lunes, 6 de julio de 2015

El Tintin Belga: Léon Degrelle. Por Kelder Toti.


El Tintin Belga: Léon Degrelle.
 


                                               Por Kelder Toti.
 

Léon Joseph Marie Ignace Degrelle (Bouillon, Bélgica; 15 de junio de 1906 – Málaga, España; 31 de marzo de 1994) fue un político belga y oficial de las Waffen SS, que terminó su vida en España. Tras fundar en los años 30 el movimiento político Christus Rex (Rexismo), de inspiración católica y conservadora, radicalizó su posición en los años siguientes, aproximándose al fascismo.

Combatió junto a las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial en la Legión Valonia, una unidad extranjera adscrita a las Waffen SS. Encontrándose en Noruega cuando se rindió Alemania, logró escapar a España, donde el régimen de Francisco Franco lo protegería durante décadas de la sentencia de muerte por crímenes de guerra pronunciada en su contra. La oportuna concesión de la nacionalidad española lo libró de ser extraditado tras el fin del franquismo, y dedicó sus últimos años a escribir diferentes obras. Fue líder de los nazis de España. Además, participó activamente en la reorganización de los nacionalismos en Europa.

Degrelle nació en el seno de una familia católica burguesa de origen francés; su padre era fabricante de cerveza y había emigrado a Bélgica pocos años antes a Bouillon seis años antes del nacimiento de Léon, debido a la expulsión sufrida por los jesuitas y al gobierno anticlerical de Francia. Fue educado en el catolicismo y cursó sus primeros estudios en un colegio de la Compañía de Jesús. Los jesuitas tendrían una notable influencia en Degrelle, que los definió como «los mejores educadores del mundo.. Se doctoró en Derecho por la Universidad Católica de Lovaina, donde fue influido por el pensador francés Charles Maurras, y ejerció brevemente como abogado en esa ciudad.

A comienzos de los años '30 se afilió a Acción Católica y comenzó a trabajar para una pequeña editorial católica llamada Christus Rex (en latín, «Cristo es rey»), que publicaba un periódico homónimo. Viajó a México como corresponsal para cubrir la Guerra Cristera que se libraba entre la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa y el gobierno mexicano, que de acuerdo a la Constitución de 1917 había impuesto restricciones al culto católico y prohibiciones al clero relativas al ejercicio de su ministerio. El grito de guerra de los cristeros, «¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!», impresionó profundamente a Degrelle, quien a su regreso en 1934 fundaría Les Editions de Rex y empezaría a movilizarse en el Partido Católico belga para promover un curso de acción más militante. El 29 de marzo de 1932 contrajo matrimonio con Marie-Paule Lemay, con quien tuvo cinco hijos — cuatro mujeres y un varón (el cual falleció en un accidente de moto cuando era joven).



Actividad política

El fracaso de sus acciones dentro del PCB y el franco rechazo con el que se recibió su postura en una reunión de la cúpula política del partido en Kortrijk en 1935 lo llevaron a separarse de éste.

Al año siguiente, y denunciando lo que considera «corrupción» de los partidos existentes —incluyendo al Partido Católico de Bélgica, respaldado por la jerarquía eclesiástica— fundó el Partido Rexista. Su programa era fuertemente populista e incluía denunciar la injerencia de las grandes empresas y la banca en la economía y la política belgas. De la estructura de los partidos comunistas y socialistas Degrelle tomaría el ejemplo de las «casas del pueblo» como medio de movilizar a las masas; de los marxistas tomaría también un ideario de igualdad social, aunque con el mismo énfasis verticalista que la Italia fascista —a la que admiraba profundamente  de Mussolini había aplicado a la organización corporativa de la sociedad.

El partido contó con un apoyo inesperado en la región valona, y pronto una filial flamenca, el Vlaamsch Nationaal Verbond bajo la dirección de Paul de Mont, se le sumó. Aunque su plataforma incluía la abolición del sistema democrático y el establecimiento de una organización corporativa del gobierno, el 24 de mayo de 1936 participó por primera vez en las elecciones, en las que obtuvo 21 diputados y 12 senadores (11,49% de los votos). La sección flamenca también tendría representación, tras conseguir 72.000 votos. En 1937 mejoró su actuación, obteniendo un 19% de los sufragios, pero el apoyo decaería en los años siguientes y en abril de 1939 las elecciones legislativas arrojaron sólo el 4,43% de los votos, obteniendo 4 diputados y 4 senadores.

Degrelle, formado en periodismo y de pluma entrenada en la revista estudiantil XX Siècle, escribía sus propios discursos políticos. De esta época data su estrecha amistad con el famoso dibujante George Remi, conocido como Hergé, cuyo cómic Tintín ilustraba sus publicaciones. Degrelle diría más tarde que Hergé se había inspirado en él para crear a Tintín, aunque el dibujante siempre afirmó que su modelo había sido su propio hermano, Paul Remi, entonces oficial en el ejército belga.

Las preocupaciones del Rexismo estaban lejos de ser homogéneas en este momento; más comprometido con la posición fascista que con el nacionalismo o el ultramontanismo, otras dos corrientes vigorosas en el partido, Degrelle se reunió en agosto del '36 con Mussolini, y al mes siguiente con Adolf Hitler, de quien era íntimo amigo,1 5 de los que obtuvo financiación para el partido. Correlativamente, incorporó a su plataforma principios antisemitas, similares a los promovidos por los nazis. Se encontraría en lo siguiente con otros líderes de la ultraderecha, incluyendo a Corneliu Codreanu, líder de la Guardia de Hierro rumana, y a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española.


El rexismo fue un movimiento político de nacionalismo revolucionario que se desarrolló durante la primera mitad del siglo XX en Bélgica. Es el homólogo belga del fascismo en Italia, del falangismo en España o los movimientos de Corneliu Zelea Codreanu como la Guardia de Hierro en Rumanía. El rexismo se fundó en 1930 por Léon Degrelle, un belga francófono. El nombre proviene del eslogan latino Christus Rex, «Cristo es el rey», que también era el nombre de una editorial católica y conservadora.

El Partido Rexista (Parti Rexiste) surge de la clara inspiración en un principio de Charles Maurras y el integralismo, en donde se planeaba la regeneración del hombre. Este movimiento luego de un tiempo coincidió con las doctrinas nacional socialistas de Adolf Hitler y el fascismo de Mussolini. Principalmente lo que motivó el inicio del movimiento y la importancia de Degrelle en este, fue que las juventudes católicas exigían un cambio de la derecha en Bélgica, que en aquel momento se había aliado con la izquierda y fue partícipe de la separación de los Países Bajos.

El director del periódico de Lovania, Léon Degrelle, encarnaba aquel cambio, por lo que fue un claro promotor de nuevas iniciativas y en un principio logró un amplio apoyo en el parlamento de Bélgica. Las habilidades oratorias del joven se unieron junto a los nuevos entusiasmos para promover el movimiento, más que todo en aquellas clases medias que observaban con cierto recelo las alianzas de Francia con la Unión Soviética.

La ideología del rexismo apelaba a la regeneración moral de la sociedad belga de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica romana, formando una sociedad corporativista y aboliendo la democracia. El movimiento rexista tuvo apoyo principalmente entre los valones y belgas francófonos. Paralelamente, otro movimiento de nacionalismo revolucionario se desarrollaba en Flandes: el Vlaamsch-Nationaal Verbond o VNV de Joris Van Severens.

Entre los miembros más influyentes del partido está por supuesto Léon Degrelle, pero también otras personalidades belgas como José Streel, Louis Collard o Victor Mathys. Este último, además, será el jefe del movimiento cuando Degrelle decida alistarse en el ejército y luchar en el frente del este.

El Partido Rex se establece como partido en 1936, año en el que obtiene 21 de los 150 escaños de la Cámara de Representantes de Bélgica. Enseguida, tras el acceso al poder de Adolf Hitler en Alemania, se alió a los intereses alemanes e incorporó un componente antisemita de estilo nacionalsocialista en su programa, lo que motivo al movimiento a recibir ayuda financiera y logística del Tercer Reich.

La Legión Valonia y la Legión Flandes estaban muy relacionadas con el rexismo. Se comenzaron a crear organizaciones paramilitares afiliadas a las SS. Tras el inicio de la operación Barbarroja, la Legión Flandes y la Legión Valonia enviaron respectivamente 25.000 y 15.000 voluntarios para combatir contra las tropas soviéticas.

Hergé, autor del célebre cómic Tintín, fue acusado de ser proclive al rexismo. Fuera de las acusaciones por parte del propio Degrelle que afirmaban, que el personaje de Tintín se inspiraba en él, al parecer Herge conoció a Léon Degrelle en su juventud cuando éste era periodista de la revista católica reaccionaria le XXe Siècle e ilustró la cubierta de una de sus obras.

Segunda Guerra Mundial:

Al estallar la guerra en 1939, el partido de Degrelle apoyó al rey Leopoldo III en su posición de neutralidad; el 10 de mayo de 1940, sin embargo, Alemania invadió Bélgica. Degrelle culpaba de la guerra a Francia y a Gran Bretaña, a la masonería y al capitalismo judío y aunque desaprobaba en general la conducta guerrera de Alemania, reconocía que ésta había sido provocada por los autodenominados "aliados", quienes se mantenían al margen de la Invasión a Finlandia por parte de la Unión Soviética, pero descargaban toda clase de maniobras para agredir a Alemania en distintos puntos de Europa; es así que resuelve aplaudir la invasión de Noruega, en vista de considerarla una exitosa reacción alemana ante la tentativa de invasión inglesa.

La resistencia dividió al Partido Rexista, pero el 28 de mayo de 1940 Bélgica se rindió y se estableció un nuevo gobierno. Antes de eso, Degrelle fue apresado el día 10 junto a otras 5.000 personas (comunistas fieles al Pacto Ribbentrop-Molotov, judíos, anarquistas, nacionalistas flamencos, rexistas, etc.) y deportado a Francia por una orden del 10 de mayo de 1940 emitida por el ministro de Justicia Pierre Janson, del gobierno belga liberal. La mayor parte de sus compañeros de prisión serían fusilados sin causa alguna el día 20 de mayo de ese año por soldados franceses, en un episodio aún inexplicado; es posible que el jefe militar de la localidad en esos momentos fuera el entonces coronel Charles de Gaulle. Permanecería allí sólo brevemente, pues a la capitulación de Francia fue liberado del campo de concentración de Vernet el 22 de julio y regresó a Bélgica para promover la reconstrucción del movimiento. Su posición de colaboración con el régimen invasor no contó con la aprobación universal de todos los rexistas; algunos, como Theo Simon y Lucien Mayer, organizaron un movimiento clandestino de resistencia. El 25 de agosto del mismo año Degrelle comenzaría a publicar en el periódico colaboracionista Le Pays Réel.

El 1 de enero de 1941 Degrelle declaró públicamente la unidad del movimiento rexista con el nacionalsocialismo y el fascismo. Cuatro días más tarde, confesó su admiración por Adolf Hitler, al que llamó «el hombre más grande de nuestra época" El 21 de junio de 1941 establecería una alianza con los nacionalistas flamencos, un día antes de la invasión alemana a la Unión Soviética.

La unificación de la derecha europea en un frente común contra la Unión Soviética daría la oportunidad para estrechar los lazos de colaboración. Tras solicitar autorización especial de Hitler para hacerlo, Degrelle fundó ese mismo mes la Legión Valonia (Legion Wallonie), un contingente de voluntarios belgas que combatiría junto con el ejército del Reich.

La Legión, de un millar de personas, combatió inicialmente con uniforme y armas belgas en el frente oriental como parte de la Operación Barbarroja. Tras sufrir graves pérdidas, y en el proceso de reorganización de las fuerzas destinadas al ataque de la URSS, recibió refuerzos en 1943 al integrarse en ella todos los voluntarios de nacionalidad no germana, con lo que se convirtió en una brigada de asalto adscrita a las Waffen-SS. Degrelle había sido nombrado cabo días tras su conscripción, y teniente por su mérito en combate tras recibir en mayo de 1942 una Cruz de Hierro. Al convertirse en brigada, fue destacado como mayor (Obersturmführer) al mando de la misma. La Legión participó intensamente en los combates; Degrelle fue condecorado por ello con un Nahkampfspange, una distinción entregada a los participantes activos en el frente.

Eventualmente, mediante un acuerdo con el Reichsführer Heinrich Himmler, la Legión sería transformada en la 28º División de infanterí de las Waffen-SS, aunque sus dimensiones y equipamiento siguieron respondiendo a las características de una brigada. En febrero de 1944 recibió la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, y en agosto del mismo año la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, una distinción concedida sólo a 883 militares en toda la guerra. En octubre, finalmente, sería condecorado con la Cruz Alemana de Oro. Degrelle afirma que, en ocasión de condecorarlo, el Führer le dijo que «si tuviera un hijo, quisiera que fuera como usted».

El 2 de mayo de 1945, cuando la derrota alemana era ya evidente, Himmler nombró a Degrelle Brigadeführer de las SS, aunque el nombramiento nunca tuvo efecto, pues Himmler había sido despojado de sus responsabilidades partidarias y militares en abril. Degrelle había ya abandonado el campo de batalla para viajar a Copenhague, alejándose de la línea de avance de los aliados; tres días después se encontraba en Oslo, pero poco más tarde las fuerzas alemanas en Noruega capitularon. Degrelle escapó a España en el avión Heinkel del ministro Albert Speer; tras atravesar las líneas enemigas se le acabó el combustible y su avión cayó al mar en la bahía de San Sebastián al norte de España. Tras rescatarlo de las aguas, el régimen franquista le garantizó asilo político.

Estancia en España:

La entrega de Degrelle junto con la de Pierre Laval —el jefe de la
Milice francesa y principal colaborador de la Gestapo en el gobierno de Vichy, también refugiado en España tras la caída del Eje—, fue exigida por los Aliados en vista de la neutralidad que había mantenido España durante la guerra. Si bien Franco entregó a Laval, la delicada condición de Degrelle, gravemente herido en su aterrizaje forzoso, le permitió excusarse temporalmente de hacerlo con éste. Durante el año de hospitalización, Degrelle comenzó a escribir su libro Campaña en Rusia.

Fue juzgado en Belgica in absentia, y el 29 de diciembre de 1945 se le retiró la nacionalidad belga, siendo condenado a muerte por colaboración con los invasores nazis. El 21 de agosto de 1946 Franco fingió ceder a la presión internacional para su entrega, pero le permitió huir y en su lugar entregó a un sosias, cuya identidad fue rápidamente descubierta. José Finat y Escrivá de Romaní y José María Martin Hoffmann (identidad de Hans Joseph Hoffmann, él que fuera cónsul honorario general de Alemania en Málaga) miembro muy relevante de la Gestapo, artífice del asentamiento de muchos nazis en España y de la Red Ogro, facilitaron dinero, documentos falsos y apoyo a Degrelle para que se ocultase. Bélgica reclamaría infructuosamente la extradición de Degrelle durante 15 años. En 1954, para disimular su identidad, éste recibió la nacionalidad española, adoptando el nombre de José León Ramírez Reina.

