Detroit pagan sueldos considerablemente altos debido a sus fuerzas de trabajo sindicalizadas, los que incluyen salarios, beneficios, seguro social y pensiones. A cambio de tranquilidad laboral, las administraciones otorgaron concesiones a sus sindicatos que les ocasionaron una estructura de costos no competitiva.

El Sindicato Unido de trabajadores de automotrices negoció en 1984 un programa de "Banco de Trabajo" que, en 2005, pagó a 12.000 trabajadores para presentarse a diario y permanecer un turno completo, incluso si no había trabajo que hicieran. En diciembre de 2008, dicho sindicato acordó suspender el programa como una concesión para ayudar a las fabricantes de automóviles durante la crisis.

Historia y causas.

La cuota de mercado de los Tres Grandes estadounidenses declinó de 70% en 1998 a 53% en 2008.14 Las compañías perdieron su cuota de mercado a favor de las importaciones y trasplantes (automóviles fabricados en fábricas estadounidenses propiedad de fabricantes extranjeros).

Debiendo enfrentar pérdidas financieras constante, los Tres Grandes han cerrado muchas fábricas y reducido drásticamente el empleo, especialmente en Míchigan. General Motors transfirió a muchos de sus empleados en ciertas divisiones a compañías independientes, incluyendo American Axle en 1994 y Delphi en 1999. En 2000, Ford segregó una división en la compañía Visteon. Las empresas filiales y otros fabricantes de componentes del automóvil han compartido el declive de Detroit, así como las plantas en Canadá propiedad de las empresas estadounidenses. En conjunto, los fabricantes de autopartes emplean a 416.000 personas en Estados Unidos y Canadá. Se estima que solo General Motors ha perdido $51 mil millones en los tres años anteriores a la crisis financiera de 2008.

Los Tres Grandes se distinguen no solo por su tamaño y ubicación geográfica, sino también por su modelo de negocios. La mayoría de sus operaciones están sindicalizadas (United Auto Workers y Canadian Auto Workers), lo que resulta en mayores costos laborales que otras multinacionales fabricantes de automóviles, incluyendo aquellas con plantas en América del Norte, las que han logrado mantener a raya a los sindicatos. El Informe Harbour de 2005 estimó que el liderazgo de Toyota en productividad laboral ascendía a una ventaja en costos de $350 a $500 dólares por vehículo sobre los fabricantes estadounidenses. El Sindicato de Trabajadores de automotrices acordó un salario en dos escalafones en negociaciones llevadas a cabo en 2007, algo a lo que el sindicato canadiense se había negado hasta entonces. Delphi, que fue creada a partir de General Motors en 1999, solicitó la bancarrota después de que el sindicato se negara a cortar sus salarios y se espera que GM sea responsable de una pérdida de $7 mil millones.

Para mejorar sus beneficios, los fabricantes de automóviles de Detroit hicieron tratos con los sindicatos para reducir sueldos, mientras hacían compromisos en temas de pensiones y seguridad social. Por ejemplo, GM asumió el costo total de financiar primas de seguros de salud a sus empleados, deudos y jubilados, dado que los Estados Unidos no cuentan con un sistema universal de salud. Con la mayoría de estos planes faltos de fondos a fines de la década de 1990, las compañías han intentado proveer paquetes de retiro a sus empleados mayores y han hecho acuerdos con el sindicato para transferir las obligaciones de las pensiones a un fondo independiente. No obstante, los fabricantes de automóviles japoneses no sindicalizados, con sus fuerzas de trabajo estadounidenses más jóvenes (y muchos menos retirados estadounidenses) continuarán aprovechando una ventaja en los costos.

A pesar de la historia de sus marcas, muchos automóviles han sido descontinuados o relegados, pues los Tres Grandes transfirieron recursos de los automóviles compactos y de tamaño medio en apoyo de la "moda SUV". Desde finales de la década de 1990, más de la mitad de sus beneficios han provenido de estos vehículos deportivos utilitarios. Ron Harbour sostuvo que muchos "econoboxes" del pasado tenían como objetivo atraer a consumidores hacia la marca con la esperanza de que permanecerían leales y, luego, adquirirían modelos más caros. Un informe de 2008 estimó que un fabricante de automóviles necesitaba vender 10 automóviles pequeños para alcanzar el mismo beneficio que un vehículo grande, y que tenían que producir automóviles pequeños y medianos de forma rentable para tener éxito, algo que los Tres de Detroit no han hecho aún. Las ventas de SUV alcanzaron su pico en 1999, pero no han vuelto a ese nivel desde entonces, debido a los altos precios de la gasolina. Los Tres Grandes han sufrido de una percepción de inferior calidad y confiabilidad de sus autos comparados con sus contrapartes japonesas, lo que ha sido difícil de superar. También han sido lentos en introducir nuevos vehículos en el mercado, mientras que los japoneses son considerados líderes en la producción de automóviles más pequeños y con mejor eficiencia en cuanto a combustible.

