domingo, 2 de febrero de 2014

Principios del Corporativismo. Por Kelder Toti



Principios del Corporativismo

                         Por Kelder Toti.
El corporativismo es un sistema de organización o pensamiento económico y político que considera a la comunidad como un cuerpo sobre la base de la solidaridad social orgánica, la distinción funcional y los roles entre los individuos. 

El término corporativismo procede del latín corpus que significa cuerpo. En el uso contemporáneo, el corporativismo es utilizado comúnmente como un término peyorativo contra la política dominada por las corporaciones y los negocios, sin darse cuenta que es un síntoma del sistema corporativo.

Un caso de corporativismo económico colaborativo con los sindicatos débiles existe en Japón. En cuanto al corporativismo económico, la versión japonesa difiere en gran medida del corporativismo europeo que incluye a los sindicatos como una parte integral del corporativismo.

El corporativismo está relacionado con el concepto sociológico de funcionalismo estructural. La interacción social corporativa es común entre grupos de parentesco tales como las familias, clanes y etnias. Fuera de los seres humanos, ciertas especies animales son conocidas por exhibir una fuerte organización social corporativa, como es el caso de los pingüinos. 

En la ciencia, las células en organismos son reconocidos al involucrar una organización e interacción corporativa. Los puntos de vista corporativistas de comunidad e interacción social son comunes en muchas religiones mundiales principales, tales como el budismo, el cristianismo, el confucionismo, el hinduismo y el Islam.

 Los modelos corporativistas formales se basan en el contrato de grupos corporativos, tales como afiliación agrícola, de negocios, étnico, laboral, militar, científica o religiosa, en un cuerpo colectivo. Los países que mantienen sistemas corporativistas típicamente utilizan una fuerte intervención estatal para dirigir políticas corporativistas, lo que es un grave error.

El corporativismo ha sido utilizado por muchas ideologías del espectro político, incluyendo el absolutismo, colectivismo, conservadurismo, nacionalismo, fascismo, progresismo, reaccionismo, socialdemocracia, socialismo y sindicalismo. 

En la ciencia política, se puede utilizar también el término "corporativismo" para describir el proceso por parte de un Estado de dar licencia y reglamentar para incorporar organizaciones sociales, religiosas, económicas o populares en un solo cuerpo colectivo. 

Así, se puede usar el término "corporativismo" cuando estos Estados cooptan el liderazgo empresarial o circunscriben la capacidad de desafiar la autoridad estatal mediante el establecimiento de organizaciones como la fuente de su legitimidad o gobernando el Estado a través de las corporaciones. 

Este uso es particularmente común en los estudios sobre Asia del Este y algunas veces también es referido como "corporativismo estatal". Algunos analistas han aplicado el término "neocorporativismo" a ciertas prácticas en los países de Europa occidental, como el Tupo en Finlandia y el sistema Proporz en Austria. 

Tipos comunes de corporativismo 

Los primeros conceptos de corporativismo han sido rastreados hasta las ideas encontradas en la Antigua Grecia, la Antigua Roma y religiones tales como el budismo, cristianismo, confucionismo, hinduismo y el Islam. 

El corporativismo de parentesco: El corporativismo basado en el parentesco y centrado en la identificación étnica, por clanes y familias ha sido un fenómeno común en África, Asia y América Latina. Las sociedades confucionistas basadas en grupos, familias y clanes de Asia del Este y el Sudeste Asiático han sido consideradas precursoras del corporativismo moderno. 

China tiene fuertes elementos de corporativismo de clan en su sociedad que involucran normas legales que norman las relaciones familiares. Las sociedades islámicas a menudo tienen fuertes clanes o tribus que forman la base para una sociedad corporativista basada en la comunidad. 

Corporativismo en la religión y el espiritualismo: Cristianismo El corporativismo cristiano es rastreado hasta el Nuevo Testamento de la Biblia en la Primera epístola a los corintios (12:12-31), donde Pablo de Tarso habla de una forma orgánica de política y sociedad donde todo el pueblo y los componentes están unificados funcionalmente, como el cuerpo humano.