Con la ayuda de la Falange Española, dirigió una empresa constructora, que efectuó numerosas obras para el gobierno franquista. Durante los años 50 y hasta 1963, estuvo localizado en la finca La Carlina,7 junto al municipio de Constantina (Sevilla), donde llevó a cabo unas obras de construcción de un palacete y unas residencias anexas, que hoy todavía subsisten. En ellas se refleja su pasión por la arqueología y el arte.

En 1985, declaraciones de Degrelle publicadas en la revista Tiempo y en televisión negando la existencia del Holocausto fueron objeto de una demanda judicial por parte de una sobreviviente judía rumana, Violeta Friedman. Aunque las instancias iniciales fallaron a favor de Degrelle, el Tribunal Constitucional llegó a la conclusión de que, si bien el derecho a la libertad de expresión cubre también la publicación de falsedades o distorsiones de los hechos históricos, ésta constituye un agravio a la dignidad de los afectados, y condenó a Degrelle a una fuerte multa. Carta abierta al Papa sobre Auschwitz, publicada en 1979, fue objeto de la misma medida.

Pese al apoyo de CEDADE y otros grupos neonazis, la sentencia se hizo efectiva; Degrelle siguió, sin embargo, apareciendo en los encuentros de la extrema derecha, y fue el invitado de honor en la concentración organizada para conmemorar el centenario de Adolf Hitler en 1989.

Pocos años más tarde, el 31 de marzo de 1994, Degrelle moriría en el Sanatorio Parque San Antonio de Málaga, a la edad de 87 años, 50 de ellos como fugitivo de la justicia. Degrelle vivió lujosamente los últimos años de su vida en Benalmádena, localidad turística de la provincia de Málaga.

La protección de la dictadura de Franco le permitió escribir numerosas obras de divulgación del ideario rexista y fascista. A comienzos de los 70, fue uno de los principales promotores de CEDADE; Ediciones Nothung, la imprenta de la organización en Barcelona, publicó varios de sus libros, entre ellos Mil años de Hitler y Nuestra Europa. Otros títulos, incluyendo Espíritus apasionados, Memorias de un fascista y Carta abierta al Papa sobre Auschwitz fueron publicados por Editorial Fuerza Nueva y Ediciones D.


Hay mucha gente en Constantina que conoció al artífice de La Carlina y a sus hijas, incluso a su hijo trágicamente fallecido. Éste no es otro que LÉON DEGRELLE, más conocido para Constantina como “Don Juan el de La Carlina”. Pero, sin duda, gran parte de la gente ignora la verdadera importancia y lo extraordinario de la vida de este personaje histórico. Lo que siempre se dijo de él es que se trataba de un jefe nazi, belga, que se refugió en Constantina tras la II Guerra Mundial, huyendo de una condena de muerte y que fue amparado por el régimen franquista.

Muchas leyendas giran en torno a sus idas y venidas a esconderse cuando venían a buscarlo la INTERPOL, incluso se habla de una avioneta escondida en la que se marchaba. También que trajo consigo grandes tesoros en obras de arte y mucho dinero de os saqueos de los nazis por Europa durante la Gran Guerra, y poco más. Mucho de leyenda y poco de verdad. Aunque si bien todos los que lo conocieron y lo trataron le respetaban y le apreciaban sinceramente.

Léon Degrelle fue sin duda artífice y protagonista de parte de la historia. Sobre todo pensando que el destino hizo que fuera a parar precisamente allí, a Constantina.

Patio de La Carlina adornado de tinajas¿Por qué no intentar, aunque haya que romper para eso algún tabú, conocer algo más del personaje que construyó un magnífico y hermoso palacete, un grupo de viviendas para los americanos que montaban el EVA-3, en los años cincuenta, que celebró en su casapalacio de Constantina las bodas de sus hijas (un gran acontecimiento social de aquellos tiempos) y que fue el principal protagonista de tantas y tantas vivencias curiosas y especiales que tuvieron lugar en aquellos años? Una persona que dio trabajo a mucha gente del pueblo, en aquella época y que aportó conocimientos y cultura. ¿Por qué no destacar la parte positiva que sin duda encierra
y tratar de conservarla en lugar de destruirla como han hecho con La Carlina? ¿Es razonable en el siglo XXI limitarnos a una única visión, hasta tal punto de no querer saber nada de su vida y de su obra? ¿No estamos hartos de presumir de tolerancia y respeto hacia todas las ideologías, razas y condiciones humanas? ¿Por qué entonces provoca un rechazo tan agresivo el estudio y la consideración de un personaje al que nadie puede negar su carácter histórico?

“Léon Degrelle firma y Rúbrica” , es un interesante documento sobre toda su vida, en el que Degrelle transcribe literalmente la entrevista que le realizó el periodista francés Jean Michel Charlier, para una serie de documentales televisivos llamados “Dossier Noirs”, y que es recomendable para todos aquellos que quieran conocer su vida, porque, como dijeron en el diario Le Fígaro de París:”más allá de toda polémica, es un documento para la historia”o el diario Le Soir de Bruselas:”Degrelle fue excepcional por su vitalidad, su elocuencia magnética y su valor militar. Un personaje fuera de serie, asombroso manipulador de la opinión pública”. Y el Deutscher Anzeiger de Munich:”Degrelle no se arrepiente de nada, señalan escandalizados algunos periódicos. Pero ¿De qué iba a arrepentirse?”

Una de las numerosas fuentes con su correspondiente estatua“. Nació en 1906 en Bouillon-sur-Semois, Bélgica, es una de las figuras más destacadas de la historia política de Europa del siglo XX. Con menos de treinta años era ya uno de los políticos más destacados de su Bélgica natal. Su movimiento REX movía masas en una cruzada contra la corrupción política y sentía como la llamada “enfermedad del siglo XX, el fascismo”, como dijera Mussolini, también le atrapaba. De él han tenido que reconocer sus enemigos que era ciertamente uno de los tribunos más destacados de su generación en Europa. Al estallar la II Guerra Mundial y la cruzada contra en comunismo, Degrelle no duda en tomar parte el primero. Condecorado con las más altas distinciones al valor existentes, jamás otorgadas antes a un no alemán. Degrelle sufre durante el conflicto una evolución ideológica que le hace ir de un populismo socialcristiano al Nacionalsocialismo más radical donde el componente europeísta será esencial y donde la lealtad a la figura de Adolfo Hitler jugaba un papel central. Juramento de lealtad del que nunca se retractará y que se convirtió en un punto sin retorno haciendo suya la máxima: MI HONOR SE LLAMA FIDELIDAD, hasta su muerte acaecida en Málaga en 1.994 ”.

Su biografía en la Enciclopedia Espasa, añade que cuando Bélgica fue liberada por los aliados en 1.944, fue condenado a muerte por alta traición pero que pudo exiliarse a Noruega primero y a España después, donde protegido por el régimen de Franco y donde finalmente nacionalizó.

Además, por su libro (“Firma y Rúbrica”) se ha podido saber que se ofreció por medios diplomáticos a ser extraditado a Bélgica, pero exigía un juicio, cosa que le negaron siempre, pues querían ejecutarlo, por ello nunca regresó. Tuvo suerte de que en su época, el gobierno de Franco se negara a extraditar prisioneros de guerra ante los precedentes de otros extraditados que fueron ejecutados bajo juicios sumarísimos.

También contestó en este libro a las preguntas de su entrevistador sobre los numerosos intentos de secuestro que se perpetraron contra él, unos por parte del gobierno belga y otros por asociaciones de judíos, aunque siempre los evitó. También en Constantina: “... Cuando ellos creían que estaban a punto de ganar la partida, cuando ya las líneas telefónicas de ni propiedad de Constantina ya habían sido cortadas por los cómplices comunistas y todos los perros de la vecindad habían sido envenenados para que no hubiera la menor alerta, cuando mis raptores llegaron a la fase final, ¡catapún!, la policía española se les echó encima. (...) Una última tentativa de secuestro fue preparada por barbouzes del general De Gaulle. (...) Los secuestradores del general no tuvieron más suerte que sus precesores belgas o israelíes. Fueron detenidos por la policía española junto a la misma valla de mi propiedad ”.

Buscando más datos sobre su vida en el exilio, se sabe qu etras estrellarse su avioneta en la playa de La Concha de San Sebastián, tras curarse en un hospital militar, se traslada, según sus propias declaraciones a un paraje perdido de Sierra Morena, a veinte kilómetros del pueblo más cercano, y con un viejo teléfono de manivela realizó sus primeras operaciones de negocios. Contribuyó a montar una industria metalúrgica cerca del Guadalquivir. Efectuó excelentes operaciones de importación de algodón de Australia y luego se hizo constructor: “Proporcioné techo incluso a cincuenta familias de una base americana. Pues sí. Y a la aventura no le faltó picante. 

Todos aquellos militares americanos querían fotografiarse a mi lado con mi guerra y mis condecoraciones del frente del Este. Asistieron en masa a las bodas de mis dos hijas a las que llevé al altar con todas mis cruces gamadas al viento. La prensa internacional publicó, horrorizada, las fotos.”

Naturalmente se refiere a “las casas de los americanos” de La Carlina, y a la celebración de las bodas de sus hijas Ana y Godlieve. Concretamente Ana se casó con un hijo de D. Servando Balaguer, el recordado dentista de Constantina, en el verano de 1.962.

Léon Degrelle junto a su hija Anne Degrelle de Balaguer Anne Degrelle de Balaguer contó lo que sufrió su familia tras el exilio de su padre, si bien, pone mucho énfasis en declarar y demostrar que nunca le culparon por ello, ni sus hijos ni su esposa. Su madre, la esposa de Léon Degrelle, fue condenada a diez años de cárcel por el mero hecho de ser su esposa. Anne cuenta que su padre quiso cambiarse por ella, pero todos los amigos le aconsejaron que no lo hiciera pues lo ejecutarían a él y no la liberarían a ella. También los padres de Degrelle fueron perseguidos.

Así ellos, los cinco hijos, fueron a vivir con la abuela materna a una finca al sureste de Francia, donde fueron criados y educados sin ningún tipo de relación ni de referencia paterna, por temor a que los niños también sufrieran la persecución. Anne recuerda que de vez en cuando aparecía en la finca un coche con matrícula de España y que inmediatamente los quitaban de en medio. Eran emisarios de su padre para saber de su familia. Cuando el único varón de la casa se hizo mayor, quiso venir a conocer a su padre, con tan mala fortuna que sólo estuvo seis meses, desde el verano de 1.957 hasta febrero de 1.958 por
su prematura y desgraciada muerte en accidente de moto.

En la Semana Santa de ese mismo año, la esposa de Degrelle, que sacrificó toda su vida por proteger a su familia, envió a Anne a España para que consolara a su padre. Más concretamente a Constantina, a La Carlina. Ella confiesa que su padre la conquistó y Constantina y La Carlina la subyugaron. Se quedó a vivir con su padre, aunque a veces se marchaba a trabajar dando clases de francés en Madrid. 

Luego, en el verano siguiente vinieron sus tres hermanas y la madre.

Ella confiesa que el primer sitio donde llegó su padre fue a Majalimar y que luego compró la pequeña finca de La Carlina que, por aquel entonces, era una viña y ya se denominaba así, que sólo poseía un pequeño cortijo que fue lo primero que restauró y que luego pasaría a ser la casa de los guardeses: “una encantadora familia que tenía tres hijos varones, con los que yo me bajaba a comer pan con tocino, con chorizo, con aceite...”

Anne cree que las obras que empezó sobre el año 1.952, porque cuando ella llegó en 1.958 ya estaba terminada, aunque aún fueron llegando cosas: los cañones, que vinieron de Cádiz, las columnas con los bustos de los emperadores romanos...: “Yo no sé, la verdad, de dónde y cóm consiguió las cosas que tenía en La Carlina. Sí sé que fue un apasionado del arte y de la arqueología y trabajaba muchísimo.

Mi padre construyó ese hermoso lugar para nosotros, para sus hijos, con la idea de que allí nos pudiéramos reunir todos.”

Tanto su padre como ella adoraron Constantina desde el principio y la gente del pueblo, y en particular los más humildes, siempre se portaron muy bien con ellos. Recuerda que el día de San Juan era muy emotivo pues su padre recibía muchos regalos de la gente: pollos, gallinas, tocino, queso, vino... y recuerda el barrio de La Morería y las pequeñas tiendas de comestibles donde se podía comprar un duro de pimentón, un duro de cominos... Para ella, aún más especial, porque  allí conoció a su marido, Juan Servando Balaguer Parreño.

Vista del patio de La CarlinaDe por qué y cómo perdieron la finca contó que su padre, nunca se había dedicado a los negocios hasta entonces. Él había pretendido vivir de sus libros y de sus conferencias, pero no fue así. No pudo afrontar los gastos que le sobrevinieron al derrumbarse parte de la construcción de las casas de La Carlina (las que están junto a la piscina pública que años después se entregaron sin agua corriente ni luz, como viviendas sociales) por mala construcción que hizo el contratista, pues se derrumbaron con una tormenta.

Ya los americanos se habían marchado y no se habían vuelto a alquilar sus casas, de manera que al no poder pagar le embargaron la propiedad. Léon Degrelle se marchó sobre el año 1.963. Pudo llevarse sus cosas más valiosas y apreciadas pero no todo. Anne recuerda la hermosa mesa que regía el gran comedor, hecha con un tronco entero y cómo primero se había construido la mesa y luego la estancia que la albergaba. Ella junto con su marido y su hija mayor Natalie, fueron los últimos huéspedes de La Carlina en la Semana Santa de 1.964.Ya por entonces había empezado el expolio de las casas de los americanos.

Combatió junto a las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Encontrándose en Noruega cuando terminó la guerra, logró escapar a España, donde el régimen de Francisco Franco lo protegería durante décadas. La oportuna concesión de la nacionalidad española lo libró de
ser extraditado tras la caída del franquismo, y dedicó sus últimos años a escribir libros.

Y esta es, a grandes rasgos, la que podemos calificar, por lo menos, como romántica y extraordinaria historia de La Carlina. Un patrimonio que no se sabe porqué se ha dejado destruir de una manera atroz. Un hermoso lugar que se podría haber conservado para Constantina y para el mundo, como hotel o parador o como museo de cultura y arte. Seguro que si hubiese estado en otro lugar lo habrían mantenido y aprovechado decentemente o tal vez, si su mentor no hubiese sido quien fue. Una pena. Sí, una gran pena da ver aquello totalmente destruido.

"Un día se repetirán con orgullo los nombres sagrados de nuestros muertos. Nuestro pueblo, al escuchar esa historia de gloria, sentirá hervir su sangre y reconocerá a sus hijos." (Léon Degrelle)

Léon Degrelle nace el 15 de junio de 1906 en el seno de una familia numerosa en la pequeña ciudad belga de Bouillon, cerca de la frontera francesa, en la calle de Collége no 29. Contaba por aquel entonces esta pequeña y tranquila ciudad apenas tres mil almas aunque no era unpueblo sino el centro de una próspera comarca. De clase media burguesa bien acomodada, el padre, Edouard Degrelle, era de origen francés yhabía sido diputado permanente por esa region por el partido católico por lo cual desde la más tierna infancia la lucha política fue unaconstante en su educación. Por parte materna el abuelo había sido igualmente un destacado político y médico de La Roche así como un mecenas de la cultura y de la literatura siendo incluso miembro fundador del diario "Lavenir du Luxembourg" que cubría esa región, el mismo diario en donde el joven Degrelle publicará su primer aporte literario el dos de noviembre de 1925, cuando tenía tan solo dieciocho años recién cumplidos.