La caída en las ventas y en la cuota de mercado han tenido como resultado que las plantas de los Tres Grandes operen por debajo de su capacidad instalada (las plantas de GM estaban al 85% de su capacidad en noviembre de 2005, bastante menos que las plantas de sus competidores asiáticos), lo que a su vez llevó a cortes en la producción, cierre de fábricas y despidos. Han estado dependiendo fuertemente de incentivos considerables y préstamos subsidiados para vender vehículos, lo que era crucial para mantener a las plantas funcionando, ya que estas dirigen una parte significativa de la economía de Míchigan. Estas estrategias promocionales, incluyen rebajas, precios para empleados y financiamiento completo, han levantado las ventas, pero también han recortado los beneficios. Aún más importante, tales promociones drenan las reservas de efectivo de los fabricantes de automóviles en el corto plazo, mientras que en el largo plazo, la compañía sufre el estima de vender vehículos debido al bajo precio en lugar del mérito técnico. Desde entonces, los fabricantes han estado intentando recortar los incentivos y aumentar los precios, al mismo tiempo que disminuyen la producción. La crisis de las hipotecas subprime y los altos precios del petróleo en 2008 tuvieron como consecuencia el desplome de la popularidad de las camionetas y SUVs más vendidas, forzando a los fabricantes a continuar ofreciendo fuertes incentivos para ayudar a eliminar el exceso de stock.

En 2008, con los altos precios del petróleo y una economía estadounidense en declive debido a la Crisis de las hipotecas subprime, los tres grandes están replanteando su estrategia, convirtiendo las plantas de camionetas ligeras para fabricar automóviles más pequeños. Debido al valor residual declinante de sus vehículos, Chrysler y GM se han detenido en su ofrecimiento de alquileres de la mayoría de sus vehículos.

El 30 de septiembre de 2008, el primer paquete de préstamos a los fabricantes de automóviles fue firmado con un valor total de $25 mil millones. La ley reserva $ 7,5 mil millones en fondos de contribuyentes necesitados para garantizar $ 25 mil millones en préstamos con baja tasa de interés para ayudar a los fabricantes estadounidenses a producir automóviles y camionetas más eficientes con respecto al combustible.

La crisis ha llevado a advertencias de desempleo masivo y recesión económica si no es contenida y los demócratas en el Congreso, apoyados por el presidente  Obama, han solicitado un "préstamo puente" para asistir a los Tres Grandes. El 3 de octubre de 2008, Obama dijo que quería que el Congreso duplicara sus préstamos garantizados a la industria automotriz estadounidense de $ 25 mil millones a $ 50 mil millones. Steven Rattner lidera junto con alrededor de 20 personas el rescate de GM y Chrysler y debe hacer reestructuraciones industriales. Él y su equipo han influido en las decisiones de Obama como la de despedir al presidente ejecutivo de GM y amenazar a las dos automotrices con la bancarrota.

Efectos de las expectativas medioambientales y cambio en la demanda de productos

El cambio climático y los problemas relacionados con las emisiones de carbono han aumentado las sensibilidades y la protección del medio ambiente en todo el mundo. En la edicición de 2007 del libro Una verdad incómoda, el ex-vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, crítico a los Tres Grandes por «seguir tratando de vender grandes e ineficientes devoradores de gasolina a pesar de que la gente cada vez los compra menos». Algunos países han adoptado leyes que endurecen los coches más contaminantes y en lugares como la Unión Europea o Japón los nuevos vehículos tienden a ser más eficientes. En cambio en Estados Unidos la resistencia a estas normas fue mayor, por ejemplo, cuando California aprobó algunas de estas leyes, las compañías automotrices demandaron a su gobierno.

Las grandes compañías automovilísticas estadounidenses recibieron en octubre del 2008 un préstamo del gobierno de 25 000 millones de dólares como ayuda para que adaptaran sus fábricas a nuevos estándares en eficiencia de combustible para el 2020. El dinero fue concedido por el Departamento de Energía pero no fue hasta el año siguiente cuando el Congreso lo autorizó. Los fabricantes de automóviles podían utilizar estos créditos para "equipar o construir instalaciones para la fabricación de vehículos de alta tecnología que cumplan con ciertos estándares en emisiones y consumo", pudiendo también los proveedores pedir préstamos para el desarrollo de componentes de estos nuevos vehículos.

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