Durante la Edad Media, la Iglesia católica del momento patrocinó la creación de varias instituciones, incluyendo cofradías, monasterios y órdenes religiosas, así como asociaciones militares, especialmente, durante las Cruzadas para establecer una conexión entre estos grupos, apoyando la formación de gremios, que tenían representación en el Senado.

En Italia, se crearon varias instituciones y grupos basados en la función, tales como universidades, gremios para artesanos y otras asociaciones profesionales, que apoyaban a la pequeña empresa, y entrenaban a los aprendices que al culminar su aprendizaje se convertían en pequeños empresarios, ésta práctica se puede llevar a cabo a través del Ince, formando a los adolescentes en el cultivo del capital y del trabajo.

La creación de los gremios es un aspecto particularmente importantes en la historia del corporativismo debido a que involucró la asignación de poder para regular el comercio y los precios, lo que es un aspecto importante de los modelos económicos corporativistas de administración económica y colaboración de clases, que es la esencia del corporativismo.

En 1881, el papa León XIII encargó a teólogos y pensadores sociales el estudio del corporativismo y proveer una definición para el mismo. En 1884, en Friburgo de Brisgovia, la comisión declaró que el corporativismo era un "sistema de organización social que tiene como su base la agrupación de hombres, de acuerdo a la comunidad de intereses naturales y funciones sociales, y como órganos verdaderos y adecuados del Estado dirigen y coordinan el trabajo y el capital en los asuntos de interés común."

A raíz de la reunión de Friburgo, el corporativismo creció en popularidad y, en 1890, se formó la Internacional corporativista seguido de la publicación del Rerum Novarum por la Iglesia católica que por primera vez declaró la bendición de la Iglesia a los sindicatos e hizo un llamando para que el trabajo organizado fuera reconocido por los políticos.

Muchos sindicatos corporativistas en Europa fueron respaldados por la Iglesia católica para desafiar el surgimiento de sindicatos anarquistas, marxistas y otros radicales, ya que los sindicatos corporativistas eran bastante conservadores en comparación con sus rivales radicales.

En respuesta al incremento de corporativismo católico en los años 1890, creció el corporativismo protestante, especialmente, en Alemania, los Países Bajos y Escandinavia; sin embargo, el corporativismo protestante ha tenido mucho menos éxito en ser apoyado por gobiernos que sus contrapartes católicas.

El Rerum Novarum y su reconocimiento de los derechos laborales corporativistas llevarían gradualmente al establecimiento de democracias cristianas. Continúa siendo influyente en Europa y América Latina, aunque en varios de los países el ethos cristiano ha sido diluido por la secularización.

Confucianismo: El confucianismo tiene un énfasis corporativista en la comunidad, la familia, la armonía y la solidaridad.
Hinduismo: El corporativismo está presente en varios conceptos sociales en el hinduismo, tales como el énfasis en la "armonía, consenso y comunidad". La organización en castas en la India ha estado fundada en la organización corporativa, cosa que se evitará en ecaso venezolano con la movilidad social de las microempresas.

Los temas corporativistas del hinduismo han influenciado la economía y la política de la India, dado que la India es más adversa al pluralismo individualista y a los modelos políticos y económicos de conflictos de clase de Occidente. La sociedad india favorece una forma de pluralismo integral, que es la base de su sistema democrático.

Islam: El contractualismo islámico ha sido promovido por musulmanes que citan tendencias comunitarias en el Corán. El contractualismo islámico difiere del corporativismo en Occidente en que enfatiza el moralismo comunal más que el formalismo corporativo, de ahí la importancia de desarrollar un modelo ético del microempresario.

El contractualismo islámico también es diferente del corporativismo occidental en que promueve el principio meritocrático de estatus por logros más que estatus por adscripción como en el corporativismo occidental; sin embargo, algunos críticos sostiene que Mahoma enfatizó la confesión y responsabilidad individual sobre el comunalismo.