Como muchos otros de los jóvenes belgas, estudiaría en los jesuitas y en la Universidad Católica de Lovaina entrando en contacto con lo mejor de la intelectualidad católica de la época y siendo influenciado ideológicamente por el gran pensador francés Charles Maurras. Desde muy pronto las jerarquías religiosas se fijan en él, se hace íntimo del Monseñor Picard, encargado de las todopoderosas Juventudes de Acción Católica. Degrelle se hará cargo de las ediciones católicas REX, que estaban en plena bancarrota moral, no económica pues las seguían sosteniendo la Iglesia mediante subsidios pero nadie las leía.


En unos meses Degrelle había hecho del negocio un asunto próspero, sacaba tiradas de 100.000 ejemplares en cada ocasión y supo rodearse de una serie de colaboradores magníficos como José Streel, Victor Matthys, Jean Denis, Paul Crockaert, Pierre Daye, etc, al tiempo que lograba que los más destacados intelectuales de derechas del país escribieran para su editorial.

A comienzos de los años '30 se afilió a Acción Católica y comenzó a trabajar para una pequeña editorial católica llamada Christus Rex , que publicaba un periódico homónimo. Viajó a México como corresponsal para cubrir la Guerra Cristera que se libraba entre los Camisas Doradas y el gobierno mexicano, que de acuerdo a la Constitución había impuesto restricciones a la religion catolica. El grito de guerra de los cristeros, ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!, impresionó profundamente a Degrelle, quien a su regreso en 1934 fundaría Les Editions de Rex y empezaría a movilizarse en el Partido Católico belga para promover un curso de acción más militante.

Rápidamente descubrió Degrelle la importancia de la prensa y de la palabra, escrita y oral, en un mundo cada vez más ávido de información. Sacó, durante esos años, varios semanarios a la calle: "REX" de información política y de sociedad, "Vlan" de información general, "Soirées" que pretendía ser un semanario dedicado al mundo del cine, de la moda, con gran despliegue fotográfico. El éxito fue arrollador levantando en pocos meses una editorial que hasta ese momento languidecía cercana a la quiebra y tan sólo sobrevivía gracias a las subvenciones eclesiásticas. Su fama de propagandista católico hizo que las jerarquías del Partido católico considerasen que el joven Degrelle podría tener futuro en el seno del partido. De hecho, en un primer momento, el propio Degrelle creyó que se podría reformar el
partido desde dentro y dar a la juventud belga una referencia en éste.

En las elecciones de 1932 las ediciones REX y Degrelle jugaron un importante papel en la propaganda del Partido Católico, con el resultado de un elevado incremento de los votantes. Sin embargo pronto comenzaron las primeras desavenencias...

Rex, alternativa de futuro

Alrededor de Degrelle se agrupaban centenares de jóvenes estudiantes "rexistas", llamados así por distribuir la prensa de Rex, que comenzaban a pedir reformar dentro de las juventudes del partido Católico, un mayor compromiso social, en definitiva una ruptura con la línea tradicional del partido pero sin salirse del mismo. Degrelle se resiste, aun cree que se puede reformar desde dentro y por ello va al congreso del partido Católico de Courtrai en noviembre de 1935. Degrelle se presenta con tres centenares de camaradas e intenta participar para denunciar la situación del partido, en especial el desprestigio que supone tener a su frente a un político corrupto (el ministro Segers). No se le permite intervenir, y Degrelle toma una medida drástica tomando la palabra aun en contra de los dirigentes del partido, su verbo inflama a los jóvenes presentes mientras Degrelle lanza serias acusaciones contra la dirección del partido. Es el punto de no retorno, finalmente ha comprendido que la colaboración con la derecha burguesa es inútil.

Tres semanas más tarde, como consecuencia de lo que se vendrá a llamar el "Golpe de Courtrai", el primado de Bélgica, Cardenal Van Roey decreta que los sacerdotes no participen en las actividades de REX, llegando incluso a pedir que se trabaje activamente para detener la ascensión de REX. Los superiores de los establecimientos de enseñanza de muchachos y muchachas emplearán todos los medios necesarios para que sus alumnos queden ajenos a la agitación rexista, decía la declaración episcopal hecha pública el 20 de noviembre de 1935.

Ello excita más aún a Degrelle, que siempre ha amado los retos y pruebas difíciles, especialmente cuando iban dirigidos a su persona. Inmediatamente Degrelle organiza a su gente; Victor Matthys los CAP (Cuadros de Propaganda), Jean Denis y José Streel elaboran los programas y fundamentos doctrinales. Toda la maquinaria está en marcha y unos jóvenes de apenas veintitantos años se lanzan a la formidable aventura de hacer flotar un partido político contracorriente. 

Todo un reto. Apercibidos de la imposibilidad de seguir en el partido Católico, el 21 de febrero de 1936 rompe definitivamente el partido católico con Degrelle y prohíbe la militancia conjunta en ambas organizaciones, hasta entonces muchos eran los dirigentes juveniles de éste que colaboraba con Rex en contra de los deseos de la Iglesia. La mayoría seguirán a Degrelle en la aventura que acababa de comenzar. El 23 de ese mismo mes, Degrelle había organizado un gran mitin público en Namur, asiste a él cerca de cinco mil jóvenes, y aquí presenta públicamente el programa que habrá de regenerar la vida pública de su país. La excitación es palpable, se siente que algo nuevo está gestándose.

Las elecciones generales se convocan para el 24 de mayo y Rex decide concurrir como un partido pero tiene graves problemas financieros y está falto de cuadros y militantes. Degrelle se lanza a captar candidatos, a organizar los grupos de militantes en cada pueblo y en cuestión de semanas todo está listo y Rex se lanza de lleno a la campaña electoral. Nadie cree que Rex pueda tener éxito, pero el entusiasmo de los rexistas, la mayoría sin derecho a voto por ser bien menores de edad (en aquella época 23 años) o mujeres (sin derecho de voto en Bélgica por entonces), hace que las perspectivas más optimistas se vean desbordadas por los resultados.

Y es que no hay una valla en toda Bélgica que no tenga propaganda rexista. Los mítines se suceden, Degrelle llegará a dar hasta doce mítines en una jornada. La prensa rexista, en especial el nuevo diario, Le Pays Réel, un diario de cuatro páginas vendido a veinticinco céntimos, anuncia los mítines cada día como una agenda apretada de pueblo en pueblo. Es aquí donde se demostrará las extraordinarias dotes de Degrelle como orador y tribuno, logra mantener en vilo a un auditorio durante horas llevando así a cada rincón de su amada Bélgica el mensaje de paz y de revolución social de Rex.

Rex es ante todo un movimiento de profundas raíces cristianas. Degrelle jamás lo negaría y hasta su muerte seguiría fiel a la Iglesia Católica, con una visión social revolucionaria basada en la doctrina social de la Iglesia.

No sería hasta más cerca de la guerra mundial (años 1937-1938) cuando Rex se acercaría claramente a posiciones fascistas, y no hasta 1941-42 en que evolucionarían hasta el Nacionalsocialismo. Sin embargo la posterior evolución ideológica de Rex no debe interpretarse como una claudicación de principios iniciales. Todo lo contrario, se trata de un avance en posiciones sociales y de visión del mundo fruto de un mayor conocimiento de la realidad del continente al cual pertenecemos incorporando la doctrina social-europeísta. En palabras del propio Degrelle, en un artículo publicado durante el conflicto desde el frente del Este en una publicación europeísta, La Jeune Europe, "estabamos particularmente asqueados por la bajeza espiritual de nuestro tiempo. Preocupados por el deseo de volver a traer una gran pureza y un gran fervor a las masas ávidas de un ideal.

No nos asustaba decir, al principio de Rex, que eramos la pasión ardiente de los Apóstoles.

La ideología rexista de primera época comparte, en gran medida, los postulados clásicos de los llamados prefascismos, es decir cercano a movimientos que en algunos casos evolucionarían hacia el Fascismo pero que también pudieron optar por convertirse en una derecha autoritaria (CEDA en España, Engelbert Dollfuss en Austria, Nasjonal Samling en Noruega). Estos principios se pueden articular entorno a varios conceptos básicos: nacionalismo unionista a favor del estado belga, autoritarismo, corporativismo, partidarios de la monarquía como cabeza del estado, confesionalismo católico.

Aunque hay otros autores que ha preferido definir a Rex como una organización completamente nueva, de marcadas tendencias socializantes, así, en palabras del historiador Paul Fassange "uno puede decir que el rexismo era una clase de socialismo popular, radical, idealista y estetico. Además Bélgica tenía un problema nacionalista particular, la situación incompatible entre las comunidades flamencas y valonas (francófonas estas últimas) del país.

Desde la formación de Bélgica como estado, a principios del siglo XIX, los flamencos habían exigido formar parte de Holanda o un estado independiente. Los valones, grupo dominante en lo intelectual y en la clase económica, siempre observaron con desconfianza las pretensiones flamencas de progreso social. Degrelle, consciente de esta situación y que las bases de Rex era mayoritariamente francófono, intenta dar una solución radical al problema basado en una convivencia separada de las comunidades, cercano al autonomismo. Esto no será siempre comprendido por algunos dirigentes valones de su movimiento.

El 24 de mayo se celebraron las elecciones generales, el resultado fue un éxito contundente, Rex cosechó 21 diputados y 12 senadores, que equivalía a un 11,49% de los votos totales del país. Sin embargo es importante considerar que Rex era un partido mayoritariamente valón y francófono. Y es allí donde Rex triunfa. En determinadas provincias valonas supera con facilidad la barrera del 30% de los votos barriendo a los partidos tradicionales, no solo de derechas sino también de izquierdas (Católico, liberal, socialista). La sorpresa fue de tal magnitud que los partidos tradicionales ahora si que tenían que comenzar a tomarse en serio las propuestas de este grupo de jóvenes radicales.

A partir de ese momento Rex comienza a articularse como un partido en toda regla, hasta entonces había sido más o menos la aspiración de un grupo de jóvenes liderados por Léon Degrelle. El llamado "frente Popular de Rex" se amplía, se crean potentes sindicatos corporativos, las secciones juveniles crecen, los locales rexistas se abren en cada rincón del país, los cuadros de dirigentes se jerarquizan. Rex participa y tiene algo que decir, en cada problema que afecta al país: huelgas mineras y portuarias, corrupción política, ascenso del nacionalismo, etc. 

Envía a sus militantes delante del parlamento con escobas para avisar que su movimiento pretende limpiar el país. Este símbolo, la escoba, se ha convertido en algo mítico en Bélgica, no es raro ver partidos actuales utilizar este símbolo en sus campañas, por el ejemplo el VIaams Blok. Degrelle es la estrella de ese año 36 en toda Europa, incluso es recibido por altas autoridades de la Iglesia, el monarca y en el extranjero por Mussolini y Hitler.

En octubre suscribe un espectacular acuerdo de colaboración con los nacionalistas flamencos, el VNV que controla cerca del 20-25% de los votos en Flandes, para avanzar políticamente en las aspiraciones conjuntas de cada movimiento. Degrelle está ahora convencido de estar cerca del poder. Y lo está, por ello la campaña de desprestigio que lanzan los partidos tradicionales es impresionante.

No hay día en que la prensa controlada por éstos no insulte o intente manchar la imagen de Degrelle, siempre sin éxito. En Octubre, coincidiendo con una manifestación de masas en memoria de los caídos en la Primera Guerra Mundial, se suceden los rumores sobre un golpe de estado rexista, rumores sin viso de realidad. Degrelle siempre confirmó que el golpe pudo ser real, se le había ofrecido apoyo por parte de círculos militares, pero que desechó la idea. La situación del país (corrupción, desprestigio de las instituciones parlamentarias, paro, tensión nacionalista) hacia que fueran necesarias medidas drásticas para salir del atolladero, pero "siempre desde la legalida", recordaba Degrelle.

La situación que eligió Degrelle para intentar derribar al gobierno se le presentó en la primavera de 1937, después de haber mostrado su fuerza en Bruselas donde reunió en enero a más de 20.000 oyentes cada noche en las "seis días de Rex" que se celebraron en el palacio de los deportes. La mayor concentración política hasta entonces celebrada en Bélgica. Confiado, hizo dimitir a un diputado por Bruselas y se presentó personalmente retando al principal dirigente parlamentario, Van Zeeland, a competir por la plaza vacante. Aceptó el reto, sin embargo ningún otro partido presentó candidaturas. Normalmente hubieran sido 6 o 7 candidatos para la plaza por lo que bastaría con obtener un 15-20% de los votos para ganar. Y esto era lo que tenía Degrelle asegurado.

Hasta los socialistas y comunistas hicieron frente común con los católico liberales para derrotar a Degrelle, que sólo lo apoyaban además de Rex, los autonomistas del VNV. Y lo consiguieron. Degrelle perdió la elección con un 19% de los votos. Y la Iglesia había vuelto a tomar partido contra Degrelle, rompiendo su independencia nuevamente en la lucha personal que libraban contra Rex.

En la declaración episcopal del que después colaboraría felizmente con los ocupantes alemanes, el Cardenal Van Roey recordaba a todos los católicos belgas, "estamos convencidos que constituye un peligro para el país y para la Iglesia. Y en consecuencia el deber de todo católico leal el 11 de abril es evidente. Y toda abstención debe ser reprobada".

De todas maneras no se trataba de un fracaso (una quinta parte de los votos en la capital del país, cuando enfrente estaban todos los demás partidos del espectro político), aun cuando se propagó un sentimiento de desánimo entre las filas rexistas, los más conservadores y procatólicos, burgueses en definitiva, comenzaron a abandonarlo. lnfluyó, y esto lo creyó siempre el propio Degrelle, en esta derrota la inesperada intervención del Cardenal Van Roey, siempre dispuesto a participar cuando se trataba de interferir en la trayectoria de Degrelle.

Apenas dos días antes de las elecciones parciales este cardenal primado había pedido el voto para Van Zeeland, algo que hasta se podría entender al ser éste del partido Católico, pero el cardenal incluso llegó a condenar y prohibir a los católicos votar a Degrelle.

En un país profundamente confesional como la Bélgica de 1937 esto era un tremendo problema de conciencia para un católico practicante. El resto del año 37 es igualmente desmoralizador para Rex. Dimiten y abandonan el movimiento viejos camaradas como Hubert d'Ydewalle, Pierre Daye; se rompe el acuerdo con el VNV, la prensa de Rex comienza a tener graves problemas económicos y se observa en la calidad del papel y en la presentación. Degrelle, ante la situación debe tomar medidas drásticas. Sabe que la partida no está perdida y que ha llegado el momento de reavivar las ilusiones de sus militantes y simpatizantes.

A partir de ahora entra en una nueva fase el movimiento rexista, mucho más interesante y de clara evolución profascista. El punto culminante de esta evolución se encuentra en el congreso de Lombeek-Notre-Dame, municipio cercano a Bruselas donde el alcalde es rexista, el 10 de julio de 1938. Allí se concentran más de 60.000 militantes y simpatizantes a fin de demostrar a sus detractores que el movimiento rexista no está acabado y que Degrelle tiene un poder de convocatoria elevado.

Nunca antes se había reunido tal masa de personas en un acto político en Bélgica. La estetica es claramente fascistizante: Degrelle aparece ante un auditorio uniformado de negro; las banderas ondeando al viento; los discursos inflamados desde una tribuna decorada con motivos nacionalistas. Nadie podrá negar su parecido a los congresos del partido de Núremberg. Durante la guerra Degrelle recordará que los rexistas se sentían muy solidarios con el Nacionalsocialismo, con el Fascismo, con la Falange y con los otros movimientos nacionalistas y socialistas que levantaba la esperanza de la juventud revolucionaria de toda Europa.

La Europa de los podridos y la Europa de las Patrias Unidas comenzaba su duelo a muerte. Sin embargo los resultados en las municipales de octubre no son esperanzadores. Pero Degrelle no se desanima. En abril de 1939 las elecciones legislativas arrojan 4 diputados y 4 senadores (4,43% de los votos globales). Rex sigue siendo una fuerza importante, aunque se haya querido manifestar lo contrario, pero reducido a determinadas zonas (En el Luxemburgo cosecha en determinadas zonas más del 20% de los votos, en conjunto el 12,7%) y desaparece prácticamente de Flandes. 

En esta ocasión es elegido el propio Léon Degrelle, marcando otro récord pues es el diputado más votado de Bélgica en su circunscripción. Degrelle sigue confiando en su estrella y en la fe en un ideal pero la guerra se acerca peligrosamente y su estallido producirá una profunda ruptura, no sólo para Degrelle, sino para toda Europa.

La guerra

El 3 de septiembre de 1939 las potencias aliadas declaran la guerra a Alemania. Ha estallado la Segunda Guerra Mundial y Degrelle exige con todas sus energías que Bélgica permanezca ajena a este conflicto. Se debe mantener la neutralidad es su consigna y así lo repite incesantemente en las editoriales de su prensa y en todas las tribunas. Especialmente revelador es su artículo "Solidaridad de Europa" que publica el 30 de noviembre de 1939 donde canta a la unidad de Europa, mucho antes que nuestros políticos de la Unión Europea. "La unidad europea es un hecho. Todos somos partícipes de Atenas y de Roma, nobleza y fuerza que ha regado nuestro destino desde siempre", y, continúa diciendo, "sin duda, el Dios por el que Europa ha militado dos mil años aclarara lo malos tiempos y detendrá a tiempo este suicidio". Desgraciadamente nadie le escucha y el 10 de mayo, presionado por las circunstancias estratégicas y por las maniobras del gobierno belga, Alemania se ve obligada a ocupar Bélgica.

Durante 18 días el ejército belga resiste heroicamente, muchos
militantes y dirigentes rexistas caerán en el campo de batalla contra
los alemanes, mientras los servicios de seguridad franceses se dedican
a una auténtica caza al hombre deteniendo a posibles "espías". En una
de estas redadas es detenido Degrelle, sin que se le respete su
inmunidad parlamentaria ni su deseo de incorporarse al ejército. Se le
deporta a Francia, en un acto de flagrante ilegalidad, se le tortura y
está a punto de ser ejecutado. Por ironías del destino sobrevivirá a
la masacre de Abbeville donde más de una veintena de detenidos, entre
ellos indefensos ancianos y mujeres, son asesinados impunemente por
los soldados franceses, entre estos está el conocido líder flamenco
Joris van Severen.

El relato de estos días es espeluznante. Ni los peores relatos de los
ficticios campos de concentración alemanes puede asemejarse a las
escenas trágicas de esta masacre. Todos creen que Degrelle ha muerto,
incluso sus compañeros de partido y la prensa alemana lo declara
muerto.

El 28 de mayo Bélgica se rinde y comienza oficialmente la Ocupacion
alemana. La primera postura de Rex, dirigida por una junta provisional
hasta que Degrelle volvió del campo de concentración de Francia, es de
oponerse a las autoridades alemanas y no colaborar. Así casi durante
medio año no hay apenas signos de colaboración, mientras los restantes
partidos, incluso el Comunista, se desviven por colaborar con las
nuevas autoridades. Degrelle volverá a Bruselas en julio de 1940 y se
encuentra con un vacio de poder en Bélgica y decide aprovechar el
momento.

En enero de 1941 Degrelle ya ha retomado definitivamente el timón y el mando del movimiento colocando a su lado a sus dos inseparables camaradas Victor Matthys y José Streel. En la editorial de año nuevo del diario "Le Pays Réel", que ha vuelto a salir, Degrelle acaba con un enérgico "Heil Hitler!". Ha optado por la vía de la colaboración sincera con el Nuevo orden. Inmediatamente los rexistas van copando puestos en la administración pública y los cuadros del movimiento se reorganizan



Las secciones de asalto salen nuevamente a la calle (Formaciones de combate-FC), las juventudes (Juventud legionaria) desfilan al mando del mítico John Hagemanns por los pueblos de Valonia, ya sin las restricciones de la preguerra en cuanto a uniformidad (la ley contra las milicias) y el uso de estandartes y elementos paramilitares. Y, presionado por la realidad, Degrelle firma un acuerdo de reparto político de Bélgica con el VNV flamenco, apoyado por las autoridades alemanas. REX controla Valonia, y el VNV Flandes, mientras que Bruselas queda para los dos, aunque mayoritariamente flamenco. Sin embargo un nuevo factor entrará en juego y que hará girar radicalmente al líder valón. En junio de 1941 estalla la guerra con la URSS, y Degrelle no puede quedar ajeno cuando el futuro de Europa está en juego.

A los pocos días Degrelle, con la ayuda de su lugarteniente Rouleau, anuncia la creación de un Cuerpo franco para combatir contra el Comunismo. Dos semanas después el primer contingente partirá en uniforme rexista para el campo de instrucción y poco después al frente. A la cabeza de estos está Degrelle, que ha renunciado a un nombramiento de oficial por parte del propio Hitler. Así lo atestigua su cartilla militar, no simplemente su testimonio. Cerca del 80% de los voluntarios son rexistas, creen que la guerra acabará pronto y que entonces se podrá reanudar la labor en la patria. Pero será infinitamente larga y el movimiento se resiente.

Victor Matthys y José Streel, al mando de éste en Bélgica, tienen ante sí una labor difícil: intentar calmar los ánimos de los miles de militantes y dirigentes rexistas que desean partir al frente, sin darse cuenta de la importancia del frente interior para administrar el país. De hecho muchos dirigentes lograrán marchar, aun en contra de la voluntad de Degrelle y derramarán su sangre defendiendo la causa que abrazaron. Joseph Pévenasse, Paul Mezzetta, John Hagemanns y centenares de conocidos nombres más. ¡Jamás se ha visto tal deseo de sacrificarse por una causa común como la mostrada por esos hombres!

Las batallas se suceden y las cifras de bajas son escalofriantes (39% en Gromovaja-Balka, 52% Tcherkassy, 80% en Estonia) y las exhaustas filas deben ser rellenadas constantemente con nuevos voluntarios llegados de Bélgica, muchos de ellos adolescentes de apenas 16-17 años. Su valía será reconocida por los alemanes, en ocasiones unidades completas recibían la preciada cruz de hierro, lo cuál era inusual.

En 1943 Degrelle, que siempre se distinguió por acciones
espectaculares, anuncia un viraje radical en su programa político. Los valones son parte de la Europa germánica y por lo tanto a la par con los alemanes afirma Degrelle ante un auditorio atónito. Degrelle juega la carta de la reordenación territorial de Europa y ve la posibilidad de lograr una posición en la Nueva Europa, rompiendo los viejos moldes de los estados nacionales de preguerra. Esta toma de posición no es compartida por algunos de sus dirigentes, excesivamente conservadores como José Streel y abandonan Rex aunque la más evidente fascistización del movimiento atrae a millares de jóvenes a sus filas mientras los veteranos conservadores lo abandonan. En mayo se produce el acuerdo Himmler-Degrelle y la legión valona, antes en el ejército alemán, ingresa en las Waffen SS como miembros de pleno derecho. Es un paso decisivo y hará del lema de la orden negra "Mi honor se llama fidelidad" su divisa para el resto de su vida.

Las primeras experiencias en las Waffen SS son sangrientas y en febrero de 1944 se produce la ruptura del cerco de Tcherkassy en Ucrania y Degrelle recibe la Cruz de Caballero de Hitler personalmente. Es el momento culminante en la carrera militar y política de Degrelle. Ningún extranjero había sido recibido así por el propio Führer. La credibilidad política de Degrelle no se ponía en
duda y sabía que había conquistado con honor un puesto en la nueva Europa. Sus voluntarios y él haran una gira triunfal por Bélgica antes de retornar al frente.

En Bruselas son centenares de miles de belgas los que le aclaman por las calles de la capital en un día nublado de abril. Sus discursos multitudinarios animan a las masas. Será la última ocasión de estar con su pueblo de esa manera, cinco meses después, Bruselas sería liberada por las tropas aliadas y la población aclamará a las tropas de Montgomery de la misma forma. Degrelle incluso viaja a París para lanzar el mensaje europeísta a los franceses, tan carentes de líderes capaces de aunar las voluntades.

Sin embargo la situación en Bélgica es difícil. Mientras Degrelle y los valones combaten cuerpo a cuerpo en Estonia, los aliados desembarcan y avanzan por Francia en el verano de 1944. Por todos lados la administración civil se desmorona y Rex es la única alternativa de poder real existente. Sin embargo los atentados terroristas se repiten contra familiares y dirigentes rexistas. Los terroristas de la llamada "resistencia" consideran que para hostigar a los rexistas y "apoyar" al esfuerzo bélico aliado hay que asesinar a mujeres y niños en nombre de las libertades. No pasa un día que no sean masacrados y mutilados horriblemente niños a la vuelta de los colegios, mujeres en la cocina, padres de familia volviendo de la Misa. Simplemente por ser hijos, esposas o padres de un rexista. 

Los terroristas demócratas no escatiman medios para ello. En algunas ocasiones acaban con militantes rexistas como el alcalde de Charleroi, Englebin, asesinado junto a su hijo de pocos años y su esposa. Era alcalde siendo consciente que su antecesor en el cargo, el veterano rexista Teguels, había sido asesinado unos meses antes.

El asesinato de Englebin era un acto insensato y que no podía ser sino una provocación. Este alcalde rexista era uno de los dirigentes más populares en su ciudad. Respetado y admirado por muchos nadie esperaba que fuera asesinado. Victor Matthys y Joseph Pevenasse ordenan a sus cuadros resistir a la provocación. No desean que Bélgica se convierta
en un baño de sangre. Sin embargo es imposible resistir a la llamada de la sangre y perderán la paciencia. A finales del verano comienzan las contrarrepresalias por parte de comandos rexistas. En julio es asesinado del hermano de Degrelle, Edouard, un simple farmacéutico que no era siquiera miembro del partido. Se ha superado la barrera de lo tolerable y comandos rexistas ejecutan a conocidos resistentes. Curiosamente, tras la guerra, decenas de rexistas serían "ajusticiados" por estas contra represalias mientras que los terroristas eran condecorados...

En el Frente del Este, lejos de las tensiones en Bélgica, el fragor del combate cuerpo a cuerpo era permanente. Degrelle es condecorado  con las Hojas de Roble y el preciado pasador de combates cuerpo a cuerpo: 67 nada menos, que le vale para recibirla en oro. Es el no alemán más condecorado. Todo alemán tiene obligación de saludarlo en posición de respeto. Incluso generales. Son los privilegios de ser portadores de la Cruz de Hierro. Es aquí cuando Hitler pronuncia esas míticas palabras: "Si tuviera un hijo, querría que fuera como Vd".

En septiembre Bélgica es ocupada parcialmente por los aliados. Degrelle es condenado en diciembre a la pena capital en rebeldía y se persigue con saña a los rexistas que no han logrado llegar a Alemania. Mientras Degrelle es nombrado Volksführer por Hitler, caudillo de los valones, demasiado tarde... La ofensiva de las Ardenas será la última esperanza que se desvanecerá pronto. Degrelle participa activamente en la ofensiva. Sin embargo, el fin está cerca y es la última vez que pisará su patria antes de partir hacia el exilio.

Los primeros meses de 1945 son terribles, por un lado la patria ha sido ocupada; los camaradas son perseguidos y sus familias asesinadas.

Es la llamada "Depuración" que como una nueva inquisición se posó sobre la Europa liberada para perseguir, en nombre de la Libertad yla Democracia, a aquellos que habían apoyado al bando perdedor. Mientras los rusos amenazan con inundar Europa y llegar hasta las mismas puertas de Bruselas.

Los voluntarios combaten en Pomerania codo a codo con las restantes nacionalidades de la Waffen SS: los mejores representantes de todos los países de Europa. En abril muere Hitler en Berlín y la guerra se acaba. Degrelle ordena a sus hombres resistir y lograr escapar de la represión. Por su parte, él alcanza Noruega para seguir combatiendo pero ya no hay voluntad de resistir. Quisling desea acabar cuanto antes. Las autoridades alemanas han recibido órdenes de no resistir.

El ocaso de los dioses es un hecho. Pero Degrelle se niega a rendirse. Jamás lo ha hecho antes. Por qué lo iba a hacer ahora?, Máxime sabiendo el futuro que le espera si vuelve a Bélgica donde está condenado a muerte. El suicidio le parece una alternativa cobarde. Hay
que combatir:

Entender a la 28ª División SS Belga Valona hubiera sido imposible de no ser por el Partido Rexista (Christus Rex en latín o Cristo Rey) de León Degrelle. Imitando al fascismo italiano con su corporativismo y estética, además de un catolicismo añadido y un nacionalismo valón que deseaba separarse de los flamencos de Flandes, el Partido Rexista llegó a ocupar el 20% de los escaños del Parlamento de Bélgica antes de la Segunda Guerra Mundial. Estallado el conflicto, su fundador León Degrelle luchó contra los alemanes hasta que Bélgica fue ocupada totalmente por el Tercer Reich. A partir de ese instante la política del Partido Rexista se disgregó entre colaborar o lanzarse a la resistencia contra el invasor. Todo cambió cuando se produjo la agresión del Eje a la Unión Soviética, ya que el Partido Rexista con Degrelle a la cabeza se vió en la necesidad de aportar su grano de arena con el fin de acabar con la amenaza comunista mundial. Adolf Hitler estudió la posibilidad y permitió a los belgas valones inscribirse voluntariamente en la cruzada anti-bolchevique.

Legión Valona

Degrelle fue el encargado de llevar a cabo el reclutamiento entre las filas del Partido Rexista, un trabajo que desempeñó impecablemente porque en la primera semana “post-Operación Barbarroja” se habían reclutado ya 1.000 voluntarios con las pruebas médicas superadas. En un principio la fuerza se iba a llamar Cuero Franco Valón (Corps Franc Wallonie), pero se le cambió al de Legión Valonia (Legion Wallonie). El comandante Georges Jacob fue elegido jefe divisionario, renengando de ello honradamente Degrelle a pesar de que Hitler le ofreció el mando, el cual decidió alistarse desde la escala de soldado raso.


Un total de 1.500 hombres encuadraron la Legión Valona que se instaló en el campo de instrucción de Meseritz en Prusia Oriental. La más multitudinaria despedida se hizo en Bruselas con 860 voluntarios el 8 de Agosto de 1941. La simbología oficial de la Legión Valona fue la Cruz de Borgoña, igual a la Cruz de San Andrés roja y aspada que tenían los Tercios de la España Imperial en Flandes y Bélgica.