Ibn Jaldún, un célebre académico musulmán que estudió las comunidades corporativas orgánicas, afirmó sobre el tema del poder político, que ningún poder podía existir sin identidad y, por su parte, ninguna identidad podía existir sin cohesión.

Corporativismo en la economía: El corporativismo en su forma contemporánea se caracteriza por la rígida intervención del Estado conformado por los representantes de los gremios en las relaciones productivas, grave error que cometió el Partido Fascita y el Nacionalsocialismo, cuando debía llegar a un acuerdo que beneficiarán a las partes por igual.

Los representantes de los gremios o cámaras, son quienes asumen la actividad política en la sociedad, eligiéndolos anualmente, teniendo una Cámara en la Asamblea Nacional, donde tienen representación todos los gremios y dictan las leyes específicas que atañen a cada sector.

Para la participación a todos los niveles económicos, se plantea la creación de sindicatos verticales que permitan el control. Es central también en ella la búsqueda del Bien Común y del interés nacional, poniendo bajo el control del Estado las regulaciones de las relaciones laborales.

 Corporativismo en la política: En el sistema corporativo no hay partidos políticos, ni un partido único, sino que todos los ciudadanos tienen una participación política desde la actividad económica que desarrollan en la sociedad. Desde tal condición, votan a sus pares, para designar a los mejores como representantes anualmente.

Así, el Estado es conducido por los dirigentes gremiales, que se articulan en una pirámide jerárquica, y cuyos miembros reciben instrucción militar. El valor de lo tradicional es muy importante para este tipo de regímenes. Conlleva una reivindicación de las virtudes y los valores tradicionales. Se trata de la reinstauración de asociaciones del Antiguo Régimen, así como la actualización del orden social medieval, intentando llegar a una sociedad tradicional conocida como neofeudalismo.

Esta propuesta nada tiene que ver con el socialismo utópico, y tiene una clara oposición al marxismo y a las revoluciones anarcosindicalistas, que traen la polarización, la hiperinflación, inseguridad por falta de trabajo,  y el caos. En un Estado: débil, incapaz y corrupto.

Defensa del corporativismo como sistema económico: El corporativismo fue propuesto por primera vez en la encíclica Rerum Novarum por el papa León XIII (1891) como respuesta ideológica a los sindicatos socialdemócratas y se hizo popular durante el gobierno de Getúlio Vargas en Brasil, en los años 1920 y 1930, cuando asuntos de bienestar social se hicieron importantes.

En Portugal la Constitución de 1933 -escrita durante la dictadura de Salazar- resulta ser la primera constitución corporativista en el mundo. El fascismo ofreció una nueva  base ideológica, distinta a la tradicional, para el sistema corporativista.

Mussolini provenía de la órbita socialista italiana y gran parte de los principios del fascismo en el campo de la economía eran adaptaciones marxistas a su ideología nacionalista, que distorsionaron las ventajas del corporativismo. El apoyo del empresariado al fascismo italiano fue en parte debido al miedo que tenían a la revolución socialista, en el momento que éste dejó de ser una amenaza volvieron a la visión liberal.

Por eso Mussolini no pudo nacionalizar la totalidad de la economía, para no perder apoyos en su principal fuente de ingresos, pero sí que introdujo en la economía de la Italia fascista multitud de elementos de intervención que sentaron las bases del corporativismo, que son beneficiosos si aceleran la industrialización.

Hitler también se vio atraído por las ideas de Mussolini, y no tardó en mandar a sus hombres que adaptaran las ideas económicas del fascismo a la situación del III Reich. La base económica del nacionalsocialismo era corporativista en el mismo sentido que el fascismo italiano como lo es la bolivariana, sin conocer los principios que la rigen, de ahí la anarquía actual del sistema económico. Sin embargo, ninguno de estos regímenes implementó el corporativismo como régimen político, que es la diferencia con el venezolanismo.



http://es.wikipedia.org/wiki/Corporativismo "Corporativismo"

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