Curiosamente se permitió a los voluntarios lucir en el pecho
condecoraciones ganadas en la Primera Guerra Mundial cuando combatieron a los alemanes.

Para Octubre de 1941 la Legión Valona fue desplegada en el Frente del Este, concreta mente en Ucrania dentro del Grupo de Ejércitos Sur en el XVII Ejército. Al principio las relaciones de los belgas con los alemanes no fueron buenas porque estos les daban un trato no muy amable, además se sentían piezas secundarias por ser empleados como una fuerza antipartisana.

La oportunidad cambió a finales de 1941 cuando se produjo la contraofensiva soviética. La Legión Valona se distinguió heroicamente en la línea Gromovaya-Balka, resistiendo 300 hombres dirigidos por el capitán Pierre Pauly a 4.000 tropas del Ejército Rojo. La batalla allí se convirtió en una pelea cuerpo a cuerpo por cada calle y cada casa hasta que finalmente vinieron en socorro de los belgas tanques y aviones alemanes que permitieron desbaratar el ataque ruso. Ante esta acción que costó la pérdida de 20 oficiales de los 22 iniciales y un tercio de los soldados, la Legión Valona fue obligada a regresar a retaguardia para recomponerse el 22 de Marzo de 1942. Por su buen comportamiento se repartieron 32 Cruces de Hierro, entre estas una se otorgó a León Degrelle que fue ascendido a sargento.

Reorganizándose la Legión Valona en Prusia Oriental, cambió de jefe al ser agregado el comandante Georges Tchekhoff, ruso nacionalizado belga de la antigua Marina Imperial Rusa antes de la caída del Ejército Blanco en la Guerra Civil Rusa. Inmediatamente a los cambios la Legión Valona cruzó el Río Dniéper, combatió durante el invierno en el Valle del Río Donets y participó en la Batalla de Kharkov. Luego fue asignada con refuerzos a la 97ª División de Cazadores Alemana, siendo a continuación trasladada al Cáucaso, campaña en la que atravesó 800 kilómetros a pie, liderada en aquel entonces por el comandante Lucien Lippert y contando con el teniente Degrelle recién ascendido.

Maikop, uno de los pozos petrolíferos del Caúcaso y Europa, fue el  destino de la Legión Valona en donde se distinguió notablemente sufriendo 854 bajas de los 1.000 hombres con los empezó. A pesar de las dificultades pudieron hacerse junto a los alemanes y caucásicos colaboracionistas con Maikop, Tjerkakow y llenar las bajas sufridas con refuerzos desde Bélgica. Todavía la Legión Valona tendría protagonismo en el Cáucaso con la conquista de Tuapse, acción que realizaron y lograron bajo una intensa lluvia de aguanieve y bombardeos de la artillería y aviación rusa. A mediados de Noviembre de 1942 la Legión Valona había encajado tantas bajas que tuvo que ser retirada del Cáucaso.

Desde que existía el ejército paneuropeo de las Waffen-SS, León Degrelle había querido integrar a los belgas valones en un una división, tal y como ya lo habían hecho los belgas flamencos en la 19ª División SS Flamenca. El Reichsführer de las SS Heinrich Himmler aceptó la petición de Degrelle en Junio de 1943 y el 3 de Julio de ese mismo año fue inscrita en las Waffen-SS la Brigada SS Belga Valona (Freiwilligen-Sturmbrigade Wallonien).

El campo de entrenamiento de Widflecken fue el lugar escogido para los voluntarios de la Brigada SS Belga Valona para adiestrarse. La Legión Valona se disolvió y sus 1.500 integrantes fueron enviados a Widflecken, mientras que de Belgica llegaron 400 reclutas nuevos, lo que derivó en que otra vez se abrieran plazas en el campo de instrucción de Meseritz. Una de las novedades fue que a la Brigada SS Belga Valona se la designó como unidad motorizada con hasta 250 camiones, cuyas compañías artilleras se equipaban con dos cañones pesados de 150 milímetros y cuatro cañones ligeros de 75 milímetros.

Lucien Lippert siguió siendo el comandante. La división contaba con los dos 69º y 70º Regimientos SS de Granaderos; el 28º Regimiento SS de Artillería; los cuatro 28th Batallones SS de Cazatanques, Panzer de Reconocimiento, Intendencia e Ingenieros; las siete Compañías SS de Avituallamiento, Antiaéreos, Administración, Sanitaria, Veterinaria, Refuerzos y Ataque; y el Grupo Capelle.

28ª División SS Belga Valona “Wallonie”:
69º Regimiento SS de Granaderos “SS-Panzergrenadier Regiment 69″
70º Regimiento SS de Granaderos “SS-Panzergrenadier Regiment 70″
28º Regimiento SS de Artillería “SS-Artillerie Regiment 28″
28th Batallón SS de Cazatanques “SS-Panzerjäger Abteilung 28″
28th Batallón SS Panzer de Reconocimiento “SS-Panzeraufklaürungs 28″
28th Batallón SS de Intendencia “SS-Nachrichten Abteilung 28″
28th Batallón SS de Ingenieros “SS-Pioner Bataillon 28″
28ª Compañía SS de Avituallamiento “SS-Nachsub-Kompanie 28″
28ª Compañía SS de Artillería Antiaérea “SS-Flak-Kompanie 28″
28ª Compañía SS Administrativa “SS-Verwaltungskompanie 28″
28ª Compañía SS Sanitaria “SS-Sanitäts-Kompanie 28″
28ª Compañía SS Veterinaria “SS-Veterinar-Kompanie 28″
28ª Compañía SS de Refuerzo “SS-Ersatz-Bataillon 28″
28ª Compañía SS de Ataque “SS-Sturm-Bataillon 28″
Grupo Capelle “Kampfgruppe Capelle”

A finales de 1943 la Brigada SS Belga Valona se asentó en Ucrania. Poco después, al empezar 1944, el Ejército Rojo lanzó una ofensiva hacia el bosque ucraniano de Teklino, próximo a donde acampaban los belgas. La 5ª División SS “Wiking” y la División “Germania” fueron las primeras en intentar reconquistar Teklino con un resultado fallido.

Entonces se recurrió a la Brigada SS Belga Valona par intentar conquistar el bosque, algo que causó risas entre los alemanes de la Wiking que llegaron a mostrar un cártel burlesco que rezaba: “El circo de Wallonia. Espectáculo gratuito. Mañana de 6 a 8″. Con nieve y una temperatura bajo cero en grados, la Brigada Valona se lanzó al asalto contra el bosque de Teklino para quedar frenada poco después ante la superioridad soviética. Sin embargo se ordenó que grupos pequeños con ametralladoras se infiltraran en el bosque y hostigaran las vías de comunicación y suministros de las vanguardias soviéticas con la retaguardia. La táctica funcionó a la perfección porque los rusos se retiraron y la Brigada SS Valona destruyó hasta un total de 700 búnkers y nidos defensivos soviéticos.

Mientras la Brigada SS Valona ocupaba Teklino, la ofensiva soviética continuaba y dejaba cercados a un gran número de divisiones del Eje en la bolsa de Korsun-Cherkassy. Encerrada en la bolsa, los valones se dedicaron a defender la zona de Novaya-Buda, sitio en el que murió Lucien Lippert, el cual fue sustituido en el mando por el mismo León Degrelle. A través de Lisyanka el Eje rompió el cerco de Korsun-Cherkassy, siendo precisamente por ese mismo punto por donde escapó la Brigada SS Valona. Unos 1.400 belgas valones cayeron en Korsun-Cherkassy de los 2.000 inciales, sólo sobrevivieron 632 hombres.

Defensa de Narva

Gracias a la maestra comandancia provisional de la Brigada SS Valona, León Degrelle fue ascendido a SS-Sturmbannführer y recibió la Cruz de Caballero, quedando como segundo al mando el SS-Sturmbannführer Franz Hellebaut. Pero el cambio más significativo fue la reconversión de la Brigada SS Valona en la 28ª División SS Belga Valna “Wallonie” de las Waffen-SS. Una de las razones de esta reconversión fueron los 8.000 voluntarios belgas valones que se reclutaron en Bélgica gracias a una intensa campaña mediática de reclutamiento que realizó el Partido Rexista.

Otra novedad fue la inclusión de franceses leales a la Francia de Vichy y españoles. En el caso de los voluntarios venidos de España procedían del movimiento filofascista de la Falange y también de la División Azul. Degrelle que tenía amistad con el militar hispano-belga Antonio Alfonso Van Horembeke, veterano de la Guerra Civil, aceptó encuadrar hasta 250 españoles para que lucharan junto a los valones, al mando de estos quedó el SS-Obersturmführer Luis García Valdajos.


Narva en Estonia fue el siguiente destino de la División SS Valona en Junio de 1944. Únicamente 440 belgas se desplegaron en la localidad de Dorpat bajo control del III Cuerpo SS Panzer que lideraba el SS-Obergruppenführer Felix Steiner. Del 10 de Agosto a Septiembre los valones defendieron Narva presentando una heroica resistencia y logrando abatir con armas antitanque Panzerfaust a innumerables poderosos tanques rusos T-34 y Stalin IS-2. En los combates se distinguió el SS-Untersturmführer Leon Gillis que consiguió destruir en solitario a muchos tanques T-34, recibiendo la Cruz de Caballero. Por suerte un gran número de belgas sobrevivió al cerco de Narva, ya que desde el puerto de Reval en el Mar Báltico fueron evacuados por barco hasta que fueron enviados a Breslau o Dinamarca.

Berlín

Bélgica fue liberada por los Aliados a finales de 1944 y a principios de 1945 los belgas SS valones se habían quedado sólos sin poder regresar a su país que los acusaba de traidores. A pesar de todo decidió apostar por caer junto al Eje y por eso se integró en el XXIX Cuerpo Panzer que intentó liberar sin éxito en Febrero de 1945 una bolsa en la que estaban atrapados algunos alemanes en Arnswalde. Aunque los belgas se estrellaron contra el avance ruso, provocaron serias bajas a los soviéticos en aquella misión denominada “Operación Sonnenwende”.

Durante la retirada de las fuerzas del Eje hacia el Oeste cuando empezó la Batalla de Berlín, los belgas valones muy próximos a la capital, apoyados por numerosos españoles, pelearon encarnizadamente en Stargard, Kollin y Stettin. A principios de Abril la 28ª División SS Valona cruzó el Río Oder por Lübeck y se rindió a los ejércitos de Estados Unidos y Gran Bretaña. Los 625 soldados supervivientes pudieron regresar a Bélgica, no se tomó represalias contra ellos, únicamente contra unos pocos mandos.

Citas de Degrelle:

"Si los buenos no combaten, triunfan los malvados" decía un dicho que hizo suyo.

"Unido con Hitler hasta el final del mundo".

"Si las Waffen-SS no hubieran existido, los soviéticos habrían invadido toda Europa en 1944. Habrían llegado a París antes que los americanos."

"La sangre de los héroes muertos cruzara Europa como un río de vida".

“Los que titubean ante el esfuerzo, es porque tienen adormecida el alma". 

El gran ideal da siempre fuerza para domar el cuerpo, para soportar el cansancio, el hambre, el frío.¿Qué importan las noches en vela, el trabajo abrumador, o el dolor, o la pobreza? Lo esencial, es conservar en el fondo del corazón la gran fuerza que alienta e impulsa, que aplaca los nervios desatados, que hace latir de nuevo la sangre cansada, que hace arder en los ojos, adormecidos por el sueño, un fuego ardiente y devorador.Entonces, nada es áspero ya. El dolor se ha transformado en alegría porque, gracias a él, nos damos más por entero, y el sacrificio nuestro se purifica”.

El exilio

En un avión cedido por Joseph Terboven, Reichkomissar alemán en Noruega que se suicidaría horas después, logra atravesar toda Europa y llegar a las playas de San Sebastián, al norte de España. Mientras su familia es detenida, incluso su esposa que pasará muchos años encarcelada. Sus ancianos padres encarcelados sólo por el hecho de tener esta condición. Morirán en prisión. En España residirá por más de cuatro décadas, casi cinco, apoyado por fieles camaradas españoles que evitarán que sea extraditado. El General Francisco Franco le prestó su apoyo incondicional. A finales de los años 60 ya no había peligro que fuera extraditado o secuestrado por terroristas judíos.

Ya era ciudadano español y Bélgica había públicamente reconocido que era un "extranjero" aunque la prescripción de la pena de muerte se prorrogó expresamente diez años más, hasta 1974, en lo que se llamó "Lex degrelliana". Sin embargo Degrelle jamás repudió su patria, la cambió por Europa.

Todos los que pudimos conocerle personalmente recordamos con cariño como contaba con sensibilidad sus aventuras juveniles y el paisaje de ese país que tanto amó. Hasta el último día de su vida recordó y se preocupó por el futuro de Bélgica. Damos fe de ello. Dedicó el resto de su vida a propagar el ideal a las juventudes de Europa y a recopilar sus vivencias, no como un anciano que recuerda mejores épocas, sino como un joven que desea dejar algo para la posteridad. Cuando se dirigía a los jóvenes nunca decía "antes era" sino "el futuro debe ser así". Estaba convencido que viviría para ver su sueño realizado: una Europa unida en un ldeal. Una juventud luchando por un futuro mejor, familia, paz, prosperidad ..... Sea así.

¡REX VAINCRA!


Lo más grave es que para arramblar con avidez el dinero de la gente en el mundo entero, han tenido que crear, para las masas, nuevas necesidades. Es lo que ellos llaman la sociedad de consumo. El público maravillado va a su ritmo, lo compra todo, lo útil y lo inútil; se envenena se asfixia se llena la imaginación de espejos descompuestos, despreciando estúpidamente lo que gana, reclamando siempre más, y destrozando completamente la economía de cada país de este modo.

El posible comprador es triturado cada día por la publicidad, por la pantalla de la televisión que alimenta sin pudor y sin tegua su manía compradora impuesta, y le embrutece. Este materialismo trepidante elimina o contamina todo lo que podría obstaculizar su expansión desenfrenada, es decir, todo lo que, por esencia, representa una tendencia al sacrificio y a la renuncia: religión, familia, servicio a la Patria, tres puntos principales de la sabiduría.

Ya no queda ni un solo valor moral que logra resistir a los ojos de los jóvenes: los padres han perdido la partida, la Patria es una piltrafa, Dios hace reír y también el Papa con sus Concilios. Se tolera quizás a algún cura izquierdoso que juega al ratón y al gato o cosas por el estilo. Antes, Dios era todo. Sólo con su Mensaje podía iluminar eternamente el corazón de los hombres.

La sociedad de consumo convirtió a la humanidad en una inmensa multitud materialista a la cual la simple idea de sacrificio le hacía temblar. Las fiestas, la televisión, la libido, la avidez de tenerlo todo, de poder pagar todo lo que se ve, de no someterse nunca a ninguna moral limitativa, de incluso hartarse de los ancianos (carga pesada) o de los niños (obstáculos), han enviado la civilización occidental al declive en el espacio de un cuarto de siglo.

Una guerra perdida, no es mortal. Pero en este caso es toda una manera de vivir la que ha sido destruida, son todos los valores que habían construido Europa los que han sido dinamitados sin poder ser reemplazados por otros, únicamente quedan unos Parlamentos charlatanes que no aportan en ningún caso soluciones serias. Se inventan mil Congresos disparatados que no interesan a nadie. Y, por todas partes en el viejo mundo, el Estado se derrumba bajo los golpes de las masas materialistas, cada vez más exigentes y cada vez más insensatas en sus reivindicaciones.

Las más altas nociones espirituales han sido eliminadas una tras otra, ya sea la Fe, la Comunidad de la Nación, el equilibrio y respeto a las costumbres, la solidaridad de la familia, el papel preponderante de los padres, las obligaciones y beneficios de la procreación. Hoy día se quiere vivir, es decir, vivir materialmente, atiborrarse de confort. ¡Y lo demás, al diablo!

Y el resto, efectivamente, se fue al diablo…

Solo pude hablar personalmente en tres ocasiones con Léon Degrelle, pero fueron suficientes para captar su extraordinaria personalidad, que se hallaba en las antípodas de lo que se llama un político profesional. Aunque era un gran orador, no hacia uso de los artificios de la oratoria clásica. No los necesitaba. Le bastaba con una lógica tan sencilla como convincente, adecuada para toda clase de públicos. Tuve la oportunidad de asistir a dos conferencias suyas en un local de la desaparecida CEDADE, a finales de la década de los años setenta del siglo pasado.

Recuerdo especialmente una charla suya, sobre el tema de los regionalismos europeos. En aquella época se estaba gestando la autonomía de Catalunya, que, según los patentados patrioteros de la entonces denominada Alianza Popular iba a "romper España", a "enfrentar hermanos con hermanos", y demás manidos topicazos, con los que sus sucesores del Partido Popular iban a continuar machacando los oídos de sus tan crédulos como deliberadamente ignorantes sucesores.

Léon Degrelle era de nacionalidad belga. Pero Bélgica no era mas que un invento, un parto "ex nihilo", generado por Inglaterra en 1831, al desgajar la parte flamenca al sur de Holanda y añadirle la porción francófona llamada Valonia. La sutil inteligencia de Londres debilitaba así un peligroso rival y creaba un agradecido satélite en el continente al cual le atribuía el puerto de Amberes, el más importante del norte de Europa. El nombre del país se derivaba de las antiguas tribus - los belgas - que habían habitado aquella zona muchos siglos atrás.

Léon Degrelle se consideraba - porque lo era - un valón. La unidad que él comandó en el Frente del Este era una denominada Legión Valona, a pesar de no sustentar ningún tipo de prevención contra los flamencos. Incluso el origen de su movimiento político, REX, se fundamentaba en la unión de las dos principales fuerzas sociales, étnicas y políticas de Flandes y Valonia.

Volviendo al tema de la muy recordada conferencia de Degrelle en Barcelona, solo cabe decir que si, viajando en el tiempo, la escucharan determinados epígonos de la "Unidad de Des(a)tino en lo universal" y desconocieran la identidad del orador, inmediatamente lo calificarían de "rojo-separatista".

Sin embargo, nada mas alejado de la realidad. Léon Degrelle era un nacionalsocialista de la cabeza a los pies. Conocida es la frase de Hitler según la cual, de haber tenido un hijo hubiera deseado que se pareciera a Degrelle. Pero, además, Degrelle era un adicto a las tesis de la "Europa de las Patrias carnales", tal como fuera definida en la Asamblea de Charlottenburg, presidida nada menos que por el Reichsführer SS Heinrich Himmler, a principios de 1944. En efecto, aquella incomparable SS, tanto la "Waffen", como la "Allgemeine", ya contaba, en aquella época con mas de un 40% de no-alemanes, otro tanto de alemanes, y un 15 a 20% de "Auslandsdeutschen" es decir, de descendientes de alemanes nacidos en el extranjero,. Basta con leer los libros de Saint-Loup  o de Jean Mabire narrando las gestas de los SS nórdicos, occitanos, bretones, noruegos, valones, flamencos, en el Frente del Este.

Degrelle como Jean Mabire, Saint-Loup, Frannwitz, y tantos mas, sabiéndolo o no, luchaban por una Europa REAL, y, por cierto, tal fue el titulo ("L’Europe Réelle") del primer periódico paneuropeísta publicado en la post-guerra por otro superviviente de las estepas rusas, el valón Jean-Robert Debbaudt.

En Charlottenburg se editó incluso un primer boceto de mapa de la "Europa de las etnias", en el que se hacia tabla rasa de las fronteras estatales artificiales, producto muchas veces de guerras de rapiña, cuando no de bodas dinásticas, con lo que los pueblos y etnias enteras eran objeto de cambalaches entre media docena de familias, Habsburgos, Borbones, Saboyas, Battenbergs, Romanoffs…mientras tanto, el gigante chino se despertaba en Oriente, y en Occidente una joven república redentora de enormes riquezas se perfilaba como una nueva super-potencia mundial.

La visión política de los hombres de Charlottenburg comprendía que Europa solo era viable aplicando la vieja fórmula, del refranero castellano "cada uno en su casa, y Dios en la de todos". El mapa de Charlottenburg fue reproducido por Saint-Loup en su libro "Les SS de la Toison d’Or". Todas las patrias carnales de Europa dispondrían de un autogobierno interno total, mientras que la política exterior y las finanzas estarían desde la capital federal europea, Viena.

Recuerdo cómo Degrelle se indignaba al enumerar las limitaciones de la entonces "Comunidad Económica Europea", la Europa de los Estados, preconizada por el General De Gaulle. Decía que todos los "socios del club" solo concebían Europa como una vaca lechera. Todos pensaban en qué podían obtener de Europa; nadie en lo que podía aportar. 

En cambio, se entusiasmaba cuando hablaba de la Europa que hubiera podido ser si la suerte de las armas no hubiera resultado adversa. Afirmaba que un día u otro Europa se haría, desde el Mar del Norte hasta Vladivostock. Seria la primera - y única - potencia mundial. La alternativa, es decir, la que existía cuando nos hablaba, era una Europa sin ilusión y destinada a ser un satélite de Estados Unidos y, por elevación, de los poderes tácticos imperantes en Wall Street.

Los hechos, por desgracia, le están dando la razón. En la actual Europa, cuanto más crece su extensión, más se le acumulan los problemas, algunos de los cuales parecen insolubles: la inmigración incontrolada, las rivalidades inter-estatales, las corruptelas de los profesionales de la política, la ausencia de una política exterior propia y, sobre todo, la falta de un verdadero entusiasmo paneuropeo.

En resumen, a LA EUROPA REAL, LA EUROPA DEL AMOR FRATERNO ENTRE NUESTROS PUEBLOS, de Lèon Degrelle y los hombres de Charlottenburg, se ha opuesto la contrafigura actual, definida tiempo ha como "un matrimonio de conveniencia no consumado". Pero en política, lo más necio es la desesperación, y precisamente lo obviamente desastroso de la actual situación permite esperar que, por la Ley del Eterno Retorno, aparezca un grupo de hombres que, unidos en torno a la idea de la Europa real, hagan posible un nuevo amanecer.

Prólogo del libro "Feldpost", de Leon Degrelle, por José Luis Jerez Riesco:

(Edición española de un libro de Léon Degrelle, que no se habia traducido ni editado nunca en España. Se trata de "Feldpost", un libro genial que recoge las notas de Léon Degrelle en el combate del Frente del Este en 1941 y 1942, que fue editado por Ediciones Rex de Bruselas en enero de 1944).

Siempre he pensado que el lugar natalicio de los seres humanos puede ser un factor determinante de referencia en el carácter y en la trayectoria vital de las personas y a veces marcan sus derroteros culturales; el hecho de que León Degrelle, el genial autor y protagonista de la obra “Feldpost”, fuese natural de Bouillón, en las viejas tierras de Lotaringia, donde nació el 15 de junio de 1906, no es una cuestión baladí en su impronta y en su estela.

Entre los primeros recuerdos que conservaba Degrelle en la retina, los de su más tierna infancia, se encontraba la imponente y maciza silueta del pétreo castillo feudal, con sus robustas torres circulares, morada de un personaje mortal de leyenda áulica, Godofredo de Bouillón, a quien por sus nimbadas y prodigiosas hazañas y gestas guerreras, en defensa de la Cristiandad, ha quedado como la personificación del ideal de caballero medieval, como el arquetipo del guerrero de la fe, por ser el primero que, liderando a los cruzados, entró triunfante en la mítica ciudad de Jerusalén.

Las primeras narraciones que formaron y desataron la imaginación y fantasía del joven Degrelle guardaban relación con las epopeyas y aventuras de aquel ser prodigioso, uno de los nueve de la fama universal que enumera Miguel de Cervantes, inspirador de la leyenda del “Caballero del Cisne”, que sirvió de numen a Richard Wagner para componer su opera Lohegrín o a Dante Alighieri para situar su alma en el cielo de Marte, junto a los místicos-guerreros del santo ideal.

En los cuentos, leyendas y narraciones que corrían, enigmáticos y chispeantes, de la boca de los abuelos a los atentos oídos de sus nietos, en derredor de la lumbre de las chimeneas o de los acogedores y cenicientos braseros, durante los prolongados e interminables inviernos de tupidas e impenetrables nieblas de Bouillón, no faltaban los relatos de tan singular héroe local de proyección cósmica, a quien todos los muchachos llevaban dentro de sus corazones, en el subconsciente colectivo de la región, y a quienes les gustaría parecerse al ganar la pubertad.

Godofredo era un ser de un profundo sentimiento religioso, que vendió todas sus posesiones y pertenencias, poniendo íntegro su patrimonio al servicio de la Cruzada que con tanta vehemencia y ardor predicaba el Papa Urbano II para, un buen día, del año 1096, partir desde su fortaleza de Bouillón, al frente de cuarenta mil hombres, para emprender, por la ruta de Carlomagno, el sendero que le llevaría a la celestial Jerusalén para su liberación y poder así guardar y defender la ciudad que albergaba el Santo Sepulcro, el mayor baluarte espiritual de sus nobles ideales. Fueron tan prodigiosas e inverosímiles las hazañas atribuidas a Godofredo de Bouillón que pronto se le entronizó como héroe de los cantares de gesta, tanto de Antioquia como de Jerusalén, como el prototipo y el paradigma del caballero por excelencia.

Fue Godofredo para León Degrelle un modelo a emular, un buen ejemplo a seguir. Por ello, cuando el Führer y Canciller del III Reich, Adolfo Hitler, convocó a los pueblos y a la juventud de Europa, en 1941, para alistarse y emprender la gran y decisiva Cruzada contra el Bolchevismo, Degrelle se puso al frente de los voluntarios valones, como soldado raso, para ganar fama, gloria y honor en el Frente del Este, en aquella inmensa muralla de combatientes que lucharon hasta la extenuación, encarnizada y románticamente, con sus camaradas de todas las regiones europeas en la gran batalla por la defensa de la civilización cristiana y la cultura occidental, para liberar al Viejo Continente y al mundo entero de las podridas consignas orquestadas por los sempiternos enemigos de la humanidad agazapados tras su perfidia secular.

Si Godofredo de Bouillón ha ganado un lugar de honor en el Olimpo reservado para los inmortales, León Degrelle le sigue a la zaga, por su fantástica vida, relevantes prendas y dotes excepcionales, que le pusieron a la cabeza de los escalafones del valor y la inteligencia, logrando en el corto lapso de tiempo de cuatro años de acero, por méritos de guerra, pasar de simple “guripa” a General en Jefe de su unidad, siendo el combatiente extranjero más condecorado de la Segunda Guerra Mundial, durante la Cruzada Europea contra el bolchevismo ateo y materialista, configurándose para la posteridad como un icono de heroísmo y férrea voluntad. Si con méritos propios destacó como el “Guerrero de Europa”, movido por su arrolladora fe, su indomable tesón y su fuerza proverbial, con su oratoria mágica e inspirada, ganó las voluntades de sus fieles y con sus escritos supo plasmar, con rigor y precisión, los hechos y epopeyas en las que intervino como destacado y estelar personaje principal en los acontecimientos que labraron y decidieron la Historia del siglo XX, sin renuncias ni arrepentimientos, sino con orgullo y lealtad a los valores eternos que dignifican y elevan a los seres superiores.

“Feldpost” es el título del diario epistolar que León Degrelle
redactaba a vuelapluma, entre ecos de truenos, estallidos de metralla y olor a pólvora, antes de conciliar el sueño tras las duras jornadas en el Frente del Este en las campañas de 1941 y 1942, de la que hasta la fecha no existía versión española. Las cartas escritas por el joven voluntario, con sus vivencias, reflexiones y meditaciones a ras de trinchera, las enviaba puntualmente a Bélgica utilizando los organizados servicios del correo militar, que eso significa precisamente el rótulo alemán empleado de sus reveladores testimonios:

“Feldpost”, que se podría traducir como “Correo de campaña”, donde se vislumbran, en su elevada adrenalina, anhelos bélicos e ideales políticos, y en los que León Degrelle refleja, de forma fidedigna y magistral, la vida dura y sacrificada de los combatientes valones en los gélidos inviernos de la estepa y de los hielos de aquella inmensidad territorial cubierta por el manto glacial de sus rigores extremos.

El libro, por la espontaneidad de su redacción, es de fácil lectura y el testimonio directo expuesto, por su inmediatez en relación a los acontecimientos vividos, adquiere la categoría de documento de máxima certeza y suma veracidad, alejado de cualquier manipulación elaborada a posteriori, como se suele escribir al uso y así falsificar la Historia elaborada y reconstruida, por interesadas razones de mera conveniencia.

En estas líneas escritas en el fragor de las batallas, en condiciones climáticas al límite de la resistencia humana, se adentra el lector en el alma íntima y recóndita de León Degrelle, descubriendo en sus frases, lacónicas como dardos y sin oropeles, los recovecos de su grandiosa personalidad, llena de poesía y de una gran nobleza de miras altruistas y elevadas.

La recopilación de las cartas estampilladas, enviadas por “Feldpost”, denominación del servicio postal empleado por las fuerzas militares germanas en combate, es un auténtico diario de guerra y vieron la luz pública en las Ediciones Rex de Bruselas, el 31 de enero de 1944. Son, pues, unas memorias donde Degrelle templa sus armas espirituales y su coraje con el hielo y con el ardor del fuego de su ardiente corazón.

Después de la atenta lectura de esta obra la imaginación nos lleva hacia la existencia y la constatación que la mitología puede convertirse en realidad cuando se encarnan sus atributos idílicos y quiméricos en seres irrepetibles, como Godofredo de Bouillón o León Degrelle, que nos señalan al unísono el camino de la rectitud.

Obras Publicadas:

Almas ardiendo (O Almas en la hoguera)
La campaña de Rusia
Memorias de un fascista
Hitler, nacido en Versailles
Tintin, mon copain
Carta abierta al Papa sobre Auschwitz
Mi camino de Santiago
El enigma de Hitler
¡Europa vivirá!
Majestad, usted y yo
Leon Degrelle, firma y rúbrica
Historia de las Waffen-SS europeas
Hitler. La marcha hacia el Reich (1918–1933)
Mis andanzas en México.

Mis Memorias:

A sus 77 años, el belga León Degrelle, que llegó a ser general de la Waffen Division SS durante la segunda guerra mundial, la última reliquia del fascismo europeo, a quien se acusó de ser criminal de guerra, el hombre al que Hitler dijo al oído mientras le imponía la más alta condecoración del III Reich, el gran Collar de Ritterbreuz, "si tuviese un hijo me gustaría que fuese como usted", escribe tranquilamente sus memorias en su piso de la calle de Santa Engracia, de Madrid. 

Es uno de los exiliados de extrema derecha más notables de entre los que fueron acogidos durante la dictadura. Completan la nómina los ex presidentes Trujillo, de la República Dominicana; Batista, de Cuba; Pérez Jiménez, de Venezuela; Alfredo Ovando, de Bolivia, o Isabel Perón, de Argentina, además de sus respectivas cohortes.

Vive plácidamente en la octava planta de una finca de la calle Santa Engracia, próxima a la plaza de Chamberí, en dos magníficos pisos corridos, regalo de "algunos de los muchos amigos que aún tengo en España". Su casa es todo un museo, con vitrinas con piezas de la época romana primorosamente cuidadas, tallas religiosas de los siglos XVI y XVII, cuadros de valor incalculable, monedas únicas, antigüedades de todo tipo, muebles de época y alfombras persas. Está adornada por todas partes con símbolos nazis. "Estas cosas se compraban antes por nada. Cuando curé de mis últimas heridas de guerra, ya en España, hice el camino de Santiago desde Roncesvalles y fui comprando cosas en los pueblos. También en Andalucía me regalaron muchas cosas los campesinos de aquellos pobre pueblos, porque sabrá usted que, en realidad, soy andaluz..."Y comienza a desgranar la historia...

Cuando los alemanes vieron perdida la guerra, muerto Hitler, Ribbentrop insistió a Degrelle, que había logrado llegar a Oslo, para que se pusiese a salvo. Con cuatro oficiales se apropió del avión del ministro de la guerra, Speer, y realizó un vuelo nocturno y heroico que terminó en la misma arena de la playa de la Concha, en San Sebastián, cuando el aparato -un Heinkel bimotor- se quedó sin combustible. "Volábamos sin luces huyendo del fuego antiaéreo francés.

Cuando divisábamos Irún, a sólo unos minutos de aviación, vimos la muerte segura. Yo conocía aquella zona porque de pequeño había veraneado en Lourdes con mis padres algunos años y en dos ocasiones visitamos Guipúzcoa. Pero faltaban algunos minutos y el avión ya no tenía combustible. Aterrizar en suelo francés significaba la guerra. Así que el piloto, para demostrar su pericia, puso el avión vertical, aprovechó las últimas gotas y llegamos hasta San Sebastián. La Vírgen de Lourdes me salvaba en el último momento".

Se estrellaron contra la misma playa y Degrelle resultó gravemente herido. Estuvo dieciocho meses en el Hospital Mola, de San Sebastián. "Mis heridas me salvaron en realidad, porque Franco quiso devolverme a Alemania. Ví las cosas tan mal que un día le escibí una carta en la que le decía: «Qué poco vale para usted la sangre de un cristiano ...». Se indignó Franco, según supe, y me mandó a Serrano Suñer, pero la cosa acabó en que cuando pude echar a andar me prepararon una fuga falsa. Se publicó en toda la Prensa occidental, para tranquilidad de los aliados que pedían mi cabeza. Oficialmente yo había desaparecido. Entre Martín Artajo, el conde de Mayalde y Narciso Perales prepararon mi fuga".

Llegó a Madrid y vivió escondido en casa de un matrimonio de jubilados durante un año y medio. "Vivía en el cuarto de la criada. Sin luz. Sin ventilación. El hombre de la casa pesaba unos 130 kilos. Recuerdo que iba cada noche a la cama con un gran orinal. Producía cuatro litros cada noche". En esa época, Degrelle se enteró por Informaciones de la muerte de su padre y de su madre. Tuvo tal crisis que la cicatriz de una de las operaciones se le abrió de arriba a abajo, desde el cuello al vientre. Tuvo hemorragias constantes durante meses. Perdió 32 kilogramos de peso y tuvo consciencia de que se moría. "Así que decidí cambiar de mundo viendo algo agradable y me fui a Málaga, a la Carihuela. Entonces era un pequeño puerto de pescadores. Al cabo de un tiempo me reconoció un alemán que vivía allí y me internaron en un hospital, donde me operaron y me salvaron la vida".

A través del cónsul de Alemania en Málaga, Johan Hoffinan, llegó hasta José Antonio Girón. Fue la persona que le ayudó a seguir huido.

El ministro franquista le buscó un lugar tranquilo. Una finca enorme de unos industriales castellanos en una zona próxima al pueblo sevillano de Constantina. "Iba con frecuencia al pueblo y pasaba siempre delante de una tienda regentada por una anciana a la que con el tiempo llegué a conocer muy bien: Matilde Ramírez Reina. Al poco tiempo ella me adoptó. Los tribunales belgas me habían privado de todos los derechos y me ha bían equiparado a un menor. El juzgado de Cazalla de la Sierra tuvo esto en cuenta y aprobó mi adopción. A mis 53 años. Soy hijo de aquella buena mujer, aunque para entonces mis seis hijos ha bían empezado a darme los primeros doce nietos".

León Degrelle pasó a convertir se a los ojos de la justicia española en León Ramírez Reina, español de Constantina, donde llegó a tener una calle. Enseña al periodista el carné de indentidad español.

El pulso y la inspiración

En las paredes de su impresio nante despacho están colgadas las banderas de las compañías de la Waffen Division SS, de la que llegó a ser general, y las dos bande ras del Movimiento Rexista Belga (fascista) que él fundara antes de la segunda guerra mundial. Sobre un pequeño plato de cobre coloca do encima de un pequeño arcón también de madera noble está a la vista el gran Collar de Ritterbreuz.

Aparentemente no disfruta de protección policial. El paso es franco hasta el octavo piso de la finca. El mismo abre la puerta al periodista, aunque la cita estaba acordada, y durante las tres horas y media de charla la casa permanece silenciosa y aparentemente deshabitada. León Degrelle pasea por su despacho durante todo el tiempo de la conversación. Habla con una potencia y una rapidez atronadoras y lleva el peso de la conversación, porque apenas deja intervenir.

Con una lucidez extraordinaria, evita en lo que le es posible los hechos y las fechas concretas en beneficio de las grandes citas filosóficas o teorizantes, o para recordar pasajes de sus libros o de las memorias que está escribiendo: "...A nosotros, los supervivientes de la cruzada europea contra el comunismo soviético, los ex combatientes del frente del Este, desgarrados por las heridas, abrumados por los lutos, consumidos por las penas, ¿qué derechos nos quedan todavía? Somos unos muertos, con piernas, con brazos, con respiración. Pero muertos...". O para pontificar sobre el fascimo: "No creo en esa palabra. La repudio. Yo hablo de nacional socialismo porque es un concepto mundial. Fascismo es un concepto italiano solamente". O sobre el socialismo: "Mi socialismo es el socialismo en colaboración con los que tienen el capital. Sin el capital no hay sueldos y sin trabajo no hay fábricas. Yo nunca quise conquistar el poder, sino que busqué que la gente, el pueblo, me lo entregase".

Ha contratado con una importante multinacional norteamericana la publicación de sus memorias. Serán catorce volúmenes, catorce videocasetes y catorce películas. Los editores le han puesto fechas de entrega. "Con el dinero se acaban para siempre mis penurias económicas, aunque siempre he sido poco gastador". Así que tiene que entregar un libro cada cuatro meses.

Escribe a mano, con rotulador negro, en cuadernos grandes de anillas, que va depositando unos encima de otros a medida que están llenos. "El pulso de la mano es lo que mejor refleja la inspiracíón", dice. Comienza a las siete de la mañana y levanta el trabajo por la noche.

Allí está todo. Desde su nacimiento, en Bouillon (patria de Godofredo de Bouillon, uno de los primeros cruzados), en una familia de ocho hermanos, hasta su precocidad en todo. A los quince años había escrito una novela y un libro político; a los veinte, cinco libros, y a los veinticinco dirigía varios periódicos, algunos de los cuales llegó a poseer. A los treinta (en 1936), ya con el Movimiento Rexista (fascista) fundado hace algún tiempo, consiguió meter en el parlamento belga a 32 diputados.

En las memorias se cuenta su encuentro con Franco, en la guerra civil española, y hay un epígrafe en el que relata una conversación entre los dos personajes: "Yo le dijo a Franco que la guerra estaba resultando muy larga y por lo tanto muy costosa, a lo que me respondió que ocho siglos habían tardado sus antecesores en la Reconquista. La verdad es que nunca tuve confianza con Franco. Llegué incluso a votar, ya como español, en su contra en el referéndum de la Ley de Sucesión.

A quien de verdad yo admiré fue a Serrano Suñer. Luego, en los siguientes 45 años, con el paso del tiempo tuve relaciones de todo tipo con gente como Girón, el doctor Marañón, Ridruejo, Laín Entralgo, Rof Carballo, Cossío, Sopeña, De la Serna, Mayalde, Carrero Blanco, etcétera. A estos dos últimos les regalé un cuadro valioso a cada uno. Fui amigo de Fraga y también, mucho, de Blas Piñar. Siempre le dije a Blas que se equivocaba, que no se podía ser notario y político. Montó un partido en torno a una clase social rica o muy rica. Por eso fracasó".

León Joseph Marie Ignace Degrelle , nació el 15 de junio de 1906, en Bouillon, un pequeño pueblo de las Ardenas, en Luxemburgo. Su familia era católica, burguesa, de origen francés emigrados a Luxemburgo seis años antes del nacimiento de León, a raíz de la expulsión de los jesuitas y del gobierno anticlerical de Francia. León heredó la devoción y fe católicas que señalarían su rumbo por el resto de su vida.

Sus primeros estudios los cursó en un colegio de la Compañía de Jesús y culminó su educación en la Universidad Católica de Lovaina obteniendo un doctorado en leyes. Fue miembro de la Acción Católica y viaja a México como corresponsal para escribir sobre la guerra que encara Plutarco Elías Calles contra los Combatientes Cristeros que se enfrentan a la feroz dictadura de Plutarco. Degrelle, toma el grito de guerra de los cristeros "¡Viva Cristo Rey!" y a su regreso en Bélgica funda la Editorial Christus Rex.

Viaja constantemente por Sudamérica, EEUU y Canadá. Visita África, Oriente Medio y todos los países europeos. Degrelle es un convencido de que Europa tiene un destino común y que en consecuencia todos los países europeos deben unirse en pro de su común herencia cultural.

Político por excelencia, pronto se encuentra enfrentando a los corruptos partidos parlamentarios, incluyendo al Partido Demócrata Cristiano, que es respaldado por la alta jerarquía eclesiástica. Funda el Partido Rexista y comienza su lucha denunciando a la "Gran Banca Judaica" que ejercía una poderosa influencia en la economía belga. Su lucha no se limita al ámbito local sino que se extiende hasta el Congo Belga. El Partido Rexista es populista por excelencia y Degrelle trata por todos los medios de convencer a los marxistas con sus ideas de igualdad social.

El 29 de Marzo de 1932, Degrelle se casa con Marie-Paule Lemay con quien tuvo ocho hijos, siete hijas y un hijo.

El 21 de febrero de 1936, la Iglesia Católica rompe relaciones con el Partido Rexista y prohíbe a los católicos colaborar con ellos. El 24 de mayo, el Partido Rexista obtiene una estruendosa victoria en las elecciones parlamentarias ganando 34 escaños en el Parlamento Belga. Pero los demás partidos no se rinden y comienzan una lenta lucha para convencer a los jóvenes rexistas, logrando integrarlos en una falange en contra de Degrelle. Como resultado de estos hechos el Partido Rexista comienza a declinar y a desintegrarse, sin embargo, Degrelle logra ser reelegido en el parlamento.

La situación en Europa es crítica y Degrelle prevé que nuevamente Bélgica puede ser utilizada como un amortiguador entre Francia y Alemania para el momento en que se inicien las hostilidades. Pero además de preocuparse por la integridad del territorio belga, Degrelle ve más allá de las fronteras y del propio continente europeo.

A los 29 años de edad Degrelle ha refundado el sentimiento
nacionalista belga y por tanto pronto se encuentra en contacto con otros nacionalistas europeos, como Cornelio Codreanu líder de la Guardia de Hierro en Rumania, José Antonio Primo de Rivera fundador de la Falange Española, Mussolini creador del Partido Fascista Italiano y Adolfo Hitler del Partido Nacionalsocialista en Alemania.

Mussolini invita a Degrelle a Roma, Churchill lo invita a Londres y Hitler lo recibe en Berlín. Degrelle se esfuerza por evitar una guerra en Europa, pero los partidos nacionalistas y los comunistas, todos juegan en pro de la guerra.

La guerra estalla en 1939, Degrelle hace lo posible por lograr la neutralidad de su país, pero el gobierno belga se inclina por los Aliados y el 10 de mayo de 1940, Alemania invade Bélgica. El Partido Rexista se pliega a la resistencia contra el invasor, pero Degrelle es apresado por la policía francesa, acusado de ser un espía. Degrelle es torturado y pronto se enfrenta a un jurado que tiene la intención de fusilarlo. Mientras se encuentra en prisión sobrevive a la masacre de Abbeville, donde un grupo de presos belgas, mujeres, niños y ancianos son asesinados.

El 28 de mayo de 1940, Bélgica se rinde y se establece un nuevo gobierno. El día 22 de Julio, Degrelle es liberado del campo de concentración de Vernet en Francia y regresa a Bélgica iniciando de inmediato la reconstrucción del Partido Rexista.

El 21 de junio de 1941, establece una alianza con los nacionalistas flamencos, un día antes de la invasión alemana a la Unión Soviética. Degrelle no olvida la ingerencia soviética y del judaísmo internacional en los asuntos belgas y crea la Legión Walonie, que luchará al lado de los alemanes en contra de lo que Degrelle considera ser el enemigo común: el Marxismo.

De soldado raso, Degrelle comienza a ascender los escalafones militares hasta llegar a General. Mediante una acuerdo con Himmler, la Legión Walonie se convierte en la 28 División de las Waffen-SS. Recibe la Cruz de Hierro y la Cruz de Caballero. Las acciones militares de Degrelle se comienzan a convertir en leyenda cuando ya está al mando
de las divisiones Walonie, Carlomagno Vlandern. La suerte de la campaña en el este está echada y lleva a las fuerzas alemanas a buscar refugio tras sus propias fronteras.

En Julio de 1944 su hermano Edouard es asesinado y León es excomulgado. En Estonia, Degrelle es condecorado con las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero. Para entonces los Aliados han ocupado Bélgica.

El 2 de mayo de 1945 Himmler lo nombra General-SS. Ese día Degrelle viaja a Copenhague y tres días después se encuentra en Oslo, pero poco después las fuerzas alemanas se rinden en Noruega y Degrelle debe escapar a España. Embarca en un avión de transporte cruzando las líneas aliadas en medio de un nutrido fuego de los antiaéreos. El avión cae en la Bahía de San Sebastián al norte de España, donde Degrelle, gravemente herido, obtiene refugio político.

Los Aliados amenazan invadir España a menos que sean entregados Degrelle y Pierre Laval. Ante la presión, Franco entrego a Laval pero se comprometió a mantener a Degrelle hasta que pudiera moverse del hospital. Degrelle pasa un año hospitalizado, casi totalmente enyesado e inmóvil, pero apenas pudo mover su brazo derecho comenzó a escribir su libro "Campaña en Rusia" que fue publicada en Francia en dos ediciones.

Un año después Degrelle se refugia en un monasterio, pero en Bélgica sus familiares y amigos fueron encarcelados y torturados. Sus hijos fueron internados en centros de detención en varios países de Europa y se les cambió los nombres para evitar que la familia pudiera reunirse de nuevo. Las autoridades belgas ordenaron que no se les permitiera entrar en contacto entre sí o con sus padres.

Se le juzga en ausencia y el 29 de diciembre, se le retira la
nacionalidad y es condenado a muerte por las potencias vencedoras. El nuevo gobierno belga pasó una ley llamada Lex Degrellana que declaraba ilegal poseer, transferir o recibir, cualquier libro de Degrelle o que hablara sobre él.

Permaneció en España amparado por su amigo Francisco Franco y se dedicó a escribir varios otros libros, entre ellos, "Almas Ardiendo", "Memorias de un Fascista" y "Carta al Papa". Trabajó como obrero de construcción y de la misma forma como de soldado raso llegó a general, de obrero llegó a fundar su propia compañía de construcción. Fue tan exitosa su empresa que el gobierno de EEUU le encargó la construcción de campos aéreos en España. Mientras tanto, amigos leales a Degrelle y su causa lograron ubicar a todos sus hijos y devolverlos a su padre.

Durante 40 años Degrelle pidió ser juzgado públicamente por una corte belga, pero se le negó ese derecho. Una y otra vez el gobierno belga respondió con el silencio a esa petición. Por otro lado, en varias oportunidades atentaron contra su vida en España. El 5 de julio de 1961, la policía española apresó al ciudadano israelí Zuis Alduide Idelon y a Suison Jake De Mon con pasaporte francés. 

En poder de esa personas se encontraron armas, medio millón de dólares y un equipo de anestesia. Ambos confesaron ser un comando israelí con la misión de secuestrar a Degrelle. Posteriormente la policía apresó al jefe de la banda local, un español llamado Rubio de la Goaquina, comunista declarado y seis de sus cómplices. Este es solamente uno de los casos
de persecución que sufrió Degrelle.

Entrevistas a Degrelle:


P.— Si pudiera hacerlo, volvería usted a empezar de nuevo la tarea que emprendió y que finalmente se saldo para usted con un fracaso?

R.— En la línea de lo que fue mi ideal si. Pero no según las normas miserables de los políticos degenerados de hoy. El poder que siempre me intereso no tiene nada que ver con las contorsiones de efectos liliputienses Este poder depreciado lo rechazaría incluso si me lo ofrecieran sobre un trono de oro macizo. ¿Para que iba a aceptarlo?

Fracasaría. No existe un solo caso en el que el parlamentarismo de los charlatanes demagogos y de los traficantes no haya fracasado. Ya fuese con la República de Weimar, con el Frente Popular de León Blum, o en Bélgica bajo el fúnebre magisterio del enterrador modelo que fue el señor Pierlot.

Durante mi vida de jefe político y de soldado di todo a mi pueblo con fervor de un amante. Se me ha rechazado, y lo reconozco. En vez de recriminaciones vanas, y a la orilla del Mare Nostrum que nos dio la civilización, prefiero la contemplación de mis adelfas, de mis hibiscos y de mis palmeras que cortan en estrías el cielo azul metálico. Un sol apolineo me nutre. Cada mañana , deslizo con amor mi rosa mas suave por los labios de mármol de la diosa romana que protege mi terraza y mis sueños. ¡La belleza! ¡La belleza¡ Ella embalsama y sublima mis recuerdos. Ella mantiene mi fe en el destino humano. Mis pulmones atrapan la vida, los perfumes y la dulzura del viento en los arboles. Una gran pasión me ilumina el corazón. Y Dios habita en mi.

Si, por un milagro, algún día el destino me volviera a avisar,  aun acudiría a la cita, pero a la cita de los forjadores de pueblos, de los maestros de la vida, los únicos que me interesan.

P— Es usted feliz?

R.— He tenido en la vida mi pesada parte de sufrimientos y de penas.

Las espantosas prisiones de 1940 me pesaron como la mas dura de las cruces. En los cuatro años de frente ruso estuve en el limite de las peores pruebas que un ser humano pueda soportar. Después, hicieron morir a mi hermano, a mi madre y a mi padre. Durante catorce años ni siquiera supe que había sido de mis hijos. Mi único hijo varón, apenas recuperado, murió en Sevilla, en plena calle, en un accidente de trafico.

Pero ¿de que voy a quejarme? Quise llenar mi alma de grandeza, y es un alimento que cuesta muy caro. Pago la cuenta. Mas la dicha que tuve siguiendo mi vocación, y forjándome un alto destino, compensa las mas acerbas amarguras.

Veo, con la mirada limpia, que esta vida me ha dado un máximo de congojas y de alegrías. Recapitulo. Valía la pena. Soy feliz. si, soy feliz.

P— Le resulta duro el exilio?

R.— Me ha agobiado siempre terriblemente. E1 vagar sin fin me produce una melancolía sofocante. Contemplo los Pirineos con mirada soñadora.

Y siento pinchazos en el corazón cuando veo fotos de la vieja fortaleza de Bouillon y de las riberas de mi Semois natal. Pero es algo personal. Y se mantener el animo. La vida me ha curtido el carácter. Ante la desgracia hay que conservar la mirada altiva. Solo estamos vencidos cuando nuestra alma esta vencida. El infortunio no es mas que un incidente.

El  verdadero sacrificio del exilio no esta ahí.. Lo que me resulta mas duro y cruel, es sentir que las decenas de años durante los cuales hubiera podido hacer algo grande se van silenciosos e inútiles.

Llevaba en mis fuerzas tumultuosas, que distinguía imperfectamente.

Yacen inertes en el fondo de mi soledad. Lo que hubiera podido realizar para mi, y sobre todo para los demás, me fue prohibido. El exilio me enterró vivo. Desde 1945 solo he sobrevivido en hibernación.

Este es el verdadero drama de mi exilio: estrechar contra mi corazón posibilidades incandescentes, sofocadas por una capa de plomo. Yo estaba hecho para crear. Desde hace decenas de años mis brazos permanecen caídos. ¿Seré solo el parado de la epopeya, con las herramientas des trozadas para la eternidad?

P.— Mi ultima pregunta: ¿Que siente usted cuando rememora lo que fue su vida?

R.— Cuando reflexiono sobre lo que ha sido mi vida solo tengo un sentimiento. Y es de inmenso pesar. Lamento que no hayamos triunfado.

Siento que no hayamos podido modelar este conjunto europeo, que hubiera sido señor del universo para siempre, y que habría asegurado a la raza blanca el gran dominio universal del orden y del espíritu.

Cuando vemos lo que nos ha sucedido, lo que largos años de victorias de los demás nos deparo, esta anarquía, esta desbandada del mundo blanco y su deserción en toda la Tierra, cuando observamos en nuestros propios países la descomposición de las costumbres, la ruina de la patria, la ruina de la familia, la ruina de la religión, la ruina del orden social y el fracaso de toda autoridad, cuando observamos el insaciable apetito de bienes materiales que devora indistintamente a ricos y a pobres, a menesterosos y a holgazanes, sucediendo a la gran llama del ideal que nos animaba a nosotros..., pues bien, tenemos que concluir que verdaderamente escogimos el lado bueno.

Abandonados por una sociedad inhumana, miles y miles de muchachos y muchachas, nacidos para desarrollarse física y moralmente, hoy en día, a menudo, no son mas que una masa de tristes drogadictos con el corazón vacío.

Millones de parados alzan sus inútiles puños contra sus falsos e incapaces dioses.

La pequeña Europa de hoy, ese Mercado Común (¡común!) que huele a agrio de rebotica, no puede dar la felicidad a los hombres. La sociedad de consumo ya no es una civilización, es un vertedero.

Alzadas sobre ciento cincuenta Estados Anárquicos, y dominándoles desde lo alto de su dictadura económica, técnica y política, dos superpotencias se miden, exhibiendo sus cohetes, y dispuestas a hacer saltar todo para asegurarse, una u otra, su indiscutible hegemonía. En ese marco, los pueblos son solo unos frágiles juguetes manipulados por los dos piratas rivales. Quien puede asegurar hoy que sus hijos, o el mismo, no serán barridos un día, en un segundo, de la existencia y del magnifico confort en el que han situado su vida? Entonces, de que les
habrá servido?

P.— Y usted, ¿no lamenta nada?

R.— Ante esta quiebra de la posguerra, ¿por que nosotros, los vencidos provisionales , vamos a tener que agachar la cabeza? Al menos , con energía y sufrimiento, queríamos algo grandioso. Ahora ya no tenemos mas que un deseo: que el ideal que ardía en nosotros renazca rápidamente en el mundo.

Luchare con todas mis fuerzas, hasta el ultimo segundo de mi existencia, para que, de un modo e ejemplar, permanezca viva en el corazón de los jóvenes nuestra epopeya, su fe luminosa y el afán de servir, jalonada por el sacrificio de tantos de nuestros camaradas que quedaron helados en las nieves del Este.

Señale en mi mitin de París de marzo de 1944, en el Palacio de Chaillot después de Tcherkassy.

A los pesimistas, el idealismo puede parecerles hoy pasado de moda. Mas sin el, ningún resurgimiento de los pueblos es posible. La inmolación de los muchachos caídos para crear una Europa de carne y hueso, sus virtudes, sus lecciones proféticas, alqun día, estoy seguro de ello, traerán de nuevo la vida. Quizá sobre nuestras tumbas.

Nosotros, los precursores, no conoceremos, sin duda, la Tierra Prometida, pero otros la alcanzaran. Europa se erguirá sobre sus piernas tambaleantes. La grandeza nunca se da en vano. Aparece raramente. Pero cuando surge su fuego, tarde o temprano se reanima.

En tanto que exista un idealista, la salvación será posible.

Los tontos, los mentirosos y los insultadores solo tendrán su momento.

La mediocridad se derrumbara y se ahogara en su mezquindad. Entonces reaparecerá el héroe, a caballo sobre sus sueños. Legiones de jóvenes se alzaran para unirse, en la misma fe, a los nuevos constructores de un mundo justo, en el que las fuerzas sociales actuaran solidariamente y las fuerzas morales revivificaran a los pueblos.

Europa, unida al fin material, moral, militar y diplomáticamente, y fuerte por la conjunción de sus tres elementos constitutivos— la civilización occidental, el motor germánico y la reserva humana eslava—, renacerá mejor preparada y mas perspicaz. Esta vez ya no la
detendrán como en 1945.

¡Y esto es todo!

Les he dicho lo esencial de lo que me propuse realizar y de lo que fue mi lucha.

Al servicio de mi fe, mi vida ha sido una espada. Permaneció
inflexible tanto en la suerte como en el infortunio. Lo han visto ustedes a plena luz.

¿Cual es el principal rasgo de su carácter?

- El espíritu de conquista.

¿Cual es la cualidad que desea en un hombre?

- El valor.

¿Cual es la cualidad que desea en una mujer?

- La dulzura.

¿Que es lo que más aprecia en sus amigos?

- La lealtad.

¿Su principal defecto?

- Creo deben decirlo los demás.

¿Su ocupación preferida?

- Escribir.

¿Su sueno de dicha?

- Llegar al poder.

¿Cuál seria su mayor desgracia?

- Morir.

¿Que quisiera ser?

- El que reedificara Europa.

Dónde deseaba vivir?

- En Andalucía.

¿Que color prefiere?

- El azul.

¿Que flor prefiere?

- La rosa.

¿Que pájaro prefiere?

- El águila.

¿Cuales son sus autores preferidos en prosa?

- Napoleón.

¿Cuales son sus poetas preferidos?

- Rilke.

¿Cuales son sus héroes de ficción?

- Carlos él temerario.

¿Cuales son sus heroínas de ficción?

- Agustina de Aragón.

Cuales son sus compositores preferidos?

- Wagner y Beethoven.

¿Cuales son sus pintores predilectos?

- Goya.

¿Cuales son sus héroes de la vida real?

- Hitler.

¿Cuales son sus heroínas historial?

- Eva Braun.

¿Que detesta mas que nada?

- La vulgaridad.

¿Que caracteres históricos desprecia mas?

- El asesinato de Europa cometido por Churchill.

¿Que hecho militar admira mas?

- La ruptura de las Ardenas en Sedan en mayo de 1940.

¿Que reforma admira mas?

- La Nacional Socialista.

¿Que dones naturales quisiera tener?

- Amar a los otros (espiritual) y fuerza, para no cansarme nunca (físico).

¿Como le gustaría morir?

- Luchando por mi Ideal.

¿Cual es el estado presente de su espíritu?

- Optimista de fe en la vida.

¿Que hechos le inspiran mayor indulgencia?

- Los que se derivan de amar.

¿Cuál es su lema?

Quien no se expone, no se impone.

A todos, en el mundo entero, mi saludo de soldado y un fraternal.  ¡adiós!

Bibliografía:

Redacción Serga, 28. SS Freiwilligen-Grenadier-Division “Wallonie” (1ª Parte), Revista Serga Nº70 (2011), p.36-43
Redacción Serga, 28. SS Freiwilligen-Grenadier-Division “Wallonie” (2ª Parte), Revista Serga Nº71 (2011), p.36-43
Chris Bishop, Divisiones Waffen-SS. “28.ª División SS Freiwilligen Grenadier Wallonien”, Libsa (2009), p.176
Carlos Caballero Jurado, Foreign Volunteers of the Wehrmacht 1941-1945, “The Legion Valonie”, Osprey Publishing (1983), p.4-6


http://mural.uv.es/numarda/degrelle.html. "Léon Degrelle: Dueño y señor de La Carlina".
"León Degrelle, la última reliquia del nazismo, escribe sus memorias en Madrid". Ismael Fuentes. Lafuentes. 14 de Diciembre de 1982.

The Patriotic Traitors: A History of Collaboration in German-occupied Europe, 1940-45 by David Littlejohn. ISBN 0-434-42725-X Wallonien: The History of the 5th SS-Sturmbrigade and 28th SS Volunteer Panzergrenadier Division by Richard Landwehr, Ray Merriam, and Jean-Louis Roba. ISBN 1-57638-088-2 « Degrelle : Les années de collaboration » de Martin Conway L' Ordre Nouveau por Maurice De Wilde, Duculot, Paris-Gembloux, para la edición francesa, 1984 (Traducido del neerlandés por Jean-Pierre Orban y Paul Tannenwald — 179 páginas)
Lionel Baland, Léon Degrelle et la presse rexiste, Paris, Éditions Déterna, 2009 (ISBN 978-2-913044-86-9)
Streel José, La révolution du XXème siècle (réédition du livre paru en 1942 à la NSE à Bruxelles), préface de Lionel Baland, Déterna, Paris, 2010.


Pseudónimo de Marc Augier (1908-1990). Oficial de las SS, director de la revista "Devenir" de la Division Charlemagne de las Waffen-SS y, tras su paso por la Academia SS de Hildensheim, miembro de la Oficina Política de las SS.

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